Se esbozarán los rasgos de la economía europea del período cuando se redescubre América.
En las sociedades pre-capitalistas se producen valores de uso (artículos) que son productos del trabajo para el consumo de los productores. Cuando les sobran unos y necesitan otros, los truecan. Ya en los modos de producción anteriores al capitalismo, hay artículos para la venta (mercancías), que reúnen un valor de uso y un valor de venta: una torta frita tiene valor de uso en tanto puede destinarse al consumo individual o familiar, y valor de cambio, al destinarse para la venta. En la operación mercancía-dinero-mercancía (M-D-M) el valor de los extremos es el mismo. D es intermediario para comprar valores; y D puede ser monedas, cueros, granos, etc.
El modo de producción capitalista separa a los productores (campesinos, artesanos) de sus medios de producción), concentra -por costosos- esos medios de producción en manos de la burguesía, y aparece una clase que vive de vender su fuerza de trabajo.
El capital existe desde hace milenios. Pero con el modo de producción capitalista el capital penetra en la producción y ya no es un simple intermediario. Antes de aquél, el comerciante posee dinero, y con él compra una mercancía para obtener más dinero (D-M-D’). El D es empleado como capital, cuando se destina a una transacción que rinde o promete rendir una ganancia, pero no lo es cuando se usa para comprar una mercancía para ser consumida.
Con el capitalismo la operación es D-M-P-M’-D’. El capitalista con D, compra una tela (M), con ella el obrero produce (P) un vestido (M’) que se vende para obtener más D’.En lo que produce el obrero con su fuerza de trabajo (por encima de lo que se le paga en salario) está el incremento del capital o plusvalía. Y en la sociedad capitalista la mayoría de la producción se compone de mercancías; es “un inmenso arsenal de mercancías”. (1)
La Península Ibérica y Europa
A diferencia del resto de Europa, la Península Ibérica registra un curso feudal atípico, ya que la presencia musulmana desde el siglo VIII le imprime caracteres específicos, basado en el modo tributario de producción. La reconquista cristiana prepara la nacionalidad católica desde el siglo XIII, y en los siglos XV y XVI se ubica a la vanguardia de los descubrimientos.
En Europa el crecimiento capitalista más la protección a las industrias nacionales originan las doctrinas mercantilistas, que buscan una balanza comercial favorable. Y del enfrentamiento de las potencias mercantilistas surgen guerras. El formidable crecimiento de las fuerzas productivas choca con las viejas relaciones sociales. Los capitalistas barren con las fronteras feudales: peajes, impuestos y diversas prerrogativas nobiliarias.
Los siglos XIV, XV y XVI
En estos siglos hay un proceso en tres actos: a) la burguesía, tras el progreso industrial-comercial choca con la nobleza (defensora de la sociedad rural, con siervos, dispersión política-jurídica-militar y mínimo comercio); b) la burguesía apoya contra la nobleza a los reyes absolutos, que arbitran la lucha de clases y practican el mercantilismo. El más destacado, Carlos I de España (o V del Sacro Imperio Romano Germánico), nieto de los Reyes Católicos, cobra tributos regulares, dispone de un ejército permanente y una administración centralizada. Con esos recursos, nacen las Grandes Potencias, de vastos territorios y riquezas; c) la burguesía se libera progresivamente del absolutismo merced a revoluciones: la holandesa (siglo XVI), la inglesa (XVII) y la francesa (XVIII).
A su vez, el redescubrimiento perfecciona la producción científica que transforma la economía y la política de esos siglos. Este período es el Renacimiento. En él se comienza a cuestionar la teoría geocéntrica según la cual la Tierra, residencia del hombre creado a imagen y semejanza de Dios, es el centro del universo. Esto genera la inmediata reacción de la Iglesia Católica, por lo cual quienes la cuestionan, son llevados ante la Inquisición. Se destacan científicos como Copérnico (1473-1543) que sostiene que la Tierra gira alrededor del Sol, con un doble movimiento de rotación y de traslación. Medio siglo después las observaciones de Tycho Brahe (1546-1601), su sistematización por Kepler (1571-1630) y los estudios de Galileo (1564-1642) -publicados en italiano, la lengua vulgar y no en latín, la lengua académica- confirman sus ideas. Se forman sociedades científicas, se reivindica la integración del trabajo intelectual y manual, la formación humana en todas las áreas. Y las innovaciones continúan con repercusiones diversas: los trabajadores propietarios de la minería son desplazados por capitalistas (y resultan predecesores del proletariado), finaliza el poder de las corporaciones medievales, surgen las grandes fortunas (los Függers), crecen las ciudades, se instalan las primeras fábricas y con el desarrollo de los ejércitos se perfeccionan los armamentos empleados en nuevas guerras, mientras que con las construcciones navales se expande el comercio marítimo, al tiempo que las empresas son financiadas por créditos de los grandes bancos.
