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Francisco Legnani, Secretario General de la Intendencia de Canelones: Yamandú nos motivó a pensar con cabeza propia

Francisco Legnani, Secretario General de la Intendencia de Canelones: Yamandú  nos motivó a pensar con cabeza propia
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Hace años que es la mano derecha de su viejo profesor de Historia, que hoy pinta como el futuro presidente de la República. Mantiene un perfil bajo en un trabajo clave de una de las intendencias más complicadas de nuestro país. Conoce Canelones como pocos y es un canario de pura cepa.

Por Jorge Lauro y Alfredo García / Fotos: Rodrigo López
¿Qué eras de Ramón Legnani?
Primo segundo de mi padre. Fue mi padre quien empezó a militar con Ramón, teniendo catorce o quince años, en dictadura. A partir de ahí, el viejo empezó una militancia en el Partido Socialista. Y yo seguí los pasos. Mi primera campaña con Ramón fue en el 94, a los quince años. Continué la militancia en el Partido Socialista hasta el año 2009, cuando me fui a la Vertiente, apoyando la candidatura presidencial de Marcos. Después estuve independiente un tiempo largo, y me sumé a Convocatoria. En la Intendencia estuve como Director de Jurídica en los dos períodos de Marcos. Soy escribano y abogado de profesión. En la primera gestión de Yamandú fui Prosecretario General, y Secretario General en la actual.
Seguís ejerciendo el cargo.
Sí. Son ya cuatro períodos. Ingresé por concurso al Poder Judicial, en el año 2001, siendo estudiante. Recién empezaron a tomar en el año 2004, cuando ya me había recibido de abogado. Concursé en el Poder Judicial al mismo tiempo que en la Intendencia de Canelones. Me llamaron de los dos lados. En ese momento mi vieja me dijo que todo el mundo sabía que yo era muy frenteamplista y que el Poder Judicial no era tan politizado como la intendencia, y que su consejo era que agarrara en el Poder Judicial como actuario, y que siguiera la militancia por otro lado, sin entreverar. Pero teniendo la posibilidad de trabajar en una gestión del Frente, aportando como abogado, opté por la Intendencia de Canelones. Con Yamandú nos conocemos de toda la vida, porque él es de la ciudad de Canelones. En cuarto del liceo fue profesor mío en el Liceo Tomás Berreta, en el último año en que dio clase en Canelones.
¿Aprendiste algo?
Era un profesor completamente distinto al resto. Él bajaba la silla de la tarima y nos hacía poner los bancos en ronda. Quedábamos enloquecidos. Y era una materia que a mí me gustaba mucho, entonces aprendía. La primera vez que lo voté fue a los quince años, porque había que elegir un profesor coordinador para el grupo.
¿Era bueno como profesor?
Era bueno. Y su estilo de dar clase era muy llano. Como profesor era muy de diálogo, de relación de igual a igual con el alumno. Y en la gestión nos hizo sentir siempre así.
Tuviste la opción de elegir entre el Poder Judicial y una intendencia frenteamplista. ¿Cómo se choca ese romanticismo con la burocracia?
Canelones en el año 2005 era un departamento devastado en infraestructura. En aquel momento la deuda equivalía a tres presupuestos anuales, ciento treinta millones de dólares. Cuando Marcos y Yamandú asumen, tenían que matar un león por día para poder gobernar. El desafío que se trazó Marcos eran los sesenta sueldos que había que pagar. Cuando asumió Marcos había treinta y siete pesos en la caja. No había crédito en ningún lado. Era una situación realmente dramática. Canelones era todo un desafío. Siendo de ahí, y teniendo la posibilidad de aportar desde mi profesión, para mí alcanzaba y sobraba.
La gestión tuvo ética.
Tuvo. Al estar en los cuatro períodos vi en el día a día cómo la cosa fue cambiando. Al 2012 Marcos lo llamó “el año del empate”. Desde el 2013 en adelante el gobierno de Canelones viene dando superávit todos los años. A partir de ahí empezamos a crecer de una manera exponencial en términos de infraestructura, en maquinaria, en gestión ambiental, en obras. Pudimos, por suerte, y más allá de los recursos presupuestales, obtener la aprobación de fideicomisos en la Junta Departamental, para los cuatro gobiernos, lo que nos permitió hacer un shock de obras extras, por fuera de lo que teníamos previsto en el presupuesto. Hemos tenido un crecimiento en gestión ambiental. Hoy, ocho de cada diez canarios aprueban la limpieza y la gestión ambiental del departamento de Canelones. Vamos a terminar este período con ciento cuarenta mil familias con contenedores domiciliarios y treinta mil compostando en domicilio. Tenemos el departamento limpio.
¿Los canarios son más limpios que los demás uruguayos?
Hemos tenido un trabajo en el día a día, no solo en la gestión del residuo en sí, sino de la educación. Hoy Canelones clasifica el 40% de los residuos, cuando el promedio nacional no llega al 10%. Pasaron cuatro gestiones y ha habido cambios en la composición del gabinete, pero en gestión ambiental hemos tenido un trabajo en los cuatro períodos que se ha ido consolidando y dándoles confianza a los funcionarios. Eso ha llevado a que hoy por hoy ya llegamos a las localidades con la reposición y entrega de los contenedores, y la vecina ya sabe cómo funciona.
¿También funciona en las ciudades grandes, en Canelones, Las Piedras, La Paz?
Tenemos despliegue de contenedores domiciliarios en los barrios y contenedores públicos en el casco urbano. Ahora estamos llegando cada vez más a contenedores domiciliarios. En la ciudad de Canelones estamos reemplazando los contenedores públicos por domiciliaros. Pasamos dos veces por semana y el vecino ya sabe que pasa el recolector, y sacan el contenedor de las casas. Vivo en la periferia de la ciudad y tengo contenedores domiciliarios, y funciona bárbaro. La gente lo ve con buenos ojos, y es un activo importantísimo que ha tenido la gestión. Se ha hecho obra en infraestructura.
¿Mucha?
