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MIDES: ¿Lo político por encima de la idoneidad?  

MIDES: ¿Lo político por encima de la idoneidad?   
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El sábado 1º de mayo el gobierno anunció que Pablo Bartol dejaba su cargo y en su lugar asumía Martín Lema. También se produjo después el cambio del subsecretario y asumió Andrea Brugman. Según ha trascendido estos movimientos fueron sorpresivos e inesperados hasta para los involucrados. ¿Por qué ocurre el cambio en este momento? ¿Fue un error de Lacalle Pou reclutar a Bartol? ¿Fracasó el fichaje estrella del yoga y Casavalle del por entonces candidato a la presidencia? ¿Los outsiders no funcionan en la política uruguaya? ¿Qué significado tiene nombrar a un político al frente del ministerio? ¿Qué cambios impulsaran las nuevas autoridades del MIDES? ¿Qué cambios son necesarios ante el inclemente aumento de la pobreza y la marginalidad? ¿Es Lema el indicado para ese cargo? ¿Qué requisitos debiera tener quien encabece una gestión tan delicada?

 

No creen en las políticas sociales por Mauro Mego

Este gobierno, su matriz ideológica, no cree en las políticas sociales. Por eso tantas dificultades, porque para creer en ellas hace falta creer en el Estado como herramienta al servicio de los más desfavorecidos, algo que el eje herrerista-liberal-conservador de este gobierno aborrece. Creen en el Estado como facilitador de los negocios de los grandes empresarios y terratenientes. Todo lo otro es gasto, son “dádivas”, “asistencialismo”. Hay miles de trabajos académicos y experiencias en el mundo sobre políticas sociales y su importancia, y por supuesto que al ser aplicadas sobre seres humanos sus resultados no siempre son tan sencillos de obtener, y menos en nuestra sociedad actual. Este gobierno eligió a Bartol sobre una propaganda previa exacerbada, entró al Mides poco más que como el “número uno” en materia social. Terminó armando un ministerio de la piedad y el optimismo, soluciones etéreas para problemas materiales:  hay que reconocerles coherencia ideológica. La pobreza del siglo XXI ya no es aquella pobreza, hoy existen fenómenos muy diferentes como la marginalidad, la exclusión social, la segregación social-y espacial- y demás conceptos abordados por las ciencias sociales hasta el hartazgo. Sin embargo prefirieron un ministro que decía que iba a mandar su sede a Casavalle (¡qué tendrá que ver la ubicación del edificio con el éxito de las políticas! Pura demagogia), que iba a usar el yoga, y una cantidad de mensajes de aliento más parecidos a los libros de autoayuda que a los mensajes que debe dar un ministerio cuya tarea es resolver la disparada monumental de la pobreza que hemos vivido en estos meses, frente a un gobierno fanático del ajuste fiscal sobre los más pobres, por si fuera poco.

La designación de Martín Lema no va a cambiar los sustancial, no va a cambiar el espíritu de las políticas de esta gente en lo más mínimo, pero-y en esto lo entiendo al Presidente-coloca alguien de su confianza política al frente de un ministerio que hace agua por todos lados y que por su ausencia y desmantelamiento está en la picota pública. Y es entendible, ya que en los gobiernos debe haber un lazo primario que es un lazo de confianza política, los ministros son políticos, deben serlo. Si además de políticos tienen experiencia en el ramo, tienen formación e idoneidad, mucho mejor. Con Lema el Presidente tiene a uno de los suyos, y le dará a la función la esgrima política necesaria para blindar al gobierno, algo que Bartol no tenía. Lema es buen polemista, tiene mayor visibilidad, es un político puro. Eso es mucho en tiempos de tormentas, por eso su designación.  Pero las cuestiones de fondo, no cambiarán.

 

Pobres pobres por Leo Pintos

Con el descabezamiento de la plana mayor del Ministerio de Desarrollo Social ha quedado al descubierto la peor cara de la política. Ha quedado meridianamente claro la insensatez e insensibilidad de este gobierno en la tarea de encarar los problemas de la población más vulnerable.

