Los niños por Hoenir Sarthou
“El gobierno americano aprobó la vacunación para menores de 11 años, con vacuna de Pfizer…creo que esto apura un proceso de decisión uruguaya.”, dijo el Secretario de la Presidencia, Alvaro Delgado, el miércoles 3, en el informativo de Radio Sarandí. Y agregó: “La Comisión Ad hoc de vacunas… son quienes van a discutir y determinar científicamente la vacunación para niños entre 5 y 11 años”.No resisto transcribir un pasaje de la nota en que Montevideo Portal da cuenta de la entrevista de Radio Sarandí: “Además, adelantó (Delgado) que en 2022 se prevé una dosis de la vacuna contra el coronavirus para la población, y podría haber “una vacunación anual para mantener el nivel de anticuerpos o inmunidad”. Eso lo plantearon desde Pfizer al gobierno en una reunión presencial que tuvieron”. Y concluye Delgado: «Para nosotros es una obligación ir a vacunarse, es el camino es la vacunación, es un acto de responsabilidad”.
El de Delgado es un nuevo anuncio –uno más, de tantos- de algo que ya está resuelto, aunque no precisamente por el gobierno uruguayo. El gobierno hace anuncios preparatorios como éste, miente, caracolea y finje que está estudiando el tema, porque sabe que la decisión de vacunar a los niños será problemática, antes, durante y muy probablemente después del proceso vacunatorio.
La primera pregunta que uno se hace es por qué la decisión de un organismo sanitario estadounidense “apura un proceso de decisión uruguaya”. Si la decisión es de las autoridades uruguayas y de sus asesores científicos, ¿por qué diablos sería “apurada” por lo que hayan decidido un organismo y un gobierno extranjeros?
Por otro lado, si la decisión depende de un estudio científico de la uruguaya “Comisión Ad hoc de vacunas”, como afirma Delgado, ¿por qué anda el mismo Delgado anunciando, profetizando y publicitando lo que no está científicamente estudiado ni resuelto en el Uruguay?
Cabe preguntarse también cómo estudiará la Comisión Ad hoc las vacunas y sus efectos si no se conoce la composición de las vacunas ni se tiene aislado el virus en Uruguay.
Para completar, si nada está “científicamente” estudiado ni decidido, ¿por qué el gobierno uruguayo compró ya a Pfizer otro lote de casi cuatro millones de vacunas?
Dicen que la mentira tiene patas cortas. Y es cierto. También se suele decir que el mentiroso tiene que tener buena memoria, porque pasado el tiempo se olvida de la mentira que dije e inventa otra, que puede contradecirse con la anterior.
Lo extraño es cuando las contradicciones aparecen en una misma entrevista radial. Cuando resulta que nada está decidido pero ya compramos las vacunas. Y la aprobación en los EEUU nos “apura”, pero la “Comisión Ad hoc de vacunas” uruguaya todavía no discutió ni decidió “científicamente” el tema. Sin embargo, esa Comisión será la que decida “científicamente”. Pero el Secretario de la Presidencia ya anda anunciando por la radio que los niños serán vacunados y anticipando el calendario de vacunación de 2022.
¿El Secretario de la Presidencia sufrió un ataque de demencia? ¿Por qué se expone al decir públicamente tanta contradicción flagrante?
Creo que, en el fondo, las declaraciones de Delgado son a contrapelo, contra su íntima voluntad. Es sólo una corazonada mía. Pero tiendo a creer que, cuando uno está convencido de algo, sus argumentos son lógicos, coherentes, porque antes de decirlos por la radio tienen que haberlo convencido a uno mismo. No es lo que ocurre con estas declaraciones ni, desde hace mucho tiempo, con todo lo que se dice desde el gobierno respecto a la pandemia.
¿Quién sustenta realmente la decisión de vacunar a los niños y la compra de cataratas de vacunas?
Hay algo que se desliza en la nota de Montevideo Portal que merece atención. Habla de una reunión de representantes de Pfizer con el gobierno. A falta de un pronunciamiento de la Comisión Ad hoc, ¿de dónde viene la seguridad técnica de Delgado respecto a la conveniencia de vacunar a los niños? ¿Quién le ha dado al gobierno, al nuestro y prácticamente todos los gobiernos del mundo, la certeza de que se debe vacunarlos?
La pandemia y las políticas que la acompañan, incluida muy especialmente la vacunación, parecen tener múltiples propósitos, ninguno demasiado bueno para los vacunados. De hecho, se contagian y mueren igual o más que los no vacunados, diga lo que diga el MSP. Y además se arriesgan a serios efectos adversos. Pero, más allá de eso, hay algo que rompe los ojos: la vacunación universal es un negocio absolutamente redondo para la industria farmacéutica, y muy especialmente para Pfizer, que ha ido afirmándose como la marca con más lobby ante muchos gobiernos del mundo, empezando por el de EEUU. Imaginen tener a miles de millones de personas como compradoras obligadas (en los hechos se las obliga) y que los Estados sean los pagadores seguros de la compra. Es “el sueño del pibe” de cualquier empresario.
La cosa es que Pfizer no se limita a vender vacunas. Al parecer asesora también sobre la cantidad de dosis necesarias y las fechas en que hay que suministrarlas. Ya no es el sueño del pibe. Es el “Metaverso” de cualquier empresario. La realidad y las billetera aumentadas hasta reventar.
Ya que hablamos de este muchacho Zukerberg, con su Facebook, su Twitter, su Instagram y ahora su Metaverso, les cuento que fui bloqueado por tres días por publicar en Facebook un sencillo post que se preguntaba cómo era posible vacunar a los niños con la cantidad de efectos adversos que se registran. El post fue eliminado y yo puesto en penitencia por tres días. Y todavía ha gente que duda de que la pandemia y las vacunas son un proyecto político, mucho más que un problema sanitario.
Hago ese comentario porque este artículo, además de publicarse en Voces, se reproduce en Facebook y en otras redes. De modo que, si no lo ven de Facebook, o me ven desaparecer de las redes sociales durante varios días, ya saben la causa.
Para terminar, dije ya que la vacunación de niños será problemática. Triplemente problemática. Por un lado, porque los efectos adversos inmediatos son frecuentes en adultos y jóvenes, por lo que exponer a los niños a esos efectos es un crimen. Por otro, porque no se conocen en absoluto los efectos a largo plazo de la vacunas, por lo que someter a esa ruleta rusa a niños que deben vivir todavía una larga vida es doblemente criminal. Y, por último, porque muchos nos estamos dando cuenta de cómo viene lo de la vacunación y no estamos dispuestos a arriesgar a nuestros niños con un producto cuya composición y efectos no se conocen.
Es sencillo: los promotores de la vacunación de niños están jugando con fuego.
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