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¡Quemá esas encuestas!

¡Quemá esas   encuestas!
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Se conoció la última encuesta de Cifra y los datos muestran situaciones interesantes. Tanto el Frente como el Partido Nacional crecen en su apoyo pero los partidos menores se ven muy mal parados. ¿Por qué los colorados solo logran 6% de intención de votos? ¿No rinde electoralmente lo que algún dirigente calificó como ser mascota del Herrerismo? ¿Se desinfló Cabildo Abierto que apenas convoca un 2%? ¿Cuál es el laberinto del General? ¿Les sirvió a los partidos chicos la coalición? ¿Les ha hecho perder identidad el seguidismo? ¿El elector les carga los posibles fracasos de la gestión a sus socios menores? ¿La gente opta por apoyar a la casa matriz antes que a las sucursales? ¿Mantiene nada más el Partido Independiente su fiel y menguado electorado? ¿Es posible que la coalición alcance la victoria con esta situación? ¿Nos encontramos frente a un posible triunfo del Frente en primera vuelta?
Todavía falta… por Juan Pablo Grandal

Yo para empezar pondría en tela de juicio la idea de hacer predicciones que pretendan ser serias basadas en encuestas actuales, cuando aún falta más de medio año para las elecciones generales. En estos tiempos que corren lo que puede cambiar la situación político-electoral de una sociedad, y más en plena campaña, es mucho. Las encuestas pueden tener su utilidad como una foto del momento, y poco más. Los resultados que veamos en octubre muy probablemente difieran profundamente de cualquier cosa que veamos hoy.

Ya de por sí hay datos que considero absolutamente inverosímiles. El 2% de Cabildo Abierto principalmente. Es altamente probable que si se diera lo que muchos prevén como una consolidación del voto de la coalición que favorezca al Partido Nacional, además de las consecuencias de ciertos resquemores internos dentro de Cabildo Abierto y la insatisfacción de distintas partes de su electorado original por diversas razones, el voto de Cabildo sea menor al 11% que alcanzó en el 2019. Pero el 2% es absolutamente inverosímil. Creo claro que al comenzar la campaña, y la presencia de Manini como figura aumente, esos números cambiarán. Es, a fin de cuentas, un partido con fuertes tintes caudillistas donde la relación del líder político con las masas es fundamental. Los números así de bajos deben alarmar a la dirigencia de Cabildo Abierto, me imagino, pero habría que tomarlos con pinzas.

El 6% del Partido Colorado también me parece bajo, pero no tan alejado de lo que probablemente veamos en Octubre. Es razonable pensar en un PC que ronde el 10%, un poco más o un poco menos. Sin una candidatura como la de Bordaberry o Talvi (ninguno de sus candidatos parece dar la talla) uno imagina que saquen un poco menos que las últimas dos elecciones, pero un 6% sería bastante bajo. Igualmente es posible ver un PC que vote menos que lo que votó Guillermo Stirling en 2004, lo cuál sería un escenario bastante devastador para esta divisa, dadas aquellas circunstancias.

El crecimiento de tanto el Frente Amplio y el Partido Nacional sí es bastante esperable. En el caso de la coalición de izquierda, porque al ser el principal bloque de oposición al gobierno, se beneficia del desgaste de este. Y en el caso del Partido Nacional por la ya mencionada consolidación del voto de la coalición en el partido que la lidera. Se podría imaginar un escenario en que el voto del Partido Nacional se mantenga estable en relación al 2019 o incluso aumente, pero el caudal electoral de la coalición en sí se vea disminuído. Esto es claramente auspicioso para el Frente Amplio, pero hablar de una posible victoria en primera vuelta es aún bastante apresurado. Si bien considero que una victoria de la coalición de izquierda es hoy lo más probable.

Notoriamente lo que acabo de hacer son predicciones sin ningún valor científico, más que lo que como observador de la realidad nacional puedo imaginar de cara al futuro. Las encuestas si tienen un valor científico, pero también hay que tener cuidado con los análisis que se hacen de ellas. Y tener cuidado con qué datos se mira. Poco se habla del 11% de indecisos que aparecen en esta encuesta, de los cuales muy probablemente la mayoría se terminen decantando por un candidato. Eso mismo de por sí nos muestra la volatilidad que puede haber de aquí a octubre en las intenciones de voto de los distintos candidatos y partidos.

