ANTEL: ¿Nos resultó caro?

La cifra difundida del gasto total de Antel en publicidad entre 2005 y 2019 cayó como una bomba. 194 millones de dólares en 15 años, 13 millones por año, más de un millón de dólares mensuales. Son números que impresionan. ¿Se justifica realizar ese gasto en publicidad? ¿Se apoyó a grupos afines al gobierno? ¿Se utilizó para perfilarse políticamente? ¿Por qué se mantuvo el secretismo hasta ahora? ¿Hay un estudio serio de la relación costo beneficio del uso de ese dinero? ¿Tiene lógica comercial el aumento de la publicidad en años electorales? ¿Fue un gasto o una inversión? ¿Son válidas las explicaciones que hablan del porcentaje de lo gastado sobre el monto de ingresos de todo el Ente, o debiera considerarse solo la parte generada por la telefonía celular, que es la que está en competencia? ¿Es un gasto exagerado? ¿Se pudo haber dado un mejor uso a ese dinero?

¿Con qué criterio evaluamos? Por Gustavo Melazzi

Los datos sobre la publicidad de ANTEL y el impacto en su desempeño ya se han difundido. Sólo cabe calificar tales resultados como buenos, y fortifican una empresa que es de todos. Son las reglas de juego en tanto “mercado”, y nada menos que frente a otras empresas transnacionales (ET).

Además de lo coyuntural (lo electoral; los datos sí secretos de las ET; las posibilidades que se tuvo para enfrentar la pandemia) parece importante analizar con una visión más de fondo, y de largo plazo. Destaco entonces tres temas, partiendo de la base del doble objetivo de la derecha: electoral, y de minimización del Ente Público. El primer tema es que, si logran este último, tendremos un monopolio (o duopolio) de ET, que adoptará sus decisiones (de gestión; cobro; inversión; laborales) en función de criterios emanados de su casa matriz.

El segundo se ubica en el terreno de las tecnologías de la información. Si se trata de ET: ¿pensará en las necesidades de investigación, capacitación, etc. de todos los uruguayos o se limitará a aplicar paquetes decididos en función de su rentabilidad global?

Si en el largo plazo nos ubicamos en la necesidad del movimiento popular de ir construyendo una organización social alternativa al capitalismo, debemos pensar en el Estado, lo que nos conducirá al tercer tema a destacar.

Expliquemos brevemente: no existe un “buen” Estado; con una eficaz y técnica estructura gerencial que conduzca a un desarrollo compartido por todos; una organización institucional óptima; por encima del bien y del mal y que satisfaga a todos. La realidad muestra una institucionalidad que responde, que es funcional a una determinada relación de poder, el dominante en la sociedad. Esta relación condiciona un gobierno, y éste sus diversas instituciones.

Entre otros objetivos, en forma clara, consciente y deliberada, este gobierno quiere mercantilizar todo lo posible, y que la participación social sea desplazada de las decisiones.

Si queremos cambiar a fondo la sociedad, los instrumentos de esa institucionalidad son muy importantes. ¿Quiénes los controlan/gobiernan? Aspiramos a que los sectores mayoritarios, populares tengan la capacidad democrática de incidir fuertemente en sus decisiones. No es indiferente que las tome una ET o una empresa pública.

En definitiva: pese a no ser una política general del anterior gobierno, en el área de las comunicaciones hubo una buena defensa y consolidación de una de estas instituciones imprescindibles en la construcción, entre todos, de mojones para una sociedad verdaderamente humana. Todo aquello que consolide estos Entes Públicos debe contar con nuestra solidaridad.

Caro no salió caro por Ramón Rodríguez Puppo

Que fácil lo mío. Comentar todo esto con el diario del lunes. Para colmo de males cualquier análisis crítico que haga, voy a ser acusado de llevar agua para mi molino e inmiscuirme en las elecciones municipales para desacreditar a la candidata (Cosse) que va 1º en algunas encuestas. ¡Mal yo! En fin, báncatela. Hace 3 meses que ya hubiéramos tenido un Intendente electo sino fuera por la pandemia y capaz que en ese momento era Martínez el que lideraba los sondeos de opinión.

