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Carlos Morelli estrenó su nuevo film: El Cumple»

Carlos Morelli estrenó su nuevo film: El Cumple»
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Después del premiado mediometraje Monstruo (2011), con grandes labores de Roberto Jones y Roberto Suárez, y del éxito de público y crítica obtenido con su debut en el largometraje en Mi Mundial (2017), llegó a salas El cumple, el film que el uruguayo Carlos Morelli realizó y estrenó en 2019 en Alemania, su país de adopción. La historia se ambienta durante el cumpleaños de Lukas, un niño de siete años. Sus padres, Matthias y Anna, están separados en malos términos, pero organizan juntos una fiesta infantil con piñata y pastel. Pero cuando el festejo termina surge un problema: nadie pasa a recoger al pequeño Julius, y nadie sabe quién es realmente este niño. Anna le exige a Matthias que resuelva el problema de Julius, que lo regrese a su casa. En medio de una atmósfera cada vez más ominosa, Matthias sólo querrá deshacerse del extraño niño, pero todo se complica, aunque quizás eso le ayude a comprender las necesidades de su propio hijo.

 ¿Cómo llegás a la idea principal de esta nueva película, y qué cosas te motivaron de la historia?

Hay algo personal en esta historia. Tiene que ver con mi propia reconciliación y comprensión de mi rol como padre y como hijo. Cuando surgió la idea acababa de nacer mi segundo hijo, y por la beca que me dio el Servicio Alemán de Intercambio Académico) me acababa de mudar a Berlín desde México, para hacer una residencia artística por un año. En Alemania la paternidad se vive de una forma mucho más presencial y participativa que en México o Uruguay, o al menos así fue en mi familia y en mi entorno, donde los padres salían temprano a la mañana para regresar a la noche. Esa especie de shock cultural, al ver cómo los padres participaban igual o más que las madres en la crianza de los hijos, me puso en conflicto y me hizo reflexionar. Y luego, con el paso del tiempo encontré una estructura narrativa que me permitiera contar mi propia transformación, de forma exagerada y más dramática.

Me pareció estupendo el manejo de atmósferas, eso de empezar como un drama familiar, para meterte luego en terrenos más ominosos, lindantes con lo fantástico, y resolver todo como lo hacés al final. ¿Qué te atrae de esos géneros?

Hacer películas que se transformen en su tono, en su género, al tiempo que avanza la dramaturgia, es decir, la transformación del personaje, me resulta divertido, interesante, estimulante. Me gustan las películas así. Me gusta la idea que la transformación del personaje se vea reflejada en la estética, la puesta en escena y dramaturgia de la película.

Factor fundamental me pareció la elección del blanco y negro en la manipulación psicológica del espectador. ¿Cómo fue trabajar en blanco y negro, ya que “Mi Mundial” y “Monstruo” son en color?

La idea del blanco y negro tiene que ver con erradicar cualquier referencia temporal y espacial de la historia. Esta película puede ser en cualquier momento, por lo menos desde los 90 hasta el presente, y en cualquier lugar, cualquier capital occidental. Yo quería hacer
una especie de cuento de hadas. Una parábola. Una película que nunca envejezca, porque no tiene edad. El blanco y negro es una parte de esa estrategia. También hay mucho trabajo en el vestuario, en las locaciones, en los autos, incluso la forma de actuar del
elenco, y la manera de armar los encuadres y movimientos de cámara. Por otro lado, durante el segundo acto, cuando el protagonista entra en ese misterioso universo (el “rabbit hole” de Alicia), el blanco y negro resultó muy útil, una herramienta muy plástica. Ideal para lo que buscaba.

 

¿Tuviste modelos preconcebidos para llevar a cabo tu libreto?