Cierto es que en el gobierno de José Mujica sucedió algo parecido con la destitución de Ana Vignoli. Parecido, pero no igual. En aquel momento el contexto no era el de hoy, y la figura relevada en ese momento no tenía la significación de Pablo Bartol, uno de los tres secretarios de Estado presentados en la campaña electoral como los más idóneos para su área de

actuación. Pero quizá lo más preocupante sea la realidad que quedó al descubierto con la sustitución del subsecretario, alguien que reconoce que llegó al cargo sin saber nada y sin ganas.  Y como si tanta desprolijidad no fuera suficiente, resultó que el nuevo ministro sería su yerno por lo que debió renunciar no sin antes intentar permanecer en el puesto. En fin, que ni Jacobo Langsner se hubiese imaginado algo así. A esta altura aquello de desidia y poco apego parece premonitorio y autorreferencial.

Y si algo faltaba en todo esto tan lamentable, el designado para ocupar el cargo viene para darle un perfil político al ministerio. Y tan político será ese perfil que el mismo día de su asunción se lanzó su precandidatura presidencial bajo el lema: «Mirar lejos».

En definitiva, todo el espectáculo montado en torno al Mides ha sido lamentable. Empezando por el propio Luis Lacalle equivocándose al elegir para el cargo a alguien sin experiencia política, que, si bien trabaja con población vulnerable, dicha experiencia es difícil de replicar desde el Estado. Porque sabido es que el Estado no puede seleccionar a quien ayudar como sí lo hacen los proyectos privados, y porque tampoco puede trabajar aplicando preceptos religiosos o

filosóficos como sucede en el proyecto Los Pinos. Y también hay responsabilidad de Pablo Bartol al prestarse para todo esto seguro conocedor de su incapacidad para el cargo. Incapacidad que mostró ya antes de asumir al proponer yoga para los indigentes en la planta baja de su ministerio. Incapacidad que quedó de manifiesto con la muerte de una persona tras haber sido echado de un refugio por la policía habiendo 11 cupos disponibles el pasado invierno. Incapacidad mostrada con el circo mediático para denunciar el hallazgo de 60 kilos de café vencido.  Y también insensibilidad al sacarse una foto con su equipo de trabajo a la salida de una comparecencia en el Parlamento a donde concurriera para dar explicaciones.

Una vez más, como siempre, la política, en el sentido más profundo de la palabra, sale perjudicada de todo esto. La otra política, la del amiguismo y el nepotismo, la que se vale del clientelismo y la utilización de las personas que más necesitan del apoyo del Estado, es decir de la sociedad, emerge impunemente y a nadie parece importarle. Es la naturalización de lo fallido. Es la normalización de lo inaceptable. Es la aceptación de lo anormal. Es lo que ninguna sociedad debiera permitir.

 

¡Las pindongas! Por Esteban Pérez

¿Uruguay está pobre? ¡Las pindongas! En el transcurso del 2021 los precios internacionales de los granos, incluyendo la soja, están con viento a favor aproximándose a los commodities que tanto nos favorecieron entre el 2012 y 2014. El agro-negocio tiene además un gobierno que lo prioriza con su política cambiaria respecto al dólar y postergando el aumento del combustible hasta que se termine la cosecha sojera, que está en su plenitud.

La otra cara de la moneda es que en el transcurso del 2020 nuestro país (por lo tanto, todos los uruguayos) se endeudó en 2.400 millones de dólares, se perdieron 60.000 puestos de trabajo y hay más de 100.000 niños viviendo por debajo de la línea de la pobreza, siendo socorridos por la solidaridad ciudadana, porque la angurria del capital no permite derramar más que migajas en ayuda social, mientras amasan fortunas con todo a su favor.

¿Fracasó Bartol? Más allá de sus virtudes y flaquezas, esta realidad no es atribuible ni al ministro saliente ni a la mediocre gestión del MIDES, ni siquiera a la pandemia. El gobierno de turno es tan sólo un administrador con la vara de la justicia social más o menos alta, según el signo que tenga, del monstruo generador de pobreza y de excedentes humanos: el monstruo sigue siendo el capitalismo y no habrá paz ni justicia social mientras siga existiendo, por más curitas que se le sigan poniendo a Frankenstein, seguirá siendo Frankenstein.    El bochazo a Bartol, en mi opinión tiene dos lecturas: una es hacer saltar el fusible para contener la bronca creciente y la otra las intriguillas palaciegas.     Recordemos que el MIDES fue codiciado y solicitado por el estratega Manini y hoy sabemos el por qué; los acomodos de cabildantes en ASSE y en el Ministerio de Vivienda son un uso demagógico para retener y obtener votos cautivos, al viejo estilo de la política nacional.                     Todas las piezas de la coalición están en pugna en función de intereses partidarios mirando hacia el 2024. El pobre Bartolo tocaba bien la flauta con un agujerito solo, pero no podía competir con políticos con más trayectoria y perspectiva. El trofeo del MIDES había que otorgárselo a alguien del riñón del Presidente, para proyectar lo más posible su recambio en las próximas presidenciables.    Cambio de nombres, pero no cambiará la suerte de los compatriotas sumergidos, tan sólo les llegará algún lazo para tratar de captarles el votito.

