Hoy, en Johannesburgo, tiene lugar la última sesión del grupo de economías emergentes denominado BRICS, es decir, Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. Se trata de la XV Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno, que comenzara el pasado martes y concluirá hoy, en cuya agenda figuran asuntos fundamentales de esta hora y también asuntos estratégicos de corto y mediano plazo. El BRICS significa algo más de un cuarto del PBI planetario y aproximadamente el 40% de la población mundial.
También hay dos capítulos que agitan las tormentas de estos días: el debate acerca de la expansión del grupo, y la polémica ausencia del presidente ruso, Vladimír Putin. La razón de la no presencia del mandatario ruso obedece a la orden de arresto que liberó la Corte Penal Internacional, CPI, por presuntos crímenes de guerra en Ucrania. Putin estará presente de todos modos, pues intervendrá vía videoconferencia. Además, estará representado por su ministro de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov.
Si asistieron los presidentes de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva; de China, Xi Jinping; y el anfitrión, Sudáfrica, Cyril Ramaphosa. También el primer ministro indio, Narendra Modi.
Otros 67 referentes fueron invitados al encuentro. Entre otros, el secretario general de la ONU, António Guterres, y el presidente de la Comisión de la Unión Africana, Moussa Faki Mahamat.
El encuentro se ha desarrollado en el Centro de Convenciones de Sandton, el centro financiero. Lo relevante, es que ésta es la primera cumbre presencial de los BRICS desde 2019, poniendo fin a las reuniones virtuales, las videoconferencias, a causa de las restricciones que se impusieron por la pandemia del coronavirus.
La agenda
Uno de los puntos fundamentales del encuentro fue incluido en la agenda: la expansión del bloque. Se trata de un tema que supone la respuesta a la demanda de unas nuevas estrategias para asumir posición en esta coyuntura. La constatación de que más de cuarenta países han manifestado su interés en ingresar a este bloque de intereses, habla por sí solo de las expectativas de los presentes. De esos 40, hay 23 que han formulado expresiones formales de interés, entre los que se encuentran Arabia Saudí, Argelia, Argentina, Bahrein, Bangladesh, Bielorrusia, Bolivia, Cuba, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Etiopía, Honduras, Indonesia, Irán, Kazajstán, Kuwait, Nigeria, Palestina, Senegal, Tailandia, Venezuela y Vietnam.
La multilateralidad debilitada, la multipolaridad insatisfactoria, abren el camino a la búsqueda de respuestas, que no sólo refieren a cuestiones políticas y de convergencias tecnológicas, también de las reglas del comercio y sus acuerdos buscando aperturas que redinamicen las economías.
En esta instancia, o a muy corto plazo, los fundadores del BRICS deberán acordar los criterios de admisión, los compromisos que deberán asumirse, para dar una primera respuesta a las demandas de quienes aspiran a integrarse. La primera coincidencia entre todos es que todos buscan mayor peso en las instituciones internacionales, para generar equilibrios frente a Estados Unidos y Europa. Sin embargo, por lo menos hasta hoy, no hay un discurso sostenidamente antioccidental.
Puestas las cosas en perspectiva, una ampliación del BRICS podría representar hasta el 40% del PBI mundial y el 50% de la población del planeta.
Ahora, no es la misma situación la de China y Rusia que la de los demás miembros del BRICS. La necesidad de recrear equilibrios más urgentes en los organismos multilaterales es de estos dos. Para Sudáfrica, Brasil e India, las urgencias son otras. Así, si bien los cinco coinciden en la conveniencia y oportunidad de la expansión, cómo procesarla, con qué objetivos y plazos, será resultado de debate y de generar coincidencias.
Otros hacen más énfasis en que China ha impulsado la expansión de los BRICS para así aumentar su influencia política en medio de las crecientes tensiones con Estados Unidos. En cambio, para Rusia es más urgente buscar nuevos aliados en momentos que debe hacer frente a sanciones por su guerra en Ucrania. Tampoco India oculta su preocupación ante una mayor influencia china.
Aunque el grupo BRICS ha tenido dificultades para alcanzar su potencial económico, se está proyectando como una alternativa geopolítica a un orden mundial liderado por Estados Unidos, posicionándose como representante del sur global. Los nuevos miembros están expectantes de una mayor influencia y peso económico de los BRICS.
Desdolarizar
Otro capítulo de la agenda es el de la desdolarización del comercio. El dominio de la zona dólar multiplica el peso específico de los Estados Unidos, y debilita la proyección de China, aunque no exclusivamente. Desdolarizar el comercio tiene como propósito generar un contrapeso político y económico frente al dominio de Estados Unidos y sus aliados.
Desdolarizar, explican, es dar impulso a las monedas locales para comerciar en detrimento del dólar. Es alejarse de los mandatos e intervenciones de la Reserva Federal. El Nuevo Banco de Desarrollo creado en el 2015, con sede en Shangái, y primera oficina regional en Johannesburgo, tiene como presidenta Dilma Rousseff,
Y de la mano de Lula…
Una de las preocupaciones de Lula es la incorporación de Argentina al BRICS. Ello, entiende Lula, posibilitaría una estrategia “más serena, madura y menos pragmática”, de la que solo se favorece el sistema financiero. Lula es muy claro: “Brasil no puede hacer política de desarrollo industrial sin contar con Argentina, que es un país que tiene que crecer junto con Brasil”, y que también debe servir este crecimiento para apalancar a otros.
En este foro Lula planteará que fondo multilateral apuntale a Argentina, opere como garante financiero de las importaciones de Brasil a la Argentina.
El retorno de Lula a la primera línea de la política internacional cambia las perspectivas de las estrategias. Y Xi anunció que apoyará el planteo de Lula. Si ello resulta, Argentina tendría nuevas opciones. E incluso podría constituir un primer paso diferente en los alineamientos internacionales de esta hora.
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