Home Sociedad Las peripecias de formar un club cannábico en Uruguay – Vol. III. por Guillermo Raffo
0

Las peripecias de formar un club cannábico en Uruguay – Vol. III. por Guillermo Raffo

Las peripecias de formar un club cannábico en Uruguay – Vol. III. por Guillermo Raffo
0

APRENDIENDO A TU RIESGO

En los primeros dos volúmenes de estas peripecias pudimos ver los requisitos necesarios para ser un club cannábico en Uruguay y para constituirse como tal con el objetivo de obtener una licencia de cultivo, cosecha y acopio en esa modalidad. En este tercer y último volumen vamos a comentarles los principales problemas y dilemas que enfrentan los clubes para ejercer el objeto social y no morir en el intento.
Generalmente, cuando se decide conformar un club cannábico, muchas de las cuestiones o tareas que vamos a comentarles a continuación ya han sido tenidas en cuenta o directamente ya han sido decididas por quienes desean emprender el camino, desarrollándose en paralelo los trámites necesarios para constituirse como asociación civil y la implementación u obtención de la infraestructura requerida para habilitar la sede y funcionar.
Por ejemplo, debemos decidir si dentro del departamento en que desarrollaremos nuestro objeto vamos a estar ubicados en un padrón rural o en un padrón urbano, con todo lo que ello implicará desde los requerimientos exigidos para uno u otro caso como vimos, vamos a decidir si realizamos un cultivo indoor o un cultivo en exterior o si queremos desarrollar nuestra actividad en modalidad mixta contando con salas para ambas modalidades.
Por lo tanto, como primera conclusión, podemos decir que es en el ejercicio de la tarea donde se encuentran gran parte de las problemáticas y los dilemas de producción que enfrentamos como asociaciones civiles a la hora de poder cumplir con el objeto, debido a que, para la solicitud de la licencia y más precisamente en el plan de cultivo, es necesario contar con todas estas cuestiones resueltas describiendo nuestra infraestructura y nuestro plan de distribución.
Para iniciar, debemos describir cual será nuestro material genético de inicio, sin olvidar lo que nos dice el artículo 46 del decreto 120/014: (El IRCCA, en ejercicio de sus cometidos realizará en forma exclusiva la importación de semillas o esquejes para el cultivo de plantas de cannabis psicoactivo para ser destinada a los productores de cannabis psicoactivo para dispensación en Farmacias, a las personas físicas que cultiven en forma doméstica cannabis psicoactivo y a los clubes de membrecía). Es más que evidente, para cualquier persona un poco interiorizada en el tema, que esta parte de la regulación no se aplica, sin embargo, no está demás aclararlo para alguien que no lo tenga presente y para demostrar que el primer omiso en la regulación, por suerte, es el propio instituto en sus deberes. Muchas causas pueden ser razón de esta no aplicación de la norma, creyendo personalmente que hubo un mal asesoramiento y falta de previsión e idea en lo que implicaría esto para un Estado que poco conoce y poco invierte en esta política pública de drogas.
Pero siguiendo con el tema, si partimos para nuestra propia producción desde semillas, debemos decir de donde obtenemos las mismas, siendo la opción más viable y eficiente para complacer al instituto y su fiscalización decir que partimos de semillas donadas por nuestros propios socios. De no ser así, deberíamos decir quien nos dona las mismas y hacer las guías para ello o estaríamos ingresando en un ilícito como es la compra de semillas, actividad que, si bien es realizada por muchísimos comercios, aún no es legal en nuestro país para el cannabis psicoactivo. También podemos arrancar desde plantines o esquejes, más conocidos como clones, pero lo mismo pasa ya que deberíamos hacer la guía desde el club o el auto cultivador que nos dona el material vegetal de inicio, y no es que sea complicado el proceso en sí, la cuestión es que no encontramos una razón para esto ya que no hay peligro de psicoactividad ninguno y sería un esfuerzo innecesario para el instituto controlar las plantas en esa etapa.
Ahora bien, una vez que ya tenemos nuestros plantines comenzamos con la etapa de crecimiento de los mismos, lo que se conoce como etapa vegetativa de las plantas. En esta etapa las plantas necesitan entre 16/20 horas de luz diarias idealmente por lo que nuestra modalidad de club también dependerá de los procesos solares, por ejemplo, si soy un club de exterior necesito plantar necesariamente entre fines de octubre y diciembre para obtener una buena cosecha, en cambio si la modalidad que tenemos es de cultivo indoor esto no será un problema ya que se recrean las condiciones de cultivo en cada una de las salas utilizadas, el tema a tener en cuenta en este caso será el costo y la cantidad de energía eléctrica necesaria.
Durante la etapa de vegetativo podemos desarrollar nuestros propios plantines utilizando las plantas como madres, obteniendo esquejes (clones) de las mismas que luego de enraizar pasarán a ser nuevos plantines y darán lugar a otro ciclo de cultivo si aplicamos correctamente todos los cuidados necesarios.
La etapa de vegetativo termina y da paso a la etapa de floración, esto sucede cuando la luz solar diaria comienza a ser de una duración de 12 horas o menos, en cultivo interior puede durar el tiempo que se quiera ya que se reproducen las condiciones ideales para cada etapa de cultivo siendo necesario únicamente el cambio de horas luz que reciban las plantas. Esta etapa de floración puede durar entre 6 y 10 semanas dependiendo de las variedades cultivadas y algunos otros factores.
Si bien durante el vegetativo es importante la sanidad y el cuidado de las plantas, es en la etapa de floración donde se juega el verdadero resultado final del cultivo, es la etapa más crítica y la que enfrenta mayores y más diversos peligros para los clubes, siendo imprescindible tener un control diario de las salas y de su funcionamiento. Pero antes de ingresar en los peligros que enfrentan los cultivos en la etapa de floración sería necesario contarles un poco sobre qué es lo que necesita una sala de cultivo como infraestructura mínima para cumplir con su finalidad de manera correcta.
Una sala debe emular las condiciones propicias para el cultivo que deseamos, en este caso cannabis, por lo tanto, precisa parámetros de temperatura y humedad determinados dependiendo de la etapa en la que se encuentre, por esa razón vamos a necesitar aire acondicionado y en algunos casos un deshumidificador. Debe, además, tener cambio y circulación de aire por lo que se precisará intracciòn y extracción de aire y algunos ventiladores que lo hagan circular dentro de la sala y todo esto simplemente para mantener el clima y sin contar las posibles interacciones que tendrá dependiendo de los focos que utilizamos dentro de la sala, ya que nuestra elección puede ir desde los focos de sodio, a los lec y/o a las luces led que tienen un gran espectro de calidades y precios.
Como ven, no solo se necesitan todos los implementos para las plantas propiamente dichas, como pueden ser los sustratos, las macetas y los nutrientes, sino que es igual o más importante tener la infraestructura correcta para lograr las condiciones propicias a nivel climático y esto no significa que sean laboratorios de cannabis como continuamente informan los noticiosos cuando se dan allanamientos o incautaciones en salas de cultivos no registradas.

