Home Literatura En busca de la identidad perdida
0

En busca de la identidad perdida

En busca de la identidad perdida
0

Federico Puig, como se puede leer en la solapa de su libro El lugar donde nacen las olas, nació en 1990 en Montevideo y es psicólogo y “artista escénico”. Esta última categoría es relevante porque subraya una forma de entender las artes escénicas. Y no es que Puig, quizá uno de los integrantes de su generación más interesado en reflexionar sobre el quehacer artístico-teatral, desdeñe de categorías como “autor” o “director”. Es que esas categorías seguramente no alcancen a capturar la forma en que las nuevas generaciones entienden su práctica. Y no significa tampoco que renieguen de la formación específica, de hecho Puig tiene formación en actuación y forma parte de la primera generación de la TUD (Tecnicatura Universitaria en Dramaturgia). Pero su práctica teatral no se agota en una sola dimensión. Por ejemplo, hemos visto a Puig “actuando” como un “entusiasta oriental” que nos guiaba por callas y plazas del casco histórico de Montevideo en busca de los rastros de Artigas en Free Procer Tour en 2021 (en un recorrido que contaba con texto y dirección suyos). También lo encontramos escribiendo y dirigiendo junto a Fernando Hernández y Diego Devincenzi en el ensayo escénico Un artista de la muerte en 2018. O como asistente de Diego Araújo en una versión de Timón de Atenas de William Shakespeare también en 2018. O escribiendo y dirigiendo “Y”, un texto de fuerte impronta generacional que habla de la forma en que conviven algunos jóvenes montevideanos de clase media que fue estrenado en 2019 en el Teatro Stella. Esa característica de no cristalizarse en un rol determinado viene de la mano de integrar diversos colectivos en donde los roles, justamente, se van intercambiando en función de las necesidades del proyecto.
En el año 2022 Puig obtuvo por segunda vez el primer premio en la categoría dramaturgia del Concurso Literario Juan Carlos Onetti con El lugar donde nacen las olas. En 2018 lo había obtenido con el texto de “Y”, pero el texto actual se aleja del universo de jóvenes en transición a la adultez en un contexto urbano que caracterizaba al estrenado en 2019. El lugar donde nacen las olas se instala en las sierras de Lavalleja y tiene como protagonista a Gabriela, una adolescente que justo el día de su cumpleaños número 15 recibe una carta de su madre, a quien no conoce, y un pedido. Cuando Gabriela le cuenta del pedido a su abuela Blanca esta le responde: “Las hijas se cuidan y las madres se hacen, no se nacen. Las madres se quedan, no se van. Las madres aguantan lo que hay que aguantar y lo que no se aguanta se aguanta igual”. Y la abuela guarda silencio. Ese silencio que oculta un dolor que quizá en una determinada etapa de la vida es mejor mantener allí, sumergido. Pero no es la etapa de la vida de Gabriela, que necesita saber. En el trayecto de la historia la protagonista seguirá recogiendo silencios, pero también amistades incondicionales que la acompañarán a donde sea necesario. La búsqueda pronto cobra forma casi arquetípica, llevando a la protagonista a merodear zonas brumosas y mágicas. Si hay personajes oscuros que amenazan a Gabriela y a Leo, su fiel escudero, los peligros logran ser conjurados gracias a otros personajes que parecen traer cierta luz.
Durante la presentación del libro, el pasado 25 de octubre en Casa de Abajo Café, se generó un intercambio entre el autor y sus compañeras teatristas Victoria Vera y Vanessa Cánepa en la que apareció la referencia a obras como Incendios, de Wajdi Mouawad. Y si la crudeza de algunas aristas de los espectáculos de Mouawad puede contrastar con la ternura que emanan la mayor parte de los personajes de Puig, el paralelismo no deja de ser pertinente. La búsqueda de la identidad en medio del silencio es una de las claves de los personajes trágicos de Mouawad (en el sentido de ser moldeados sobre tragedias de la antigüedad) y también de la Gabriela de El lugar donde nacen las olas. El propio Puig confesó que una de sus referencias al momento de escribir el texto fue Antígona, en particular la desobediencia de la hija de Edipo ante las imposiciones de Creonte. Y también la obstinación y la desobediencia llevarán a Gabriela al reencuentro con su madre. Finalmente veremos que El lugar donde nacen las olas es un homenaje a la maternidad, no en vano el texto comienza con 15 acepciones de la palabra madre. Y en 15 momentos se divide un libro que no omite lo que Blanca dice al principio, “las madres no se nacen”, pero que parece agregar, también, que hay muchas maneras de devenir madre.
El lugar donde nacen las horas tiene una poética singular, que parece transportar al lector a una zona que escapa del tiempo y el espacio, más allá de las referencias geográficas concretas. Y su lectura propone imágenes en donde lo siniestro intenta tomar una forma que finalmente la ternura de los personajes logra dominar y transformar en una energía con otro signo. La ilustración de tapa de Carolina Ocampo parece acertar en difuminar los contornos de ese rostro que persigue dibujar Gabriela en su viaje hacia sí misma. Otro bello motivo para adquirir un ejemplar de El lugar donde nacen las olas.