El redescubrimiento de América
Tras el redescubrimiento sobreviene la conquista (la imposición por las armas) y después la colonización (poblar, establecerse), sucesión que no siempre se repite, ya que Inglaterra primero coloniza y después conquista debido a la resistencia de los aborígenes.
Los viajes de españoles y portugueses inician la expansión transatlántica de Europa. La difusión de la brújula, la pólvora, las armas de fuego y el papel y la imprenta lo permiten. A fines del XV y principios del XVI los europeos, en particular los citados, se aventuran por el Atlántico en pos de nuevas rutas hacia distintas regiones del planeta. Esos viajes revelan la existencia del Nuevo Mundo (NM) y por la ruta del Cabo de Buena Esperanza -descubierta por el portugués Vasco da Gama (1497-1499)- se llega al Lejano Oriente. Los viajes son fruto del deseo de riquezas, del espíritu aventurero y del deseo de propagar el cristianismo entre pueblos extraños, así como de la reacción contra el monopolio de las ciudades italianas en su comercio con el Cercano Oriente y contra el obstáculo representado por los turcos impidiendo el comercio por el Mediterráneo.
La ubicación geográfica de Portugal propicia su vocación marítima y mercantil. El tráfico entre las ciudades de Flandes y de Italia convierte al puerto de Lisboa y a otros, en escala obligada y centros de intercambio comercial. Además, a principios del siglo XV, Portugal ha expulsado a los musulmanes. Eso permite a Don Enrique el Navegante (1394-1460) fundar la Escuela de Sagres en el Cabo de San Vicente, rodearse de científicos y convertir a sus pilotos en avezados marinos. Los portugueses exploran la costa africana e islas del Atlántico. Y aunque el comercio se reduce al comienzo principalmente al marfil y al tráfico de esclavos, se disipan las leyendas sobre el “mar tenebroso”.
Mientras tanto Cristóbal Colón (1456-1506), navegante genovés radicado en Portugal, se persuade de la esfericidad de la Tierra, y cree posible pasar de Europa a la India navegando hacia el oeste. Fracasa en obtener ayuda en Portugal, pasa a España, que acepta sus propuestas, y que, por ende, será la principal nación “descubridora”, con sus cuatro viajes entre 1492 y 1502. Después del primero y con la creencia de haber llegado a las “Indias”, Colón anuncia que ha llegado a Asia, aspiración de los portugueses. El Papa media y las negociaciones terminan con el Tratado de Tordesillas (1494) que establece una línea imaginaria que corre a 370 leguas de las Islas del Cabo Verde, que reconoce al este las posesiones de los portugueses y al oeste de Castilla. Los portugueses recién llegan a Brasil en 1500, porque priorizan sus vínculos con Oriente.
Europa se convierte en el eje de la economía mundial, a la que afluyen especias y productos americanos desconocidos, algunos de los cuales se aclimatan en ella: la papa, el boniato, el maíz, el tomate, el cacao, el tabaco, etc. y luego, tras vencer a los imperios de los aztecas y de los incas, afluyen cantidades de oro y plata que ponen fin a la deflación.
La consecuencia política más trascendente es que los estados del Atlántico, España y Portugal y luego Francia, Inglaterra y Holanda, se convierten en las grandes potencias coloniales de los tiempos modernos.
El nombre de América, proviene del florentino Américo Vespucio (1451-1512). En sus crónicas es el primero en hablar del NM, aunque no supo que estas tierras constituían un nuevo continente.
La conquista
Alrededor de quinientos hombres inician la conquista de México, ciento ochenta la de Perú. ¿Cómo se explica su victoria frente a estados de millones de súbditos?
Los españoles cuentan con la ventaja de su fe misionera que les otorga confianza absoluta en la victoria, frente a pueblos cuya religión tan solo les exige pelear y/o morir con valor.
La diferencia de armas es tremenda, con la superioridad del hierro y del acero. Las espadas son fundamentales en la lucha cuerpo a cuerpo. Y la ballesta abate a mayor distancia que el arco y la flecha. Las armas de fuego tienen importancia sicológica, pues sus estampidos son interpretados como voces de los dioses, aunque son escasas en los primeros años.
El caballo y el perro aterrorizan. Por su movilidad y fuerza los caballos dan superioridad en la llanura, por lo que sus jinetes llevan la pelea a esos terrenos y los indígenas a los riscos. Tal es su valor que el jinete recibe más tesoro que el soldado de infantería en el reparto del botín. Los perros europeos, dogos y mastines, son desconocidos por los indígenas que solo conocen perros chicos. Aquéllos hieren y matan con sus dientes, sobre todo a los pueblos que andan desnudos como los caribes; huelen y descubren de lejos, son centinelas en los campamentos nocturnos. ¡Se llega a asignarles sueldos y beneficios en el reparto del botín!
