Conozco a Sergio Puglia desde los turbulentos años 60, cuando él trabajaba como Adscripto junto a su papá en el IAVA. El es apenas un año mayor que yo, por lo cual es llamativo que fuera adscripto en esa época. Su hermana, Loreley, fue una buena compañera de banco y una amiga con la que compartíamos la pasión por el teatro. Ella, además, fanática de Dahd Sfeir, actriz y profesora nuestra de inglés. Reencontré a Sergio Puglia en los medios, asistí a alguno de sus programas en Canal 5 y hemos tenido una relación muy cordial y respetuosa. Sin embargo, creo que el Sergio Puglia actual, embriagado quizás de lo que supone poder mediático (programas en Canal 10 y Radio Sarandí) abre la boca y cree que todo lo que sale de ella son verdades reveladas. Acaba de afirmar, al menos con ligereza, » que a las radios del estado no las escucha nadie y que se llevan bastante presupuesto».
Es curioso, que el mismo que celebra la frívola y provinciana » farándula uruguaya», que guarda silencio frente al absurdo carnaval de Melo que despilfarra el 80 % del presupuesto destinado a Cultura, arremeta con la iracundia de un dios olímpico contra Radiodifusión Nacional.
He vivido mi vida personal y profesional honradamente, pertenezco por derecho de sangre y lágrimas a la cultura de la resistencia y soy un funcionario responsable en Radiodifusión Nacional. Hay muchos que no podrán contestarle a Sergio Puglia por conveniencia o porque quizás teman cerrarse el camino a la pantalla de TV para difundir su trabajo artístico y cultural. Difusión artística- cultural de los artistas y creadores uruguayos que mis compañeros y compañeras de Radiodifusión Nacional hacen todos los días, con amplitud democrática y con sostenido esfuerzo.
Leal al espíritu de Sergio Sacomani, que se fue pero aún nos guía, quiero pedirle a todos mis amigos y amigas que defiendan a nuestras radios. Estas expresiones de Sergio Puglia parecen anunciar alguna otra embestida como la que ya está ocurriendo con la agenda de Derechos (embestida que proviene de alguna de los invitados a su fiesta de bodas). En pocos días cumpliré 66 años y, aunque no tengo las espaldas tan anchas como Puglia, trato de vivir diciendo lo que pienso y que pensamiento y sentimiento sean uno. Aunque me gane su enemistad porque no lo gusten mis dichos (reacción singular para alguien que vive hablando de democracia)salgo a dar la cara y decirle a Sergio que sus dichos son un gratuito golpe bajo, asestado con la petulancia de quién se cree poderoso. Lo digo yo, un Nadie. Atilio Pérez da Cunha ,Macunaíma
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