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América Latina ante los comicios de EEUU por Ruben Montedonico

América Latina ante los comicios de EEUU por Ruben Montedonico
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Escribía en mi anterior entrega que “acorde con la importancia que significa como país, me ocuparé en las siguientes entregas sobre los comicios a realizarse en EEUU el próximo 5 de noviembre (…)”. De acuerdo con ese señalamiento -derivado de su actitud imperialista dominante- ahora lo hago sobre nuestra América Latina y el Caribe (AL).
En el contexto electoral del mundo, donde aproximadamente la mitad de sus habitantes tendrá la posibilidad de concurrir a las urnas en 2024, en AL ya lo hizo El Salvador y lo harán en los siguientes meses Panamá, Dominicana, México, Uruguay y Venezuela. Dentro de esta quinteta, destacan México -por los más de tres mil quilómetros de frontera y sus millones de connacionales que viven en EEUU, y Venezuela, hostigado por el imperio desde hace décadas, gran poseedor de yacimientos de hidrocarburos y donde la delimitación fronteriza con Guyana (unos 160 mil km2) -nación apoyada por Washington y Londres, donde opera la petrolera yanqui Exxon Mobil- no está resuelta.
Sobre Panamá se alza la amenaza que en unos 10 años podría disminuir el
trasiego de barcos por su canal interoceánico si EEUU -dominante hoy en el ámbito comercial internacional- consigue un tránsito terrestre seguro en Guatemala, además del ferrocarrilero que ofrece México en paralelo al istmo de Tehuantepec. Guatemala y México, obviamente, “acercarían” el paso entre uno y otro océano a la nación imperial y la construcción, en el primero de los nombrados, contribuiría a la contención migratoria hacia el norte del continente. En ambos casos se trata de opciones de gran interés estratégico que van en detrimento del más que centenario Canal de Panamá.
Sin embargo, más allá de estas generalidades, asistimos a un avance de fuerzas de la derecha que abarcan a muchas de las prácticas sostenidas, incluso, por regímenes tenidos como progresistas, socialdemócratas y de izquierda, pero cuyas acciones no pasan de alternar con el conservadurismo, sostener como procurar el mantenimiento de un statu quo en torno al capitalismo que no busca su extinción sino intentar darle un perfil no agresivo, abandonando definitivamente la lucha de clase, garantizando el no cambio estructural que acabe con las iniquidades explotadoras. Así asistiremos a la tolerancia sine día de sanciones unilaterales (como las que el imperialismo impuso a Cuba), aunque la opinión pública y la Asamblea General de la ONU cada año vote su condena.
La concepción dominante de la Casa Blanca, en las comunidades de inteligencia gringa y su burocracia, ven a nuestros territorios como su “patio trasero”, aunque garganteen que no. Y esto seguirá siendo de este modo si triunfan en noviembre demócratas o republicanos; si compiten dos ultra veteranos o los sustituyen más jóvenes. Debemos acordar que la implosión del denominado “socialismo real” impulsó a la derecha a comenzar una conquista de sitios que en la Guerra Fría no tenían acceso y que el fenómeno tuvo repercusiones en todo el orbe.
Por ejemplo, un importante medio de comunicación de los más conservadores del continente, Infobae, sostuvo que “el problema de USA es doblemente grave, ya que con la actual polarización todo indica que el tema de la politización de la justicia ha llegado para quedarse. Por cierto, no sabemos que va a ocurrir con el expresidente Trump y sus numerosos procesos judiciales, pero hoy todo indica que va a ganar la postulación republicana y con una buena posibilidad de regresar a la Casa Blanca”. Lo anterior lo sostenía el 10 de agosto de 2023 Ricardo Israel y, en verdad, poco y nada ha cambiado hasta ahora.
Don Ricardo hacía su comentario mientras sostenía que “América Latina casi no aparece (en la contienda electoral de EEUU), a no ser negativamente y en relación con la inmigración ilegal o la droga”. Y concluye el analista: “Por ahora es Trump versus Biden, pero en temas como América Latina no hay duda de que su escasa relevancia se mantendrá, aún con la penetración china en la región. Y como conclusión, las particulares características de esta contienda presidencial pueden acentuar esa ausencia.”
Sin embargo, queriendo marcar su personal presencia para ser tenidos en cuenta en el futuro, sin representar necesariamente a la región, los ultraderechistas Nayib Bukele (anticonstitucionalmente reelecto en El Salvador), Jair Messias Bolsonaro (perdedor de las presidenciales en Brasil,
habiendo obtenido más de 58 millones de votos) y Javier Milei, el díscolo (debo llamarlo de alguna manera) concurrieron a la cita ultraconservadora de Donald Trump y su campaña para la postulación presidencial republicana.
Dicho precandidato, del que se dice que llegará a un segundo mandato como presidente de EEUU, resulta el líder atractivo de estos y otros líderes de la derecha regional y prometen, de entrada, el alineamiento automático de sus relaciones exteriores al uso de quienes creen que estará desde enero próximo en la Casa Blanca.
El anciano Biden, que no ve su candidatura comprometida por la edad sino
por falta de eficacia en los “emprendimientos” exteriores, acepta el papel
de mascarón de proa con que lo mantienen ciertos poderes de EEUU (empresas de Wall Street, el Pentágono y la comunidad de inteligencia) y
sigue soñando con la reelección, que cada vez parece más inversamente
proporcional a los desórdenes de la OTAN, los chantajes de Zelenski y los desacatos de Netanyahu.
Casi en el límite de esta opinión, no puedo dejar de señalar algo respecto de un hecho internacional de estos días; expreso la vergüenza que siento –además de otra anteriores referidas al mismo conflicto- cuando el gobierno de mi país, Uruguay, declara que ultimar en Gaza a decenas de civiles palestinos famélicos cuando están por recibir comida es un “incidente lamentable”: de lo que se trata es de un acto criminal en el contexto del exterminio y expulsión de ese pueblo.
Por último, gane quien gane en EEUU, republicano o demócrata, no dejará de ser un perro, cualquiera sea el collar que porte: es el imperio y así quiere seguir, aunque no dependa sólo de sí….

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