Mambrú se fue a la guerra y Xi al multilateralismo por Ernesto Kreimerman

El Comité Central del Partido Comunista de China, PCCh, ha fijado para los días que van del 20 al 23 de octubre la realización de su cuarta sesión plenaria, en la que profundizará el análisis y la definición de los asuntos que habrán de formalizar el 15 plan quinquenal para el período 2026-2030, que establecerá las vías estratégicas para apuntalar el desarrollo social y económico del país.

La realización de la cuarta sesión plenaria se confirmó el pasado día 28 de setiembre, en el marco de una reunión del Politburó convocada a tal efecto. Esta reunión estuvo liderada por el secretario general del PCCh y presidente de la República Popular China, Xi Jinping. La decisión fue adoptada una vez analizado el informe detallado, tanto conceptual como organizativo, que recogió las opiniones recabadas «dentro y fuera del partido» en torno a las propuestas del Comité Central para ese plan.

La comunicación oficial del PCCh reafirmó que las decisiones que se estarán adoptando apuntan a reforzar “la necesidad de mantener el liderazgo integral del partido y de adoptar un enfoque «centrado en la población», con el objetivo de que los beneficios de la modernización “se repartan de forma más justa”.

El 1 de octubre, en el marco de la conmemoración del 76 aniversario de la fundación de la República Popular China, el presidente Xi expresó que “el logro de la gran revitalización de la nación china es una causa sin precedentes… tanto las aspiraciones como los desafíos nos inspiran a aprovechar cada momento y perseverar con inquebrantable vigor”.

Subrayó la importancia de seguir aprovechando la experiencia histórica para lograr un mayor desarrollo nacional.

Año complejo

Xi, con prudencia, recordó que en las circunstancias actuales, atravesando “una situación compleja” a nivel mundial, “China ha logrado nuevos avances y logros en la profundización integral de la reforma, la promoción del desarrollo de alta calidad, la mejora del bienestar del pueblo y el avance del autodisciplinamiento pleno y riguroso del Partido”.

Comentó que son horas muy alentadoras dados los desafíos que el Partido y el país se han propuesto. La cuarta sesión plenaria del XX Comité Central del PCCh está programada para octubre para estudiar las sugerencias que se han recogido acerca de la formulación del XV Plan Quinquenal 2026-2030 para el desarrollo económico y social nacional. En este sentido, Xi convocó a esforzarse en los debates y luego, cuando se hayan tomado las decisiones, trabajar decididamente en la implementación de los objetivos, tareas y medidas estratégicas definidas dentro del plan quinquenal, con el fin de asegurar un progreso decisivo hacia el logro básico de la modernización socialista.

Subrayó la necesidad de sostener decididamente la política de “un país con dos sistemas” y apoyar a las regiones administrativas especiales de Hong Kong y Macao para que se integren mejor al desarrollo general del país, estimulándolas para que contribuir al mejor desarrollo de sus economías y, especialmente, mejoren la calidad del bienestar de la población.

Xi expresó que “es necesario realizar esfuerzos para profundizar los intercambios y la cooperación entre ambos lados del estrecho de Taiwan, oponerse resueltamente a las actividades separatistas proclives a la “independencia de Taiwan” y a la interferencia externa, para así salvaguardar, sin renuncias, a la integridad de la soberanía nacional y la integridad territorial”.

Jugados al multilateralismo

Al cierre de su intervención, el máximo dirigente chino destacó el vertiginoso ritmo han caracterizados a los cambios a nivel mundial, sin antecedentes. Ante ello, marco Xi, “debemos practicar un verdadero multilateralismo, promover la implementación de la Iniciativa para el Desarrollo Global, la Iniciativa para la Seguridad Global, la Iniciativa para la Civilización Global y la Iniciativa para la Gobernanza Global. Trabajar con otros países para construir una comunidad de futuro compartido de la humanidad”.

En sus recientes intervenciones en foros internacionales y también en instancias locales con repercusión internacional, Xi destacó por su jugada opinión a favor del multilateralismo, concepto al que valora como pilar fundamental de la mirada de Partido y del gobierno de China. Al respecto, Xi puso énfasis en que ser consecuente con una firme vocación por el multilateralismo “nos marca” el camino esencial para la gobernanza global. Argumentó que “la historia nos dice que el multilateralismo es la aspiración compartida de los pueblos y la tendencia predominante de nuestra época”. En línea con ello, remarcó que “un sistema internacional centrado en las Naciones Unidas y ordenado bajo el derecho internacional, con el fin de cimentar las bases del multilateralismo”, es el desafío de este tiempo y el reclamo de nuestros pueblos.

Al profundizar en la conceptualización de esos objetivos estratégicos, Xi reivindicó avanzar hacia la democratización de las relaciones internacionales, pues con ello se introduciría una mejoraría en la representación de los países del Sur Global y al mismo tiempo facilitaría movilizar recursos de manera legítima para volcarlos a desafíos compartidos.

Xi también refirió, en un tono similar de preocupación, a las tensiones que se trasladan hacia el comercio internacional. Por ello, reclamó mantener un sistema comercial multilateral centrado en la Organización Mundial del Comercio, OMC, y a resistir todas las formas de proteccionismo. La inquietud de Xi resulta casi obvia y fácilmente verificable al verificar en los números de la economía china la importancia de las exportaciones, más allá de contar con un mercado interno único.

Orientales especiales

China ha tenido, y tiene hoy también, una mirada larga y reflexiva sobre el futuro. Cuenta también con una cultura de debate incorporada que se caracteriza por su parsimoniosa firmeza.

Así que mientras el mundo hoy está “distraído” en guerras, expuesto a vaivenes de ocurrencias cuyos propósitos nunca son expuestos con sinceridad pero que desnudan ostentosamente que lo primero es el cortoplacismo de la ostentación frente a la madurez de la búsqueda serena de mejores condiciones socioeconómicas, China emerge como protagonista e impulsor de un cambio que aspira a reordenar rumbos, construir equilibrios, y madurar una red de instituciones, inspiradas en la promoción de un desarrollo común global, promoviendo medidas coordinadas y efectivas para resolver problemas de asimetrías, promover la paz.

En línea con Xi, Li Qiang, primer ministro chino, ha puesto énfasis en que China “siempre ha actuado como un firme defensor de la paz y la seguridad mundiales”. Presentó para sostener esta afirmación dos argumentos: i. China es el segundo mayor contribuyente al presupuesto de mantenimiento de la paz de la ONU; ii. el mayor proveedor de fuerzas de paz entre los miembros permanentes del Consejo de Seguridad. En este mismo sentido, China ha puesto su mejor empeño para promover conversaciones de paz sobre temas candentes como la crisis de Ucrania y el conflicto palestino-israelí.

A pocos días de que el Partido Comunista China adoptará las decisiones más profundas y más largo aliento para la gestión del próximo quinquenio, tiende una mano al mundo trascendiendo la lógica miope y destructiva que la mayor concentración de poder de la historia se impulsa desordenadamente. Mientras Mambrú se fue a la guerra, Li convocó su congreso. Es la expresión de la terquedad del unilateralismo versus (por lo menos) una mirada a favor de las alianzas posibles en torno a los BRICS y la aspiración de promover un orden global más equilibrado y previsible.

Mambrú se fue a la guerra, no sé cuándo vendrá. Lo que parece es que es hora del multilateralismo, hora de apostar por el fomento colectivo de la humanidad.

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