Ya hace diez años que vimos Lo que los otros piensan, el primer espectáculo escrito y dirigido por Domingo Milesi. Un espectáculo en que la referencia al universo cinematográfico era patente ya desde el género “road movie” al que remitía. Estrenada en el año 2013 y presentada como una “obra de teatro de carretera”, la obra reunía a tres integrantes de una familia “disfuncional” obligados a convivir en un pequeño vehículo, lo que exacerbaba las diferencias acentuando los conflictos hasta que, al final, los personajes se modificaban. En 2019 con Ayer pensé en decirte adiós, también escrita y dirigida por Milesi, el “lenguaje cinematográfico” era extrapolado mediante un ingenioso diseño escenográfico que permitía narrar apelando a “planos cenitales” y “planos-contraplanos” para dar cuenta del resquebrajamiento de un vínculo de pareja.
El año pasado Milesi fue convocado por la Comedia Nacional para dirigir La triste agonía de un pájaro azul, de la chilena Carla Zúñiga. Allí directamente utilizaba una cámara que capturaba alguna acción de los personajes para proyectarla en una pantalla que amplificaba gestos y habilitaba al director a trabajar con expresivos primeros planos, otro característico recurso cinematográfico. Pero antes de trabajar con la Comedia Milesi había estrenado Bette Davis ¿estás ahí? (2021), tercer espectáculo escrito y dirigido por él. Y nuevamente el universo del cine es protagonista, aunque en este caso desde un ángulo menos vinculado a lo formal.
Bette Davis es una de las protagonistas de los ciclos cinematográficos de un viejo cine club al que asisten Azucena, Graciela y Anibal. La obra está ambientada algunas décadas atrás, y los personajes se encuentran en el ocaso de sus vidas, reunidos en un espacio en el que domina el tono marrón de muebles de madera y viejas butacas de cine. Azucena y Graciela asisten juntas a funciones en las que coinciden con Anibal. El interés entre Azucena y Anibal parece trascender las anécdotas cinematográficas y mientras se entreteje un vínculo Graciela se “interpone” aportando un humor que vuelve cómplice a la platea. El juego, aparentemente simple, tiene un quiebre en que Bette Davis parece “re-encarnar” en uno de los personajes, quiebre que en realidad sirve para que aparezca el cuestionamiento a los vínculos establecidos entre los protagonistas. Azucena, colocada a la sombra de la memoria de un viudo o relegada y manipulada por una amiga, parece redimirse y reubicar a los otros personajes de una forma imprevista y sorprendente, en donde ni lo sobrenatural deja de tener su espacio.
El dispositivo escénico incluye en este caso “tecnología sonora binaural”, presentada como “una forma de grabar y reproducir el sonido que (…) imita las señales auditivas naturales creadas por el cerebro y el oído (…) y emitido mediante auriculares crea un mapa sonoro tridimensional que nos sumerge en los eventos (…) y nos ubica en el lugar exacto de donde provienen los sonidos, generando una nueva experiencia inmersiva. Los casos de su uso en el mundo son de gran impacto como una potente herramienta de accesibilidad e inclusión para personas con baja visión o ciegas.” De esta forma el espectador, desde el punto de vista sonoro, queda inmerso en las acciones que protagonizan los personajes, y capta tanto los sonidos que se producen en el interior de un baño como los que se generan en la costa cuando dos personajes se encuentran cerca del mar.
Más allá de la recreación del universo de cine clubes (¿cómo no remitirse a las viejas salas de Cinemateca y a sus ciclos regulares sobre John Ford, el neorrealismo italiano o Ingmar Bergman?) y de la tecnología que reposiciona al público en el centro del espacio escénico, Bette Davis ¿estás ahí? es una invitación a presenciar tres actuaciones superlativas. Martha Vidal (Azucena) y María Elena Pérez (Graciela) ya habían trabajado con Milesi hace una década en Lo que los otros piensan. Nuevamente hacen un gran trabajo construyendo un vínculo viciado, con ciertas zonas para nada transparentes, pero en este caso la edad de sus personajes también conlleva un gran trabajo físico para caracterizar a esos cuerpos en los que el paso del tiempo ha dejado rastros. Carlos Sorriba es el responsable de ponerle el cuerpo (y la voz) a Anibal, un viudo que caballerosamente comparte su saber cinematográfico pero que, quizá a pesar suyo, busca en otras personas lo que solo guarda en su memoria. Las actuaciones de Vidal, Pérez y Sorriba son de esas que, como nos gusta decir, invitan al teatro por sí mismas.
La obra se reestrenó la semana pasada y permanecerá en cartel hasta el domingo 26 en la sala Zavala Muniz del Teatro Solís. No se la pierdan.
Bette Davis, ¿estás ahí?Autoría y Dirección: Domingo Milesi. Elenco: Martha Vidal, Ma. Elena Pérez y Carlos Sorriba. Diseño de sonido: Gustavo Fernández. Diseño de vestuario y caracterización: Mavi Amigo. Diseño escenográfico: Martín Siri. Diseño lumínico: Jimena Romero. Asistencia de dirección y traspunte: Maria José Morales y Patricia Canén. Diseño gráfico: Julia Tiscornia. Fotografía: Mauricio Rodríguez. Prensa: Lic. Beatriz Benech. Producción: Lucía Etcheverry.
Funciones: jueves a sábado a las 20:30 y domingos 19:30. Sala Zavala Muniz del Teatro Solís.
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