Canelones es un país dentro del país. Menos arroz, tenemos todo. Tenemos la misma caminería urbana y rural que Montevideo y Tacuarembó. Y tenemos la mayor cantidad de municipios de todos los departamentos. Éramos veintinueve, ahora somos treinta y vamos a ser treinta y dos, con Juanicó y Casarino. Tenemos el Canelones costero, con sesenta kilómetros de costa y cuarenta balnearios. Hablar con los vecinos ahí es una cosa. De ahí nos vamos a San Antonio, al Canelones rural, y hay que cambiar el chip, porque son completamente distintos. En la costa hemos recibido mucha población que ha venido de Montevideo, desde hace treinta años y de manera absolutamente desorganizada, sin planificación y sin infraestructura. Hoy llevamos invertidos más de ciento diez millones de dólares de obra, solamente en la costa. Después tenemos Canelones ciudad, tenemos Las Piedras, tenemos Sauce, cada una con sus realidades, lo mismo que Canelones rural. Es muy variopinto.
¿Cuánto han podido avanzar en saneamiento?
En el interior corresponde a OSE. No llegamos al 20% en todo el departamento. Es poco.
¿Se ha ninguneado a Canelones?
Pasaron quince años de gobierno frenteamplista. La dificultad que tiene OSE es que, a diferencia de UTE y de ANTEL, tiene muchos menos recursos y tiene que atender una demanda impresionante en todo el país. No es por haber ninguneado a Canelones, pero OSE ha tenido escasez de recursos que muchas veces impide llegar a contemplar las necesidades básicas que puede tener un departamento.
¿Y cuál es el promedio para el resto de los departamentos?
No hay demasiada diferencia. Montevideo hace la diferencia, superando el 90%. Pero el sistema está a cargo de la Intendencia. Es un gran debe que tenemos como departamento, y que vamos a tener que articular con el Gobierno nacional, y hacerle entender que estamos en un departamento cuya población crece mientras el país mantiene estable su población. Estamos cercanos a los seiscientos mil habitantes. Ya tenemos gente nacida y criada en Ciudad de la Costa que no sabe lo que era del 2005 para atrás, y que viene con nuevas demandas. Está bien que se renueven las demandas, porque eso hace sacudir al gobernante que viene y nos obliga a estar escuchando. Tenemos una dirección de descentralización que es la que articula con los municipios.
¿Cómo se trabaja con ellos?
En la composición actual, veintiún municipios están en manos del Frente Amplio y nueve en manos del Partido Nacional. Trabajamos con todos los municipios independientemente del color político. Un ejemplo fue el fideicomiso que se aprobó. Tuvimos tres fideicomisos que pasaron por la Junta en este período. El día de la votación, en un informativo, un edil del Partido Nacional dijo que no iban a votar, por pedido del Secretario de Presidencia. Ahí hubo una injerencia directa de parte de Torre Ejecutiva, para incidir en algo que redundaba en un beneficio para todo el departamento. Después, por suerte, lo pudimos llevar a cabo. Teníamos treinta millones de dólares para obras viales en todos los municipios, y teníamos trece millones de dólares en obra de arquitectura, entre centros culturales, gimnasios y plazas para once municipios, siete para municipios del Frente Amplio y cuatro para municipios del Partido Nacional, es decir, un tercio de los municipios del Frente Amplio y casi el 50% de los municipios del Partido Nacional. La elección de obras se articuló con cada uno de los municipios. Entre vecinos, municipios y la Dirección de Obras se definió qué tipo de obras se quería.
¿Qué ocurrió?
Hubo una injerencia de la Torre Ejecutiva, y no se votó. Después se alzaron voces de alcaldes del Partido Nacional, que no estaban de acuerdo, porque creían que aquello se tendría que haber votado, luego de un trabajo de meses. Después, y esto habla de la capacidad de articulación, de diálogo y de tender puentes que tiene Yamandú, logramos, con un voto del Partido Nacional en un fideicomiso, y un voto del Partido Colorado en otro, y cambiando la estrategia e ingresándolo en la Junta Departamental y sacándolo en pocos días, justamente para evitar interferencias por fuera de la frontera del departamento, obtener esos fideicomisos que nos permitieron concretar esas obras que eran tan importantes. Los alcaldes del Frente y los del Partido Nacional quedaron muy agradecidos con la elaboración del proyecto y con la aprobación de la Junta Departamental, y ahora lo están viendo plasmado en el territorio. Estamos inaugurando obras viales prácticamente todas las semanas.
¿Funcionan bien las alcaldías o necesitarían más autonomía económica?
Funcionan. Lógicamente que es una articulación permanente, porque también en los municipios tenemos distintas realidades. El alcalde es el primer eslabón que tenemos con el vecino. Pero cada municipio tiene su idiosincrasia, sus realidades y sus necesidades. Tenemos un equipo que atiende a cada uno de los municipios intentando contemplar todo lo que se nos solicita. Gobernar no siempre es decir que sí. Muchas veces podemos y otras tenemos que decir: “Más adelante”, y muchas veces tenemos que decir: “Va a quedar por el camino”, quedando planteado para el próximo período.
¿Cuál es el criterio de prioridades?
Primero elaboramos una planificación, al principio de la gestión, con el conocimiento que tenemos del departamento. Las cosas que quedaron pendientes de realización del período anterior. Pero básicamente, como Gobierno de izquierda y convencidos de que hacemos una inversión fuertísima en cultura, lo que te exige el vecino, generalmente, pasa por el alumbrado, por la recolección de residuos y por el arreglo de calles y de obras nuevas. Eso es lo que pide el vecino.
El ABC.
