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Fórmulas: ¿Quién ganó y quién perdió?

Fórmulas: ¿Quién ganó y quién perdió?
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Los tres partidos mayoritarios definieron sus fórmulas para las elecciones de octubre. Con diferentes procedimientos y por ende repercusiones, los tres dejaron varias interrogantes. ¿Cuánto importa la fórmula para ganar una elección? ¿Cuál es el rol del vice: ganar votos o garantizar gobernabilidad? ¿La fórmula blanca solucionó los líos internos? ¿Es una revolución en el partido Nacional poner a una mujer? ¿No hay demasiada similitud entre Lacalle y Argimón? ¿Hubo improvisación en el Frente? ¿Martínez marcó independencia de los sectores y los viejos líderes? ¿Villar es un buen complemento? ¿El tema del título no juega en contra? ¿Era Cosse una mejor opción y su designación colaboraba en afianzar la unidad? ¿Deben pesar en las fórmulas las relaciones personales? ¿El partido Colorado no pierde al no tener una fórmula paritaria? ¿Talvi no se embreta al designar a Silva por el tema del Codicen?

Martínez en la mejor dirección por Roberto Elissalde

La semana siguiente a las elecciones marcó el ascenso al liderazgo frentista definitivo de Daniel Martínez. Fue la semana en la que le dijo no a los tres principales referentes del FA de este siglo y se reafirmó en su decisión de escuchar a todos, pero decidir él quién debería acompañarlo en la novena campaña electoral de nuestra fuerza política.

Hasta el momento, Martínez había preferido no chocar con “los tres viejos” por ningún tema. Mujica, el más alejado de la figura del actual candidato frentista, lo ha surtido de palazos a él y su organización política durante un buen tiempo, además de ser uno de los artífices que la jugada que lo dejó sin candidatura a la Intendencia de Montevideo (IM) hace diez años. Pero Martínez nunca tuvo una palabra o una acción que demostrara que intentaba desconocer el poder del expresidente.

Con Tabaré Vázquez la cosa ha sido diferente. Procedentes del mismo partido político e integrantes de alguna asociación social en común, era previsible que el vínculo fuera el mejor. Pero el gobierno nacional ha tenido varias desconsideraciones respecto al gobierno de la capital. Las principales pueden resumirse respecto a la convicción del Ejecutivo que la zona de la bahía, que alberga al puerto y AFE y ambas dependen del Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP), es un área en la que la opinión del gobierno departamental debe someterse a las necesidades nacionales y las decisiones presidenciales. Martínez pudo haber enfrentado la expansión hacia Capurro del puerto, tomando tierras de la IM, y pudo haber puesto trabas al trámite express del Ferrocarril Central. Ambas cosas eran redituables electoralmente, pero el Intendente decidió buscar un camino de compromiso, corriendo un riesgo propio, por no desconocer la voluntad presidencial.

Danilo Astori, el hombre que ha vertebrado los tres gobiernos frentistas desde el Ministerio de Economía o la vicepresidencia (con influencia en el MEF) ha sido aliado electoral de Martínez. Su actitud de rechazo inicial a Graciela Villar, una persona que integró su grupo Asamblea Uruguay desde los comienzos y hasta hace unos pocos meses, lo puso en línea de cruce con Martínez. Villar, electa edil en 2009 por AU, al retirarse de esa organización, a fines de 2018, renunció a su banca, por lo que no parece tener deudas con Astori, aunque sí diferencias políticas: la ex-edil respaldó la precandidatura de Mario Bergara mientras que el Ministro apostó por Martínez. Puede haber sido un trago amargo para Astori aceptar que una de los suyos decidiera desalinearse, pero al convertirlo en un gesto político de rechazo a la pre-candidata a la vicepresidencia, Astori asumió un riesgo grande.

La decisión de Martínez de confirmarla como su elegida fue un escalón en su camino autónomo. Es quizás el primer gesto simbólico de lo que todos ya sabían. Estas elecciones internas cierran una fase en la historia del FA, así como la renuncia de Seregni en 1996 cerró el período fundacional y de resistencia. Los frentistas hemos confiado los liderazgos en otras personas, menos incómodos con los vaivenes del siglo XXI. A Martínez esto debería sonarle como la confirmación de que estamos ante un “nuevo impulso” frenteamplista. Ojalá sea así.

Una decisión atrevida por Eduardo Vaz

Es difícil abordar en poco espacio la cuestión de la vicepresidencia en los tres principales partidos. Abordaré el caso del FA, mi partido.

