
Estamos como nunca en la época de la información y la comunicación masiva.
Cualquier persona en cualquier parte del mundo se entera de cualquier cosa.
La comunicación tiene técnicas, métodos, estudios y trabajos científicos que la avalan.
Ya pasó a la historia el manejo de la información basada en el olfato o el talenteo.
Hoy la comunicación se ha profesionalizado y hay áreas específicas que se tratan de manera
diferente: comunicación política, gubernamental, empresarial, de crisis son algunos ejemplos.
De acuerdo a los últimos sucesos, el gobierno en este campo se viene rifando varias bolillas.
Comencemos por la publicación en la página de presidencia de la info del colono insolente.
Creo que algún funcionario quiso hacer buena letra con el presi: “más tabarecista que Tabaré”.
La información era pública hace tiempo pero el hecho sirvió a algunos para agitar fantasmas.
Continuemos con el llamado a licitación para monitoreo de las noticias y el famoso “Tono”.
En comunicación hace tiempo que se manejan los conceptos de “Framing y timing”, hablando
en criollo, se trata simplemente de encuadre y oportunidad para brindar o analizar noticias.
Que salgan los fantasmas de Andebu, entre otros, a hablar de la posible censura de periodistas
o medios es una fantochada, muchachos…no se asusta un piromaníaco con una luz de bengala
Hoy por hoy empresas, gobiernos y partidos contratan servicios de monitoreo de medios y se
clasifican las noticias en positivas, negativas o neutras, no inventen conspiraciones por favor.
Y el tercer caso fue la cadena nacional de presidencia del martes realizada por Fernando Vilar.
Lo primero que uno se pregunta a esta altura es la utilidad de las cadenas como instrumento.
Además que sean de media hora y plagada de cifras son un invitación perfecta al zapping.
Pero lo más importante de lo sucedido en este caso fue la elección del comunicador, por la
sorpresa que causó, y a poca gente le importó lo que decía, el medio se robó el mensaje.
Vilar es odiado por los bolsos por su reconocido fanatismo manya, o sea que muchos de
pique apagaron la tele y otros tantos que lo identifican con la crónica roja hicieron lo mismo.
Muchos opositores lo veían como un correligionario y pasó de una a ser un traidor a la causa.
Las redes sociales que no perdonan, se hicieron una panzada con la cadena de presidencia.
Desde el punto de vista comunicacional fue una sensación, y todos los medios hablaron y
hablan como nosotros ahora, sobre el tema, la gran duda es si el mensaje fue entendido.
Personalmente, creo que no.
Alfredo García