En lo demás hacemos énfasis de acuerdo a los recursos que tenemos. Tenemos asistencia alimenticia. El gobierno de Canelones brinda un desayuno o una merienda a nueve mil cuatrocientos ochenta y nueve estudiantes de educación media. Brindamos asistencia alimenticia a través de canastas, de tarjetas. Damos una cobertura a la población más necesitada. Tenemos una realidad compleja en el departamento. En el año 2019 teníamos ciento cincuenta personas en situación de calle, y hoy tenemos trescientas ochenta. El tema se complejizó. La pobreza infantil es una realidad nacional. Hoy tenemos un candidato que está planteando que, en caso de ser electo, lo primero que va a atacar es la pobreza infantil. ¿Por qué no se priorizó eso desde la Secretaría de Presidencia? Entre otras cosas que no se cumplieron, como las cincuenta mil viviendas, o el no aumento de la edad de jubilación, o el no aumento de los impuestos o del precio del combustible, que ha subido sistemáticamente. Venían con soluciones mágicas para la seguridad y resulta que la preocupación más grande que tiene hoy la población es la seguridad, con un ministro del Interior que dice que la buena noticia es que la violencia está concentrada en determinados barrios. Todo aquello que se prometió en aras de llegar a gobernar, a cualquier costo en términos de promesas en temas absolutamente sensibles, no se vio satisfecho. La coalición ganó por un margen muy exiguo. Eso hoy está reflejando cuál es la realidad en intención de voto del Frente Amplio para este período, diez puntos por encima de lo que estábamos en este mismo período en las elecciones pasadas. Independientemente de quién gane las elecciones internas de junio, es un desafío de nuestra fuerza política dar respuesta, con sensibilidad de izquierda, a las demandas insatisfechas de la ciudadanía.
¿Canelones es un bastión inexpugnable del Frente?
Yamandú se fue con una aprobación de siete de cada diez canarios. Es un punto de partida alto, si pensamos en las elecciones departamentales que vienen. Estamos inaugurando obras. Vamos a llegar a las setenta y cinco mil luminarias LED en todo el departamento. Si queremos hacer una regresión al pasado, al 2005, basta con apagar cincuenta mil y pico de luces para llegar a las once mil que teníamos en el año 2005. Hoy Canelones gasta en energía lo mismo que en 2016, habiendo absorbido el consumo de energía y con muchas más luminarias. Eso nos posibilitó desplegar un proyecto de iluminación de las setenta y cuatro instituciones de baby fútbol del departamento, donde el gobierno de Canelones coloca doce focos por cancha y se hace cargo del consumo de energía. Llegamos al 100% de las instituciones de baby fútbol del departamento, iluminadas a costo de la Intendencia de Canelones.
¿Por qué pasa de Comuna Canaria a Gobierno de Canelones?
El sello de las dos gestiones de Marcos Carámbula era “Comuna Canaria”, y cuando asumió Yamandú pasó a ser “Gobierno de Canelones”. No me parece que sea más que un distintivo de nuevo intendente que entró. Lo importante es que hay un trabajo que continuó desde el año 2005 a la fecha en cuatro períodos de gobierno. Yamandú fue partícipe en los cuatro. Él se va con una aprobación de siete de cada diez ciudadanos del departamento. Eso le da credenciales para correr la carrera que está corriendo.
¿Qué tan de izquierda son los barrios privados?
Los barrios privados tienen una larga data en el departamento, con aprobaciones desde el año 1999 y la mayor cantidad de aprobaciones en el año 2008. Se siguen desarrollando. Están ubicados en una zona del departamento tal que a la mayoría de las personas les preguntás dónde están ubicados y probablemente no sepan. Están localizados en una zona del departamento, sí, en Camino de los Horneros.
Y siguen creciendo a pasos agigantados.
Han ido creciendo, pero también ha ido creciendo toda la población del departamento y toda la población de la costa.
¿Los barrios privados no segregan, no generan grieta social? Desde una concepción de izquierda y urbanística.
Desde el punto de vista urbanístico, te diría que no. ¿Qué había ahí, antes de los barrios privados?
Chacras, muchas veces.
Tal vez un edificio puede generar un mayor impacto visual. Nosotros cuidamos el tema de la altura, aunque se autorizan excepciones por parte de la Junta Departamental, pero siempre cuidando la altura. Tenemos una enorme demanda y avidez por invertir en el departamento de Canelones en desarrollo inmobiliario. En 2015 Yamandú creó la Agencia de Promoción a la Inversión. Todos los proyectos de inversión entraban por distintas ventanillas de la Intendencia, y después empezaban a circular los expedientes por las distintas oficinas. Se creó una ventanilla única, con la Agencia de Promoción a la Inversión, que está ubicada afuera del Parque de las Ciencias. Del 2015 a la fecha hemos tenido inversión inmobiliaria por tres mil cuatrocientos sesenta y cinco millones de dólares. Cuatrocientos ochenta y ocho millones de dólares en inversión industrial, seiscientos treinta y siete en comercial y setecientos trece en logística. Cinco mil cuatrocientos ochenta y un millones de dólares de inversiones privadas, que para nuestro departamento es un monto importantísimo porque genera trabajo, tributan…
Y tanto lavado genera espuma, también.
Es lógico, hay controles que se hacen y damos fe. Los emprendimientos que vienen al departamento de Canelones inmediatamente se comercializan y se venden, se ocupan y se habitan. Es cuestión de recorrer la Ruta 101 para ver que han brotado como hongos las inversiones industriales, comerciales y logísticas.
¿Cuántas zonas francas hay?
Una sola zona franca, Parque de las Ciencias.
¿Cuánta inversión china hay?
Muy poca.
Han hecho convenios con provincias chinas.
Sí. En realidad tenemos un hermanamiento con la provincia de Shanxi que data del año 1990. Celebramos los veinticinco años en Canelones, de manera de reactivar eso que había quedado en un papel y que nunca se tradujo en hechos. Ellos están muy interesados en la cultura y el deporte. Hemos mandado delegaciones de deportistas para allá, y ellos mandaron las suyas a conocer y recorrer Canelones. Lógicamente se interesan en los vinos, que es nuestro producto estrella cuando salimos fuera de fronteras. Producimos manzana, durazno y pera, pero el vino es el vino. Canelones tiene dos tercios de la producción de vino del país. De las ciento sesenta y ocho bodegas que tiene Uruguay, ciento catorce las tenemos en Canelones, y muchas de ellas con potencialidad para desarrollar el enoturismo.
¿Se avanza en eso?