En primer lugar, creo que la vicepresidencia es de enorme trascendencia.

Tanto por su función específica en nuestro Parlamento, presidir el Senado y la Asamblea General, así como el rol senaturial que le corresponde. Es el nexo natural entre el Poder Ejecutivo y Legislativo y tiene un rol fundamental en la negociación política con la oposición.

Ni que hablar si se dan extremos como la sucesión del Presidente; baste recordar que ganó Gestido y siguió Pacheco. O el costo político de este gobierno con Sendic y su obligada renuncia por dictamen del TCP y la propia Justicia.

En segundo lugar, la elección actual debía observar tres criterios básicos: respetar la paridad, mantener ciertos equilibrios políticos, aunque no mecánicamente y fortalecer la fórmula para la más difícil campaña del siglo.

El FA necesitaba una fórmula paritaria para concretar su propio compromiso público y su coherencia con las políticas de género desplegadas. Hubiese sido una pérdida de credibilidad total no haberlo hecho y nada lo justificaría.  Sobran excelentes mujeres para el cargo.

Si bien el propio Daniel había reclamado poder elegir su vice antes de las internas, no era razonable que fuese de su misma coalición electoral interna, lo que habría sesgado inapropiadamente la fórmula. El caso de Graciela Villar, figura del equipo de Mario Bergara, viene a satisfacer este criterio.

La elección de Graciela ha sido una gran decisión de Daniel. De un lado, queremos un presidente capaz de elegir lo que cree mejor, de mostrarse como líder de sus propias fuerzas, de poder tomar distancias de los popes y de no caer en el reparto cuantitativo directo. De otro, Graciela viene a aportar a la fórmula desde varios planos: su compromiso frenteamplista de siempre, su larga experiencia política y sindical, su labor destacadísima en la Junta Departamental como edil y como Presidente, sumada a su capacidad y pasión, dan todas las garantías para cumplir a cabalidad los roles de la vicepresidencia.

Difícil tarea para Daniel y Graciela la de conducir a un FA que necesita revitalizar su rica tradición popular y su capacidad movilizadora. Juntos, deberán formar un equipo capaz de inyectar ideas potentes para abordar todo lo mal hecho, lo no hecho y lo nuevo, junto a desatar sentimientos y promover los valores de la izquierda democrática y progresista que le han dado al país el sitial que hoy ocupa en el mundo.

De salmones y picaflores por David Rabinovich

LAS DERECHAS VIENEN POR TODO. Alguien dijo que ganó ‘Un solo Uruguay’. Las derechas vienen por la Seguridad social, por los salarios, la educación, nuestra salud, los nuevos derechos conquistados y viejos logros que costaron sangre, sudor y lágrimas a generaciones de luchadores sociales que nos precedieron. Son derechas que salieron del closet: Festejan con desenfado la victoria de Bolsonaro, el nacionalismo belicista de Trump, los casi 47 mil votos de Manini Ríos… El resurgir del fascismo y los neonazis en buena parte de Europa.

Su propuesta educativa propone capacitación tecnológica no formación cultural: Matemática, lenguaje, informática, inglés… Literatura, filosofía, geografía, historia… son accesorios culturales. Inútiles. Salvo para entender el mundo en que vivimos o para intentar cambiarlo. ¡Vaya detalle! Proponen formar ‘recursos humanos’, porque se piensa en el ‘crecimiento’ de la economía. El ‘humor de los mercados’ define nuestro futuro. Y una parte no menor de las izquierdas adopta esas posturas.

Las izquierdas en el mundo se corrieron al centro para captar más apoyo; el centro se corrió a la derecha y las derechas se asumieron como tales sin pudores. Los casi 47 mil votos de Guido Manini preocupan: esa gente siempre estuvo aquí pero no se hacía ver.

EL DÍA DESPUES. En la interna blanca ganó, con amplitud, Luis Alberto Alejandro Aparicio Lacalle Pou con un discurso moderado. Juan Sartori doblegó a Jorge Larrañaga. El sanducero, que se definía `wilsonista´, se subió a un discurso derechoso que no le dio réditos. Lacalle Pou descartó a Sartori y nominó a Beatriz Argimón. Supongo que lo tenía pensado, porque antes la promovió a la presidencia del Honorable Directorio. Los blancos salieron de las internas muy bien parados.