Cabalgará la demagogia a caballo del MIDES, mientras el capitalismo seguirá fabricando ricos más ricos y pobres cada vez más pobres. Al decir del Quijote luchamos contra gigantes, pero como dijo un revolucionario, de rodillas se ve más grande al enemigo. Habrá que ponerse de pie…

 

Conducción política por Gonzalo Maciel

Hace unos días y sorpresivamente Pablo Bartol fue desvinculado del MIDES. Incensario sería seguir machacando sobre situaciones que eran vox populi, el mal vínculo con el ex sub secretario y con el ex director general, o la necesidad de otro perfil para la conducción. Estos son los motivos conocidos, si hay otros, no lo sabemos y no sería serio ni justo con Bartol hacer suposiciones. Como tampoco es justo adjudicarle la aparición de cien mil nuevos pobres. Ya que tenemos presente, que con luces y sombras ha dejado todo en la cancha, sobre todo en esta situación tan excepcional.

Pero salgamos del tema particular y vayamos a lo general para lo cual fuimos convocados. A nuestro entender los técnicos no debieran ocupar los cargos de conducción política, como lo son el cargo de ministro de Estado. Los ministros deben ser políticos, los ministerios suelen tener un rango de acción amplio, donde no basta con ser técnico en un tema puntual. Los ministros deben ser articuladores, deben administrar el conflicto tanto interno como con la sociedad civil o con otros organismos del Estado, para lo cual termina siendo imprescindible un respaldo político dado por los votos o por un sector que tenga votos. Un ministro debe tener una mirada integral de su ministerio y de toda la sociedad, muchas veces los técnicos suelen encerrarse en su área y es ahí donde comienzan a fallar. Como en toda regla, hay excepciones, pero son justamente eso, excepciones. Los hechos nos demuestran que los técnicos no son la mejor opción para la conducción política, si para asesorar y diagramar propuestas que los políticos deberán analizar, coordinar y articular con actores de toda la sociedad.                              El tiempo, la gestión y los resultados de la misma dirán si Lacalle Pou acertó o no, nombrando a Lema como ministro y a Brugman como subsecretaria. Tremenda tarea y nada fácil les fue encomendada, en ellos dos, en todos los directores y técnicos del MIDES esta la suerte de muchos ciudadanos.

 

Baluarte Político por Cristina De Armas

Técnico o político, es una discusión de larga data donde aún no hay acuerdos.

Para ser político no se necesita ser técnico en nada, para hacer política no existe carrera universitaria que enseñe. El político sabe que a la sociedad le preocupan siempre los mismos cinco temas: Trabajo, Salud, Seguridad, Educación y Vivienda. Son los que la población en general siente que le afectan directamente. Cada uno de estos temas tiene un Ministerio que lo representa y son por su influencia directa en la gente, baluartes políticos importantes. Por sectores afectarán ganadería, industria o transporte y los demás, pero eso cinco nos importan a todos.

El gobierno del Frente Amplio encontró que aún en esos temas, había gente que quedaba por fuera del sistema; los más pobres, los quintiles más bajos, los asentamientos, y creó un nuevo Ministerio para el desarrollo social de esa población que conoce bien y que se identifica con la izquierda. Tengamos en cuenta que en un principio nuestra sociedad política se dividía entre blancos y colorados; los Colorados asociados con Montevideo y los Blancos con el campo; llegado el Frente Amplio se identificó siempre con los ciudadanos más pobres. En esta última elección llego Cabildo Abierto y tiene la particularidad de identificarse también con los más pobres pero los más pobres del campo. Así ha quedado dividido nuestro mapa político.