Ya tenemos varias bodegas que ofrecen gastronomía, y algunas también hospedaje. Entramos en un circuito sobre todo de brasileros del sur que vienen a la ruta del vino, que almuerzan y se quedan. Con Yamandú hemos llevado a algún invitado a las bodegas y siempre hay turistas brasileros recorriendo. Eso es bueno, y nos ha hecho potenciar un turismo más allá del tradicional de sol y playa. Hacemos un lanzamiento de temporada en diciembre, de sol y playa, pero también hacemos otro para otoño e invierno, en una bodega de Las Brujas, estimulando a que vengan a conocer las bodegas de Canelones. El 85% del turismo que tenemos es turismo nacional. No dependemos tanto de la situación económica de Argentina para ver cómo nos va en la temporada, como sí puede pasar en Maldonado y Rocha. Sí trabajamos fuera de frontera, y vamos a ferias de turismo. Pero tradicionalmente el turista que llega a la costa canaria es de origen nacional. Generalmente mantenemos un lleno total los primeros quince días de enero, en términos de hospedaje, aunque tenemos una cercanía muy grande con Montevideo y nuestro principal balneario es Atlántida, y entonces hay gente que viene a hacer turismo por el día. Hacen playa, toman un helado, comen y de noche se vuelven a Montevideo. Eso mueve la economía de la localidad. Siempre tenemos quince días muy fuertes, pero después la cosa cae. Lo que hicimos fue poner un atractivo extra para dinamizar la economía del baleario. Hicimos el ciclo de espectáculos Canelones Suena Bien.
¿Cuánta guita gastaron?
Es una inversión en cultura, un ciclo de espectáculos de primer nivel. Hemos tenido a Jaime Roos en Atlántida, a No Te Va Gustar, a Buitres, a Matías Valdez, a los Auténticos Decadentes, a Jorge Drexler. Artistas de primera calidad. Sí, es un gasto de inversión. En tres días pasaron decenas de artistas por nuestro escenario. Trabajaron más de setenta emprendimientos entre gastronomía y artesanos, que realmente quedaron sumamente agradecidos, porque se movilizaron más de ciento veinte mil personas. Es relativamente nuevo, y llevamos dos temporadas. La gente de los balnearios está sumamente agradecida, con un lleno total en hospedajes y restoranes en Atlántida y los balnearios de alrededor. Es un empujón que le damos a la temporada de turismo. Nos lo permite hacer el hecho de tener una intendencia que está financieramente saneada.
¿Qué morosidad tiene la intendencia?
Tenemos una morosidad que oscila entre el 36 y el 42%. Es una morosidad alta.
¿Fallan los controles?
Controlamos.
Pero controlan mal.
Lo que ocurre es que lógicamente ahí tenemos una situación estructural del departamento, con gente que realmente no puede pagar. Conjuntamente con la Junta Departamental hemos logrado un instrumento a través de un decreto, donde nos permitimos financiar una deuda de contribución inmobiliaria en hasta 12 cuotas sin multas ni recargos. Tenemos una oficina creada en el anterior período, Agencia Tributaria Canaria, donde tenemos un grupo de funcionarios, con abogados y demás, que llaman por teléfono e informan sobre los convenios. Llegado el caso, vamos a la vía judicial, que no es nuestra intención. Nuestra intención es que todos puedan pagar la contribución y que estén al día con sus tributos, porque, si mañana quieren vender su propiedad, no van a poder, si mantienen una deuda de contribución inmobiliaria. Es un trabajo arduo.
¿El Boca Andrade está al día? Si se les escapa un personaje de esos, se les escapa cualquiera.
Tenemos un trabajo diario para intentar cobrar. Son deudores con una deuda de contribución inmobiliaria monstruosa. Ese no es el caso, porque no estaba entre los diez deudores más grandes, ni entre los mil. Era una deuda de cien mil pesos. Y tampoco era un monto considerable como para salir inmediatamente a ejecutar judicialmente. Se suscribió un convenio y se encuentra en situación regular de pago. Es un episodio que quedó.
¿Cuántos asentamientos tienen hoy?
Estamos por encima de los ciento cuarenta.
¿Crecieron mucho?
Han crecido.
¿De dónde viene esa gente?
De Montevideo, generalmente. Y del Uruguay rural, que primero van al cinturón de Montevideo y después van a Canelones. Tenemos un asentamiento que se ha formado en Canelones, en la entrada de la ciudad, que se formó en el año 2003. Está en vías de realojo. Es una situación compleja.
Siempre se habla de los que hay en Neptunia, o en El Pinar.
Sí, el país tiene setecientos, y Canelones tiene un montón. Tenemos una Dirección de Vivienda que está permanentemente con asistentes sociales trabajando en el lugar, brindando asistencia. En los últimos cinco o diez años se dio una gran cantidad de inmigrantes que llegaron al departamento, generalmente en la zona de Santa Rosa, donde tenemos muchos cubanos. Fue una experiencia nueva. En Argentina la llegada de gente de Bolivia y Paraguay lleva años. Acá no recalaban. Ahora han venido centroamericanos, y muchos han venido a Canelones. Hemos tenido, como Gobierno departamental, que aprender a convivir con sus formas, y brindarle asistencia a una población que llega y muchas veces no sabe ni quién la gobierna ni cómo funciona el sistema.
No tienen ni idea.
Tenés que arrancar muy de cero, y tuvimos que capacitar un equipo para un trabajo específico con la población migrante. Lógicamente son los primeros que sufren cuando tenemos inundaciones o adversidades climáticas. El déficit hídrico de proporciones siderales, cuando arrancás un periodo de gobierno no planificás que iba a haber la seca más grande en no sé cuántos años. Tenés que destinar recursos para mitigar el impacto que la sequía provoca. Ahí, con la aprobación del segundo fideicomiso, incorporamos maquinaria para la confección de tajamares. Brindamos seis millones de litros de agua para producción, y agua para consumo en articulación con OSE. Mil trescientas veinticinco obras de máquinas para la confección de tajamares en la zona rural. Ochenta mil litros de combustible subsidiado para la producción. Tuvimos un trabajo importante con la sequía, y después golpearon las inundaciones, con cincuenta y dos manzanas inundadas en Santa Lucía.
