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OLÍMPICA SIN NUMERAR – Diego Lugano: El Maestro le da estabilidad al fútbol uruguayo por Gerardo Tagliaferro

OLÍMPICA SIN NUMERAR – Diego Lugano: El Maestro le da estabilidad al fútbol uruguayo por Gerardo Tagliaferro
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La voz de Diego Lugano, a 1.500 kilómetros que se transforman en nada por gracia del bendito whatsapp, suena potente, enérgica, como cuando amenazó al árbitro suizo Massimo Busacca con prender fuego todo si interrumpía el himno que entonaba con patriótica unción murguera el zurdo Bessio. Llueve en Montevideo y hace frío, pero en San Pablo el sol entibia lo que rotula como una mañana fresca. Uruguay ha jugado dos partidos en la Copa América y, como manda la tradición del “proceso Tabárez”, ha arrancado el torneo bajo una espesa niebla que, ahora que traduzco la charla en caracteres, parece comenzar a disiparse con las victorias sobre Bolivia y Paraguay. El ex capitán celeste, devenido en alto funcionario del San Pablo, está del otro lado de la pantalla para conversar sobre todo eso que nos apasiona, mucho más en tiempos de celeste sobre el verde gramado. El fútbol de Uruguay dentro y fuera del campo, en la palabra de este señor que fue el cerebro – ¿o mejor decir el músculo? – del temblor estructural que sacudió en los últimos años a la AUF.

 

¿Cómo estás viendo el nivel de la Copa América?

Todo lo que rodeó a la Copa hace que el nivel de intensidad en los primeros partidos no sea el mejor. Pero a medida que pasan los días todas las selecciones van metiéndose mental y emocionalmente y empiezan a verse los mejores partidos.

A Uruguay le cuestan mucho los arranques. ¿Por qué pasa eso?

La verdad que no lo sé, pero es verdad. En la Copa América 2007 perdimos el primero partido (0-3 con Perú), empatamos en 2011 (1-1 con Perú), empatamos en el Mundial 2010 (0-0 con Francia), perdimos en el Mundial 2014 (1-3 con Costa Rica) … no tengo una respuesta. Nos cuesta ser protagonistas desde el comienzo.

Arriesgo una teoría. Tabárez es un entrenador que intenta quitarle presión al fútbol: “no es una guerra”, “no es de vida o muerte”. Y quizás a jugadores como los uruguayos que están acostumbrados a un nivel de tensión muy grande en torno al fútbol, eso le quita revoluciones. Después, con esos primeros resultados que en general han sido malos, las recuperan.

Es una buena observación. Lo del Maestro es tal cual, él le quita mucho drama al fútbol y eso en algunos momentos ayuda muchísimo. Especialmente en Eliminatorias. Nosotros precisamos a veces estar con las revoluciones a full, tener un enemigo enfrente más que un rival, y eso nos motiva. Tiene que haber una explicación para eso que decís, que es tal cual. Los jugadores vamos agarrando la energía en la medida que avanza la competición. Uruguay, a diferencia de otras selecciones, se fortalece en la convivencia y eso nos juega a favor para ir creciendo. Hay buena convivencia en la selección, y en otras eso no pasa.

También han sido constante, en estos 15 años del “proceso” del Maestro Tabárez, los bajones pronunciados que ha tenido la selección en las Eliminatorias. En la Eliminatoria para el mundial de Brasil hubo un período en el que de 18 puntos se ganaron 2. O lo que sucedió en los dos últimos partidos por Eliminatoria y los dos primeros por la Copa América.

En 2013 veníamos de la mayor racha invicta de la historia de la selección uruguaya: 20 partidos y jugando contra Holanda, Italia, Francia, Copa América 2011. Estábamos segundos en el ranking FIFA. Y fuimos a jugar a Barranquilla con 40 grados y 100 por ciento de humedad y nos comimos una goleada (0-4 con Colombia). En aquel momento coincidió también con que inmediatamente me lesioné yo, Diego (Forlán) empezó a jugar menos, fue un momento de complicación. Pero nos costó una enormidad salir de ese bajón. Los uruguayos apostamos mucho a lo emocional y menos a lo estrictamente futbolístico. Cuando jugamos contra los europeos muchas veces decimos: pah, estos locos lo están pensando el partido y comentamos entre nosotros por qué no lo podemos hacer también. Nosotros lo sentimos el partido, no lo pensamos tanto. Eso tiene sus pro y sus contra, porque muchas veces esa rebeldía nos ayuda a salir de un bache, pero también nos cuesta desde lo futbolístico.

Parecería que cuesta ensamblar lo futbolístico con lo emocional. Si se le da importancia a un aspecto, se descuida el otro.

