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Evocación de la pandemia. No estamos solos por Manuel Esmoris

Evocación de la pandemia. No estamos solos por Manuel Esmoris
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En la segunda mitad de agosto, el estudio de arquitectos uruguayos Gómez Platero expuso a la opinión pública nacional e internacional y al presidente Luis Lacalle Pou el proyecto de un monumento en referencia a la pandemia. No es el único en el orbe con esta intención. Echemos un vistazo por el mundo.

En Madrid, en pleno centro histórico, la Cibeles, el 15 de mayo se inauguró un monumento en recuerdo de las personas fallecidas por coronavirus. Se trata de un pebetero con una inscripción que dice: “Vuestra llama nunca se apagará en nuestro corazón”. Además, la presidenta de la Comunidad anunció un concurso de ideas para construir un memorial “a las víctimas y a los héroes que han luchado contra el covid-19”.

En Italia, Milán, en las tribunas del estadio de fútbol San Sirio, inaugurado en 1926 y donde se jugó parte del Mundial de 1990, actualmente abandonado, se propone plantar como memorial 35 mil cipreses, el árbol de los cementerios y de la perpetuidad.

Para las ciudades de México (Zócalo) y Nueva York (Times Square), de manera simultánea, en pleno centro de cada una, el estudio de arquitectos Rojkind, Lezama y Ortiz propuso un memorial denominado Reclamo de luto. “Imaginemos una forma a través de la cual podemos convertir estas terribles muertes en un recuerdo, honrando sus vidas a través de ciudades llenas de cenotafios”. Del centro de la ciudad a las puertas de los vecinos de cada barrio, la propuesta consiste en localizar cenotafios dedicados a todos y cada uno los que murieron por covid-19, con sus nombres. Después de algunas semanas de luto social en el centro urbano, se alienta a las familias y los amigos a participar tomando el cenotafio correspondiente a sus seres queridos y colocándolo en las banquetas de sus casas. El luto se extiende así a los barrios de cada ciudad.

En Holanda, un barco particularmente iluminado y con flores recorrió los canales de Ámsterdam en conmemoración.

En Brasil, en la playa de Río de Janeiro, se simuló un cementerio mediante la instalación de cien cruces y un montículo de arena con forma de tumba asociado a cada cruz.

En Francia se entregará “una medalla de compromiso” a todos aquellos que han contribuido a la lucha contra el coronavirus. Es una promoción específica de la Orden Nacional del Mérito y la Legión de Honor en homenaje al personal sanitario, y quizás pronto haya un monumento a las víctimas. El presidente Macron expresó: “Antes de embarcarnos en el establecimiento de un día conmemorativo covid, o en el levantamiento de algún tipo de monumento, quizás deberíamos ver cómo terminará todo”.

En Gran Bretaña, la reina inaugurará un monumento de 3,2 millones de libras en honor a los héroes de los coronavirus caídos en los servicios de emergencia. “El Monumento a los Servicios Nacionales de Emergencia se planificó antes de que comenzara la pandemia, pero se ha rediseñado para honrar a los que han muerto este año. Ahora incluirá una figura hospitalaria […], además de las anteriores figuras de la policía, los bomberos, el rescate marítimo y los servicios de búsqueda y rescate”.

Por lo visto, Uruguay no está solo, ni es el primero en el mundo con su proyecto de construir en el espacio público, una obra que evoque recuerdos e invite al recogimiento y la reflexión sobre el coronavirus.

El estudio Gómez Platero propuso erigirlo en la Rambla de Montevideo, a la altura de Buceo, por delante de la Aduana de Oribe, en la orilla mismo del Rio de la Plata. El costo que se maneja es de 1,3 millones de dólares y sería financiado por privados. El motivo es una figura abstracta de hormigón armado y acero corten, con una rampa de acceso desde la ribera.

Personalmente me gusta el monumento de los compatriotas, pero no estoy de acuerdo con sumar intervenciones en la Rambla. Es más, de ella hay que derribar varias cosas, como las placas de la llamada Tira del tiempo. Nadie las usa, fracasaron, además de enchastrar el paisaje. Otra afrenta sigue siendo la estación de servicio de Ancap, a la altura de Punta Carretas, y hay más. También debemos constatar que cada intervención en la Rambla inspira otras “ocurrencias”, que podrán ser loables, pero están reñidas con el patrimonio nacional.

Dejemos en paz a la Rambla. El patrimonio histórico está compuesto por la senda que se recorre, la arena, el mar, las rocas, el cielo, los muelles pequeños, muy moderados y las personas que disfrutamos de todo ello. Nada más.

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