¿Hace mucho que no pasaba?
Tuvimos una inundación muy grande en 2019. Y después te tenés que retrotraer al 59 para encontrar una inundación de esas características. Pero bueno, no podés correr a Santa Lucía de al lado del río. Tenés que salir a dar respuestas inmediatamente. Por suerte tenemos un trabajo bastante aceitado que transversaliza y que da respuestas producto de inundaciones anteriores. Pero esta nos pegó en poco tiempo, una sequía y una inundación muy grande. Es parte de los problemas que tenemos con el cambio climático.
¿Podemos hacer algo para evitarlo?
No, no podemos hacer nada. Quienes causan el cambio climático son los países que están al norte del globo. Estados Unidos emite el 25% de los gases de efecto invernadero que provoca el calentamiento global. Reino Unido es responsable del 1%, pero hasta 1900 era responsable del 50%, mientras que toda África es responsable del 4%. Pero las consecuencias se sufren al sur del globo. Allá se provocan y acá las sufrimos. Lo que sí podemos hacer es prepararnos. El intendente Orsi formó lo que se llama el Gabinete del Agua, que funciona con cierta periodicidad evaluando acciones y, sobre todo, como estamos al fin del período, dejar líneas tiradas para que el Gobierno que viene pueda seguir ejecutando políticas en este sentido. Como nos decía Ramón Martínez Guarino en la primera gestión de Marcos: siempre hay que gestionar mirando más allá de la curva. La curva da la vuelta en 2025 pero hay que mirar más allá. Al Gobierno que venga le tenemos que dejar el terreno preparado con la tierra lo más carpida posible para que venga y ejecute. O no, porque cada maestro con su librito. Y con una caja saneada, para que no se encuentre con la realidad con la que nosotros nos encontramos en 2005.
Te estás asegurando llegar a la intendencia con una cosa más o menos planificada.
Se lo vamos a dejar planificado al próximo intendente.
¿No aspirás a ser el próximo intendente?
Vamos a ver. Estamos de cara a una interna. Nuestro equipo político está enfocado en que Yamandú sea el que nos represente a todos de cara a octubre. Después tenemos la nacional, y después, probablemente, el balotaje. Después, recién, y cerrando el ciclo, vienen las municipales y las departamentales, con un condimento nuevo en Canelones, donde aparentemente vamos a tener coalición. Es una novedad.
Pero está bravo que ganen, si uno de cada siete apoya la gestión de Yamandú.
Para que se tengan una idea, en Montevideo el Frente ganó con el 51.52% y en Canelones con el 51.46%. Fue prácticamente igual. Yamandú tuvo ciento ochenta mil votos, y si hoy hacemos una sumatoria simple de los votos que obtuvieron los partidos que hoy forman la coalición, fueron ciento doce mil. Es cierto que hubo una diferencia grande y es cierto que cada elección tiene sus condiciones nuevas. Ahora no está Yamandú y tenemos una coalición que se va a formar en Canelones. Montevideo ya tiene esa experiencia, aunque no creo que en Maldonado lo logren, producto de algunas declaraciones que hizo el intendente Antía diciendo que en ese departamento el Partido Colorado no existe. En Artigas tenemos un edil colorado que está denunciando la gestión de la intendencia blanca. En Salto andan ahí. Pero son las reglas del juego, y bienvenida sea la coalición en Canelones. Ellos van a disputar con sus argumentos y nosotros con el respaldo de cuatro gestiones consecutivas que la ciudadanía y nosotros consideramos exitosas. Después se verá el tema de las candidaturas.
¿Querés ser candidato?
Si el Frente entiende que yo puedo correr esa carrera, para mí sería un honor. Me he dedicado por completo a esto. Me he dedicado de lleno a la profesión y hace años no ejerzo la profesión. Me siento muy a gusto trabajando donde estoy trabajando. Con la responsabilidad que me dio Yamandú siento que estoy cumpliendo un sueño todos los días al ir a trabajar. Tal vez en este momento esté ocupando el cargo más importante de mi vida. Si no ocupo otro, yéndome de esta gestión con la aprobación que logró el gobierno de Canelones, voy a estar donde el Frente Amplio entienda que tenga que estar y me voy a ir conforme con lo que yo pude aportar a la gestión. Si puedo correr la carrera para intendente, para mí sería un honor. Nunca lo oculté ni lo negué.
¿Cuánto está incidiendo el Gobierno en la interna del Frente Amplio? ¿Ves una intencionalidad?
Ellos manifiestan que el debate es con el Frente Amplio. Por el bien de la política nacional entiendo que así tiene que ser. Contraponer ideas, propuestas. Marcar con lo que no estamos de acuerdo. Ellos en estos cuatro años de gobierno se han enfocado mucho en marcar lo que no hizo el Frente, en lugar de tratar de gestionar y dar cumplimiento a lo que se comprometieron en campaña, y con lo que ya están prometiendo para adelante, cuando todavía les queda un año para gestionar. Son las reglas del juego. Independientemente de las preferencias que pueda tener un candidato u otro, sobre con quién competir, nosotros estamos convencidos, que enfrente tenemos un modelo que no da respuestas a las necesidades de la gente. Independientemente de que sea Delgado o Raffo. Tenemos una coalición donde el Partido Nacional ha absorbido a los votantes, siendo el eje, mientras los otros son, no digo meros coadyuvantes pero sí que no son determinantes. La exministra Irene Moreira dijo que ellos no eran el Gobierno. Muchas veces ni parte se siente de eso. Pero también lo definieron como una estrategia para ganar la elección y sacar al Frente Amplio del gobierno, y lo lograron.
Por errores propios, también.
También, y fuimos autocríticos. Entre esos errores está el tema del interior. Hoy vemos a nuestros precandidatos recorriendo el interior.
¿El Frente perdió votos en las nacionales, en Canelones?
Sí.
¿Cuánto?