Exactamente, eso siempre notamos que era nuestro gran déficit. Y más como somos en Uruguay, cuando tenés una carga grande de adrenalina, de emoción, a los uruguayos nos cuesta combinar las dos cosas. Es un tema interesante para analizar. Nos cuesta enormemente separar lo emocional de lo futbolístico, en el sentido de que un mal momento emocional no afecte lo futbolístico y viceversa. Y mucho más cuando jugás a nivel de selección porque el uruguayo es más hincha que ninguno de su selección. Eso si te lo puedo asegurar porque he jugado con compañeros de muchos países. Hay algo cultural ahí, pero te aseguro que no hay argentino ni brasilero ni nada que sea como nosotros. El fútbol es un deporte donde tenés que tener precisión milimétrica y también hay un contenido táctico, de pensar lo que está pasando, y cuando vos le metés mucha pasión perdés un poco esa razón. Por lo menos en mi época de selección eso lo sufríamos, pero a la misma vez era lo que nos daba el plus con los rivales. Sin esa forma de ser no le hubiésemos ganado a Ecuador en Quito (en las Eliminatorias 2010), no le hubiésemos ganado a Ghana (en el mundial 2010) o a Argentina en Argentina (en la Copa América 2011).

Con ese diagnóstico, y teniendo en cuenta que todos coinciden que hoy Uruguay tiene futbolistas en el mediocampo de muy buenas condiciones técnicas ¿se puede esperar que la selección juegue mejor?

Yo creo que puede y va a jugar mejor. Con el paso de los partidos Uruguay va a ir creciendo en la competición, seguramente nuestros mejores partidos están por venir, tengo seguridad de eso. Tenemos una buena selección, una buena mezcla de jugadores jóvenes y experientes, talentosos.

En calidad técnica, ¿esta es la mejor selección de estos 15 años?

Yo creo que sí. Si analizás todo el plantel, el nivel de los jugadores, dónde juegan, creo que sí. También tiene esa mezcla de experiencia con jóvenes, en eso se asemeja a la de 2010. En aquella selección los jóvenes eran el Pelado Cáceres, Godín, Suárez, Cavani, y los grandes éramos Forlán, el Ruso (Pérez), yo. Esa mezcla es muy buena y en líneas generales hay jugadores en todas las posiciones y se sigue manteniendo un perfil de selección que te da estabilidad para estar siempre entre los mejores.

Parece ser que Tabárez le da mucha más importancia a la labor defensiva que a la ofensiva, al menos en su trabajo. Siempre habla de “limitar al rival” como una premisa fundamental. ¿El Maestro trabaja en el funcionamiento ofensivo del equipo?

El equilibrio en el fútbol es todo, eso está claro, y el discurso no lo es. Está lleno de entrenadores que hablan de ofensividad y después no patean al arco, es un discurso para la hinchada.

Pero si lo tenés que comparar con otros técnicos que has tenido en tu carrera…

No varía mucho. Es obvio que un entrenador de selección trabaja mucho menos en lo táctico y mucho más en la formación de grupos porque no hay tiempo para trabajar.  Ni siquiera en este tipo de torneos porque cuando no jugás tenés que descansar. El trabajo del entrenador se ve más en los jugadores que coloca, cómo los coloca. La historia de nuestro fútbol es de equilibrio, por muchos momentos de respuesta y no de propuesta. Aquella máxima de que cada uno juega como vive se aplica a nuestro fútbol, porque somos una sociedad que está permanentemente respondiendo a lo que hace Brasil, a lo que hace Argentina, a lo que hace Europa. Nos cuesta enormemente el protagonismo, estar en el escenario como decía Valdano.

El miedo escénico.

No sé si miedo, pero hay una discreción natural en el uruguayo. El fútbol uruguayo ha sido siempre así.

El fútbol ha cambiado sustancialmente en el uso de los espacios en la cancha…

(Interrumpe) No cambió nada. Lo que cambió es la manera de hablar sobre lo mismo (se ríe) Antes se decía “comele la espalda al lateral” y ahora dicen “profundidad por el carril derecho”… no me jodas, todo eso es para la prensa. Antes era “vamos a tener la pelota que estamos ahogados”, ahora es “hay que sostener la posesión”… no, no me jodas (vuelve a reírse). Antes decías “ponete atrás del 5 que te busco ahí”, y ahora “busca el espacio en diagonal detrás del primer contención”… no me jodas, es todo lo mismo.

Pero hoy uno ve que todos los equipos, cuando defienden, se abroquelan  casi con dos líneas de 5 delante del área, desde Alemania para abajo, todos. Quizás Brasil no lo haga…

Lo hace también.