Los colorados se decantaron por el economista Ernesto Talvi, aunque el protagonista de la ‘resurrección’ partidaria fue el Dr. Julio Mª Sanguinetti. El viejo ‘batllista’, que reconoce tener electorado en común con el riverista General Manini, no parece desanimado por la derrota. Talvi –el liberal- también es un veterano combatiente contra la izquierda frenteamplista. A fines de 1999, auguró un “futuro extraordinario” de la economía para los siguientes años y pronosticó recesión para 2010. En 2002 vino la debacle y con el gobierno del FA, un crecimiento récord de 10,4% en 2009 y en 2010 de 9,6%. Pero de eso: ¿quién se acuerda?

Si sumamos los apoyos de Lacalle, Talvi y Manini para compararlos con los que obtuvo el Frente, la conclusión solo puede ser una: A la izquierda le fue mal en las internas.

El Partido Independiente -Pablo Mieres – no es el ‘centro’ del centro político. Fracasado el intento de aliarse con Valenti y Amado en las internas, el PI aparece reducido a su mínima expresión a pesar del anuncio de incorporaciones resonantes como los periodistas Mónica Bottero (Búsqueda) y Gerardo Sotelo (Radio Carve). Es el intento de pegarle un ‘mordisco’ a la votación de la izquierda dañando sus chances electorales. Cosas que pasan dentro de ‘un clima de época’, marcado por el escoramiento de la sociedad hacia la derecha.

OCTUBRE ES OTRA HISTORIA. Si bien en las internas el voto ‘contra de’ es marginal, en octubre, cuando las papas quemen y haya que elegir entre izquierdas o derechas; ¿será atractiva la evasión centrista o hacia los grupos ‘testimoniales’? ¿Cuántos votarán por sacar al FA del gobierno y cuántos para frenar a la derecha y sus proyectos antipopulares?

Las campañas electorales ofrecen mejoras en educación, salud, vivienda y trabajo. Para ello algunos proponen bajar los sueldos para aumentar el empleo, o bajar ‘el costo del estado’ vía salarios jubilaciones y ‘beneficios’ sociales. Para ofrecer ‘rentabilidad’, inversiones y más empleo. Macri y Bolsonaro nos muestran el mundo tal cual es.

DE SALMONES Y PICAFLORES. Para la izquierda es una clave la nueva convergencia con los movimientos sociales; otras están en los postulados del feminismo, la ecología y la economía cooperativa. A la izquierda de la izquierda asoman para el futuro (¿lejano?) otros temas de debate: el ecosocialismo, la renta básica universal, la ruptura radical con el productivismo, o la idea de que el ser humano está llamado a “dominar la naturaleza”. Los temas que cuestionan al sistema capitalista, hoy no están en la agenda.

Está escrito que “la única libertad posible es que el hombre social, los productores asociados, gestionen racionalmente su intercambio de materia con la naturaleza y lo hagan en las condiciones más dignas, más acordes con su naturaleza humana”. Fue escrito por Carlos Marx en El Capital.

 

Fórmulas por Isabel Viana

En las elecciones internas del 30 de junio, el voto ciudadano definió los candidatos de los partidos para ejercer la presidencia de la República. Ellos y los vicepresidentes seleccionados en cada colectividad política, encabezarán las listas para que en octubre se elijan los cargos principales del gobierno nacional para los próximos 5 años.

Los partidos proponen opciones diferentes para el futuro del país. Usaron procedimientos distintos para definir sus candidatos. El Frente Amplio, con una sola opción programática, propuso cuatro candidatos diferenciados por su pertenencia sectorial y su estilo. En los partidos Colorado y Nacional, compitieron entre sí, sin programa común, los líderes de diversos sectores. El voto ciudadano consagró las opciones presidenciales y se abrió la instancia de elegir los respectivos candidatos a la vicepresidencia.

La destacable previsión del candidato mayoritario del Partido Nacional le permitió hacer pública su elección para la vicepresidencia el mismo día de las elecciones, al conocerse el resultado de las mismas. Lacalle resolvió así varios temas a la vez: previo a la elección mantuvo el diálogo necesario con los diversos sectores y logró el acuerdo interno en torno al nombre de Argimón, figura de su propio sector. La fórmula incluyó una mujer, (a lo que no estaba obligado), que tiene prestigio político propio y vasta experiencia parlamentaria. No atendió a las esperables expectativas de otros sectores.