Los españoles se aprovechan de mitos y supersticiones de los indígenas, que los paralizan. Los dioses principales (Quetzalcoatl, Viracocha) según las leyendas, se habrían alejado por mar prometiendo volver para castigar los pecados. Los grandes navíos, el enorme velamen, el color de la piel, las largas barbas, el brillo del acero, el estruendo de la artillería, lleva a que los españoles sean confundidos con los dioses, empobreciendo la resistencia.
Por último, los totonecas y tlascaltecas, oprimidos por los aztecas reciben con alegría a los españoles y se alían con ellos. Pizarro a su vez, utiliza hábilmente la guerra civil incaica.
Síntesis del siglo XVI
Algunos de los principales acontecimientos son:
Aztecas: los sacerdotes creen llegado el fin del mundo con los viajes de Colón (1507); 1519 Cortés llega a Tenochtitlán; 1521, cae esa ciudad; 1525 fin del Imperio Azteca.
Mayas: 1511 dos españoles son esclavizados;1518, Grijalva explora la costa y descubre ciudades; 1527 Montejo llega a Yucatán; 1535 es derrotado; 1542 Montejo el Joven reanuda la guerra; 1546 fin de la resistencia en Yucatán; 1622 fracasa el intento maya de liberación; 1697 fin del Imperio Maya.
Incas: 1513: los españoles descubren el Océano Pacífico y los incas lo advierten; 1527: primer desembarco de Pizarro y muerte de Huayna Capac; 1537, el Imperio Incaico es sometido; 1537, Manco II, crea el Estado neo-incaico en Vilcapampa; 1572 fin del Estado neo-incaico.
España: 1516: Carlos I, rey de España; 1556: comienza el reinado de Felipe II.
En menos de un siglo los españoles ocupan la extensión comprendida entre los dos océanos, y desde el sur de EE.UU. a la Tierra del Fuego. La mayoría de estas tierras están pobladas por indígenas en estado de salvajismo, más en algunas comarcas vivían tribus que habían alcanzado la barbarie (producen) y aún la civilización (ciudades, escritura, etc.): los aztecas en México, los mayas en Yucatán, los incas en el Perú, además de las culturas “intermedias”: los diaguitas en el noroeste argentino, los chibchas en la meseta colombiana.
Portugal presta atención al Oriente, civilizado y rico y se convierte en primera potencia. Álvarez Cabral pasa por Brasil (1500) que no atrae. Recién por 1530 Portugal lo comienza a colonizar, en base al latifundio y a esclavos africanos para trabajar la caña de azúcar, y en el siglo XVIII a la extracción de oro. Pero el país es anexado por España bajo Felipe II (1580-1640) y desde mediados del siglo XVII está bajo la hegemonía inglesa.
Las otras potencias llegan tarde. Inglaterra se dirige a las tierras no ocupadas por los españoles -carentes de metales preciosos- principalmente en América del Norte y el Caribe. En la primera forman trece colonias antes de verse obligados a conquistar debido a la resistencia indígena. Luego incorpora Luisiana tras la Guerra de Siete Años con Francia (1756-1763). En el Caribe, tiene las colonias que más atraen y Barbados es considerada la joya de la Corona. En todas las colonias la religión gobierna la vida pública y privada, bajo el poder de la Iglesia Anglicana, nacida en 1534. Sus leyes monopolistas perjudican sobre todo a las colonias del norte (Nueva Inglaterra), que poseen una economía de pequeños propietarios libres, única estructura que deriva hacia un capitalismo mercantil autónomo y no periférico.
Las Provincias Unidas (Holanda) reconocidas independientes por España en 1648, llegan ser la primera nación europea por el desarrollo de su marina, industria y finanzas, pero pronto pasa a un segundo plano y se ve envuelta en guerras europeas. Su rol en América es secundario: funda Nueva Amsterdam (1626) la futura Nueva York; Sebaldo de Weert (1600) descubre las Islas Malvinas, pero en 1664 los holandeses son desalojados de ellas por los ingleses; coloniza un tercio del noreste de Brasil entre 1630 y 1654 y algunas posesiones en el Caribe.
Francia se dirige a América del Norte y ocupa la “Nueva Francia”, integrada por Canadá, Terranova y los Grandes Lagos, además de Luisiana con viajes realizados desde 1497 y principios del XVI. Se consolida en el XVII, se dedica a la pesca y peletería, pero pierde casi todas sus posesiones al final de la Guerra de Siete Años (1763) contra Gran Bretaña. En el Caribe aparece en el XVII en pos del azúcar (aún tiene algunas islas) y en América del Sur en la Guayana (1604), en la que también se mantiene hoy.
Dinamarca coloniza Groenlandia. Suecia, por pocos años y en escaso territorio, está presente en América del Norte sobre el Atlántico.
NOTAS
(1). Carlos Marx: “El Capital”
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