Lo cierto es que hoy se desclasificaron algunos datos que sirven para analizar las bondades o desaciertos de la gestión de doña Carolina al mando de Antel. Los números son claros y me molesta que haya voces que sostienen que los mismos no deberían ser de dominio público. Veamos que dicen:

Ultimo año electoral durante el gobierno colorado (2004) y el ente gastaba menos de 4 millones de dólares en publicidad. 10 años más tarde la Ing. Cosse gastó 22 millones de dólares en un año (electoral) y 91 millones en todo su quinquenio al mando de la empresa. La friolera de 60 mil dólares por día en 2014 con la excusa de una mejora en el market share que es cierta, pero ¿a qué costo?

Un tercio de Antel es un monopolio tanto por telefonía fija que aún existe y también de hecho por fibra óptica. Es cierto que el ente compite en todo lo demás, pero sus inversiones en publicidad respecto de su competencia no guardan relación. 22 millones de dólares en gastos en un solo año es todo un record nacional. Nuestro país amigo Perú que es una república que en territorio y en población es 10 veces más grande que nosotros gasta apenas un poco más que eso por año si sumamos el gasto de todas sus empresas telefónicas. Y puedo asegurar que en Lima (que es donde conozco) internet y telefonía funcionan muy bien.

Según números de la UIT (unión internacional de telecomunicaciones) el Uruguay no es competitivo en términos de precios. Se ubica en el lugar 98 en telefonía móvil (datos y voz alto consumo) y en el lugar 150 en datos móviles en un universo de 183 países considerados. Esto es, sus precios están por encima de la mediana en cualquiera de los rubros que se considere. Me gustaría saber ¿Qué sucedería si obligáramos a Antel a seguir la línea de la mediana mundial? ¿Podría sobrevivir cobrando precios razonables por sus servicios?

Tampoco ha sido lineal la mejora del market share con el gasto en publicidad. Luego de Cosse vino el ing. Tolosa y gastando muchísimo menos que doña Caro tuvimos un mejor market share en telefonía móvil. Y ni siquiera me meto a analizar gastos muy controvertibles a artistas “compañeros” o una entrevista en medios internacionales a la propia Cosse o pagos para entidades de afinidad ideológica, pero sin retorno alguno para el Estado. Lo dejo para otro análisis…algún otro día.

Eso sí, me gustaría saber ¿por qué doña Carolina incrementó tanto su gasto en publicidad justo en año electoral 2014? No la acuso de pagar favores políticos o favorecer amistades pero suena raro en cualquier caso. Y más tomando en cuenta sus antecedentes respecto del sobrecosto que importó el Antel Arena de 70 millones de dólares no previstos en el presupuesto original. Esos datos y otros me la ubican -en mi pobre imaginario personal- como una “gastadora compulsiva”. Y como hoy está pidiendo el voto para ocupar el cargo de Intendente de Montevideo me preocupa y mucho. Y la verdad…queridos amigos…No tengo ganas de pagar fortunas de contribuciones inmobiliarias ni que me generen abultadas multas por cualquier cosa para financiar los gustitos consumistas de esta buena señora. No me extraña que quiera techar todo el Estadio Centenario o techar la avenida 18 de Julio si se le ocurriera o construir ¿por qué no? :“El David Arena”.

Si me tildan de opinar para favorecer otras candidaturas ya sea de Raffo o de Martínez están en todo su derecho. Pero créanme que no es nada personal contra esta señora. Solo que no me gusta que se me rían en la cara manejando la billetera del Estado. Y menos que ahora –con cambio de gobierno- venga a pedir aportes solidarios del Estado cuando doña Cosse se gastó hasta las joyas de la abuela y algo más. Caro en Antel, nos costó muy caro.

Está bien que la gente tenga dudas por Martín Forischi

Con mucha información, hay mucha información que anda en la vuelta que no es cierta, hay mucha información que anda en la vuelta que no sabemos cuánto tiene de real, y hay otras que a esta altura son certezas, cómo las ganancias sostenidas de Antel a lo largo de estos últimos años.

Lo que queda marcado acá es la grieta política, hoy la grieta se circunscribe a los que están a favor de los balances de Antel, y a los que están en contra, y el tema de la inversión en publicidad del servicio descentralizado. Hay quienes se horrorizaron con los gastos de 194 millones de dólares en publicidad entre 2005 y 2019, pero, pero, es cómo el “pero de Cleopatra”, pero la ecuación es totalmente al revés, se generó mucho más en ganancias para el ente.

