Brecht escribió Terror y miserias del III Reich ya exiliado, entre 1935 y 1938. Es un texto basado en informes periodísticos, de formato más convencional y realista que el resto de su obra. En realidad son una serie de episodios, historias breves, que no tienen relación entre sí más allá de brindar un panorama de los años del ascenso del terror nazi, ya con Hitler instalado en el poder. Para Walter Benjamin, la tesis decisiva de este texto se puede formular con una frase de El Proceso de Kafka: “La mentira se convierte en orden universal”. Y esta tesis es particularmente relevante en el episodio número 6, titulado La búsqueda del derecho. La historia está ambientada en los días previos a “la noche de los cuchillos largos” (entre el 30 de junio y el 1° de julio de 1934), cuando las SS ejecutan a la cúpula de las SA, otrora fuerzas de choque que jalonaran el ascenso de Hitler. El cambio de estrategia hace que las SA sean un estorbo en la consolidación del poder, y por eso son barridas del escenario. La historia que escribe Brecht transcurre muy poco antes de estos hechos, y eso explica la actitud esquiva de muchos personajes. Una patota de miembros de las SA han atacado y robado la joyería de un judío. El Juez, con el dato de la filiación judía del dueño, no tiene mayores dudas de que conviene ser benévolo con los atacantes, la “justicia” ya está totalmente desnaturalizada. Pero encuentra un trasfondo que vuelve peligrosa la decisión, sin que nadie le explique exactamente por qué. El espectador ya sabe que las SA han entrado en desgracia para Hitler, pero el Juez no, y ningún testigo es claro al respecto. En cada interrogatorio el Juez obtiene una versión que no cierra con la anterior, y lo único certero es que su vida está en riesgo si no toma la decisión más acorde a los intereses del poder, que han dejado de ser claros.
La búsqueda del derecho es una de las dos historias de Terror y miserias del III Reich, la otra es La mujer judía, que integran el espectáculo La tierra baldía, con dirección de Iván Solarich. El espectáculo surge de la tensión entre el interés del elenco por la obra de Brecht y los recelos del director respecto a un cierto dogmatismo que se impone en nuestro medio al momento de abordarlo. La solución, que según Solarich llegó gracias al azar, fue enfocar las historias de Brecht seleccionadas desde la sensibilidad estética del poema La tierra baldía (escrito en 1922), de T.S. Eliot, ese poema que comienza con los versos: “Abril es el mes más cruel, hace brotar/ lilas en tierra muerta, mezcla/ memoria y deseo, remueve/ lentas raíces con lluvia primaveral”. El temor ante un ciclo natural que se renueva y desestabiliza el orden invernal tiene otras connotaciones cuando alumbra las historias de Brecht. Más adelante Eliot dirá: “Aquel cadáver que plantaste el pasado año en tu jardín/ ¿ha comenzado a retoñar? ¿Florecerá este año? ¿O malogró su lecho la repentina escarcha?/ ¡Ah, mantén lejos al Perro, ese amigo del hombre,/ o con sus uñas lo desenterrará de nuevo!/ ¡Tú, hypocrite lecteur, mon semblamble, mon frère!” Y aquí no solo nuevamente se multiplican los sentidos si proyectamos estos versos a las historias de Brecht, sino que también encontramos una justificación estética al procedimiento de Solarich. El verso en francés, “Tú hypocrite lecteur, mon semblamble, mon frère” pertenece a Las flores del mal, de Baudelaire, y es uno de los tantas citas que Eliot incorpora a su poema “collage” para ilustrar, como se ha dicho ya, el carácter “babélico” de la civilización occidental.
Los procedimientos estéticos de Eliot parecen ser continuados en el trabajo de Solarich y Ciclón Teatro, permitiendo que las historias de Brecht justamente se desplacen de sus coordenadas históricas concretas y cuestionen el terrorismo de estado en cualquier momento histórico y en cualquier sitio geográfico. Desde la Unión Soviética de Stalin, pasando por la Alemania de Hitler o la España de Franco, hasta llegar al Cono Sur del Plan Cóndor. Pero volviendo a Benjamin, la intensión de convertir a la mentira como orden universal no puede ser más contemporánea. Esa intención del Juez de La búsqueda del derecho de adecuar su sentencia a lo que conviene y no a la verdad tiene particulares connotaciones en nuestro momento histórico. Vivimos en épocas en donde la verdad ya ni siquiera es relativa, sino que es un relato adecuado a intereses. Para quienes descubrieron en esto la “posverdad” también es bueno ver este espectáculo, encontrarán que sus categorías, más allá de nombres, ya existían en la Alemania Nazi.
El diseño escenográfico de La tierra baldía encapsula parte del espacio de La fábrica en un cubo con tierra en el piso. Actores y actrices parecen emerger, más allá de representar a víctimas o victimarios, embarrados en el mismo barro. La memoria se remueve como las raíces, los cadáveres retoñan reclamando su historia. Una campana pauta las breves escenas como si estuviéramos en un ring, y algunas estrofas de Eliot subrayan los episodios de Brecht. El elenco hace un trabajo físico excelente, buscando contornos dignos de Los caprichos de Goya, como dijera el artista plástico y performer Marcos Ibarra.
La tierra baldía no propone un Brecht canónico, pero sí propone, como el mismo dramaturgo alemán, generar debate. Y las funciones terminan con un foro en que algunos invitados proponen una primera lectura de la obra a la platea que es el puntapié de un intercambio que, como nos dijera Solarich, muchas veces es un espectáculo en sí mismo. Más allá de los logros estéticos señalados, este es otro valor de La tierra baldía, proponer una instancia en donde enfrentarse a visiones distintas, escuchar y pensar en ellas, y a partir de allí acordar o discrepar, siempre buscando una verdad que seguirá siendo esquiva, pero que nunca será una mentira erigida en orden universal.
La tierra baldía. Dirección y dramaturgismo: Iván Solarich. Elenco: Alejandro Sosa, Analía Troche, Camila Sosa, Florencia González, José Lamas, María Eugenia Margalef, Valentina Gualco, y Vital Menéndez.
Funciones: viernes y sábados 20:30. La Fábrica (Porongos 2623). Reservas: gabrielapintado@mail.com o 094840443.
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