Miedo: luchar o huir es el tercer espectáculo escrito y dirigido por Yordan Brum que se estrena en este 2018. Los anteriores fueron Ayer no es hoy (que reunía tres piezas breves tituladas: De aquí en más, Juego y Gallos de Lata) estrenada en el Teatro Stella y Gaillway en el Teatro AGADU. Si bien las estéticas que Brum maneja en sus obras son disímiles, un tema que parece recurrente es el de indagar en los vínculos entre las personas. El propio actor y dramaturgo, en entrevista para el portal Granizo, nos decía al respecto: “creo que siempre es algo que me llega de cerca, me interesa, el manejo del amor y el desamor, ese juego a veces de poder que evita muchas veces que los vínculos se den, y las consecuencias que eso tiene, la soledad es una de ellas (…) Creo que a medida que va pasando el tiempo siempre me pasa eso con los vínculos, con los que yo tengo incluso. Me pasa que mis vínculos terminan resultando poco empáticos, simulan ser cercanos pero terminan siendo distantes. Capaz por una cuestión mía también”
En Miedo: luchar o huir, estamos ante cuatro historias protagonizadas por mujeres y el miedo con el que se enfrentan, que las obliga a tomar alguna de las decisiones del título, tiene que ver con los vínculos, aunque no necesariamente vínculos en donde el amor juega un rol protagónico. El miedo en algunos casos es más primitivo, es al contacto humano, al relacionamiento social, generando un personaje obsesivo, maníaco, que es incapaz de desenvolverse en el medio social y debe encerrarse. En otra de las historias sí estamos ante un miedo más crudo, más actual, el miedo de una mujer instalado en su vida cotidiana, en que el control absoluto se le impone para ser básicamente un objeto propiedad de otra persona. Entre esos dos extremos se manejan las otras historias, que no tienen una localización temporal definida, ni involucran a personajes que remiten siempre al mismo estrato social, lo que sin embargo permite que podamos ubicar a todas las historias en nuestro contexto actual, y atravesando sectores sociales.
Lo interesante de contrastar este espectáculo con los anteriores de Brum es que algunas situaciones análogas son abordadas desde ángulos diversos. En De aquí en más (que integraba Ayer no es hoy) la rutina había consumido a los personajes, que tenían necesidad de huir de la misma, a costa incluso de romper una relación de pareja ya en la madurez. En este caso estamos ante la situación inversa, un personaje que se aterra de solo pensar en salir de su casa hace de la rutina diaria, más o menos incambiada, su espacio vital. Los juegos de poder al interior de una pareja eran recurrentes en Gaillway, algo que nuevamente tenemos presente en el actual espectáculo, pero en este caso el poder es ejercido unilateralmente. Las obsesiones a partir de las rutinas externas también parecen ser una constante en los personajes de Brum.
La gran diferencia, ya hablando de la globalidad, de este espectáculo con los anteriores es el trabajo en el mismo nivel de las cuatro actrices que integran el elenco. Tanto en Ayer no es hoy como en Gaillway convivían actores y actrices con experiencia junto a jóvenes que no siempre se adecuaban a sus personajes. El entusiasmo de un tipo de actuación característico de las muestras de Teatro Joven de la Intendencia se entremezclaba con otros registros dando un carácter a veces abigarrado al elenco. En este espectáculo las cuatro actrices logran que sus personajes transmitan al espectador el crescendo de sus temores que se resolverá en cada caso de forma diversa, pero sin que haya desniveles entre las actuaciones. Esto es particularmente relevante en tanto las historias de los cuatro personajes, enfrentados a luchar o huir ante sus temores, se van intercalando durante el desarrollo de la obra. El elenco realiza un trabajo sobrio, que permite que las historias lleguen al espectador sin afectaciones que interfieran, desde situaciones cotidianas.
Párrafo aparte merece Yordan Brum, un jovencísimo actor formado en el Instituto de Actuación de Montevideo en donde adquirió, aunque no terminó la carrera, herramientas para desarrollarse como actor pero también para emprender una producción, para dirigir y, como él mismo nos comentara, gran motivación para escribir. Justamente con un grupo de compañeros del IAM se presentó a la Movida Joven en el año 2016 obteniendo premios y menciones por La soñadora, su primera obra escrita. En 2017 presentó Calle Cabildo en La gringa, La plaza de naranjo en el Stella, y realizó la dirección artística de ¿Qué me van a hablar de amor? un musical que homenajeaba a Julio Sosa. Así llegamos a este 2018 con tres estrenos y el próximo reestreno de La soñadora, ya en el circuito profesional. A estar atentos a este nuevo dramaturgo que se abre camino en nuestro medio.
Miedo: luchar o huir. Autor y director: Yordan Brum. Elenco: Gabriela Quartino, María Noel Gutiérrez, Natalia Casanova y Eliana Recchia.
Funciones: jueves 20:30. Sala del Museo Torres García.
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