También un elemento a tener en cuenta es que aún debemos pasar por la instancia de las elecciones internas, y tener un candidato claro al frente de cada partido político también será un elemento que modifique las decisiones de los electores a la hora de emitir su voto. Mi conclusión es que es aún muy temprano para hacer análisis muy sesudos, la ‘foto del momento’ que muestran las encuestas en la actualidad son buenas como disparadoras de discusión, pero poco más.

Rumbo al abismo por Anibal Glodoofsky

La situación actual del Partido Colorado no puede calificarse únicamente por las consecuencias de su participación en la coalición multicolor. Esto viene de antes. El abordaje al tren del Partido Nacional es una consecuencia de más de treinta años de vida partidaria girando alrededor de los encuentros y desencuentros de Julio Sanguinetti y Jorge Batlle. Esa dinámica aniquiló toda posibilidad de renovación. Se fue Tarigo, se desperdigó la generación del 80, se fue Bordaberry y se fue Talvi. Con ellos se fueron muchos jóvenes y gente sana con aportes valiosos.
El partido tampoco funciona. Sus convenciones apenas llegan a dos centenares de funcionarios públicos, cargos de confianza, secretarios, pases en comisión y todo tipo de vínculos por el estilo. Es claro que allí no se debate nada. Solo se aplaude el discurso de Sanguinetti. No se habla de las faltas éticas de los propios, ni de la corrupción en el gobierno. La renuncia de Cardoso desde la casa de Sanguinetti ha sido uno de los episodios más patéticos que ha vivido el partido en los últimos años. Por más que la justicia haya archivado su caso, es claro que una cosa es la justicia penal y otra muy distinta lo es la ética partidaria. Debió tratarse. Mucho menos se puede hablar del nepotismo del secretario general. Nada. Todo se resuelve en las tinieblas y el silencio asfixia.
El 28 de mayo de 2018, Sanguinetti solicitó una entrevista a los senadores Luis Lacalle Pou y Jorge Larrañaga para “empezar a construir una alternativa de cambio, sin que eso implique perder la identidad y perfil” de cada partido. “Frente a una alternativa de cambio que queremos producir no puedo ignorar la fuerza del Partido Nacional”, alegó. Hoy está claro que, de los seis candidatos, cuatro fueron funcionarios del gobierno herrerista y otro fue un legislador que, con algún matiz, votó todo lo que le mandaron. El único que no fue parte del gobierno ha declarado que su referente político es Luis Lacalle Pou. El Partido Colorado concurre a la elección como una especie de sub-lema del Partido Nacional. Entiéndase, con este planteo, se le está diciendo a los colorados disgustados, a los que no comparten la idea de ir en coalición con los blancos, a los batllistas… que se vayan (!).
Tampoco pareciera que alguien piense en la opción de una derrota. Nadie se imagina que sin el aporte de cuantos ocupan cargos en el Estado, el partido no va a poder pagar ni la luz, ni el agua, ni los sueldos de los funcionarios. Además, por supuesto, de que la escasa bancada estará condenada a acompañar lo que resuelvan los blancos. Se equivocó Sanguinetti cuando dijo sin “perder la identidad y perfil de cada partido”. Basta mirar los candidatos para darse cuenta de su grueso error. No es fusión: es absorción.
Sanguinetti renunció a la Secretaría General y nadie quiso ocupar el cargo. Se va cuando faltan cuatro meses para las elecciones internas. Ni él, ni nadie, quiere salir en la foto del seis por ciento pronosticado.
Lo dijimos cuando la elección interna pasada y lo hemos reiterado en cada convención (para estupor de la audiencia): la coalición va a matar al batllismo colorado. Tal parece

que si no murió, está agonizando. Pasamos de ser “el escudo de los débiles” a “pilar de los malla oro”. Para alegría de los coalicionistas ahora somos el partido “más leal”.

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