Los candidatos del Frente Amplio y del Partido Colorado enfrentaron la búsqueda de un compañero de fórmula de manera individual y visiblemente solitaria. Los elegidos no resultaron de una decisión partidaria. Martínez y Talvi optaron por integrantes de sus partidos, sin trayectoria política nacional y poco conocidas por la ciudadanía.

En el caso de Martínez, la elección de Villar generó rispideces notorias con algunos sectores del Frente. En el caso de Talvi, la elección, que recayó en Silva, generó dudas respecto a la legalidad de la designación. Ambas fórmulas estuvieron indefinidas durante más de una semana, lo que puso en la mira el proceso de búsqueda de nombres adecuados y requieren aún de instancias políticas y legales para su convalidación. Los nombres propuestos han sido aceptados públicamente por ambas colectividades políticas, pero no se los percibe con las capacidades requeridas por los roles que deben encarar.

El primer rol es electoral: deben ser vistos por los votantes de sus partidos como capaces de representarlos y llevar adelante su programa, de asegurar el equilibrio interno entre los sectores que los integran y, de ser posible, atraer a los indecisos, que hoy son un porcentaje importante de la ciudadanía. Las designaciones auguran una reñida campaña electoral.

El segundo y más importante rol es constituirse en cabeza del gobierno del país en el próximo quinquenio. Lacalle y Argimón tienen experiencia de trabajo como equipo. Sus perfiles profesionales y políticos similares pueden hacer que no sean suficientemente representativos. Cabe preguntarse si Martínez y Villar o Talvi y Silva funcionarán efectivamente en acuerdo como para encabezar de manera coherente los poderes Ejecutivo y Legislativo. Son personas que no han compartido previamente la vida política, ni participaron juntos en la elaboración de los programas que se comprometen a aplicar. No hubo entre ellos fidelidad interpersonal establecida.

El país necesita de un gobierno que le permita superar diversos aspectos críticos de la gestión de la cosa pública. La ciudadanía deberá optar en octubre por una alternativa política y programática, expresada en un liderazgo capaz de llevarla a cabo. Si una fórmula es la expresión de la relación entre diversos parámetros, es necesario asegurarse que las variables en juego aseguren que el vínculo entre presidencia y vicepresidencia resulte sólido, estable y proactivo, para que el gobierno pueda actuar con coherencia hacia los objetivos propuestos.

Las fórmulas importan por Fitzgerald Cantero

Las candidaturas a la vicepresidencia son muy importantes. Además del perfil necesario para ocupar el cargo, quien sea candidato a vice, debe asegurar un complemento interesante para el candidato a la presidencia, a la hora de retener o ensanchar la base electoral.

No da lo mismo poner a cualquier persona. Habrá que reunir una serie de condiciones ineludibles.

Vayamos por partidos en orden de definición de las fórmulas.

El Partido Nacional fue el primero en mover. Fue una jugada acertada de Luis Lacalle Pou, sellando la misma noche de la elección interna, su compañera para el resto de la campaña. Cerró de ese modo el paso a las especulaciones y a la “novela” que se genera en los días posteriores por esa definición. Aún recordamos la imagen de hace cinco años, yendo al campo de Jorge Larrañaga a sacarlo del duelo por haber perdido la interna y a pedirle que lo acompañara.

Con un solo movimiento, esta vez, puso punto final a un asunto que podría ser complejo en esta oportunidad por el segundo lugar -aunque distante- de Juan Sartori.

El Frente Amplio, en cambio, tuvo una semana de reuniones varias, de visitas a los jefes sectoriales por parte de Daniel Martínez, para decidir él, por una candidata que para muchos -Cosse por ejemplo- es una desconocida.

Se trató de una ruptura del novel candidato, con las sugerencias de la vieja guardia partidaria. Se puede leer como una especie de venganza por la influencia directriz que ejercieron contra él, en 2009, al desplazarlo de la posibilidad de ejercer el gobierno capitalino.

A los capítulos de la nominación, se le sumó luego, con Martínez en Estados Unidos, la necesidad de saber quién era su candidata a vice y su maquillado curriculum vitae.

De todo el episodio queda la sensación de que Martínez no es bueno designando sus equipos, recuérdese el papelón de la acefalía en la Intendencia de Montevideo, porque sus suplentes inmediatos no querían ejercer el cargo, resultando el último de ellos, el actual jerarca.