Bueno a eso voy, cuando el rival se abroquela así, la selección uruguaya tiene una dificultad para entrar que a veces es hasta irritante. Buscando cuidar la pelota y no caer en el centrito a la olla, la mueve hacia atrás y a los costados exasperantemente. ¿Cómo se mejora eso?

Eso es inspiración individual. En el fútbol se entrena mucho, pero lo que resuelve adentro de la cancha es la capacidad de los jugadores, sus decisiones. Entre ellas colocarte bien en el lugar que tenés estar en el momento exacto. Vos no le vas a decir a Giorgian (De Arrascaeta), que acá en Flamengo juega así, cómo moverse entre las líneas. O a Luisito (Suárez) cómo aguantar a un zaguero, eso fluye naturalmente, no depende mucho del entrenador. Hoy, en todas partes del mundo, se sobreestima mucho al entrenador, eso sí que está de moda. Esto sigue siendo fútbol y siguen resolviendo los jugadores dentro de la cancha, tomando decisiones, ganando duelos, corriendo más… eso no ha cambiado.

Uno de los jugadores que parece atado y creo que debería soltarse más es Valverde. Un futbolista muy bueno técnicamente y distinto, que puede dar mucho más. ¿Estás de acuerdo?

Y bueno, sin duda, y lo va a dar. No es fácil jugar por la selección con todo lo que significa, pero ha tenido grandes partidos y creo que va a ser uno de los líderes futbolísticos de esta camada de jugadores. Tiene que encontrar él el lugar, el espacio y la forma en esta selección. Así nos ha pasado a todos, alguien te da la chance y después está en vos.

¿Qué pensás de Facundo Torres? En nuestro medio un futbolista aparece y patea dos veces correctamente la pelota y ya buena parte del periodismo lo transforma en figura. ¿Cómo lo ves?

Es exactamente así como lo decís. En el fútbol a veces hay necesidad de darle una repercusión mayor a los jugadores porque esta pasión es así. Y eso a veces le juega a favor al jugador y a veces en contra. Sin duda Torres, como Ocampo en Nacional, son jugadores que aparecen con mucho potencial, el problema es que juegan en Uruguay. Un fútbol donde casi no hay oposición para crecer. Esa fue siempre la lucha nuestra, mejorar la competencia interna. La generación nuestra más o menos fue competitiva porque nos fuimos todos con 20 años, nos terminamos de desarrollar afuera, aprendimos a competir y a autoexigirnos. Por el profesionalismo, la exigencia, la infraestructura, todo lo que envuelve al fútbol de verdad. Entonces, estando en Uruguay el entorno, la competencia no te ayuda a dar tu 100 por ciento. En este caso, tanto Torres como Ocampo en Uruguay se destacan y estos partidos con la selección les van a hacer muy bien. Ojalá que sigan creciendo pero lamentablemente jugando en Uruguay no van a saber hasta dónde pueden llegar.

Está la otra cara de la moneda: está lleno de ejemplos que se fueron con 20 años y terminan no jugando porque disputan territorio con compañeros o rivales que son mejores que los de acá, hasta por una razón de cantidad. Y muchos se pierden por el camino.

Y muchos explotan y son Suárez, son Cavani, son Godín, son Valverde.

¿Suárez sigue siendo titular indiscutido en esta selección?

Y sí, seguro. Tas loco, no seas malo (se ríe). En Uruguay y donde sea, en Alemania. Obviamente que está en los últimos momentos de su alto rendimiento, hay que aprovecharlo y disfrutarlo a full porque no va a aparecer otro como Luis, va a ser muy difícil. Hay que disfrutarlo y chuparle hasta la última energía que tenga.

Hace unos días te preguntaron por quién debería ser el heredero de Tabárez y dijiste que debía ser un uruguayo, “salvo que fuera Simeone”. ¿Lo dijiste en serio?

Claro, porque tiene una característica muy nuestra, muy uruguaya. Y también sabiendo que es imposible porque el hombre gana como 25 o 30 millones por año allá, o 20 no sé… pero uruguayo no voy a nombrar a nadie porque lo que yo diga después tiene cierta repercusión.

Excepto Simeone, no sos partidario de que fuera un extranjero.

Es muy difícil adaptarse a la idiosincracia uruguaya, es muy difícil. Tiene que ser alguien que se adapte mucho a nuestros valores, a nuestras fortalezas y debilidades.

¿Tiene que ser alguien ligado a este proceso de 15 años?

No sé, eso no soy yo quien lo tiene que decir. Lo que sí puedo decir es que la única manera de competir… no ganar, competir… es llevando un proceso como el Maestro lo llevó. Uno anda por el mundo y ve como trabajan todas las selecciones en todos los países y ve que internamente, en Uruguay, cada vez estamos más lejos. Por algo a nivel de clubes no competimos.

