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¿SECTARISMO O REALISMO?

¿SECTARISMO O REALISMO?
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Pepe Mujica hizo declaraciones sobre la interna frentista y se levantó la polvareda. Dijo que Cosse es buenísima pero no le gana a los blancos porque en el interior no la bancan. Las reacciones en el Frente no se hicieron esperar empezando por Oscar Andrade hasta Mario Bergara. ¿Está mal expresar ese tipo de opiniones? ¿Hay que llevar una interna de guante blanco y no criticar nada de los competidores? ¿Por qué el oficialismo prefiere a Cosse como adversaria? ¿Es erróneo que Orsi tiene más llegada en el Interior? ¿Convoca votantes decir que el Frente es el candidato? ¿Cómo se deben diferenciar entre si los aspirantes a presidente?

Las encuestas no ganan elecciones por Diego Olivera

Pepe es una figura política única. Reúne una doble condición, dice lo que piensa sin rodeos y sin medir las consecuencias (incluso para él mismo o los suyos), pero sus dichos, aunque lo parezcan, están lejos de ser fortuitos. Direcciona con suma precisión sus dardos retóricos, consciente de sus efectos en la agenda pública.
En este caso dijo algo que todos más o menos manejamos como análisis de la coyuntura: Cosse tiene y tendrá dificultades electorales en el interior del país. Sin embargo, que lo diga él, lo instala como un hecho revelado. Es notable como una sola frase suya pone a discutir, en un santiamén, a todo el sistema político (Gurméndez incluido que se queja por no ser aludido).
Por su parte, a Cosse estos dardos, lejos de debilitarla, parecen fortalecerla. Da la sensación de que los desafíos le renuevan las energías. Las críticas la consolidan. Esto no quiere decir que vaya a ganar la elección, ni mucho menos. Pero sí es un claro indicador de que va a estar dando pelea en la definición. Como ya se vio en las elecciones pasadas, es una política capaz de aprender, crecer y adaptarse a nuevos desafíos en contextos cambiantes.
Orsi es el más popular según las encuestas, tanto dentro como fuera del FA. Pero las encuestas no ganan elecciones. Mucho menos una interna de participación no obligatoria. Además hay algo extraño: él no parece beneficiarse del favoritismo, sin embargo tanto ella como Mario Bergara, se están fortaleciendo en la adversidad.
El caso de Bergara es particular, porque mientras los favoritos establecen un juego de acción y reacción que intenta polarizar la elección, él emprende una nueva gira por el interior donde pone el énfasis en ejes programáticos centrados en dar respuesta a problemas muy concretos de la sociedad uruguaya (seguridad, educación, fractura social). Apunta a un electorado que tiene un peso relevante en la interna del FA, más atento a los contenidos que a los artificios de campaña.
Como en el caso que analizamos, la virtud más veces resaltada de Orsi es su posicionamiento en las encuestas. Muchos dan por sentado que va a ganar, casi que en piloto automático. Pero no queda claro hasta qué punto él y su entorno son conscientes de los efectos inmovilizantes que frecuentemente tiene el exitismo.
Mujica tiene una capacidad de comunicación y una conexión con el sentir popular absolutamente excepcional. No hay quien lo supere en ese terreno. Sin embargo, ha sido tremendamente efectivo en promover su propia figura y la de su grupo político, pero en casi ninguno de los casos en que se lo propuso, pudo transferir esa capacidad a otras figuras. ¿Será esta la vencida?