El presidente Pou sabe y lo ha dicho sin dudar, que debe su triunfo al campo, sabe además que aún con los intentos de desmarcarse de él y del Partido Nacional buscando sus propios números para 2024 tanto cabildantes, independientes como colorados van a insistir en esta coalición electoral que les ha dado el gobierno. Y entonces necesita el voto que le falta en Montevideo y Canelones donde predomina el Frente Amplio, y donde el Mides ha sido un Baluarte político importante para la fuerza política hoy de oposición. Para el partido de gobierno el Mides era una nueva experiencia y fue inteligente el presidente en recurrir a una figura conocida por la sociedad, reconocida por una gestión exitosa en el sistema educativo de jóvenes de bajos recursos.

Pero el tiempo pasa, el gobierno se ordena en medio de una pandemia, los porcentajes de aprobación de gobierno y presidente se mantienen, es hora de darle al Mides la importancia política que tiene y hacer frente a la embestida de la oposición que desde las calles y mediante ollas populares y juntadas de firmas mantiene el contacto con la gente y el caudal político que debería recuperar el Mides.

Es la carrera hacia 2024, esa carrera que nunca se detiene en vista a un nuevo ciclo electoral que puede demorarse, pero no interrumpirse, ni en guerra, ni en pandemia. Es política.

 

¿Por qué no podría ser ministro? Por Martin Forischi

Todo indicaba que Bartol iba a ser despedido, en cualquier momento iba a ser despedido, no se sabía cuando; el palo político no lo quiere, lo que pasa es que los políticos no lo dicen públicamente, ¿qué hacen? Nos lo dicen a nosotros los columnistas, y a los periodistas, ¿y nosotros que hacemos? Contamos lo que pasa, que no lo quieren, pero ninguno lo hace público, ninguno sale y dice “Bartol es un desastre” no, lo que escuchas públicamente, es lo poquito que habló el presidente de la República el 1 de mayo por tweeter fue: “… Mi profundo agradecimiento a Bartol por su dedicación y compromiso al servicio del país”. No me vengan con eso de que Lacalle respaldaba a Bartol, ya que si no lo echaron hasta ahora es porque no estaba bien visto que se modificara otro ministro más del gabinete en tan poco tiempo; no me vengan con eso, eso es un tema que un día hay que escribir un libro sobre actitudes en la política, no me vengan con que Lacalle respaldaba a Bartol, no quiero decir cosas de las que después me arrepienta porque después me van a pedir que respalde lo que digo, no me hablen de los respaldos a actores políticos días antes y días después los desvinculan de sus cargos,  y además porque saben que si sacan un técnico ahora y ponen uno político, y le va mal, ¿después que hacen? No tiene plan B.

En las últimas horas, cuando se decía que Lema era el próximo ministro del MIDES, el partido de Gobierno omitió tener en cuenta las prohibiciones e incompatibilidades del Código de ética en la función pública, ley 19823, ya que, en su  art. 9 literal I prohíbe “Actuar bajo dependencia directa dentro de la misma repartición u oficina de aquellos funcionarios que se vinculen por lazos de parentesco  dentro del segundo grado de consanguinidad y afinidad, matrimonio o unión concubinaria”. La prohibición expresa es el parentesco entre Martin Lema y su suegro Castaingdebat subsecretario del MIDES.

Aparentemente Bartol se sintió incomodo con los datos e información que le arrojó Patricia Madrid en el Programa “Polemica”; Bartol se sintió presionado, Le pasaron factura a sus dichos sobre el cambio de actitud de los empleados, el grado de ausentismo en fábricas, que los trabajadores no se capacitan, y que la gente llega lejos por estar entrenada según él, sin importar que partan en situación de desventaja social. Pero en realidad los medios no inventan, los medios cuentan lo que pasa en el día a día, los políticos no se hacen cargo, tiran la piedra y esconden la mano, a ver, que salgan los políticos y digan que a Bartol no lo quieren, y los medios van a publicar lo que dicen los políticos. En mi caso ya estaba cansado de la gestión de Bartol y quería que lo despidieran pronto, Bartol debió dejar de ser ministro y por una sencilla razón, más allá de su buena voluntad cuando trabajó en Casavalle, previo a ser ministro, desde que asumió en el MIDES hace más de un año, no llevo a cabo políticas sociales satisfactorias. Cuando tuvo momentos claves para ejecutar no lo hizo, alguna cosa bien, porque si sos el ministro de desarrollo social alguna medida importante tenés que tomar, ahora después no fue una buena gestión, y si Bartol no quiere tener presiones que se ponga un kiosco, y ahí tal vez no la pasa tan mal porque algún chocolate le van a comprar.

