Álvaro Riccardi e Ivonne Esquivel presentan el espectáculo “Serenatas a la luz de la luna”. Un atractivo programa de canciones con obras emblemáticas del universo del jazz, el cine y la comedia musical. Será el 14 de mayo en la Sala Delmira Agustini del Teatro Solís.
La propuesta también pasa por la ópera y la música del Río de la Plata. El desafiante repertorio va desde George Gershwin, Cole Porter y Glenn Miller hasta Charles Chaplin, Nino Rota, Ernesto Lecuona y Carlos Gardel, entre otros. En formato de cámara, el recital es acompañado en piano por Ivonne Esquivel. Álvaro Riccardi es actor y cantante. Egresó de la Escuela Integral de Arte Escénico, dirigida por Imilce Viñas, y del Taller de Canto Lírico Carlos E. Scheck, bajo la dirección de Gloria De León. Ha participado en decenas de espectáculos musicales y teatrales, destacándose: “Luna de Brech” y “Amor de poeta” en los cuales se desempeñó como cantante y director escénico. Ivonne Esquivel, por su parte, es pianista, acordeonista, directora coral y docente. de música. Como intérprete se desenvuelve tanto en la música clásica europea, como en ritmos de raíz folclórica, ya sea como solista o acompañante. Este espectáculo ya tuvo una primera versión el 23 de abril en la misma sala. En aquel entonces, se llamó “Del ragtime a la comedia musical”. Este 14 de mayo la convocatoria es “Homenaje a Nino Rota, boleros y ritmos latinos”.
¿Cómo surgió la idea de este proyecto?
Ivonne – La idea fue de Álvaro, luego de hacer “Amor de poeta ” en El Tinglado. A medida que fuimos ensayando e internalizando el material, aporté algunos temas. La experiencia del 23 de abril fue fantástica, con un público respetuoso y participativo. La integración se da naturalmente porque son hermosos temas.
Álvaro – Este proyecto surge de mi necesidad de conjugar actuación y canto. Convoqué a Ivonne Esquivel y le propuse abordar estos estilos musicales. Mi formación actoral (Escuela Integral de Arte Escénico, de Imilce Viñas) y de cantante (Taller de Canto Lírico, Carlos Eugenio Scheck, de la maestra Gloria De León) fueron mis nutrientes, además de lo que asimilé en mi niñez. Mi mamá siempre me cantaba y mi papá disfrutaba muchísimo de la música, tenía un gusto muy amplio. A mi padrino le encantaba el jazz y me prestaba sus discos.
¿Cómo se fue armando el repertorio?
Álvaro – Había una serie de temas vertebrales que había seleccionado para empezar a trabajar y luego algunos quedaron y otros fueron puestos en la carpeta de “para otra oportunidad”. Ivonne también comenzó a proponer y la lista se fue enriqueciendo, porque como se sabe dos personas conectadas creativamente se potencian.
¿Cómo fue el proceso de trabajo?
Álvaro – Para mí fue muy bueno y emocionante. Trabajamos muy duro pero con muchísimo goce. Libertad para crear y crecer como personas y artistas. Darle tiempo y comprensión en esta época líquida, inmediata, donde todo se superpone y que le cuesta escuchar al otro.
¿Cómo fue la experiencia del 23 de abril en la Delmira Agustini?
Álvaro – La experiencia en la Delmira para mí fue como “el sueño del pibe”. “¡Estoy en el Solís!” Un cúmulo de emociones y responsabilidades… Y el público sosteniéndonos con amor y respeto. Dando lo mejor que uno puede.
¿Cómo integran sobre el escenario el mundo del jazz con la comedia musical y el cine?
Álvaro – Para mí es un proceso natural, es cantar un poco mi historia como persona, como cantante y actor. Yo soy cinéfilo y me apasiona el cine clásico y el de todos los tiempos. Es un arte muy completo que nos conmueve y nos ayuda a comprender el presente. En el cine confluyen todas las expresiones artísticas. Desde el maquillaje hasta el guion, desde la imagen hasta la música… La música para mí es el hilo conductor, es el perfecto sonido del alma.