Yo soy docente de guion en la Universidad de Berlín. Estudié un master en dramaturgia y guion en Barcelona. Tomé clases en Londres. Soy un poco nerd con el tema de la dramaturgia. Me gusta el tema. Pero en realidad todo eso me sirvió sólo para reescribir mil veces el guion. La primera versión surge de una definición temática (saber de qué se trata tu película), y luego la capacidad de dejar fluir la historia de forma lógica pero imprevisible. Creo que la cuestión kafkiana de la que se habla sobre el film tiene que ver con la incredulidad del protagonista al vivir lo que vive, esa actitud de no entender nada de lo que pasa, pero aceptar a cada momento la irracionalidad que está padeciendo. Y en determinado momento comienza a intentar comprender la lógica de lo que sucede. En ese sentido, los personajes de Kafka viven un poco las historias que el autor les presenta.

En tus dos largos tuviste que dirigir a niños, y no en roles secundarios, sino protagónicos. ¿Es fácil o difícil dirigir niños, y por qué?

Los niños son fáciles de dirigir. La parte más complicada es el casting. Porque en realidad vos no los dirigís realmente. Ellos son lo que son y cómo máximo podés editarlos un poco en la postproducción. Por otro lado, trabajar con niños te fuerza a ser muy preciso, claro,
ordenado y honesto a la hora de plantearles las escenas y lo que tienen que hacer o decir. O sea, trabajar con chicos es un desafío muy importante porque requiere que el director sepa lo que quiere y sepa también explicarlo con pocas y muy claras palabras.

Más allá de los niños, en tus películas tus elencos funcionan muy bien. Los dos Robertos en “Monstruo”, los elencos de tus largos… ¿Sos un director férreo con tus intérpretes, o les das pautas y luego los largás al ruedo a ver qué pasa?

En realidad, la clave aquí también es el casting. Porque decir que uno es un gran director de actores por trabajar con determinados actores es un poco chanta. Ellos hacen el trabajo. Uno pide varias versiones de cada escena para tener matices, pero en realidad ellos son los que ponen la cara, el talento y el cariño por la pieza. En cuanto al guion, en realidad casi siempre lo que escribo se refleja en por lo menos un 90% con lo que se ve en la pantalla. En algunos casos llego a eso probando y explorando, en otros casos llego a esa transcripción del guion a la imagen de forma más directa. Pero en realidad nunca me planteé que fuera así. Creo que al pasar años desarrollando mis guiones (y tener casi siempre poco presupuesto), a la hora de filmar voy con todo muy justo, y no hay muchas opciones. No se filman opciones. Se filma lo justo, o menos. Por otro lado, mientras cada línea que escribas en el guion tenga un sentido que los actores pueden entender, entonces es difícil salirse del libreto.

 

Hay puntos de contacto claros entre las oscuridades de “Monstruo” y “El cumple”. No así con “Mi Mundial”, que es mucho más luminosa en todo sentido, técnico y de contenidos. ¿Qué te llevó a dirigir dos largos tan diversos entre sí?

 No sé si son tan diversos. Las dos son historias basadas en la exploración de la relación padre-hijo, la paternidad, los conflictos familiares, la culpa, el poder ser mejor persona para los demás. Por otro lado, entre cada película que filmo pasan entre tres y seis años, y en ese período yo cambio. Todos cambiamos. Y mis películas también, son distintas en todo sentido, pero al final comparten una matriz que se refleja en la temática y en la transformación de los personajes. Finalmente, si tengo mucha suerte, a lo largo de mi vida podré hacer 10 películas más. ¿Por qué habría de hacer dos películas similares entre sí?

 

¿Te cayó la ficha de ser el autor de la tercera película más taquillera de la historia del cine uruguayo? “Mi Mundial” sólo ha sido superada por “En la puta vida” y “El baño del Papa”. ¿Qué sentís al respecto?

A mí me encanta que “Mi Mundial” la vieron y la siguen viendo los chicos en las escuelas. La cuenta de sus espectadores hoy ya la perdí. Pero tener hoy doce o trece años y saber que hay cine uruguayo que te puede entretener y emocionar es importantísimo, habilita para que esos chicos cuando sean más grandes miren obras uruguayas con menos
prejuicios. Ojalá fuera más fácil financiar cine para chicos en Uruguay. Es la clave para tener audiencia. En Alemania los fondos para películas para chicos son casi el doble que los de las películas para adultos, porque la idea es formar audiencias. Así que soy muy feliz sabiendo que “Mi Mundial” fue bastante exitosa en Uruguay.