Es bueno dedicar una línea al Partido Independiente que también tiene su fórmula, a pesar que el señor Director no lo incluyó en la consigna. La figura de Mónica Bottero es un aporte a la salud democrática de los partidos. Su caso y el de Gerardo Sotelo, son buenas noticias para la política y por ende para la democracia. La partidocracia uruguaya nació con periodistas ejerciendo la política, su inclusión hoy, es una inyección interesante al sistema. Buenos periodistas, informados y formados, aportarán mucho al debate de nivel.

Por último, la candidatura de Robert Silva en el Partido Colorado es una buena señal para la Colectividad. La Corte Electoral dirá si su nominación es adecuada. Nosotros estamos convencidos que lo es. Son nueve los informes presentados, todos de respetados ciudadanos, de diferentes vertientes ideológicas, además, que sostienen fundadamente su habilitación.

Ha sido un gran acierto la nominación de Silva. Le sumará mucho a la fórmula colorada. Pero sobre todo al debate elevado en la campaña. Es un trabajador meticuloso, riguroso en su desempeño, que funda sus opiniones de manera sólida y con una concepción ideológica que lo hacen fiel representante de nuestra colectividad. Es tan buen candidato que bien podría ser presidenciable.

Las Vice/ El Vice por Cristina de Armas

El juego político ha cambiado y quien no esté atento a los cambios, puede perder el partido.

Como nunca en estos días nos ha tenido en vilo – bueno, a algunos de nosotros – el juego de los vicepresidentes. El vicepresidente es el gran articulador, el negociador por excelencia con las bancadas de todos los partidos políticos lo que implica una relación muy particular y nada simple.

Finalizada la elección interna y con los pre candidatos a la presidencia por cada partido ya conocidos el segundo paso es la elección por el candidato de quién le acompañará en la fórmula. La elección del vicepresidente tiene en cuenta dos factores principales: en primer lugar, contemplar la interna de cada partido, volver a la calma después de la contienda electoral que siempre deja heridas. En segundo lugar, se piensa en una figura que pueda atraer votos que el propio candidato no logra. En ese sentido es frecuente tener en cuenta para ocupar la vicepresidencia una figura de la segunda fuerza más votada dentro de cada partido. No ha sido el caso en ninguna de las tres fórmulas principales a la presidencia.

Sorprendió y no sorprendió la rapidez del candidato del Partido Nacional. En el mismo momento y casi sin protocolo anunció que su vice sería la actual presidenta del directorio, Beatriz Argimón. Para algunos puede resultar una fórmula sin variedad, que representa al mismo sector social, al mismo votante. Sin embargo, contempla necesidades básicas del candidato: 1) le evitó el debate que podría sobrevenir sobre el derecho o justicia del segundo más votado. 2) una fórmula paritaria como mensaje de apertura. 3) una figura que no le opaca, una mujer que ha hecho carrera política sin confrontar con los hombres, sin aspirar a cargos que no le fueran cedidos por hombres, todo lo contrario, a Verónica Alonso. Una fórmula que paró a Sartori pero que cambió, para que todo siga igual.

En el Frente Amplio el ganador se tomó su tiempo y sorprendió. Parecía evidente que la segunda más votada, Carolina Cosse con apoyo del MPP era la elegida, pero no fue así. Inició su propio derrotero de consultas, manejó varios nombres, fue rechazado y finalmente se pronunció por Graciela Villar que como le ha dicho el presidente Vázquez representa la vibra frenteamplista, las bases, el romanticismo de la vieja lucha de la izquierda. Una mujer muy conocida en la interna y por su trabajo social pero desconocida para la ciudadanía en general. Aporta sin opacar, en principio. Ha surgido un inconveniente con un título académico del que ha dado explicaciones. Lo que da resultado una vez no da resultado siempre.

El nuevo líder colorado tomó más tiempo aún. Sorprendió en una campaña ganada hasta el último mes por el ex presidente Sanguinetti y que cambió con la llegada de Cabildo Abierto a la oferta electoral. Los nuevos actores políticos llegaron para cambiar el juego. Desde un principio rechazó la idea de que el ex presidente le acompañara en la fórmula. Gerardo Caetano diría sobre eso. – Quién se atreve a hablar después de Sanguinetti? Tenía que calmar la interna y mantener el voto batllista. Encontró a un hombre aceptado por la mayoría, con credenciales tanto académicas como personales, desconocido quizás para la mayoría de la población, Robert Silva. En este momento la Corte Electoral está decidiendo si compete a ella o no expedirse sobre la constitucionalidad de su candidatura. Esperamos que salga adelante.

En la elección del vicepresidente el candidato muestra lo que necesita. Hay algo que tienen en común los tres hombres del nuevo tiempo.