Un club, para desarrollar su tarea, debe contar con al menos 2 o 3 salas acondicionadas como recién mencionamos, por lo que se puede inferir que no son menores los costos de producción ya sean para el propio armado como para el costo de tarifas y servicios necesarios que se asumen para llevar adelante la producción y el funcionamiento de todo el equipamiento utilizado.
Todo este proceso que describimos brevemente debe ser informado al IRCCA a través del portal de clubes en cada una de sus etapas, con fechas y diferenciaciones para cada una de las plantas que permitan seguir la trazabilidad de nuestro material vegetal de cultivo desde el inicio, incluso aquellas plantas que son descartadas o eliminadas por padecer enfermedades o no ser aptas para continuar en el cultivo, hecho que luego será inspeccionado por fiscalización en cada una de sus visitas.
Pero volviendo a la etapa de floración, donde comienza la parte critica del cultivo, debemos asegurarnos que nuestras plantas produzcan flores de calidad, para ello es necesario asegurar el ambiente propicio y comenzar con aplicación preventiva de productos en su mayoría orgánicos y/o minerales para lograr un cultivo saludable y evitar así los hongos y las plagas que deterioran o destruyen el resultado final. Simplemente por mencionar algunos de los males a los cuales nos enfrentamos podemos decir que el fusarium, el oídio, la arañita roja, la lagarta, los trips y la mosca blanca entre otros pueden ser los peores y ni que hablar que una mala aplicación o un exceso de alimentación o de agua lo que también deriva en problemas productivos, que muchas veces incluso nos obligan a adelantar la cosecha si no la queremos perder.
Suponiendo que todo este trabajo que relatamos tuvo éxito y pudo ser encarado por el club en cuanto a los gastos, la inversión, el trabajo y el esfuerzo del colectivo, llegamos a la mejor etapa de nuestra asociación civil, la cosecha, que implica un trabajo final que no es menor, debiendo separarse los cogollos de las plantas para encarar la etapa de trimming o poda la cual generalmente se realiza de manera manual pero que se puede realizar utilizando maquinas especializadas para la tarea ya que hoy en día el crecimiento del mercado ha hecho aparecer empresas particulares que ofrecen ese servicio para los productores.
Lista la peluquería de nuestras flores, las mismas pasan a reposar y curar en el cuarto de secado y acopio, necesario para cada club cuando pretende obtener la mencionada licencia. El cuarto de secado y acopio debe tener seguridad reforzada (reja en la puerta) y deberá contar con un mueble amurado a la pared para guardar nuestra producción, la que deberá ser declarada en el portal de clubes como máximo con un mes de diferencia.
En cuanto al stock, es necesario tener en cuenta que las declaraciones deben ser hechas con respecto al material húmedo y luego con respecto al mismo material en seco, como lo solicita el IRCCA, hecho que debemos tener en cuenta ya que, durante la etapa de secado y curado, el cogollo pierde entre el 70/80% de su peso inicial, por lo que podemos afirmar que de una producción de 10 kg de flores húmedas vamos a obtener entre 2 y 3 kg finales de flores secas.
Este producto final, que obtenemos luego de todo el proceso descripto, es lo que tendremos para distribuir o dispensar entre los socios del club, debiendo completar los recibos de entrega que luego hagan concordar el stock acopiado con los gramos entregados, situación que de no ser así recibe las correspondientes sanciones del Instituto.
Como hemos podido ver, realizar todas las tareas y todos los trámites requeridos para constituirse como club cannábico, no es una empresa fácil de abordar, siendo esta una actividad que principalmente está encarada por quienes creen en la regulación y accionan de manera correcta en pos de un mercado regulado de cannabis y no en su contra como se ha dicho o se ha querido instaurar por parte de los detractores de esta política pública de drogas.
Tampoco hemos podido abordar en la presente nota la situación que se da con aquellos clubes que pierden sus cosechas ya sea por impericia, problemas de cultivo o hurtos siendo otro de los aspectos a mejorar por parte de la normativa.
Esperando que al menos estas peripecias hayan servido para que puedan formarse una idea más clara de lo que implica ser un club cannábico en el Uruguay, nos despedimos y esperamos reencontrarlos en una nueva columna de la vaca verde, gracias.

