A partir de hoy y hasta el 8 de setiembre tendrá lugar el quinto encuentro internacional de saxofones. Será en el Teatro Agadu, Facultad de Arte, el Florencio Sánchez y el Auditorio del Sodre. El saxofonista Ricardo Filgueira, uno de los responsables de la dirección artística de evento, contó a Voces su vínculo con el instrumento y cómo se organiza este encuentro.
AUDEM – COOPAUDEM tiene el gusto de presentar la Quinta edición del Encuentro Internacional de Saxofones en la ciudad de Montevideo. Se realiza desde hoy hasta el 8 de setiembre en distintas salas de Montevideo. Participarán destacados saxofonistas de nuestro país, movidos por la oportunidad de recibir clases magistrales y presenciar los conciertos de los mejores docentes de nuestro continente y de integrar la Orquesta de Saxofones del Encuentro, así como también se sumarán más de 35 músicos saxofonistas del exterior. Habrá invitados de Argentina, Brasil, Cuba, Chile, Costa Rica, Colombia, México y Estados Unidos, todos de reconocida trayectoria internacional, con el objetivo entre otros, de mostrar el repertorio actual para este instrumento, reunir a los diversos conjuntos con el fin de capitalizar experiencias, reforzar los vínculos entre músicos del mundo y realizar un intercambio artístico que enriquezca de esta manera el acervo cultural de los países participantes.
La dirección artística del Encuentro está a cargo de dos destacados saxofonistas de nuestro medio, Alejandra Genta y Ricardo Filgueira.
¿Cómo fue tu historia con este instrumento en particular?
Empecé desde muy chico con la flauta dulce, en realidad todo a impulso de mi madre, que le gustaba el saxofón porque había escuchado las orquestas de cuando era joven. Me acerqué a la banda de mi ciudad, allá en Río Negro, de Fray Bentos. y hablamos con el director. Era por 1995 y creo que en esa época fui el primero en tocar saxo, el resto eran todos veteranos ya. Empecé con saxo prestado de uno de los veteranos de ahí, y después me fui interesando hasta que me pudieron comprar un saxofón, un saxo viejo que me consiguieron acá. Empecé a estudiar, y estuve en la Banda Juvenil, después la Banda Municipal de allá y después cuando, terminé Secundaria, tomé la decisión de venir a Montevideo. Entré a la Escuela Municipal y a la Escuela Universitaria y de ahí me fui formando.
¿Y en qué te ibas fijando? ¿A quiénes empezabas a mirar como referentes?
A mí me gustaba mucho el saxofón en el jazz, yo lo que quería ser era un músico de jazz y bueno, obviamente allá en Fray Bentos, donde yo nací, no llegaba mucho la información. Empecé a aprender acá con algún amigo que tenía en la computadora, algún CD. Quería ser músico de jazz hasta que un día una compañera me grabó un CD y ahí había una persona tocando de otra manera y dije “me encantaría tocar de esa manera”. Era un saxofonista francés que fue pionero en el saxofón académico clásico tocando música clásica para saxofón. No tenía nada que ver con el jazz pero me enamoré de ese sonido y me incliné por la música clásica. Entonces sí empecé a estudiar y perfeccionarme, terminé acá, me fui a Buenos Aires con profesores franceses, holandeses con el que estoy estudiando hasta ahora. He tenido la posibilidad de conocer a muchos y cada uno me ha dado mucho.
En el saxo el músico pone mucho de sí, de su alma…
Yo creo que sí. Es como todos los instrumentos, hay que estudiar muchísimo. Mucha cabeza, muchas horas y mucha inteligencia. Porque capaz muchas horas no te rinde, pero estudiar enfocado sí. Eso y tener un referente, metas a corto plazo y a largo plazo, ir quemando etapas.
¿Cómo surge este quinto encuentro de saxofones?
AUDEM viene organizando cada dos años un festival internacional de saxofón con la participación de músicos extranjeros y también nacionales. Justo este año se celebraba el Quinto Congreso Latinoamericano de saxofones, que ya se hizo antes en Méjico, en Brasil, en Costa Rica, Colombia. Y como justo acá se venían dando cada dos años festivales se planteó la posibilidad de hacerlo acá. AUDEM tomó la posta y está organizando todo. Se va a hacer el Quinto Congreso Latinoamericano y el Quinto encuentro de Alasax, que es una Alianza Latinoamericana de Saxofones que está conformada por profesores universitarios, todos amantes del saxofón, profesores de escuela, alumnos, etc.
En esos intercambios, ¿qué es lo que se da?
La idea es llevar la información a todos los puntos de Latinoamérica. Es reunirse y compartir con los otros, porque, por ejemplo, hay gente de Costa Rica que tiene más posibilidades de viajar y conseguir equipos para saxofón, boquillas, (cañas) y compartirlo. Hay también obras, repertorios, compositores nuevos, y la intención compartir las experiencias de uno. Hay, por ejemplo, varias escuelas, uno que estudió en Francia, otro en Estados Unidos, etc.
Me da la sensación de que la música uruguaya en general de a poco ha ido incorporando los vientos, ¿lo sentís así con el saxo?
Sí, de a poco ha ido tomando su lugar. Y en la música clásica es más difícil todavía, viene de a poquito, todavía acá en Uruguay faltaría darle un poco más espacio. En la música clásica me parece que muchas veces al saxofón lo toman más como un instrumento de música popular. Y no es así, el saxofón fue creado para ser un instrumento de música clásica, y obviamente tuvo su importancia en el jazz. Pero la idea del que inventó el saxofón, que fue en 1846, era tener un instrumento para la música clásica, que fuera como un violín pero con más potencia y para tocar al aire libre. Es un híbrido entre el clarinete, la flauta y el oboe, porque la digitación es muy similar. La idea era tener un instrumento clásico, pero pasó que no entró dentro de la orquesta clásica porque ya estaba todo conformado cuando apareció. Pero es verdad que el saxo, de a poco, va ganando terreno.
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