Iniciada en 1995, la saga de “Evangelion” revolucionó el anime, abundante en propuestas pero algo estancado temáticamente por aquel entonces. Con su curiosa mezcla de existencialismo, referencias religiosas, conflictos políticos, dramas adolescentes y peleas de mechas, es decir robots piloteados por humanos, cautivó a más de una generación y resultó muy influyente para la posterior producción japonesa. “Shin Evangelion Gekijouban”, su última entrega, puede disfrutarse actualmente en las salas del Complejo Movie Center.
Si bien la historia comenzó a publicarse en formato manga en 1994, que es el nombre que se le da comúnmente al comic japonés, el proyecto fue concebido originalmente como una serie por el director, escritor, animador y productor nipón Hideaki Anno. En Japón es común que una animación derive de una historieta o que se publique inicialmente en dicho formato, para difundir la historia antes de su adaptación a la pantalla.
Ambientada en el año 2015, la serie original de “Evangelion” está integrada por veintiséis episodios y su temática, como suele ser común a las obras ambientadas en el futuro, es de corte post apocalíptico.
La historia se desarrolla en un mundo futurista en el cual existe una organización paramilitar llamada “NERV”, encargada de proteger a la Tierra de los ataques de unos seres de naturaleza desconocida denominados únicamente “ángeles”.
La peripecia comienza a narrarse quince años después de un desastroso evento designado como “segundo impacto”, en el cual estos terroríficos seres atacaron el planeta, reduciendo la población humana a la mitad.
Para prevenir futuros ataques, la ONU creó esta organización que intenta proteger a la Tierra de su destrucción, mediante la utilización de unos “mechas” humanoides elaborados con componentes biológicos y cibernéticos llamados “EVA”, que, curiosamente, solo pueden ser piloteados por adolescentes.
En el transcurso de los sucesivos capítulos afloran numerosos personajes, pero los principales, los que asumen el mayor peso dramático de la narración, son el director de “NERV” Gendō Ikari, su hijo Shinji, quien pilota uno de los “EVA”, su tutora Misato Katsuragi, y las adolescentes Rei Ayanami y Asuka Langley, las otras dos pilotos de las complejas criaturas biomecánicas parte robot y parte orgánicas.
De temática más compleja que la mayoría de las series de mechas, con un tono marcadamente “cyberpunk”, y trascendiendo ampliamente al género, “Evangelion” abunda, ya desde el título, en referencias religiosas. Su creador tomó inspiración en variados pasajes e historias de la Biblia, como la Creación, el mito de Adán y Eva, la lanza de Longinus, que se creía poseía poderes al estar embebida su punta con la sangre de Cristo, los Reyes Magos, y el símbolo de la cruz, repetido a lo largo de toda la saga en muchas de sus variantes.
Asimismo, la historia plantea dilemas filosóficos, éticos y morales, como el excesivo desarrollo tecnológico como condena y salvación de la Humanidad al mismo tiempo, la deshumanización derivada de un vertiginoso avance técnico, los conflictos humanos en permanente pugna con la amenaza de una siempre latente destrucción a escala planetaria y la fusión entre el ser humano y la máquina, que deriva tanto en una humanización de esta como en la mecanización del propio homo sapiens. Esta parafernalia está aderezada con espectaculares peleas, cortas pero extremadamente violentas, y los conflictos éticos, morales y hasta sexuales de sus personajes.
Calificada peyorativamente muchas veces de pomposa, pretenciosa, lenta en su desarrollo y hasta confusa, es innegable que la saga posee una multitud de seguidores y ha resultado muy influyente para el desarrollo del anime en los últimos veinticinco años.
A la serie le sigue un filme de 1997 llamado “El fin de Evangelion”, que plantea un epílogo alternativo, como si fuera una suerte de capítulo número veintisiete.
Empero, en 2007 el estudio Gainax, creador de la animación original y de tantos otros éxitos, comenzó la tetralogía titulada “Reconstrucción de Evangelion”, que funcionaría como una especie de reboot, o relanzamiento, tanto del manga como del anime.
Hideaki Anno, reconocido como el creador de la saga, se planteó narrar nuevamente los acontecimientos, pero introduciendo nuevos elementos, nuevos personajes y nuevas subtramas, además de mejorar la formulación visual mediante animación 3D y CGI, es decir, efectos generados por computadora.
Las tres primeras entregas vuelven sobre lo ya visto en “Neon Genesis Evangelion”, pero la cuarta, que fue estrenada el año pasado en Japón pero que aquí en Uruguay se retrasó por la pandemia del COVID 19, plantea una historia nueva y da punto final, supuestamente, a todas las tramas anteriores. De todos modos, no es indispensable, si bien resulta útil, haber visto la serie ni la película que le sigue para encarar el visionado de estos cuatro filmes.
La entrega final, que puede disfrutarse actualmente en nuestro país en las salas del Complejo Movie Center, está dividida en varias partes y es pletórica en referencias tanto a la primera animación como al manga, que acompaña la versión animada pero tiene a su vez una continuidad propia, y a las tres películas anteriores.
Con “Shin Evangelion Gekijouban” se concluye épicamente, al menos por el momento, una emblemática historia de ciencia ficción animada que redefinió las pautas del género y devino en un producto artístico de culto para más de una generación.
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