La edad de oro del matriarcado
Y, tenía que pasar. Finalmente llegó el mal venido día en que mis neuronas perdieron cierta sincronización y yo no pude alcanzar mi habitual, elevado, elegante y sorprendentemente acertado nivel de resplandor intelectual. Hay algo acerca de lo que me declaro incapaz de entender y, por tanto, lector, recurro a sus solidarios servicios a ver […]