Juanita Fernández presenta su espectáculo “Pájaros”. Se trata de una obra sonoro / musical inspirada en el canto de los pájaros del Uruguay. Será el martes 14 de mayo a las 20.30 horas en la sala Zavala Muniz del Teatro Solís. La compositora contó a Voces cómo dio vida a ésta nueva propuesta.
Este trabajo fue estrenado el pasado 12 de abril de 2018. Desde entonces Juanita Fernández se ha abocado a refinar los materiales de construcción, en perfeccionar la estética que subyace en cada trabajo y estilizarla al máximo. Es así que ahora nos encontraremos con versiones sustancialmente transformadas de cada pájaro.
Para los que asistieron al estreno en 2018 será un desafío ser testigos de esa transformación, para quienes sea la primera vez, la oportunidad de disfrutar de una investigación en lo que se refiere a libertades estéticas y contenidos sonoros.
“Pájaros” es un trabajo inspirado en el canto de algunas aves del Uruguay, desarrollando un lenguaje lo más primitivo posible con un contexto de elegancia y sutileza musical.
Cada música tiene un tratamiento exhaustivo del material sonoro, generando para cada música un carácter, un pájaro.
¿Cómo ha sido tu camino artístico?
Fue desde siempre, forma parte de mi carácter. Que tiene un perfil muy artístico donde el sonido siempre es lo que me ha servido más como material de traducción. Pero no escatimo, me gusta más tener una idea conceptual artística y usar el sonido. Me queda más cómodo decir “soy música”. Más o menos siempre me identifiqué por ahí, y a medida que fui creciendo, hay una coherencia desde que nací y en las varias etapas por las que pasé. Tengo formación académica universitaria en artes sonoras y eso también me condicionó, porque también me dedico a la música contemporánea. En la música contemporánea académica me especialicé en percusión contemporánea. Ahora estoy estudiando la carrera de composición, después en este trabajo, que también es de investigación estética, directamente investigo sobre el canto de los pájaros. Un trabajo en arte sonoro que tiene instalaciones sonoras, que posa una pata con el videoarte o con lo escénico. Estuve trabajando los teros más específicamente, salió para ahí. Estudié una cosa específica en Nueva York y lo pude aplicar y ahí ya me metí en otra parte que es más arte sonoro …
¿Cómo nació ésta propuesta de los pájaros?
Fue un accidente en realidad. Cada vez que he tenido una buena idea ha caído por accidente. Nací en un pueblo muy chiquito en el medio del campo, nos criamos en un monte. El pueblo se llama Rafael Peraza. Pero la experiencia la tuve en Buenos Aires. Yo vivía allá y una madrugada, en 2006 o 2007, andaba con insomnio y escucho un zorzal. Y me llamó muchísimo la atención, yo creo que fue el choque de contexto en la «ciudad de la furia» con escuchar un zorzal. Ahí entendí a Gardel, entendí todo, dije “¡cómo canta este pájaro!”. Tenía una guitarra a mano, dí las notas, hice un diseño, un garabato, un boceto. Me vuelvo a Montevideo a terminar la carrera y hago algunas materias troncales ya de composición, si bien yo tengo formación como intérprete y estudio composición. Tenía estudios ornitológicos, y de un francés de la vanguardia valoricé la idea. Él estudiaba los pájaros y en sus trabajos metía diseños de canto de pájaros e hizo toda una teoría de métrica y de agrupaciones sonoras. Yo estudié esas técnicas porque estaba interesada y eso me sirvió para abordar el tema, incluso llegué a algunas conclusiones. Fue un proceso de 12 años.
¿Cuál es el objetivo? ¿Qué la gente vaya reconociendo los pájaros, que se cuente una historia a través de los sonidos?
Que los reconozca no, lo que sí ha pasado es que a la gente se le despierta la curiosidad, porque lo escucha distinto. Para mí es una herramienta de trabajo, yo trabajo con ellos. Pasa que cada una de las músicas son muy diferentes entre ellas, de hecho sale una instalación sonora, y otra que es más formato canción. Hay otra que es súper experimental, pero están unidas todas. Porque todas tienen la misma naturaleza, que son las aves, y algún comportamiento en común tienen. Lo que se genera es una vivencia. No es que se va a escuchar o para decir “qué rápido que toca mengano” o “qué montón de notas”. Es bien vivencial, si bien es un formato concierto tradicional. A mí me gusta tocar en sala tradicional porque generalmente es más vivencial, a nivel emocional.
¿Cómo lo vivís vos en el escenario?
Ese es mi tema favorito. Me voy a poner media dramática, pero para mí es sin ninguna vuelta yo cuando voy ahí voy a morir. Es una preparación porque ya sé que voy entregada, largo todo ahí, porque ese es mi trabajo artístico. Hoy en día nos confundimos un poco, creemos que el trabajo artístico es hacer actividades musicales arriba del escenario, eso es una cosa y está muy bien. Pero el arte es otra cosa, implica más compromiso conceptual. Y día a día estoy trabajando para eso, y para todo lo que vivo antes. Yo me cuido un montón antes para llegar lo más limpia que pueda. Pero no escatimo en intensidad, porque toda la que no puedo largar en la calle la largo ahí. Y esa es mi responsabilidad, lo vivo de una manera muy intensa. Hay una cosa que estoy estudiando, que siempre me interesó, y que se decía de los artistas el amor por el arte y ponía al público como expectante. Pero creo que es diferente, porque la gente que va a escuchar tiene un nivel de respeto y de amor por lo que van a ver. Entonces nosotros tenemos que necesariamente ser más egoístas en eso, inteligentemente egoístas y lo que realmente da el arte es el auditorio.
Alguno de los pájaros que se escucharán: Zorzal / Mirlo / Viudita / Sabiá / Águila / Tordo / Teros / Urutaù / Martineta / Hornero / Chajá.
F i c h a t é c n i c a:
Juanita Fernández: Idea / composición / Producción
Músicos en escena:
Juanita Fernández: Voz, live set, vibráfono, set de piedras amplificadas y metales exótiocos
Andrés Pigatto: Contrabajo.
Felipe Badaró: Batería.
Felipe Ahunchain: Sintetizadores.
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