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Los manuales de estilo no pueden morir por Ernesto Kreimerman

Los manuales de estilo no pueden morir  por Ernesto Kreimerman
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Años atrás, todo medio escrito que se preciara de tal, que aspirara a un trabajo de calidad y estilo definido, no sólo contaba con un manual de estilo propio, que fijaba criterios para la definición de controversias acerca de zonas grises de la práctica profesional, sino que era factor de orgullo. Pero la crisis del sector que viene castigando desde hace ya, por lo menos, dos décadas, lo cuestiona todo y no deja tiempo para estas necesidades. Se trataba de contar con la herramienta, y de aplicarla cotidianamente.

Los periodistas, columnistas, editorialistas, fotógrafos (fotoperiodismo, como alguna vez se le llamó) y correctores tienen muy claro de qué se trata. Pero desde fuera de la profesión, no tanto. Hablar de un manual de estilo es hablar de una guía sistematizada de un conjunto de criterios preceptuados, que incluye normas para el diseño y la redacción de artículos, notas… para uso general de los redactores del periódico, y en sentido más amplio, para quienes forman parte del proceso de producción.

Hay manuales que han hecho historia. En español, sin duda, el del diario El País de Madrid. La Casa del Libro de Madrid lo describe de esta manera: “El Libro de estilo de El País no es una gramática ni un diccionario al uso. Se trata simplemente de una pequeña Constitución, de un contrato con los lectores, un código interno que dota al periódico de personalidad propia y facilita la tarea a quienes se informan con él; lo que no obsta para que sirva además como referencia a todas las personas que aspiran a una escritura esmerada. La obra incluye por un lado los pilares éticos del diario y la manera en que deben comportarse profesionalmente sus periodistas; y por otro, un diccionario de palabras que emana de esos principios, entre los cuales figura la aspiración de conseguir una comunicación clara. En esta edición, que aborda tanto la vertiente impresa como digital de El País, se han incorporado y actualizado diversas normas sobre el tratamiento informativo de la violencia machista y sobre el sexismo en el lenguaje. En ella encontrarás también todos los elementos que llevan haciendo de este manual durante décadas un instrumento imprescindible para profesionales de la comunicación, editores y escritores”.
La revisión de AP
En estos días, una novedad muy interesante nos alegró a muchos de los que hemos dedicado nuestra vida profesional al periodismo. Associated Press, AP, la agencia de noticias anunciaba que había introducido modificaciones a su libro de estilo, para incorporar críticamente nuevas normas que preestablecieran parámetros para el uso de la inteligencia artificial, IA.
En efecto, la Associated Press ha publicado las directrices que regulan a sus profesionales en el uso de herramientas de inteligencia artificial generativa, como ChatGPT. Estas nuevas normas se han incorporado a su libro de estilo y “presentado en sociedad” unas semanas después de que propia AP informara que había alcanzado un acuerdo con OpenAI de cooperación. Por su parte, AP ha abierto a OpenAI el acceso a buena parte de sus archivos, desde 1985 hasta estos días. En contrapartida, la AP se beneficiará de los avances tecnológicos desarrollados y a desarrollar por parte de OpenAI.
Dentro de las novedades que se incorporan, la nueva guía aconseja a los periodistas que eviten un lenguaje que atribuya características humanas a estos sistemas, o use pronombres de género, y recuerda que tales sistemas son creados por personas con sus propios prejuicios y objetivos humanos.

Según ha informado la propia AP, su AP Stylebook Online presenta ciertas innovaciones en tres segmentos de trabajo: 1. Inteligencia artificial generativa; 2. Datos de entrenamiento; y 3. Sesgo algorítmico.

En detalle:
1. Inteligencia artificial generativa, aclarando el concepto y aconsejando considerar la tendencia de los modelos a generar respuestas imprecisas a las consultas.
2. Datos de entrenamiento, explicación del término y asesoramiento para considerar la información específica que los datos de entrenamiento pueden contener a medida que los modelos de aprendizaje automático aprenden a encontrar patrones a partir de estos conjuntos de datos. Los tipos de datos de entrenamiento utilizados en diferentes herramientas de IA pueden variar ampliamente.
3. Sesgo algorítmico, un término utilizado para describir los impactos negativos de las herramientas de IA que se basan en grandes conjuntos de datos que están sesgados por el sesgo histórico o de selección.

Un manual que avanza
El nuevo Manual de AP avanza sobre cuestiones que aún están a estudio o debate. Por ejemplo, incluye orientación para que los periodistas cubran y expliquen con precisión a sus audiencias las tecnologías y los conceptos utilizados en su elaboración. Así, se establece que se especifique la cobertura de las herramientas de IA, se describa breve pero acabadamente cómo funcionan dichos sistemas, cómo y dónde se implementan, si están alcanzados por regulaciones y si éstas suponen restricciones en el acceso a fuentes, quién se beneficia y gana dinero como producto de su uso, y también qué comunidades pueden verse afectadas negativamente por tales herramientas.

Lo siguiente si constituye una jugada toma de posición respecto a la IA y los medios de comunicación, válida para todas las plataformas. Al incluir “enfoques informativos sugeridos para los periodistas que cubren la IA y sus efectos, así como también trampas comunes a evitar”, AP se juega por una actitud preventiva a favor de la neutralidad y de algo muy caro a la profesión: la neutralidad es un bien a preservar y que ello es el resultado de someter a las fuentes, a los orígenes de la “materia prima” a la duda, y, por tanto, a la necesidad de verificación. Así, el manual advierte que los periodistas “deben tener cuidado con las afirmaciones de los desarrolladores de IA que describen sus herramientas de manera exagerada o evitar citar a representantes de la empresa sobre el poder de su tecnología sin verificar sus afirmaciones”.
El AP Stylebook Online “alienta a los periodistas a ejercer el mismo nivel de cautela y escepticismo al tratar con contenidos generados por IA, incluyendo la verificación de la fuente original del contenido. Hay que huir del marketing de la maravilla, para rescatar la austeridad emocional de lo profesional. Los manuales de estilo, muy necesarios, no pueden ni quieren morir.

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