Del año 2001 al 2018 obtuvo ganancias mayormente en venta de celulares, seguida de datos móviles para internet. Yendo a los últimos años, según los datos auditados por la consultora PWC en 2017 las ganancias fueron de 3.702,1 millones de pesos; según esa consultora las ganancias fueron mucho mejor que en el año 2016, ese año fue de 1.847,9 millones.

Según PWC las ganancias de Antel en 2018 siguen sosteniéndose, llegando a 4.999,9 millones de pesos. Y si estos números los quiere pasar a dólares siguen dando ganancia, respecto a años anteriores 2016 fueron 63,2 millones de dólares; en 2017 fueron 128,7 millones de dólares; en 2018 fueron 154,3 millones de dólares según la consultora PWC.

Si nos referimos a los gastos en publicidad, se invirtió en relación al retorno, y esa inversión es teniendo en cuenta una mayor captación de clientes, e intentando fidelizar los más viejos, eso genera un diferencial con la competencia.

Normalmente invierte más, el que más capacidad tiene, por eso el presupuesto en publicidad de Antel va de la mano de las ganancias económicas, y el que invierte más en publicidad es el que más recursos económicos posee, en consecuencia, es el que más cómodo esta respecto a su gestión, y se siente tranquilo al apoyar la cabeza en la almohada y saber que esta holgado.

En definitiva, está bien que la gente tenga dudas, la duda conduce al examen, y el examen conduce a la verdad, cómo Hamlet. Pero ¿en qué momento piensan que empezó la intriga?

Estamos a días de momentos importantes para ver si el FA otra vez, al igual que lo ha logrado en los últimos 30 años, intenta generar otro hito político, como seria lograr otro Gobierno de Montevideo, y en esta antesala yo digo: ¡que increíble que es la política!, ya que la intriga de algunos la tiran previo a las elecciones Departamentales; pero los números proporcionados por PWC son claros, y el FA intenta un nuevo acto, escena primera llamada “Nuevo Gobierno IMM”.

Cobrando al grito por Andrea Bertino

Gasto: “Es la utilización o consumo de un bien o servicio a cambio de una contraprestación, se suele realizar mediante una cantidad saliente de dinero. También se denomina egreso.”

Inversión: “Lleva consigo la idea de utilizar recursos con el objetivo de alcanzar algún beneficio. Es el acto mediante el cual se usan ciertos bienes con el ánimo de obtener unos ingresos o rentas a lo largo del tiempo.”

La bomba de la inversión (para muchos, gasto) en publicidad de Antel, cae en medio de la campaña por la Intendencia de Montevideo, nada casual. He leído todo tipo de opiniones, todos válidos, pero cargados de ignorancia. He leído “con la plata del Antel Arena y de la publicidad se podrían haber hecho 2 Hospitales de clínicas nuevos”. Bueno, ordenemos un poco como para opinar con fundamento; aunque las redes sociales sean el nuevo almacén de barrio que uno va a gritar cosas sin saber. Por ejemplo: el Hospital de clínicas depende de la Universidad de la República, que es un ente autónomo; Antel es un organismo descentralizado. ¿Qué quiere decir? Que el dinero del presupuesto está asignado para uno y otro de manera separada; o sea, dicho a lo criollo: NO se le saca a uno para darle al otro.  Y para que quede más claro: En el presupuesto nacional, se destinan 130.548 millones de pesos en seguridad social, lo que incluye sostener en gran parte la deficitaria caja militar. Pero se destina prácticamente la mitad de dinero (72.613 millones) para la salud. ¿Entonces, quién le quita a quién? Y si rascamos un poco más, tenemos solamente un presupuesto de 20.419 millones en protección social, o sea, la ayuda a los más vulnerables. ¿Números clarísimos no?

Hay pérdida de salario real de trabajadores, caída del poder adquisitivo de los jubilados, se estanca el presupuesto para la Udelar, casi 40 mil uruguayos comen en ollas populares, pero el gobierno entiende como prioritario aumentar los sueldos de varios de sus jerarcas. Me resulta poco lógica la indignación colectiva por el dinero invertido en uno de los pocos organismos del Estado que da ganancias, teniendo en cuenta además que Antel tiene competencia (Movistar y Claro), y el resto de los organismos públicos son monopolio estatal. Quizá lo que sí puedo llegar a criticar es que no se haya hecho una comunicación más paulatina de los gastos y que se esperara a hacerla por un periodo de tiempo tan largo, lo cual tiene claramente un fuerte impacto. Pero ya creo que es más un tema de error en la comunicación y no en el destino (u objetivo) de ese dinero.

