Dele pedal que llega por Onofre Laborde
El turno de esta edición corresponde a la historia inicial del Tour de Francia, un certamen sin precedentes que brilla en la actualidad.
Para conocer los orígenes de este certamen debemos hacer un pequeño viaje en el tiempo. Es 1 de julio de 1903 y a la entrada del Café au Revel Matin, en París, hay 60 hombres apostados con sus bicicletas. No lo saben, pero participarán en la primera edición de una carrera que acabará siendo un mito del deporte.
A principios de siglo XX, las publicaciones deportivas ya eran habituales. En Francia, había una competencia voraz entre Le Vélo, Le Vélocipède Illustré y Le Petit Journal. Todas apostaban por organizar competiciones ciclistas para lograr más lectores. La estrategia era sencilla: organizamos una carrera y solo nosotros podemos narrarla y explicarla al público con nuestra publicación. La épica del ciclismo era perfecta para atraer lectores. De este modo existían: Le Vélo organizaba (carrera ciclista Burdeos-París), Le Vélocipède Illustré (París-Rouen), y Le Petit Journal, (creador y organizador de la París-Brest-París).
Todas ellas eran carreras ciclistas realmente duras: las carreteras no eran más que caminos de tierra y las bicicletas todavía usaban en su mayoría llantas de madera y no tenían recambios. Todas ellas tenían una duración de un solo día.
Pero el origen del Tour de Francia estuvo en una disputa de carácter político-social, conocido como el “Dreyfus Affaire”. Este caso dividió completamente al país galo y provocó una de las grandes crisis nacionales a finales del siglo XIX.
Alfred Dreyfus (1859-1935) era un militar judío acusado de vender secretos a los alemanes. Fue condenado por alta traición en una cárcel en la Isla del Diablo, frente a Guayana Francesa. El país se dividía entre quienes lo veían inocente y quiénes creían que culpable. También se debía a un asunto de antisemitismo, corriente que arraigó años más tardes en la Alemania Nazi.
Un actor importante para el origen del tour, el editor de Le Vélo, Pierre Giffard, publicó un editorial defendiendo la inocencia de Alfred Dreyfus y criticando al gobierno de la III República francesa. Pero por otro lado, el Conde Dion era un aristócrata que estaba en contra de Dreyfus; tanto que fue encarcelado por participar en una violenta protesta para pedir su encarcelamiento. Fue estando en la cárcel cuando se produjo una reunión entre él y Pierre Giffard. El conde Dion anunciaba asiduamente sus empresas en Le Vélo. Pidió a Giffard reunirse con él para reprocharle su apoyo a Dreyfus. Poco se conoce de lo que hablaron, pero acabó siendo el germen del Tour de Francia. ¿Por qué?
Tras salir de la cárcel, el Conde Dion, dispuesto a tomarse la revancha tanto por el tema Dreyfus como por los altos precios que Le Vélo empezaba a cobrar fruto de su éxito, tuvo una idea: crear su propio medio de comunicación para hundir a su recién creado enemigo.
Fue así que el señor Dion convenció a varios anunciantes descontentos con los elevados precios de Le Vélo en cuestiones de publicidad para dejar la revista y unirse a la recién creada. Consiguió convencer a otras compañías como Michelin o Clément. Juntos decidieron crear la revista L’Auto-Vélo. En sus inicios, decidieron nombrar a un exciclista, Henri Desgrange, como editor de la publicación.
Posteriormente, Le Vélo denunció a L’Auto-vélo por plagio en el nombre. La denuncia fue aceptada y en 1903 tuvieron que cambiar su nombre a L’Auto. Giffard había ganado la primera batalla.
Lo que no sabía Giffard es que, desde unos meses antes, Henri Desgrange estaba preparando una carrera que iba a cambiar el mundo del ciclismo. Todo empezó en una comida en el restaurante parisino “Zimmer”, en Noviembre de 1902.
La creación o invención del Tour de Francia es mérito de Géo Lefèvre, periodista francés que fue contratado por la publicación deportiva Le Vélo. Éste, acostumbrado a cubrir carreras ciclistas, propuso a su director, Desgrange, organizar la carrera más dura que se podía imaginar.
La idea inicial era una carrera de seis etapas que pasara por las grandes ciudades francesas, que darían la bienvenida a los ciclistas como auténticos héroes, y que sirviera a L’Auto para propulsar sus ventas, que todavía no estaban ni siquiera cerca de las de su rival. Entre Desgrange y Lefèvre fueron afinando la idea: darían descanso de varios días a los ciclistas entre las seis etapas, el circuito tendría unos 2.500 kilómetros y pasaría por ciudades como Burdeos, Nantes, Toulouse, Marsella o Lyon, para acabar donde empezó: París (los organizadores querían una carrera épica y de gran dureza, solo la primera etapa, entre París y Lyon, tenía una longitud de 471 kilómetros).
Tras semanas de trabajo L’Auto pudo anunciar la creación del Tour de Francia apenas unos días después de perder la demanda con su archienemigo Le Vélo. Desgrange quería vender el Tour de Francia como una prueba al a resistencia humana. Para ello, prohibió el uso de gregarios y equipos de apoyo, también repartió hombres por el circuito para comprobar que todos recorrieran el trazado completo.
Fue así que el primer Tour de Francia de la historia comenzó el 1 de julio de 1903. Sesenta ciclistas venidos de Francia, Bélgica, Suiza, Alemania e Italia se reunieron en París para participar en la competencia. Tras tres semanas, el primer ganador de la historia del Tour de Francia fue Maurice Garin (1871-1957). Un conflicto político acabó con la creación de la carrera ciclista más importante del mundo, relevante, vigente.
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