POR MÁS PERIODISMO, APOYÁ VOCES

Nunca negamos nuestra línea editorial, pero tenemos un dogma: la absoluta amplitud para publicar a todos los que piensan diferente. Mantuvimos la independencia de partidos o gobiernos y nunca respondimos a intereses corporativos de ningún tipo de ideología. Hablemos claro, como siempre: necesitamos ayuda para sobrevivir.

Todas las semanas imprimimos 2500 ejemplares y vamos colgando en nuestra web todas las notas que son de libre acceso sin límite. Decenas de miles, nos leen en forma digital cada semana. No vamos a hacer suscripciones ni restringir nuestros contenidos.

Pensamos que el periodismo igual que la libertad, debe ser libre. Y es por eso que lanzamos una campaña de apoyo financiero y esperamos tu aporte solidario.
Si alguna vez te hicimos pensar con una nota, apoyá a VOCES.
Si muchas veces te enojaste con una opinión, apoyá a VOCES.
Si en alguna ocasión te encantó una entrevista, apoyá a VOCES.
Si encontraste algo novedoso en nuestras páginas, apoyá a VOCES
Si creés que la información confiable y el debate de ideas son fundamentales para tener una democracia plena, contá con VOCES.

Sin ti, no es posible el periodismo independiente; contamos contigo. Conozca aquí las opciones de apoyo.

//pagead2.googlesyndication.com/pagead/js/adsbygoogle.js
Semanario Voces Simplemente Voces. Nos interesa el debate de ideas. Ser capaces de generar nuevas líneas de pensamiento para perfeccionar la democracia uruguaya. Somos intransigentes defensores de la libertad de expresión y opinión. No tememos la lucha ideológica, por el contrario nos motiva a aprender más, a estudiar más y a no considerarnos dueños de la verdad.