Los salieris de Pepe por Mauro Mego

No es la primera vez que la exhortación a la “unidad” camina en un solo sentido, algunos de quiénes la exigen hacen gala día por medio de su “exclusivismo” ideológico y moral, sacan el “izquierdómetro” habitualmente, por lo que no extraña que acusen a otros de lo mismo que practican. Notoriamente la figura de Pepe Mujica no es cualquier figura, es de alguna forma un “maldito” para algunas concepciones clásicas de la izquierda, pero un actor clave en las victorias-y en la acumulación- de la izquierda desde 2004. Insustituible, y aún hoy una figura de enorme gravitación política. No extraña que las acusaciones sean en realidad la punta del iceberg donde se juegan quizás otras miserias políticas y humanas. Creo en cierta medida que, más allá de todo, estos debates bizantinos solamente se nutren de la manija del submundo de las redes, lugares desde donde se van construyendo relatos y cuyos constructores, muchas veces, son personas con intereses directos con uno u otro candidato.
Como ejemplo, la insostenible idea de que habría un consenso “machista” en algunos sectores y en otros un vergel feminista. Los invito a ir al archivo nacional, a todo nivel, a ver qué sector impulsó más mujeres para cargos importantes que el MPP. La misma Carolina Cosse tuvo su hito fundamental en el apoyo que todo el Espacio 609, con Pepe y Lucía a la cabeza, le diera en las últimas internas, donde un ejército de bienpensantes prefirieron en ese entonces irse detrás de candidatos varones. Este viejito “sectario” recorrió el país diciendo que era la hora de Cosse. Logicamente después los escenarios cambian, surge Orsi con otro perfil, Cosse se fue con su música a otra parte, todo válido. Lo dicho por Pepe es una opinión absolutamente pertinente que para nada justificaba las pataletas que se vieron, oyeron y leyeron. Se entiende que muchos aprovechen para tratar de posicionar su cabeza en la recta electoral, ya que es absolutamente evidente que las figuras que más destacan son Orsi y Cosse, pero forzar la realidad no es conveniente. Nadie sabe quién y cómo ganará la interna, pero los debates están para darse, creo en cierta medida que, como recordaba siempre el Ñato, hemos dejado de pensar, de debatir, de analizar, y estamos militando la paz de los cementerios, erigiendo temas tabú y vacas sagradas. En cierta media la izquierda corre el riesgo de involucionar, de volver a la idea iluminista de hablar mucho de los pobres pero no verles la cara, tenderles la mano o en muchos casos tratarlos de ingnorantes. Cuando queremos, solemos ser bastante elitistas. Lo importante sigue siendo tratar de acercar teoría y praxis. En eso Pepe les lleva mucha ventaja.

El programa es el candidato por Benjamín Nahoum

Todas y todos tenemos derecho a opinar sobre lo que se nos ocurra, y dentro de esas opiniones están incluidos los pronósticos, pálpitos, intuiciones, barruntos, corazonadas, presentimientos, pareceres… o deseos, sobre cómo se van a desarrollar acontecimientos que aún no se han desarrollado. Por eso el expresidente, hábil declarante y querido compañero José “Pepe” Mujica puede sostener públicamente que “Cosse es buenísima, pero no les gana a los blancos porque no la bancan en el interior” y está en todo su derecho. Sólo que no se trata de una intuición sino de un pronóstico, y entonces requiere una fundamentación, que el compañero hace, pero que se basa también en otro supuesto no demostrado, sobre los sentimientos de las y los ciudadanos que viven en el interior de nuestro país.

Pues bien: no es más que la picardía de un pícaro, condición más que reconocida al expresidente. Jugado como está a que triunfe en la interna su compañero de sector, les plantea a las y los frenteamplistas (que son los que van a votar en la interna; frenteamplistas de la región metropolitana y del interior más lejano): si vamos con Yamandú, ganamos; si vamos con Carolina, perdemos. Y como también se ha instalado en la militancia del mayor partido del país la necesidad de cambiar el gobierno a como dé lugar, porque cinco años más de esto, el paisito no los soporta, la conclusión no es dificultosa: en la interna hay que votar a Yamandú. Con ese mismo criterio, alegando que gente de centro no bancaba al Pepe, en la interna de 2009 habría que haber votado a Astori, y Mujica no hubiera sido nunca presidente.

Pero, entonces, si la cuestión fuera ganar a toda costa y se tratara de poner no al mejor candidato o candidata, a quien pudiera llevar adelante mejor el mejor programa, sino al más “bancable”, ¿por qué no postular a alguna figura célebre del deporte o de la cultura, aceptada por todas y todos? Pero ¿es que votamos nombres, caras, imágenes, simpatías? ¿O votamos partidos? ¿O votamos programas?

Algún compañero, con la sana intención de cerrar la grieta antes que se abra, ha echado aceite sobre las aguas: “el candidato es el Frente”. Es una consigna que apela a la mística y la unidad, sin duda alguna, pero es una consigna para frenteamplistas, que van a votar a Orsi, a Cosse, a Bergara, a Lima, o a cualquier otra u otro que la fuerza política designe. Pero con eso llegamos al 45, 46, 47%… o al 41%, como en 2019. Y de lo que se trata, para llegar al 50% más uno, es de convencer a los que nos votaban, pero no nos votaron, y con todos los demás partidos con representación parlamentaria en contra, eso casi que sólo se puede conseguir recuperando a abstencionistas o votantes en blanco de la primera vuelta o a alguien que se haya dado cuenta que se equivocó.