A ninguno le gusta arriesgarse.

Como siempre, la decisión, es nuestra.

 

Formulando noviembre por Gonzalo Baroni

Lo que tienen las internas es que los partidos ni ganan ni pierden con ellas. Al menos interpartidariamente. También parto de la base de que las elecciones nacionales no se pierden ni se ganan exclusivamente por la fórmula electa. Empujará hacia la victoria o mejorará las posibilidades, pero el verdadero partido se viene jugando desde antes. Dudo que la población en general se sienta a gusto con sobresaltos o experimentos. Partiendo de esas premisas, lo mismo asumo que sucede -o debería suceder- con las candidaturas a la vicepresidencia.

Más livianos de carga, el análisis podría pasar a cómo los partidos están llevando adelante sus diferencias internas, y como las sintetizan para relacionarse con los demás jugadores. En el Partido Nacional se dirimieron en las urnas dos grandes aspectos: el liderazgo nítido de su candidato, y la forma en que su electorado siente como se debe hacer política. Este último punto es, sin lugar a dudas, de lo más importante de estas internas pasadas.

Luis Lacalle Pou con su equipo, terminó interpretando que Beatriz Argimón cerraba filas en cuanto a la interna, en el relacionamiento con los demás partidos, pero a su vez, puso una mirada clarísima en Noviembre.

En la interna del partido no están cuestionados sus méritos. Beatriz está involucrada en el desarrollo político de este país desde hace años; desde joven ya militaba en filas partidarias. Apenas el Partido Nacional accedió al poder, ocupó lugares de gestión pública con fuerte incidencia en lo social. Años después, obtuvo una banca en el parlamento, comandó el posicionamiento del Centro Josefa Oribe, pilar fundamental en cuestiones de género dentro de la colectividad, integró el directorio durante años y terminó presidiéndolo. Las escasas voces disonantes, no hacen más que hablar de sí mismas.

Hacia el exterior del Partido, tiene reconocida militancia social, pero sobre todo, manejo parlamentario y capacidad negociadora. Ha impulsado la bancada bicameral femenina, ha llevado adelante debates contra la corriente de sus propias filas, pero incluso de la sociedad.

Pero más allá de todo lo dicho anteriormente, Beatriz es una mujer, política, ocupando un lugar decisivo de poder al cual accedió de manera justa y conforme a los tiempos que corren. La sumatoria de estas condiciones y trayectoria, se resumen en la mirada hacia Noviembre de la fórmula presidencial. Ganas de gobernar para todos, anteponiendo al país y al sistema de partidos políticos, por sobre el propio lema partidario.

¿Qué es lo novedoso? Que no es novedoso. Que no es improvisado, que no se inventa. Que se planifica. El Partido Nacional desde hace semanas tenía previstos varios escenarios de resultados de las elecciones internas. Ante los mismos, estaban las decisiones tomadas. Solo hacía falta que se abrieran las urnas y se confirmaran algunas tendencias.

Fórmulas José Pedro Pollak

¿Cuánto importa la fórmula para ganar una elección? Es necesario que se tenga un buen candidato a Vicepresidente. Si el candidato no es el adecuado, le juega en contra

¿Cuál es el rol del vice: ganar votos o garantizar gobernabilidad? En mucho mayor medida colabora con la gobernabilidad.

¿La fórmula blanca solucionó los líos internos? Ayudó muchísimo

¿Es una revolución en el partido Nacional poner a una mujer? Es lo mismo que en cualquier otro partido.  Ahora bien, el Partido Nacional hace tiempo que viene incorporando a mujeres en lugares estratégicos. Por ejemplo, Beatriz Argimón ejerce la Presidencia del Directorio del Partido Nacional

¿No hay demasiada similitud entre Lacalle y Argimón? Se complementan mucho. Beatriz, desde hace más de 25 años, trabaja para aumentar el rol de la mujer.  Además, tiene formación jurídica universitaria y aporta experiencia en cuadros ejecutivos como Directora de INAU, así como diputada.

¿Hubo improvisación en el Frente? Si

¿Martínez marcó independencia de los sectores y los viejos líderes? Ese periplo que debió seguir para elegir a la vicepresidente demostró que carece de independencia

¿Villar es un buen complemento? Como Vicepresidenta no tiene experiencia. Además, su trayectoria evidentemente no tiene el nivel que pueden tener otros Vicepresidentes designados por el Partido Colorado, Independiente o Nacional

¿El tema del título no juega en contra? Obvio que sí; ella misma lo reconoció implícitamente al tener que modificar su curricula, una vez seleccionada para el cargo.

