Realmente ha sido una buena ocurrencia por parte de Cinemateca Uruguaya organizar un ciclo como Animalia, que permite una amplia variedad de temáticas en las películas que lo componen. Porque la única conexión entre todos los films del ciclo es que tienen en su título en castellano el nombre de un animal. Y, por supuesto, el parejo buen nivel de las catorce películas que integran esta muestra, que comenzó anteayer y proseguirá hasta el domingo 29 de agosto, en dos funciones diarias a las 17.45 y las 20 horas. Cuando esta nota llegue a manos del lector ya se habrán exhibido los dos títulos iniciales del ciclo: la ruda visión de los refugiados iraquíes Las tortugas también pueden volar (2004), del kurdo iraní Bahman Ghobadi, y un buen ejemplo de cine soviético para niños, La gallina negra (1980) de Viktor Gres. Pero aún estarán quedando once películas que, además de valiosas, hace mucho tiempo que no se exhiben en las salas de cine.
La leyenda del perro amarillo (2005, Byambasuren Davaa, jueves 19): La hija mayor de una familia de nómadas mongoles encuentra un cachorro en un campo cercano a la casa familiar. Se encapricha con el perrito, pero su padre tiene miedo que les traiga mala suerte porque puede haber convivido con lobos, y exige a la hija que se deshaga de él.
La historia del camello llorón (2003, Byambasuren Davaa y Luigi Falorni, viernes 20): Documental ficcionado sobre una familia de pastores nómadas mongoles a los que les nace un camello albino, que su propia madre rechaza. Un bello poema hecho en base a imágenes sencillas que contienen la emoción de los sentimientos primarios, mientras nos invade una fascinación hipnótica por la interacción entre los animales y los humanos.
El topo (1970, Alejandro Jodorowsky, sábado 21): Film de culto psicodélico que oscila entre lo fantástico y lo surrealista, aunque instalado en un género tan popular como es el western. Cuenta la historia de un pistolero enfrentado a una banda de fetichistas dirigida por un coronel que tiene atemorizada a una congregación franciscana.
La anguila (1997, Shohei Imamura, domingo 22): Después de ocho años en la cárcel por haber matado a su infiel esposa, el protagonista sale en libertad condicional, acompañado de su única compañera, una anguila. Se establece en un pequeño poblado, pone una peluquería y conoce a una joven que intenta suicidarse. Una historia intimista, que de a ratos recuerda a John Ford, y que ganó la Palma de Oro del Festival de Cannes.
El tigre y la nieve (2005, Roberto Benigni, lunes 23): La guerra de Irak está a punto de estallar, pero el poeta y profesor de literatura vive encerrado en su torre de marfil. Goza de la lectura de sus poetas preferidos y la reputación ganada gracias a su último poemario, mientras cada noche sueña con una mujer con la que desea casarse, aunque ella lo detesta.
La lengua de las mariposas (1999, José Luis Cuerda, martes 24): En 1936 el maestro rural enseña a sus alumnos todo lo que sabe sobre literatura, naturaleza e incluso mujeres. Pero la amenaza política surge cuando el hombre es atacado por ser considerado enemigo del régimen fascista. Película conmovedora, humanista, intimista, poética, con gran labor de Fernando Fernán Gómez, de quien en estos días se cumplen cien años del nacimiento.
Las ballenas de agosto (1987, Lindsay Anderson, miércoles 25): Dos hermanas ancianas conviven en una isla de Maine, donde se han reunido durante los últimos 60 veranos para ver surgir del mar las ballenas. Las acompañan una amiga dicharachera (Ann Sothern), un caballero ruso (Vincent Price) y un obrero (Harry Carey Jr.), aunque la verdadera fiesta de la película son las venerables Lillian Gish y Bette Davis, en dos labores de rigurosa antología.
El vuelo del Águila (1982, Jan Troell, jueves 26): En 1987 tres suecos parten a explorar el Polo Norte a bordo del globo Águila, con la idea de ser los primeros en llegar al lugar. Pero la travesía se presentará como un reto enorme y dificultoso, que quizás culmine en tragedia. Gran labor de Max von Sydow.
La estrategia del caracol (1993, Sergio Cabrera, viernes 27): Habilísima mezcla de comedia y drama social, con los vecinos de uno de los barrios más pobres de Bogotá luchando para evitar el derribo de la casa donde viven, propiedad de un inescrupuloso millonario. Aunque su lucha parece perdida de antemano, quizás puedan resistir poniendo en práctica una original estrategia ideada por un viejo anarquista español.
La sombra del lobo (1992, Jacques Dorfmann y Pierre Magny, sábado 28): Lou Diamond Phillips es hijo del jefe de una tribu de esquimales (Toshiro Mifune) y se resiste a que el hombre blanco contamine su cultura y tradiciones. Su padre, en cambio, ha establecido relaciones comerciales con ellos, lo cual los distancia afectivamente. Drama de aventuras con una visión de la vida esquimal cercana por momentos al documental antropológico.
Un oso rojo (2002, Israel Adrián Caetano, domingo 29): Han pasado siete años desde que el protagonista (Julio Chávez) cayó preso por homicidio y robo a mano armada. Es un hombre parco, impredecible, violento por naturaleza o por necesidad. Ahora, mientras sale a la calle en libertad condicional, piensa que tal vez pueda volver a empezar. Alguien le debe todavía su parte del asalto, y a través de un compañero de celda contacta con un hombre que lo emplea como taxista. Pero ha perdido a su mujer (Soledad Villamil), que vive ahora con otro hombre, y su hija ni lo recuerda. Entre la serie negra y un aroma a western desencantado, esta película del uruguayo Caetano imagina el destino que acecha a un justiciero marginal en la crudeza real de un suburbio porteño.
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