Yo creo que el camino no es postular a quien sea más simpático o bancable, ni apelar a la tradición y la pertenencia, como si se tratara de seguir a un equipo de fútbol, sino de hacer las mejores propuestas para el buen vivir de la gente y la mejor equidad de la sociedad. Y eso se llama programa: no un mamotreto indigesto de decenas de páginas, elaborado por decenas o hasta cientos de técnicos, que nadie leerá, sino un conjunto, necesario y suficiente, de propuestas concretas que se planteen y se tomen como un compromiso y que lleguen a la gente.

Que no nos prometan lo que no se puede hacer ni otros nos expliquen por qué no puede hacerse, sino que se comprometan (que nos comprometamos) a llevar adelante acciones que mejoren decididamente la cobertura de las necesidades básicas del pueblo, para que pasen de insatisfechas a satisfechas, la seguridad de nuestras familias, el acceso universal real a la educación, al trabajo, a un retiro digno y unas cuantas cosas más que la gente siente como sus problemas y quiere que el Estado la apoye para solucionarlos.

En eso creo que debe ser un parteaguas el plebiscito sobre el sistema jubilatorio: porque en uno de los platillos de la balanza está un conjunto de partidos que acaba de votar la legislación más regresiva en muchos años, y ahora la defiende sólo con el terror verbal, y en el otro, junto a las organizaciones populares, por lo menos hay un partido que reconoce que la reforma aprobada es mala y que hay que reverla. Pero que todavía no dice cómo.

Creo que ahí se juega el partido y no es momento para especular con el cero a cero. Hay que afirmar la edad mínima de 60 años para jubilarse, que ya había sido conquistada por la clase trabajadora, y que ahora y para el futuro fue demolida, porque la estrategia pasa por seguirla aumentando cada vez que lo consideren necesario. Hay que comprometerse a llevar las prestaciones mínimas a valores decorosos, y hay que eliminar toda forma de lucro en el sistema, porque los derechos no pueden ser fuente de negocios. Ése es el partido que tenemos que jugar.

El FA y sus candidatos por José Manuel Quijano

1.Segun ciertas versiones” Cosse es buenísima pero no le gana a los blancos porque en el interior no la bancan”. Hay quienes opinan asi, efectivamente
En verdad desconozco la aceptación de Cosse en el interior. Seguramente, por el cargo que ocupa, se la debe conocer más en MVD que en otros departamentos.

2 Por qué el oficialismo prefiere a Cosse como adversaria?
Me parece que no hay duda de que el oficialismo la quiere como contrincante. Cosse tiene vulnerabilidades. El caso Antel Arena, que está muy quieto en el Poder Judicial aunque hay varias preguntas sin respuesta, presumo que se reactivaría de si Cosse se convierte en candidata del FA.
También tengo la sensación (y opino desde afuera sin conocer personalmente a ninguno de los dos) que Orsi es una figura de buena llegada con la gente. En algún caso, además, cuando un militante relevante del FA no había pagado los impuestos municipales (y algún correligionario del omiso quiso darle una mano desde la Intendencia de Canelones), Orsi apretó el freno y procedió con toda corrección. No me extrañaría que el intendente de Canelones tenga buena llegada en el interior y en Montevideo.

3. No creo en las internas de guante blanco. Creo en las internas respetuosas , donde se expone con seriedad y sin descalificar. Pero también creo que las cosas hay que decirlas. En el tono apropiado, pero decirlas. Obviamente, no participo de ninguna interna, pero me resultó muy desagradable, irritante, que la fecha de la fundación de MVD, que corresponde al año 1726 sin ninguna duda, se corriera a 1724 por razones históricas confusas, ajenas a lo que dicen los textos históricos, solo explicables por afán de protagonismo. No me gusto para nada.

4. En cuanto a cómo se deben diferenciar los candidatos a presidente presumo que no hay un único camino. Comenzando por lo obvio, que propuesta, que programa tiene cada candidato. Cuál es la corriente de pensamiento que lo inspira. Cuál es la presunta dedicación que brindará al cargo. Y también cual es el grado de respeto hacia la ciudadanía, hacia las instituciones y hacia sus contrincantes. Sin olvidar la honradez hasta en los minimos detalles.