¿Era Cosse una mejor opción y su designación colaboraba en afianzar la unidad? Era lo más lógico que fuera ella porque naturalizaba la decisión. Si esa noche el Frente designaba la fórmula, eliminaba cuestionamientos que siguen hasta hoy, y seguirán durante toda la campaña.

¿Deben pesar en las fórmulas las relaciones personales? Es mucho mejor que haya relaciones de confianza entre ambos

¿El partido Colorado no pierde al no tener una fórmula paritaria? No necesariamente

¿Talvi no se embreta al designar a Silva por el tema del Codicen? Si. Pierde semanas enteras y distrae esfuerzos en una discusión que pudo haberse evitado

Cándidas por Fernando Pioli

La conformación de las fórmulas de candidatura de los partidos políticos en vistas a la carrera presidencial son objeto de especulación moderada en nuestro sistema electoral.

La candidatura a Presidencia surge de un proceso electoral y su elección es notoriamente transparente. Sin embargo, no ocurre lo mismo con la candidatura a vicepresidencia, ya que aquí contribuye a la opacidad las negociaciones entre sectores, intereses particulares de la candidatura presidencial, y en manera muy limitada, la opinión pública.

La candidatura a la vicepresidencia suele tener un carácter más bien simbólico y representativo de una minoría (electoral o social) que adquiere visibilidad al estar representada acompañando al candidato a la Presidencia. No es que esto haya sido siempre así, pero desde que existe competencia interna partidaria para determinar una candidatura única, claramente lo es.

No es casualidad, entonces, que la irrupción de Graciela Villar, una desconocida absoluta para el sistema político nacional se dé en este momento. Las consecuencias de esta elección son imprevisibles, pero de ninguna manera podemos dejar de lado un aspecto fundamental: los tres partidos con opción real de competencia electoral tienen una heladera acompañando al candidato a la presidencia. Ni Talvi, ni Lacalle Pou ni Martínez eligieron a un líder de peso político que los acompañase, sino que en los tres casos eligieron a una figura que no les haga sombra. Esto puede ser entendido como un caso de desvalorización del cargo de la Vicepresidencia, pero también puede ser visto como una novedosa carta política que los candidatos principales han jugado. De este modo se evita tener que articular un discurso común entre adversarios en la interna partidaria y se gana el beneficio seductor de la novedad. De todos modos, el caso de Villar es el más llamativo porque significó un destello de luz a la interna del Frente Amplio, nadie la esperaba, pero de algún modo conforma a todas las partes que rápidamente se han encolumnado tras ella. Su militancia en cuestiones sociales de primera línea promueve un retorno a la frescura de las bases, eso que en los últimos tiempos se decía que faltaba. Más allá del grosero e injustificable error de haberse presentado como Psicóloga Social, representa un factor de unidad y que puede complementar el alejamiento de Martínez de grupos más fundamentalistas. Es como si Martínez tuviese más condiciones para buscar votos fuera del Frente Amplio y Villar tuviese el poder de retener los que ya están dentro. No es por nada que el término candidatura proviene del latín candida que era la túnica blanca con que se paseaban quienes aspiraban a cargos políticos para hacerse ver en la multitud. ¿Acaso la política partidaria es otra cosa que hacerse ver?

Desequilibrio por Camilo Márquez

Las internas dejaron a los principales bloques de la oposición fortalecidos y a un oficialismo visiblemente averiado. Los blancos abrocharon su formula a velocidad luz con la autoridad del vencedor que se alzo con un 55% de los votos. Martínez a decir de un periodista le alcanzó con un par de días de “intensa desprolijidad” para destrozar toda la escenografía unitaria que habían armado las cuatro espadas de la fuerza de gobierno. Después de sembrar la confusión en cada lugar que pisó y de cabildear con los principales referentes de los sectores con peso, el candidato eligió como compañera a una ilustre desconocida. Lo del título-no título de Villar es anecdótico, el resultado mas inmediato de estos movimientos torpes de Martínez es la formación veloz de una entente entre Cosse y el PCU (reúnen el 50% de los votos de la interna). Queda por verse la conveniencia de excluir al MPP y el PCU, que de confirmarse sería una ripley del tejido de alianzas compuesto por el ex-intendente en el gobierno de Montevideo. A esto hay que sumar que Martínez tiene una base de sustentación precaria, el porcentaje que cosechó en la interna fue apalancado por casi trecientas listas colectoras, no controla siquiera su propio partido (PS, en manos del ala “ortodoxa”) y los sondeos de cara octubre le dan todos por debajo del 40% al FA.