¿Se sostiene el proceso sin el Maestro Tabárez?

Es que esa es la gran fortaleza del Maestro, y la razón para que siga siendo el técnico de la selección: porque le da estabilidad al fútbol uruguayo. Siempre digo que ponga a Valverde o a Vecino o que juegue 4-4-2 o 3-5-2, para lo que es la interna del fútbol uruguayo y su historia no representa nada, lo que importa es la estabilidad que le da a todas sus selecciones. Porque a nivel mundial nos ven por la selección, por suerte no miran el fútbol uruguayo interno porque si no desaparecemos del mapa. Y eso es por la figura del Maestro, su presencia, su nombre, su firmeza, lo que hemos conseguido para darle estabilidad a sus jugadores. Y es un riesgo enorme para el fútbol uruguayo que eso se pierda.

¿Qué debería pasar cuando no esté Tabárez para minimizar ese riesgo?

Que haya gente coherente, con el respaldo de los coherentes que quedan en el fútbol uruguayo y aguantando el chaparrón de los mediocres, oportunistas que no pertenecen al fútbol pero sacan ventajas de él.

¿Cómo ves hoy la institucionalidad del fútbol uruguayo?

Y bueno, mejoró muchísimo con la intervención y poniendo reglas como nunca hubo. Hoy hay integración como nunca hubo, están todas las instituciones, fútbol del interior, el femenino, los jugadores, los jueces, fútbol playa, sala, hay reglas para vender cualquier tipo de producto, hay un comité de transparencia que actúa independiente de la AUF. Los nombres… depende de la visión de cada uno. Obviamente que hay gente que quedó postergada en esta nueva visión de AUF con reglas y está haciendo la guerra y la seguirá haciendo. Eso es algo que va a ser una constante por mucho tiempo.

Es muy pronto para evaluar, pero el fútbol uruguayo sigue siendo el mismo.

Porque se cambió la AUF institución, en el fútbol interno siguen mandando los que estaban antes. No sé a qué le llamás poco cambio, pero por lo menos los ingresos económicos se multiplicaron por 10 o por 15. Si multiplicás eso por 15 años para atrás, estamos hablando de 200 millones de dólares que el fútbol uruguayo perdió. Con eso y con gente capacitada y con buenas intenciones se hubiese mejorado todo.

Es una apuesta a mediano o largo plazo.

Hoy es una realidad, los ingresos del fútbol uruguayo han aumentado por 10 en tres años. No por dos, ni por tres, por 10. ¿Y por qué antes eso no entraba y ahora sí? Porque se hacen las cosas bien y la plata del fútbol es para el fútbol.

Que eso se traduzca en una mejora del fútbol uruguayo internamente va a llevar tiempo.

Bueno ahí depende de los que dirigen los clubes. Nosotros hasta lo que es selección, estructura, reglas, ingresos, integración, hasta ahí podemos hacer. Después, seguir colocando reglas para que lo que ingrese al fútbol se quede en el fútbol, como pasa en todas las ligas del mundo, no estamos inventando nada. Eso siempre depende de buena voluntad y de gente capacitada. De las dos cosas.

¿Viste el partido Peñarol – Torque? ¿Cómo interpretás lo que sucedió?

No lo vi, algo leí de que fue un robo. Mi hijo chico que es de Peñarol me dijo que fue un robo. Es de las cosas que hay que mejorar, hay que ser más competitivo internamente para poder competir en el exterior. Porque de nada sirve seguir con la chiquita en Uruguay, de esas disputas de poder, de la picardía que ya no es picardía, hoy tenés que ser competitivo y crecer todos los días para después salir internacionalmente y competir. No ganar, simplemente competir, que ya hoy sería muy bueno para el fútbol uruguayo. Pero si seguimos con esa rosca cada vez quedamos más lejos a nivel internacional, nos seguimos haciendo trampas al solitario. Es un tema profundo, una lucha de fuerzas, de poder…

En los países futbolísticamente desarrollados, ¿los dirigentes de los clubes presionan sobre los arbitrajes?

Sí, eso pasa en todos lados. En Inglaterra no, ponele, o en Francia quizás tampoco. Pero en los países latinos en general sí. Yo estuve en Paraguay y ahí también está mal. Y así no crecés, la cuestión es a dónde querés llegar como modelo de fútbol. Si cada uno ve su chacrita siempre hay una puja de poder perjudicial, pero el que quiere al fútbol uruguayo entiende que cuanto más competitivo, más sano, más leal, mejor para todos. Si no, seguimos con las trampas al solitario.

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