5. Pero no nos engañemos. Una cosa es el político en campaña y otra el político en ejerció del cargo. Esa es sin duda una verdad. Las promesas con frecuencia se evaporan. Por tanto los que verdaderamente valen son los que mantienen recto el rumbo en campaña electoral,en ejercicio del cargo y a lo largo de su vida.

La jugada del profeta por Oscar Licandro
Fue una semana aciaga y de angustia para el pueblo elegido. En el corazón del imperio satánico, un juez condenó al país a pagar millones de dólares por las chantadas de sus sacerdotes, cuando cerraron la aerolínea estatal. También, desde el norte pecaminoso, llegaron noticias de que aquel oscuro negocio de triangulación en el rubro petrolero, (ese que protagonizó el sacerdote sin título), está siendo investigado en otro de los tribunales del imperio. Para peor, al jefe del santuario caribeño (ese donde algunos sacerdotes han hecho buenos negocios) se le antojó proscribir a su principal rival, dejándolos en off-side, al obligarlos a explicar que el dictador no es un dictador. Y para colmo, dos notorias líderes femeninas de la parroquia sindical se convirtieron en apóstatas. Fueron días de desazón, porque esos infortunados acontecimientos han sido aprovechados por los sucios infieles para llenarles la cara de dedos. Parecía que las siete plagas de Egipto, en vez de caer sobre el faraón de la Harley, estaban cayendo sobre el pueblo elegido.
En esos momentos aciagos, tormentosos, depresivos y apocalípticos, el pueblo elegido gritó a coro aquella pregunta desesperada, otrora instalada por un célebre guerrero de color escarlata: “Y ahora, ¿quién podrá defendernos?”. ¡Yo!, gritó el último de los profetas del pueblo elegido. “Yo me encargo de tirar fruta, para que los perversos medios, siempre al servicio del maligno, olviden estas terribles noticias”. Y de su boca salieron las palabras distractoras que agitaron el avispero: “Orsi es el único que puede ganar a los blancos. Cosse es buenísima, pero no les gana porque no la bancan en el Interior”. De esa boca temblorosa, en la que las palabras se arrastraban como las del célebre mamado tantas veces evocado, manó la salvación. Y así, de pronto, olvidando aquellas nefastas noticias, los medios se tapizaron con la nueva noticia. Entonces, el pueblo elegido vio como se abrían las aguas del mar, para escapar por allí del inminente apocalipsis.
Pero no todos comprendieron la jugada magistral del profeta. Es lo que le suele suceder a los profetas. Así fue que surgieron voces de protesta. “¡Sectarismo!” grito el sacerdote bocón desde las tiendas de la aludida. “No es feliz lo que dijo”, reflexionó públicamente un gordito sacerdote que se dice experto en economía. Desde la catedral ubicada en la esquina de Colonia y Ejido, el sumo sacerdote, con su nuevo look e inspirado en Coti, cantó con su melodiosa voz: “nada de esto fue un error/nada fue un error”. Las respuestas no se hicieron esperar desde las tiendas del aludido. “¡Unidad no es unanimidad!” gritó un sacerdote de barba rala. “Tiene más kilómetros recorridos que los demás”, aportó como dato una joven sacerdotisa. Y con mala intención, el principal periódico de los infieles tituló: “Comentarios del profeta abren una grieta en el pueblo elegido”.
Hasta acá la crónica de lo públicamente conocido. A continuación, lo que fuentes confiables del pueblo elegido nos informaron. Preocupado por un eventual cisma, el profeta convocó a los sacerdotes a un sínodo en su ermita de Rincón del Cerro. Allí les explicó que nunca quiso favorecer al aludido ni perjudicar a la aludida. Todo fue una estratagema, dijo. Con tono paternal les explicó: “Queridos hijos, vi que ustedes estaban congelados y no reaccionaban. Vi que no se les caía una idea. Entonces no me quedó más remedio que salir a distraer, como hago siempre. Y como podrán ver, tuve éxito. ¿De qué hablaron estos días los medios? ¿Cuál fue el tema central de Voces?” En ese momento, todos reconocieron la sabiduría estratégica del profeta. Así, felices y más tranquilos, cada uno volvió a su parroquia.
Una vez que la ermita se vació de sacerdotes, el profeta miró a su anciana esposa, y jactándose de su genialidad maquiavélica, le dijo: “estos nabos (con el perdón de Néber) se creen cualquier cosa que les digo, ya se trate de una cosa o de la otra”. Luego agregó: “La jugada me salió magistral. Ensalcé a mi pollo, reventé a la ingobernable y nuevamente la gilada se creyó que lo mío es pensar en el bien común de nuestra iglesia. A esa mujer no la puedo controlar, pero mi pollo es más fiel que la finada Manuela”. En ese momento, la jubilada sacerdotisa lo miró a los ojos y, con sapiencia de vieja zorra, le dijo: “Viejo, creo que estás equivocado. Estoy segura que las lágrimas de cocodrilo de la emperatriz venden más que el balbuceo del gaucho urbano. Y si mis palabras no te convencen, léete la nota de Danza en Búsqueda”.