Mientras tanto Andrade después de advertir sobre el peligro Bolsonaro-Macrista que nos acecha convoca a los asalariados a “votar en defensa propia”, una estafa política por partida doble porque Martínez va, entre otras cosas, por el aumento de la edad jubilatoria, sino que después de una década y media de gobiernos de FA las encuestas están dando que Manini Ríos en este momento araña las dos cifras y relega a Mieres a un quinto lugar (lejos). La política de contemporizar con los mandos y sabotear la lucha contra la impunidad da como resultado la irrupción de una camarilla militar en el escenario: “Será una opción electoral más, que tendrá el apoyo que la ciudadanía decida que tiene que tener» Esto lo dijo nada menos que Daniel Martínez el 14 de marzo pasado, dos días después de la destitución de Manini Ríos. El puntapié a la candidatura del alto mando militar lo dio nada menos que el propio oficialismo, que ahora chantajea con el cuco de la derecha. “El balance que hago es que veo una derecha unida, lo cual es un problema para el Uruguay, y veo un Frente Amplio que votó menos.” Dice Cosse en esta línea. Pero la hablar de unidad de la derecha es un exabrupto, por el contrario, con la aparición de Cabildo Abierto la derecha esta mas atomizada.

Los trabajadores deben advertir la fabulosa maniobra que se está operando para entramparlos con ofertas de apariencia divergente. No existen desacuerdos sustanciales entre las fuerzas que se disputan el ejecutivo y el control del parlamento. Esta en su naturaleza como fuerzas patronales la necesidad de reforzar la explotación económica y el sometimiento político de la clase obrera.

Googleame al ganador por Valeria David de Lima

Ernesto quedó tan manija por haber dejado a Julio María por el camino que no le importó embretarse con la posible inconstitucionalidad de su candidato a vice y ni hablar de ese “asunto de la mujer” en lugares de responsabilidad, omitir. Omitir. Omitir
Desde la “cocina” del Partido Nacional se pudo ver el humo blanco -valga la redundancia- el mismo domingo 30, a la noche. Jugando al ajedrecista de salón, el hijo de Lacalle Herrera anunció que “Bea” será su compañera de fórmula para competir en las próximas elecciones presidenciales de octubre, desactivando cualquier nueva irrupción con guita de Eté, Los Problems, y la Beraca Alonso.
Me encanta la fórmula blanca, les tengo fé; como Wedding planner.
El Pepe llevó a Carolina, pero en el fondo quería ir con “el boca”, Graciela se fue de AU porque Danilo iba con Daniel y no con Mario.

Carolina googlea a Graciela y la invita a tomar un café en el bar de los candados. Igual CaroCo se fue con el Oscar. Graciela ahora es la vice de Daniel, pero como todo vice no tiene el cartoncito de mi hijo ElDotor.
Pepe, Danilo y Tabaré fabricaron un tiro al blanco con la cara del pelado, hay uno en la chacra, otro en el MEF y otro en Suárez y Reyes.
Si bien nunca nadie antes se había desvelado por la conformación de la fórmula presidencial, ésta vez estuvo bicicleteado el asunto.
El pelado agarró su bi-rodado, termo, mate y mucha yerba y salió a visitar compañeros, entre ellos la santísima trinidad. Después de darle infinitas vueltas “al mate” y manosear bastante la bombilla; Martínez anuncia qué Graciela Villar será su compañera de fórmula. Todavia hoy, no llega a quedar muy claro el criterio que utilizó para llegar a Villar, lo claro es que las formas no fueron las más adecuadas.
Con una cantidad de diferencias, discutidores, y porfiados; los frenteamplistas tenemos claro el objetivo común que es el de seguir construyendo el Uruguay de los derechos, de la igualdad y de la justicia social. En octubre es frenteamplismo o NADA.

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Semanario Voces Simplemente Voces. Nos interesa el debate de ideas. Ser capaces de generar nuevas líneas de pensamiento para perfeccionar la democracia uruguaya. Somos intransigentes defensores de la libertad de expresión y opinión. No tememos la lucha ideológica, por el contrario nos motiva a aprender más, a estudiar más y a no considerarnos dueños de la verdad.