En plena campaña surgen muchos temas irrelevantes en agenda.
Sin embargo, algunas cosas deberían entrar en serio en el debate.
Una práctica constante en la vida política son los pases en comisión
Todos los partidos uruguayos sin excepción la usaron a mansalva.
Identificamos tres formas de utilización que son las más comunes.
Una que se supone fue la causa de la creación de este instrumento,
es la utilización de profesionales o idóneos en determinado campos
para asesorar a parlamentarios o distintos jerarcas de gobierno.
Tiene lógica que un legislador lleve, por ejemplo, a un abogado o
a un economista para llevar adelante su tarea en el parlamento.
Incluso un secretario personal de confianza o un comunicador.
Hay una segunda categoría, aunque no es reconocida por nadie.
Pero existen quienes usan, y el partido que esté libre de culpa que
tire la primera piedra, el llevarse a funcionarios públicos para que
trabajen partidariamente y de esa manera tener militantes rentados.
No son pocos y cuentan con funcionarios bancados por el estado.
Y la tercera categoría y más deleznable de todas es la de los pases
en comisión ñoquis, son aquellos que un político o jerarca de turno
los lleva como gauchada, y cobran su sueldo sin laburar nada.
Connotadas figuras mediáticas han sido señaladas por hacer eso.
Ahora bien, un día sí y otro también escuchamos las quejas de que
hay que bajar el costo del Estado, de que es imprescindible que el
funcionario sea para la función, o de la insoslayable madre de
todas las reformas que significa achicar por fin la burocracia estatal.
Todos los partidos lo dicen de una u otra forma permanentemente.
Pero ninguno deja de mal usar este instrumento que en su origen
tiene fundamentos lógicos para ser utilizado por los políticos.
Que siempre ha sido así y que todos lo hacen no es excusa.
Se trata en definitiva de corrupción, que grande o pequeña no deja
de ser menos corrupta y que debería ser condenada por todos.
¿No sería hora de controlar en serio esta mala praxis?
Un acuerdo inter partidario para abolir el curro de los pases en
comisión sería una buena señal para la ciudadanía en año electoral.
Alfredo García
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