Más o menos un promedio país. Estuvimos abajo. Pero eso no se reflejó en las departamentales. En las departamentales pasadas Yamandú tuvo ciento ochenta mil votos, y el Frente Amplio, un año antes, con cuatro candidatos, obtuvo cuarenta mil votos en la interna. Hubo ciento cuarenta mil personas que pusieron la lista de Yamandú pero que un año antes se quedaron en la casa u optaron por otra cosa. Es un desafío enorme para nosotros que los canarios vayan y voten. Hoy, por primera vez desde Tomás Berreta, tenemos un canario que tiene posibilidades. Un canario y alguien del interior. El otro que tuvo posibilidades en algún momento fue Larrañaga, y pará de contar. Al montevideano no le causa nada que el candidato sea de Montevideo, porque todos son de Montevideo. Nosotros tenemos un candidato que es del interior, que le habla al interior.
El presidente actual vivía en Canelones, en Los Horneros.
Es cierto. Y hacía política en Canelones.
¿Cuánta gente está habilitada para votar en Canelones?
En el orden de los cuatrocientos treinta y tres mil doscientas setenta y siete personas. Un millón cuarenta y siete mil novecientas cincuenta y una en Montevideo. Y el podio lo completa Maldonado con ciento cincuenta y dos mil quinientos cuatro.
La votación de Canelones puede definir la elección.
Siempre se dijo. Sí, en la medida en que la gente vaya y vote. Nos estamos enfrentando a una elección que va a tener lugar el día antes de las vacaciones de julio. Va a hacer frío. Y si tenés un partido de la Copa América, te quiero ver con esos componentes. Tenemos que pensar que estamos eligiendo presidente ese día.
¿Tenés dudas de que Yamandú gane la interna?
Creo que es una elección que va a ser competitiva.
¿Entre Carolina y Yamandú?
Es una interna competitiva. Hay que ver cómo impacta la llegada de Mario a la candidatura de Yamandú. Todavía no tenemos mediciones, y me parece que eso es innegable. Ponele que desde Danilo y Pepe no tenemos una elección competitiva. Pero solamente en 2004, cuando veníamos con las seiscientas mil personas que terminamos metiendo en Avenida del Libertador, cuando veníamos con toda la fuerza del pueblo y el ánimo de llegar por primera vez al Gobierno, votamos mejor que el Partido Nacional en la interna. Eso no lo volvimos a repetir. Votamos doscientas cincuenta y poco mil en la última interna. El desafío que tenemos como Frente Amplio es llegar a los cuatrocientos mil votos. Hay que trabajar mucho para eso. Yamandú está teniendo muy buena receptividad en el interior. Pero todavía vemos que a nivel de la gente la cosa no ha prendido.
No hay ambiente electoral.
Todavía no. El otro día hubo una encuesta que marcaba que solo el 17% de los encuestados saben la fecha de la elección interna. El resto tira otra fecha o no sabe. Ahí se nos tienen que prender todas las luces. Como Frente Amplio necesitamos una buena votación en junio, que nos sirva como base para octubre, y eventualmente para noviembre. Precisamos un muy buen caudal de votos, que tiene que superar largamente lo que fue 2019. Veníamos de quince años de gobierno, con un vicepresidente que había renunciado. Los trescientos mil el Frente los tenía en el bolsillo, pero perdimos cincuenta mil. Si bien para mí se hizo una muy buena gestión en materia de seguridad, con la profesionalización de la Policía, a la que se le dio herramientas y se capacitó, nos fuimos con una magra aprobación en seguridad, y eso impactó en el votante.
La seguridad fue el caballito de batalla de la oposición durante cinco años.
Sobre ese punto hicieron especial énfasis en toda la campaña. Nos quedamos esperando a ver dónde estaban los resultados. Hoy el 48% de la ciudadanía te dice que el problema es la seguridad, y el relato se cae día a día con la cantidad de homicidios que tenemos. Es absolutamente preocupante que un ministro diga que la buena noticia es que la violencia está concentrada en determinados barrios, cuando el presidente, cuando era legislador, decía que no había muertes clase A y clase B. Estamos con dificultades.
Coordinador de campaña de Yamandú. ¿Qué fortaleza tiene Yamandú para ser presidente?
La primera credencial que tiene son los veinte años en la gestión municipal, en un departamento dificilísimo, y de manera exitosa. Se fue de la gestión de Canelones con un 80% de aprobación en limpieza, que no es fácil para ninguna intendencia, y con un departamento en obra. Cerró veinte años de gestión exitosa en un departamento complicado como es Canelones. O por lo menos desafiante para gestionar. Creo que esa es una fortaleza incuestionable. Y no es solo una afirmación mía, es de los canarios. Creo que de ahí parten sus principales credenciales para llegar a correr esta carrera. Después hay características personales que también redundaron en beneficio del gobierno, de la gestión y de la ciudadanía, en la capacidad de diálogo, de llegar a acuerdos y de tender puentes. Y la firmeza, porque para sentarte a dialogar y llegar a acuerdos con quien no piensa como vos, como en el caso de los blancos y los colorados que nos votaron el fideicomiso, tenés que estar muy firme en tus convicciones para sentarte en una mesa y empezar a debatir, llegar a un punto de encuentro y que de ese diálogo resulte la aprobación de un fondo para obras.
Vos que lo conocés por dentro. ¿Sabe decir que no, o es tibio, como dicen?
Claro que sabe decir que no. Lo que Yamandú nos permitió siempre, y que lo destaca de su sector político, es que él dice que Pepe y Lucía le enseñaron a pensar con cabeza propia. Y eso, en los diez años en que fue intendente, él se lo transmitió al equipo de gobierno. Es una tranquilidad para el equipo que te dejen trabajar, que haya confianza de parte del intendente y que no sea un líder que todo el tiempo presuma la calidad de tal. En definitiva, al final es él el que termina diciendo que sí o que no, pero te deja trabajar, y confía en su equipo. Y eso hace que el trabajo fluya con mucha facilidad. Es una persona sumamente capaz, responsable, buen gestor, con muchísima formación política, con capacidad de diálogo, con capacidad de articulación.
Como orador es medio pelo.