En junio del 2019 presentaste “El cumple” en Shanghai. ¿Cómo fue eso? Y me gustaría saber además cómo un público tan lejano al occidental reaccionó ante una historia como esta.

Los chinos se encontraron con una película muy china. El público, las críticas y la audiencia sintió que esta familia de tres los representaba de forma total. En China aún es muy normal que las parejas tengan un solo hijo (no olvides que en su momento fue ley), y ahora es cada vez más normal que se divorcien y que tengan conflictos burgueses de tipo occidental. Ellos se sorprendieron al encontrar una historia tan contemporáneamente China.  Fue muy muy interesante ir a Shanghai con esta película. Por otro lado, éramos la única película alemana en la competencia oficial (Shanghai es como el Cannes de Asia, y para ellos esto es todo un logro), y supongo que ellos esperaban un director que se viera más alemán que yo, no sé, alguien rubio, alto, de ojos celestes, que hablara fluido
alemán. Sin embargo, se encontraron con un uruguayo con una película que les recordaba mucho sus propios conflictos.

Veo también que el año pasado has sido libretista del film brasileño “Sin retorno” de Rosa Berardo. ¿Llegaste a ver la película? Creo que se estrenó en diciembre en Brasil. ¿Sabés si hay posibilidades de exhibición en Uruguay?

La vi. Es muy difícil explicarte lo que se siente cuando otro dirige lo que uno escribe. Desde entonces, cada vez que venda un guion, he decidido que no voy a mirar el resultado final. No es un tema de gustarme o no. Simplemente me cuesta mucho. Pero vender guiones es la forma más maravillosa de ganarse la vida. Cada vez que vendo un guion
estoy muy agradecido, porque significa que he logrado conectar con el lenguaje de otro artista, dispuesto a tomar mis ideas y hacer un nuevo proyecto. No sé si podrá ver en Uruguay.

“El cumple” se estrena hoy en Montevideo, en varias salas. ¿Sentís lo mismo al estrenarla aquí que en Alemania, o te sentís más exigido en alguno de los dos lugares?

 Estrenar en Alemania fue uno de los logros personales más importantes de mi vida. Ellos hacen casi 300 largos al año, y si contás los fines de semana del año y le sumás todas las películas americanas y europeas que se estrenan, imaginate lo difícil que es encontrar ventana para estrenar comercialmente. Los intérpretes de la película, Mark Waschke y Anne Brüggemann, son muy conocidos allí, y eso ayudó. El problema fue que la pandemia trancó mucho todo. La estrenamos, se canceló todo, volvimos a estrenar, se canceló y cada vez que parecía que la película encontraba su público, se volvían a cerrar los cines. Estrenar en Uruguay es un regalo. Es una oportunidad de reencuentro, de compartir. Es una aventura increíble que la película llegue a los cines en Uruguay. Estoy muy curioso por saber cuál es la lectura que hace el público de aquí. Es increíble porque en realidad actualmente es el único lugar del mundo en el que puedo estrenar mi película: en Europa están todos los cines cerrados de nuevo desde octubre.

¿Algún nuevo proyecto en mente? Y si lo hay, ¿podrías adelantarnos algo?

Muchos. Casi todo lo que estaba armando para cine lo tuve que posponer, hay demasiadas películas esperando ser estrenadas para los próximos dos años. Así que ahora me concentro en dos series de televisión, pero no puedo dar muchos detalles por temas de contratos. Espero que puedan comprenderlo.

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Amilcar Nochetti Tiene 58 años. Ha sido colaborador del suplemento Cultural de El País y que desde 1977 ha estado vinculado de muy diversas formas a Cinemateca Uruguaya. Tiene publicado el libro "Un viaje en celuloide: los andenes de mi memoria" (Ediciones de la Plaza) y en breve va a publicar su segundo libro, "Seis rostros para matar: una historia de James Bond".