Home Sociedad Home office o el fin de un recurso por Ernesto Kreimerman
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Home office o el fin de un recurso por Ernesto Kreimerman

Home office o el fin de un recurso  por Ernesto Kreimerman
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Amazon anunció a sus trabajadores un cambio inesperado: el año 2025 comenzará muy diferente a como terminará el año en curso. En efecto, la compañía fundada en 1994 por Jeff Bezos ha anunciado a sus colaboradores que habrá cambios en el régimen de trabajo, poniendo fin al polémico home office. Ha anunciado que, a partir del 2 de enero, primer día laboral del 2025, la semana de trabajo de oficina volverá a ser de cinco días.
Así, Amazon es la primera empresa dentro de las grandes tecnológicas que pone fin a la modalidad híbrido de tres días a la semana en la oficina y dos en la casa. Pero en enero, ya no: se requerirá que la semana laboral completa se cumpla en la oficina.
Apelando a la intranet corporativa, el presidente ejecutivo de Amazon, Andy Jassy, al inicio de esta semana informó a todos los colaboradores el lunes que a partir del 2 de enero de 2025 se retomará el régimen de semana laboral de cinco días, dando por finalizada la etapa de tres días in office por semana. El anuncio, presentado de manera cerrada, concluye que se confía en que se sumen a la nueva política laboral.
Jassy, al explicar las razones de la decisión, señala que «cuando miramos hacia atrás en los últimos cinco años, seguimos creyendo que las ventajas de estar juntos en la oficina son significativas». Y agrega: «hemos observado que es más fácil para nuestros compañeros de equipo aprender, modelar, practicar y fortalecer nuestra cultura; colaborar, intercambiar ideas e inventar son más simples y efectivos; enseñar y aprender unos de otros es más fluido; Y los equipos tienden a estar mejor conectados entre sí».

Amazon ha sido de las grandes tecnológicas que ha revisado esta práctica de presentismo acotado. Ya serían varias las empresas tecnológicas que han admitido cierto agotamiento respecto a este régimen horario, de las restricciones que derivan de la dificultad del tiempo de home office y del trabajo en el hogar.
Casos como SAP, AT&T y Dell al momento de anunciar una marcha atrás hacia el presentismo encontraron resistencias. Núcleos de trabajadores expresaron disconformidad, y algún caso extremo llegó incluso a renuncias.
Pero Amazon no sería la primera en anunciar este retorno a la semana completa en la oficina, es decir, cinco días de lunes a viernes. Hay otras empresas que van en ese mismo sentido respecto al trabajo remoto. En mayo, Citigroup, HSBC, Barclays y Goldman Sachs fueron por este camino. Todas ellas debieron superar resistencias y en ese tránsito hacia lo anterior, retomaron controles de asistencia que se habían abandonado. Para no pocos ejecutivos, éste es otro de los problemas que dejó la pandemia.
Jassy precisó que Amazon está volviendo a la era anterior a la pandemia, y que se respetarán otros beneficios vigentes entonces. Adelantó que se proyecta aumentar la relación de empleados por gerente, para aplanar la organización, para así habilitar que los equipos se vuelvan más rápido y menos burocracia.
Condiciones
Es llamativo, pero no se ha visto interés por conocer si el trabajador al que se le indica que deberá desarrollar su labor desde su hogar si tiene las condiciones mínimas de hábitat para ello. Un apartamento estándar de los que se construyen hoy día para una clase media, los del BHU para identificar una dimensión de manera fácil, o los que se incluyen en la ley de promoción de vivienda de interés social… La pregunta es inmediata: cómo se desarrolla la vida familiar y las horas de trabajo, tres jornadas una jornada entera por semana.
Es cierto que al inicio de la pandemia, que es donde se acelera la implantación del home office, había una actitud más positiva para aceptar la precariedad hogareña que resultaba de esta práctica laboral, pero a medida que fue pasando las semanas y meses, el desgaste de esa convivencia entre trabajo y hogar sin contar con espacio físico para ello, fue produciendo cansancios y sumando estrés. También, el hecho de haber superado la fase crítica del COVID, de regularse algunas condiciones del home office, como el derecho a la desconexión, etc., llevaron a que se diera una adaptación creativa que ahora, al plantearse el retorno a la oficina, a lo anterior, genera nuevas dificultades, que se expresan también en malhumor y enojos.
Hay otro asunto, que aunque no sea mayor, es necesario que se anote como pendiente: los costos. La empresa reduce algunos costos fijos (por ejemplo, metraje de alquiler), energía eléctrica (luces, aire acondicionado, servicios de cafetería interna, etc.), conectividad (buenos enlaces a internet), impresoras láser, pero que pasan a la cuenta del funcionario. No es un monto significativo para una empresa de cierta escala, pero es diferente cuando se lo observa desde la cuestión diaria del colaborador.
Son muy pocas las empresas que han asumido esta obligación, difícil de cuantificar, pero de baja cuantía. En esencia, son costos que se eliminan y que se transfieren al colaborador.
Otras reacciones
Prithwiraj Choudhury, profesor de la Escuela de Negocios de Harvard, en declaraciones al Washington Post no mostró entusiasmo por la medida: «parece ser un paso atrás en el tiempo». Desde su punto de vista, estas con estas decisiones se arriesga perder calidad del staff, aunque a veces parece un recurso solo para reducir personal sin cargar con el costo de los despidos.
En resumen, cree que «estamos de lleno en el mundo híbrido». Sin embargo, advierte Choudhury que «el desafío es cómo descifrar el híbrido». Y ello depende, básicamente, de la actividad que desarrolle.
Valor agregado
Hay dinámicas que resisten que los colaboradores sean desconocidos, que no concurran al mismo hábitat corporativo, pero salvo pocas rutinas, casi todas ellas o todas sin valor agregado. Pero la densidad de masa crítica, del valor agregado de una organización requiere de espacios comunes y puntos de encuentro que faciliten el acto de compartir información y elaboración, de intercambios, con la discreción que la propia acción reclama. Por ello, en algunos casos, cuando efectivamente contribuya a mejorar el servicio, será una innovación.
Todo hace pensar que estamos ante el fin del trabajo en casa, del home office. Una experiencia que sirvió para enfrentar la pandemia en las empresas, en los gobiernos y en casi todos los niveles de la educación.
Pero como práctica estable, antes debe resolver las condiciones de trabajo del colaborador, de la vida familiar, de la armonización y del estrés…y de los costos.

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