Para mí es un buen orador. Hay oradores peores y mejores. A mí me encanta, y me pone contento que el Pacha Sánchez sea más chico que yo. Me encanta cómo se expresa, cómo hace política, cómo está en el principal sector político del Frente Amplio, con todo lo que significa el MPP, siempre con templanza. Es otro que no presume de la posición que ocupa. Realmente es una alegría que con cuarenta y dos años tengamos un valor de esos en el Frente Amplio. Comparte sector con Yamandú y trabajan muy bien juntos.
Ahora decime cuáles son las debilidades de Yamandú. Lo bancaste veinte años, alguna tiene que tener.
A Yamandú lo conozco desde que tengo quince años. En los últimos veinte años tal vez haya pasado más horas con Yamandú que con mi familia. Lo conozco como a mi padre o a mi hermano. Conozco al político, al gestor y a la persona. Me permito, cuando estamos mano a mano, decirle lo que pienso. Y él sabe que eso viene de una persona a la que le tiene mucha confianza, y toma mi sugerencia o mi crítica, y muchas veces la incorpora. Eso nos ha pasado a nivel de gestión y a nivel de campaña.
¿Acepta críticas? ¿No tiene mucho lambeta alrededor que le dice: “¡Qué bárbaro que sos!”?
Acepta críticas. Puede ser que alguno o alguna se arrime. Pero sabe diferenciar. Te puede pasar en cualquier ámbito de la vida, en cualquier trabajo. No tenés que ser un político o intendente para que eso pase. Hay que saber diferenciar, discernir, y nutrirse de lo que él entiende que puede ser un consejo o una sugerencia que ayude a mejorar. Es muy receptivo a eso.
Reiteradamente se dice que el Frente está gobernado por los ultras, tupamaros y comunistas. ¿Cómo se enfrenta ese discurso falaz?
En el caso nuestro, y hablo por la candidatura de Yamandú, ese discurso es muy fácil de enfrentar. Que vengan y que me expliquen, en Yamandú, dónde está lo ultra. Lo dijeron Bergara y José Carlos Mahía en las últimas horas. Es una persona que recoge todas las sensibilidades de un ser de izquierda, en su posicionamiento, en su gestión. ¿Dónde ha estado lo ultra? ¿Dónde ha estado lo ultra en los quince años de gobierno del Frente?
El argumento que hay es que los tres referentes ya no están jugando, Astori, Mujica y Tabaré.
Eso es la biología. Pero hubo recambio, y por suerte hay recambio para adelante. Nombré un caso, pero hay otros y otras, por suerte. Uno puede pensar que no hay liderazgos como los de Batlle y Wilson, y no, no los hay, porque era otra época. No es comparable. Era otro Uruguay. Hoy hay otros políticos y otra forma de hacer política. Uno ve el discurso de Wilson en el Palacio Legislativo, en aquella coyuntura, y eso hoy no se va a poder replicar, porque hoy no se nos viene una dictadura encima. Es otra realidad. Tenemos nuestros referentes, tenemos a Seregni, a Tabaré y a otro montón, pero también tenemos la realidad. Es un argumento bastante simplista y carente de sustento el de decir que el Frente Amplio está dominado por los ultras. ¿Fue ultra la política económica de los gobiernos del Frente Amplio? ¿Vamos a volver a los tanques de guerra, a los gurises que se van a Cuba?
No fue ultra. ¿Va a ser más de lo mismo, entonces?
Nunca hay que apostar a lo mismo que ya se hizo. En ese caso, que te agarre el votante y te dé un par de sacudidas. Yamandú lo dijo en la última campaña electoral para la intendencia, que no venía a hacer lo mismo que ya había hecho sino a mejorar lo que había que mejorar, habiendo escuchado un montón de veces a las vecinas y a los vecinos. Y lo está haciendo ahora, con un equipo que recorre el país, recogiendo demandas del interior, que fue un déficit que tuvo el Frente Amplio en su momento. Se aprendió de esa autocrítica, y estamos yendo permanentemente a recorrer el interior, dos veces por semana.
¿Cuál va a ser el foco de un potencial gobierno de Yamandú? Ya mencionaste la niñez y la pobreza infantil.
¿Sabés lo que pasa? Él va a presentar unos ejes en los cuales va a hacer énfasis en su campaña.
No podés adelantar nada.
No. Está muy próximo. Él ahí va a mostrar cuáles son sus énfasis de campaña, y sobre eso va a trabajar. Tiene equipos que están desde hace muchísimo tiempo generando contenido y recogiendo sugerencias. Recién hoy, al mediodía, se lo comuniqué al comando político.
¿Se puede saber quiénes son los referentes en los distintos temas, o tampoco?
Hasta lo que él ha nombrado. Lorenzo y Oddone en economía. En el equipo de economía tenemos a Álvaro García, a Polgar, a Valcorba. Por suerte el Frente tiene un equipo muy sólido. Desde hace mucho tiempo Yamandú viene consultándolos a ellos, y lo ha hecho público. Faroppa, Jorge Díaz, Charles Carrera, en materia en seguridad. Sabido es el rol que está jugando Cristina Lustemberg en la campaña de Yamandú. Por ahora él no ha mostrado más equipo, y yo me quedo por ahí también. Por supuesto que conozco quién está trabajando en cada uno de los temas, pero vamos a dejar esas cosas al candidato. Como coordinador de campaña a veces me preguntan cosas y yo tengo que decir que se lo pregunten al candidato, como el otro día, que me preguntaron si Yamandú donaría el sueldo.
El diálogo con Mujica sigue fluido.
Absolutamente. Siempre lo marca como uno de sus referentes, junto a Lucía y a Marcos. Uno por el vínculo político de siempre. Aunque su primera elección lo encontró militando en la Vertiente, y fue después que pasó al MPP. Cuando se crea la Vertiente, él estuvo en esa elección. Luego pasó al MPP, donde está hasta hoy.
Lo de Marcos fue sintomático, porque estaba cerca del Partido Comunista. Es sintomático que apoye a Yamandú.