Está claro que Carolina Cosse, mujer fuerte y clara, incomoda mucho. Mucho más que los militares que cobran decenas de miles de pesos por estar tranquilos en sus casas.

Fuente presupuestal: https://transparenciapresupuestaria.opp.gub.uy/inicio/presupuesto-nacional/a-d%C3%B3nde-van-nuestros-impuestos

¿La Reina de las llamadas? Por Rodrigo da Oliveira

La tentación de utilizar las empresas públicas como plataforma electoral no es nueva, se ha hecho demasiadas veces. Particularmente no sería tan grave si la persona en cuestión mostrara y demostrara una capacidad de gestión tal que realmente fuera un sitio desde el cual exhibirse como buen administrador de la cosa pública. Claro, el hecho de que tal empresa sea monopólica complejiza las cosas, del mismo modo que, eventualmente, se decida gastar muchos millones de dólares para posicionar tal empresa en lo más alto de la visibilidad pública y a su presidente/a como un gran hacedor, aunque su único mérito sea el de gastar dineros de los contribuyentes, tanto en publicidad como en obras faraónicas cuyo costo se demorará muchos décadas en amortizar. Así que llegamos al caso de una de estas empresas, que no sólo incumplió la Constitución en cuanto a sus fines y se dedicó a construir templos al ego electoral, fin para el cual no estaba explícitamente mandatada por aquella, sino que lo aderezó con un gasto en publicidad cientos de veces millonario en dólares. Ese mismo ego es el que hoy le dicta a la voz que le permite expresarse a la ciudadanía que otro buen vehículo para dirigir sería la más importante de las Intendencias del país, bajo la consigna (¡atiéndase!) de contrarrestar la nefasta acción del gobierno nacional y hacer el bien a la población, que según dicta ese mismo, electoralmente afiebrado e insondable interior que la rige, aparenta inerme frente al embate de las huestes de la más rancia derecha que nos gobierno. Porque, claro está y como ya pueden bien haber supuesto, la salvación nacional viene a lomos de la izquierda vernácula. Esa misma izquierda que nos ha sumido en el mayor endeudamiento en términos relativos y absolutos de nuestra historia, dejando un tendal de pobres viviendo en asentamientos, la mitad de los niños naciendo bajo la línea de pobreza y la tasa de empleo más deficiente de los últimos años. Pues bien, de esas trazas viene la propuesta. Pero tan buena fue la gestión que la sumieron en el secretismo más absoluto, los números era mejor que no fueran conocidos, el alcance de lo actuado mejor mantenerlo entre gallos y medias noches. Al grito de «pero vean cuánto dinero volcamos a Rentas Generales» y «todo ello tuvo un retorno acorde al gasto efectuado» se pretende defender tales cifras. No resiste el menor análisis, pero dejemos esa parte a quienes manejan los números y se están ocupando de poner en blanco sobre negro esa situación.

Las gestiones límpidas no necesitan auditorías posteriores, lo actuado con dineros públicos jamás debe admitir el secreto en lo invertido, gastado (o despilfarrado). Mucho camino hay para andar en esto, pero parece evidente que quienes así actúan deben ser llamados a responsabilidad individual. No es posible que las cosas sigan sucediendo a lo largo de los años y las administraciones y que, llegado el final de ellas, no se tenga con claridad el destino y la conveniencia o necesidad de cada centésimo que pusimos los contribuyentes.

Ni las empresas públicas ni los organismos fueron creados para volcar dineros a Rentas Generales. Eso así sucede porque se transformaron en vehículos de recaudación indirecta y no se corrigió. No alcanzó con los ECcrecimiento del país y agregado a ello la recaudación impositiva superior a lo estimado como para que encima debiéramos pagarle la plataforma electoral a algunos/as, dineros públicos mediante, con el aditivo de autoerigirse en salvador/a de los pobres, merced a ese enorme ego que no cesa de acariciarlos/as cada vez que abren la boca, enamorados de sus discursos y sin la menor autocrítica o, al menos, revisión sobre lo actuado. Qué tupé!

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