Home Sociedad La Magia de Hablarlo por María Pía Bustelo
0

La Magia de Hablarlo por María Pía Bustelo

La Magia de Hablarlo  por María Pía Bustelo
0

La Magia de Hablarlo fue creado por mí. Tengo 24 años de edad y una ilusión enorme por este proyecto.
Como de cada experiencia, buena o mala que tengamos se sacan siempre cosas positivas, de la peor depresión que he tenido y el peor momento de mi vida. Surge La Magia; que tiene por objetivo sensibilizar a la población sobre temáticas de salud mental, haciendo hincapié en la depresión, ansiedad y prevención del suicidio. A día de hoy ya he podido hablar de forma personal con alrededor de 30 personas, rescatar a una mujer del suicidio y dar charlas psicoeducativas en distintas radios del país. Además de la UTU del Balneario Buenos Aires, el rinconcito de Uruguay que me vio crecer.
La propuesta, a manos de quien caiga, es bien recibida. Por suerte, se está empezando a dejar el estigma que está ENFERMEDAD tiene, porque sí, si hablamos de depresión, es una enfermedad. No solo los tres tipos de insomnio, como el de conciliación, mantenimiento y terminal. Que, con el primero, te cuesta ‘’comenzar’’ a dormir, con el segundo, te despiertas a lo largo de la noche y el tercero, el terminal, duermes 4hs y no más. La falta de energía, una fatiga fatal, que no te permite levantarte de la cama, que por mejor que quieras estar se te hace imposible. Y el peor síntoma, sin dudas, es la anhedonia, imagínense, al hedonista, viviendo para disfrutar el placer de la vida, y el deprimido, con anhedonia, perdiendo cualquier tipo de capacidad de disfrute. Le gusta bailar, no lo disfruta, le gusta escuchar música, no siente el ritmo, le gusta juntarse con amigos, le pierde el gusto.
Así es la depresión, traicionera, porque es como una bacteria, que se va incubando, hasta que aparece y nos deja perplejos, al 80% de las personas, que no sabemos que tenemos. Pero sí tenemos bien claro, que padecemos y mucho.
A través de una tomografía, si ves un cerebro ‘’normal’’, se ven todos los químicos que necesita para ser funcional, si ves un cerebro ‘’deprimido’’, es notoria la pérdida de serotonina, dopamina, endorfinas y oxitocina. Los químicos felices, como me gusta decirles a mí, para que lo entienda todo el mundo. Intento usar un lenguaje sencillo, divertido, para que no quepa duda de lo que hoy, aquí estás leyendo.
Me formé con el grupo de profesionales de la Fundación Cazabajones, siendo Técnica en atención primaria en Salud Mental, de la mano de mi hermano, el Doctor Epidemiólogo en Psiquiatría, Pedro Bustelo. El cual, considero uno de los mejores profesionales cuando de depresión se trata, ya que se especializó y estudió 18 años, haciendo medicina general, psiquiatría, posgrado en San Pablo y posdoctorado en Londres. Es así, como se trajo al Uruguay, información valiosísima, que ha salvado muchas vidas, alegrado otras y resucitado unas cuantas.
La semana que viene, voy a tener el gusto de ser recibida en la casa de la suicidóloga, presidenta de ASULAC, La Asociación de Suicidología de América Latina y El Caribe. Para seguir en formación y poder captar toda la información que sea de utilidad para salvar vidas y evitar, como idílico, el sufrimiento por depresión a todos los uruguayos hoy día.
Mi depresión empezó en pandemia, con una ruptura amorosa de por medio, lejos de mi familia, ya que a los 19 años, decidí irme a Barcelona, y todos esos factores, me llevaron a ese profundo pozo, que te pone un velo negro por encima de los ojos, que no te deja ver otra cosa, que no sea oscuridad. Empecé con ansiedad, pequeños mareos, hasta llegar a agarrarme de las paredes, ya que mi sensación de inestabilidad era tan grande que no lograba ni ir a la esquina a hacer un mandado sola, siempre iba del brazo de alguien. A los médicos que visité, por un año y medio buscando diagnóstico, fue la mayoría de veces en taxi, porque no siempre tenía un brazo del cual sostenerme la mayoría de las veces. Otorrinolaringólogos, especialistas en vértigo, análisis a troche y moche, neurólogos, dentistas, traumatólogos, fisioterapeutas, tratamientos fallidos, uno tras de otro, quiroprácticos, médicos y más médicos.
Recibo, después de ese largo tiempo, la respuesta. Pía, físico no es, será mental. Pase para el psicólogo, 4 o 5 sesiones, recuerdo, que sufría más en el trayecto a la consulta que lo que pudiese mejorar en esa media hora. Decido sacar hora para el psiquiatra, voy, con todo el estigma, prejuicio, pero más desesperada que nunca, capaz de lo que sea por estar mejor, con la poca voluntad que te dispone la depresión. Porque uno nunca quiere estar así, créanme que no, lo más parecido al infierno y lo más lejos del cielo que he estado.
Llego ese día a la consulta, me siento, resumo mi historia, mi desesperación TOTAL, y la respuesta de la psiquiatra fue, sos muy chica, no te voy a medicar.
Me vuelvo a Uruguay o me mato, pensé, y así lo hice, sola, con 5 valijas de 30kg cada una, aferrándome a ese poquito de cordura que me quedaba para llegar. Mis amigos me abrazan, mi familia, pero seguía, la maldita depresión seguía ahí. así que fui a un psiquiatra de ASSE, 3 minutos y afuera, una psiquiatra en consultorio propio, $3000, 40 minutos, afuera, con medicación que me mejoró, pero no del todo, no era yo aún. Diagnóstico, tras diagnóstico incorrecto. Un cansancio que ni se lo imaginan, caigo en las manos de uno de los tantos profesionales de la Fundación Cazabajones, Guzman Praderi, quien me diagnostica correctamente, Pía, tenes espectro bipolar. Desde que me empezaron a hacer efecto los remedios, una semana y media, mi vida fue dando un giro enorme, y a los 40 días, que es cuando ya ‘’la medicación se acostumbra al cuerpo’’ o al revés. Era yo de nuevo, qué alivio, ¿Cómo sobreviví tanto tiempo? Sigo sin creérmelo, porque siempre tenía ganas de no estar, de dormir, porque entre más dormía menos sufría, sueño refugio se le llama. En el período en que los psicofármacos hicieron su efecto, se suicida un conocido, llorando, pensé, esto no puede seguir pasando, tengo que hacer algo. A raíz de mi vivencia, que no hay mal que por bien no valga, aprendí que el 90% de los suicidios consumados son por depresión, y yo no quiero que nadie sufra lo mismo que yo sufrí, ni mi peor enemigo. Siempre pienso, no tuve intentos de autoeliminación, los que los tuvieron, o lo lograron ¿Cuánto sufrieron? La Magia de Hablarlo llegó con todas las fuerzas para ayudar, a quien sea necesario, haciendo especial énfasis en los jóvenes, pero sin distinción de edad, que sufrir, sufrimos todos. Al día de hoy tengo venta de productos con mi logo, defensores del bienestar mental e imparto charlas a empresas privadas y públicas sobre el tema. Mi número de teléfono es 096 952 774 y en redes sociales, facebook, tik tok e instagram, en todas, como La Magia de Hablarlo.