Marcos lo plantea un poco en esos términos. Generaron mucho vínculo en la gestión. Yo tenía más vínculo con Yamandú que con Marcos, pero fui testigo de eso. También miré a Marcos como un aprendiz de gestor, y traté de aprender todo lo que pudiera. Nos dejó una enseñanza, sobre todo en cuanto a formar equipos y confiar en ellos, y en cuanto a ser un líder que no presuma todo el tiempo de su calidad de tal. Eso es una impronta de Marcos que Yamandú incorporó.
¿Cuánta guita está gastando en la campaña?
No tengo la menor idea.
Sos el coordinador.
El coordinador político. El jefe de campaña está por encima de todos los temas, de la parte publicitaria, la económica. Mi rol es la coordinación política con los sectores. Revisamos y coordinamos actividades. Recogemos insumos. Tratamos de realizar aportes para su recorrida en el interior, para los actos conjuntos. Lo otro pasa por otro lado, del que yo no me ocupo, ni nunca quise ocuparme. Las complejidades de los gastos son muchas. A mí me dicen lo que sale un cartel y no se puede creer. Tampoco se puede creer toda la publicidad de otros candidatos que se ve desplegada por ahí.
De Sartori se sabe que tiene plata, pero hay otros que…
Es una campaña larga, costosa. Desde muy temprano se ve un despliegue importante en publicidad. Bien por ellos.
¿Las intendencias tienen que llenar las vacantes por concurso?
El Frente estuvo a favor del proyecto de Peña. No prosperó porque los legisladores blancos no lo aprobaron. Cuando apuntan a las gestiones frenteamplistas, y hablo de Canelones, nosotros decimos que ese problema no lo tenemos. Somos la tercera intendencia con menos cantidad de asignaciones directas en relación a la población municipal. Y la segunda intendencia con menos funcionarios en relación a la población del departamento.
Después de Montevideo.
Sí. Repito; con treinta municipios, con cuatro mil kilómetros de caminería rural, con cuatro mil kilómetros de caminería urbana, con treinta oficinas administrativas, con mucha más infraestructura. Pensemos que en el año 2005 Canelones tenía un solo centro deportivo en todo el departamento. En diciembre de 2014, el año que Marcos llamó “del empate”, teníamos cuatro. Hoy tenemos diecisiete centros deportivos. ¿Con qué tienen que funcionar? Con funcionarios, y con otro montón de cosas. También licitamos mil cuatrocientas cámaras de vigilancia para espacios públicos y para edificios, en las que gastamos dos millones de dólares, en un convenio con el Ministerio del Interior, que es el que las monitorea.
¿Cuál es el presupuesto de Canelones?
Doscientos millones de dólares.
¿En qué está el tema de la denuncia judicial contra Yamandú?
La denuncia se presentó. Por lo que uno ha recogido a través de los medios, la fiscal ha manifestado que iba a priorizar otras causas antes que esta. Esto es una denuncia por presuntas lesiones, que si son personales tiene un plazo de caducidad de seis meses. La denuncia pasa por un filtro y va a fiscalía. La prescripción, en caso de lesiones graves o gravísimas, es de diez años y estaría prescribiendo en junio del año 2024. Como Yamandú dijo en una conferencia de prensa, esta persona se confunde, o lo que es peor, la están utilizando. Hay incongruencias con el primer video donde se lanza el primer ataque a Yamandú, donde la promotora del ataque dice que fue conectada hace dos años y la denunciante dice que se lo comunicó dos semanas antes.
La denunciante habla de que fue asistida por otra persona trans que estaba en el parque, que falleció tiempo después asesinada. No hubo fallecimientos posteriores, y habría que buscar a esa persona. Y otra cantidad de elementos que está manejando el equipo jurídico, que oportunamente se volcarán en fiscalía.
Suena medio raro, ¿no?
Al otro día del primer video, con una llamativa y rápida difusión, empieza a circular un audio por TikTok donde se hace una serie de aseveraciones completamente disparatadas con respecto a Yamandú. Hubo cuentas del exterior que empezaron a interactuar en las conversaciones, y pautas en un video de YouTube, en las que se habló de treinta o cuarenta mil dólares en una tarde. Una presunta agresión que fue en junio de 2014. Cuatro meses después empapelamos Canelones con la cara de Yamandú para la campaña para intendente, incluido el Parque Roosevelt. Cinco años de intendente. Volvimos con una segunda elección y fui jefe de campaña. La pandemia nos impidió realizar actos masivos y entonces decidimos hacer una campaña agresiva en términos de carteles ruteros y en medios nacionales. Tampoco lo reconoció. En los últimos cinco años Yamandú pasó a ser una de las diez personas más conocidas de país, y tres meses antes de la interna, cuando todavía no tenemos una campaña de difusión en materia de cartelería y televisiva, lo conoce y lo denuncia.
Da para pensar.
Es una forma nueva de hacer política, el intentar proscribir un candidato a través del ataque personal. Sobre todo, con un candidato que tiene un ínfimo rechazo en la ciudadanía. Con esto se busca manchar la imagen del candidato y que su desaprobación aumente. Por suerte ya tenemos dos mediciones posteriores a la denuncia, y el primer balance que hacemos es que no afectó a la imagen del candidato ni a la intención de voto que tenía.
¿Cuánto puede afectar ese tipo de sospechas en la gente que todavía no decidió su voto?
No tenemos experiencia. Sí hubo una experiencia en campaña sucia, por llamarla de una manera, dentro del Partido Nacional en la campaña pasada, que tampoco terminó afectando el resultado electoral. Sartori manifestó que contrató a Juan José Rendón, conocido como el rey de las campañas sucias. Fue una mínima expresión. No tenemos precedentes de que se ataque a un candidato de esta manera, y por lo tanto tampoco tenemos experiencias pasadas para medir lo que pueda pasar de acá para adelante. Inmediatamente encuestamos y vimos que eso no estaba afectando. Hicimos mediciones en redes a través de nuestro equipo técnico, y no estaba afectando más allá de estas conversaciones artificiales. Acá tengo que volver a hablar de mi conocimiento personal de Yamandú. Es una cosa que no tiene ni pies ni cabeza. Esperemos que esto no se instale como forma de hacer política en Uruguay, porque nos vamos a la B.

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