Déjà vu por Eduardo Vaz

Son tan juego electoral los dichos de Pepe como las respuestas del resto. Es evidente que hay quienes han lanzado una ofensiva polarizadora en el FA con la intención de absorber la mayor cantidad de votantes con el argumento que si no gana su opción estamos ante el mayor de los peligros: perderíamos las elecciones en noviembre. Quienes vivimos las internas entre Mujica y Astori recordamos el mismo argumento en favor de Danilo (no dicho por él sino por alguno de los mismos voceros que hoy navegan con Pepe), cosa que la experiencia se encargó de demoler. Yamandú tiene mejores argumentos que el miedo.

¿Figura o proyecto?
Creo que es tan candidato el FA como quien gane en junio. Esa forma maniquea de analizar suele inducir a error pues la realidad no es en blanco y negro. Si las mayorías nacionales no están dispuestas a cambiar el rumbo actual (discrepo con Carolina en esto, el gobierno tiene un rumbo muy claro), no habrá chance para ninguna figura del FA. No ganamos nunca con Seregni y Tabaré ganó la tercera vez que compitió…Hay una necesaria maduración social de las condiciones subjetivas para cambiar y quien triunfe en junio, potenciará las mismas o las marchitará. Ni se gana con heladeras ni hay superhéroes o heroínas que ganen solos en Uruguay 2024. Hay grandes confrontaciones de ideas y valores, de propuestas y mensajes, de prejuicios y tradiciones, de campañas y candidaturas. Todo junto y entreverado.

Buenos vs malos
La derecha prefiere hoy a Carolina como rival porque se guía por las encuestas, nada más. Cualquiera haría lo mismo. Y la ingeniera Cosse, conocedora de la física, sabe que esa acción trae aparejada una reacción que la favorece en las internas. Todo candidato también aprovecharía.

La derecha también machaca con la «radicalización» del FA entre tupas y bolches, recordando con ternura y admiración las épocas donde los sectores «moderados» eran mayoría. Quienes recordamos aquellas campañas con Seregni como candidato, sabemos las barbaridades que esta misma derecha decía contra el General y el FA…

Ideas+
Así que estamos ante los discursos habituales de cada bando y cada sector: decir lo que más le conviene, aunque no sea cierto o lo sea mínimamente. Es parte de lo que cansa a buena parte de la ciudadanía: en lugar de ideas y propuestas, de razonamientos y argumentos, las campañas se rebajan a prejuicios y diatribas, eslóganes y clichés.
Muchos dirán que así se ganan las elecciones, especialmente los publicistas. Una parte es cierta, pero la contracara es el vaciamiento y el descreimiento creciente en los partidos y en la democracia.
¿Qué debemos hacer como proyecto transformador de una sociedad que necesita tantos cambios profundos y solo está dispuesto a transitar la vía democrática para ello?
Ganar las elecciones con un mensaje profundo y consistente utilizando las técnicas del marketing político. Ya lo hicimos tres veces. El camino autoritario, tan tentador para sectores de derecha e izquierda, es nefasto como muestra la historia del siglo XX y la actual. El marketing comercial sustituyendo la acción política profunda, educativa, movilizadora, esperanzadora, vacía la democracia. Solo una política de valores y principios, participativa y transparente, sin demagogia, con candidaturas y propuestas confiables, puede tener chance de desplazar a la poderosa derecha. Nuestras figuras pueden y deben elevar las miras, mostrar sus diferencias por sus capacidades y trayectorias, por sus énfasis programáticos y sensibilidades, por su capacidad de liderar y orientar. No alimentemos lo peor de las prácticas políticas modernas. Somos lo que hacemos.

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