El lugar donde nacen las olas, de Federico Puig. 71 páginas. Forma, 2004

POR MÁS PERIODISMO, APOYÁ VOCES

Nunca negamos nuestra línea editorial, pero tenemos un dogma: la absoluta amplitud para publicar a todos los que piensan diferente. Mantuvimos la independencia de partidos o gobiernos y nunca respondimos a intereses corporativos de ningún tipo de ideología. Hablemos claro, como siempre: necesitamos ayuda para sobrevivir.

Todas las semanas imprimimos 2500 ejemplares y vamos colgando en nuestra web todas las notas que son de libre acceso sin límite. Decenas de miles, nos leen en forma digital cada semana. No vamos a hacer suscripciones ni restringir nuestros contenidos.

Pensamos que el periodismo igual que la libertad, debe ser libre. Y es por eso que lanzamos una campaña de apoyo financiero y esperamos tu aporte solidario.
Si alguna vez te hicimos pensar con una nota, apoyá a VOCES.
Si muchas veces te enojaste con una opinión, apoyá a VOCES.
Si en alguna ocasión te encantó una entrevista, apoyá a VOCES.
Si encontraste algo novedoso en nuestras páginas, apoyá a VOCES
Si creés que la información confiable y el debate de ideas son fundamentales para tener una democracia plena, contá con VOCES.

Sin ti, no es posible el periodismo independiente; contamos contigo. Conozca aquí las opciones de apoyo.

//pagead2.googlesyndication.com/pagead/js/adsbygoogle.js
Leonardo Flamia Periodista, ejerce la crítica teatral en el semanario Voces y la docencia en educación media. Cursa Economía y Filosofía en la UDELAR y Matemáticas en el IPA. Ha realizado cursos y talleres de crítica cinematográfica y teatral con Manuel Martínez Carril, Miguel Lagorio, Guillermo Zapiola, Javier Porta Fouz y Jorge Dubatti. También ha participado en seminarios y conferencias sobre teatro, música y artes visuales coordinados por gente como Hans-Thies Lehmann, Coriún Aharonián, Gabriel Peluffo, Luis Ferreira y Lucía Pittaluga. Entre 1998 y 2005 forma parte del colectivo que gestiona la radio comunitaria Alternativa FM y es colaborador del suplemento Puro Rock del diario La República y de la revista Bonus Track. Entre 2006 y 2010 se desempeña como editor de la revista Guía del Ocio. Desde el 2010 hasta la actualidad es colaborador del semanario Voces. En 2016 y 2017 ha dado participado dando charlas sobre crítica teatral y dramaturgia uruguaya contemporánea en la Especialización en Historia del Arte y Patrimonio realizado en el Instituto Universitario CLAEH.