POR MÁS PERIODISMO, APOYÁ VOCES

Nunca negamos nuestra línea editorial, pero tenemos un dogma: la absoluta amplitud para publicar a todos los que piensan diferente. Mantuvimos la independencia de partidos o gobiernos y nunca respondimos a intereses corporativos de ningún tipo de ideología. Hablemos claro, como siempre: necesitamos ayuda para sobrevivir.

Todas las semanas imprimimos 2500 ejemplares y vamos colgando en nuestra web todas las notas que son de libre acceso sin límite. Decenas de miles, nos leen en forma digital cada semana. No vamos a hacer suscripciones ni restringir nuestros contenidos.

Pensamos que el periodismo igual que la libertad, debe ser libre. Y es por eso que lanzamos una campaña de apoyo financiero y esperamos tu aporte solidario.
Si alguna vez te hicimos pensar con una nota, apoyá a VOCES.
Si muchas veces te enojaste con una opinión, apoyá a VOCES.
Si en alguna ocasión te encantó una entrevista, apoyá a VOCES.
Si encontraste algo novedoso en nuestras páginas, apoyá a VOCES
Si creés que la información confiable y el debate de ideas son fundamentales para tener una democracia plena, contá con VOCES.

Sin ti, no es posible el periodismo independiente; contamos contigo. Conozca aquí las opciones de apoyo.

//pagead2.googlesyndication.com/pagead/js/adsbygoogle.js
Semanario Voces Simplemente Voces. Nos interesa el debate de ideas. Ser capaces de generar nuevas líneas de pensamiento para perfeccionar la democracia uruguaya. Somos intransigentes defensores de la libertad de expresión y opinión. No tememos la lucha ideológica, por el contrario nos motiva a aprender más, a estudiar más y a no considerarnos dueños de la verdad.