Siempre observamos el éxito de un deportista sin quizás observar el trabajo, empeño y adversidades que debió pasar para obtener dichos méritos, incluso muchas veces juzgamos y olvidamos que primero que nada, ese competidor es un ser humano, que vive situaciones como todos nosotros.
La competencia es muy dura y hacerla frente exige un alto grado de disciplina. Disciplina que pasa por dietas estrictas, intensas sesiones de entrenamiento, y sus correspondientes e imprescindibles jornadas de descanso.
Como consecuencia de ello, los jóvenes deportistas a menudo tienen que renunciar a pasar tiempo con sus amigos, con sus familias y, en muchos casos, también tienen que dejar de lado los estudios. En definitiva, tienen que renunciar a llevar una vida normal. La consecución de sus sueños es su máxima recompensa junto con la satisfacción personal que supone superar los distintos retos a los que tienen que hacer frente.
Los sacrificios dependerán del nivel de vinculación con el deporte en cuestión. No podemos hablar de la misma seriedad en deportistas profesionales, que para aquellos que lo practican con una menor ambición. No obstante, hay muchas personas que, a pesar de no dedicarse a ello a nivel profesional, luchan y su entrega es enorme; deseando ver los resultados, exigentes y comprometidos con ellos mismos.
Algunas de las facetas de su vida en las que se pueden observar algunos sacrificios refieren por ejemplo al descanso, ya que los deportistas deben estar muy comprometidos también con ese aspecto. En muchas ocasiones, las largas jornadas de entrenamiento les hacen sentir exhaustos y agotados. Por ello, pese a la falta de tiempo, deben comprometerse a descansar y acudir a su próximo entrenamiento en óptimas condiciones. Si queda poco tiempo en el día para uno mismo, no hay más remedio que emplearlo en descansar y permitir que el cuerpo se recupere.
Otro factor fundamental es la responsabilidad. Muchas veces deben entrenar, aun sintiendo dolor en alguna parte de su cuerpo. Sin embargo, hay ciertas lesiones que les obligan a parar. Un deportista tiene que ser responsable de su propio cuerpo. De la misma forma en que aprenden a esforzarse y dar lo máximo de sí mismos, pese a algunas molestias y dolores, deben saber frenar y seguir las indicaciones oportunas cuando una lesión seria les obliga a parar. Este último caso resulta muy traumático para algunos. Sin embargo, es imprescindible echar mano a la resiliencia y saber que hay tiempo de juego, y tiempo de descanso en la partida.
Y ni olvidar el factor de la alimentación. A todos nos gusta salir por ahí con compañeros, familiares y amigos, y darnos algún que otro capricho. Los deportistas deben tener muy claros los conceptos en cuanto a su plan de la dieta. Habrá momentos en los que pueda permitirse ciertos placeres y momentos en lo que no. La correcta y pautada comida de un profesional del deporte, es fundamental para su posterior rendimiento. La obtención de los resultados esperados, pasa por ser responsable de muchos pilares básicos, más que el resto de mortales.
También es importante el control del ocio. Muchas veces, se verán obligados a ausentarse de encuentros, fiestas o quedadas porque su deporte les obligue a descansar, a reposar o a concentrarse. Pueden y deben tener vida social, aunque muchas veces se complica. Decir que no a un plan que te apetece, porque debes ir a entrenar, o a descansar, o a recuperarte; o simplemente porque sabes que no podrás disfrutar de él o que no se ajusta a los requisitos de tu forma de vida, es difícil, pero imprescindible en el mundo del deporte.
Los sacrificios son necesarios cuando queremos alcanzar una meta ambiciosa. En el mundo del deporte son muchas las restricciones en comparación a una “vida normal”. Muchas de ellas, incluso, son cuestionables a nivel de salud, cuando se lleva al extremo. Sin embargo, la recompensa de un gran deportista no tiene medida. La felicidad y satisfacción que pueden llegar a sentir cuando sus esfuerzos se ven recompensados, es indescriptible, en boca de muchos.
Por ello, cuando es la pasión lo que mueve a una persona, los sacrificios forman parte de la vida. Hay gente que debe sacrificar tiempo con su familia por ir a trabajar a una oficina; o estar lejos de los suyos cuando deben viajar a menudo. En cada parcela de la vida, hay una historia y siempre hay un motivo de peso para cada circunstancia voluntaria.
Algo muy importante que un deportista debe tener, es gente alrededor que le comprenda y respete su forma de vida. Alguien que te fuerza a salir cuando sabe que debes descansar; que te critica por no comer o beber ciertas cosas, sabiendo que de ello depende tu rendimiento; que te juzga cuando no estás presente en todos los encuentros con amigos; no es gente que sume. Por ello, no te sienta mal si no te sientes comprendido en algunos aspectos. Piensa que no todo el mundo es capaz de entender lo que la pasión mueve, y los sacrificios que uno está dispuesto a hacer por lograr la vida que quiere.
Sabemos muy bien el enorme sacrificio que realizan nuestros deportistas uruguayos para poder salir adelante, muchas veces sin las condiciones o facilidades necesarias para lograr los anhelos deseados. Es muy importante valorar el trabajo y como ciudadanos debemos no ser tan duros a la hora de una derrota, no descalificar ni desmerecer al competidor, porque ese ser humano está dando todo de si, representando muchas transiciones y etapas de labores. Es importante generar esperanza.
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