Habida cuenta de la gran consideración que tiene el presidente de la República por su gran apuesta política denominada Martin Lema; es un joven en la política que Lacalle quiere desarrollar, que accidentalmente quedo como presidente de la cámara de diputados, quizá no era el lugar para una persona impetuosa como Lema; y por eso ahora quiero comentar esto, esta semana Lema reapareció en las primeras planas después de estar con un perfil bajo en la cámara de diputados, y hubo gente de los medios cuestionando su nuevo cargo; pero hay cada uno con cargo en este gobierno, ¿por qué una persona que milito desde estudiante en CGU no puede llegar no? Yo siendo más chico y estando en la vereda de enfrente, Frezelmi, lo vi a Martín militar todos los días, rompiéndose el lomo, admirable de verdad, su avocación a la militancia, el dar una mano en donde CGU lo necesitase; y en medios de la TV criticaron su juventud y personalidad para estar al frente del MIDES. Ahora bien, o sos bueno o sos malo, no sos ni veterano, ni joven, ni mediano, entonces me pregunto ¿por qué no puede llegar una persona así a la política? Joven, impetuoso, listo para trabajar, no entiendo, ¿cuál es el delito por tomar un ministerio? ¿Trabajar? Después te puede gustar como lo hace, te puede no gustar, pero eso sería otra cuestión. Pero más allá de eso que es una cuestión de gustos, ¿por qué no podría ser ministro?

 

Empantanamiento y adelanto electoral por Camilo Márquez

El remplazo del ministro de Desarrollo Social Pablo Bartol por Martín Lema un hombre, como se suele decir, del riñón del presidente, ha provocado algo más que una tormenta en un vaso de agua. Bartol era considerado uno de los alfiles de Lacalle Pou para llevar adelante su proyecto a largo plazo de lo que dio en llamar “compromiso por el país” en la que el Mides cumplía un rol protagónico y Bartol llamado a desempeñar un papel clave.

Bartol recaló en uno de los lugares más importantes del gabinete precedido por su trabajo en el centro educativo Los Pinos, ubicado en el barrio Casavalle. Experiencia que el presidente pretendía trasladar a gran escala a todo el país bajo la batuta de quien fuera director del centro durante dos décadas. Bajo estas circunstancias, entonces, el remplazo por Lema no puede ser entendido más que como la confesión del fracaso de una línea hecha doctrina de que es posible superar la pobreza por medio de la, para usar el lenguaje en boga, “meritocracia”, la autoayuda y otros dislates. El extremo de esto fue la pretensión de que los indigentes practicaran yoga, suceso por el que Bartol será recordado por las próximas generaciones.

Lema ocupa en el esquema de gobierno un lugar especial. Forma parte del entorno más cercano al presidente. Si uno se deja llevar por los trascendidos siendo el de salud uno de los ministerios encabezados por Cabildo Abierto, Lema ostentaba el título de “ministro en las sombras”, algo no tan descabellado si se considera que el número dos de esta cartera crucial en plena pandemia es José Luis Satdjian, compinche de Lema y uno de los “comisarios políticos” del presidente que se ha caracterizado por colocar en las subsecretarías y direcciones generales a personal de su particular confianza, especialmente allí donde se vio obligado a ceder la cabeza de las carteras a sus aliados. Esta cofradía de jóvenes dirigentes proviene de la 404, según todos los comentaristas coinciden, el segmento del partido Nacional donde se va a dirimir la sucesión presidencial, o mejor dicho de donde saldrá el próximo candidato. En esta fila el numero 1 lo tiene Álvaro Delgado, aunque ya hay quien sostiene que Lema viene encarando una “disputa silenciosa pero intensa” con el prosecretario con la mira puesta en la máxima candidatura.

Los diversos análisis que circulan describen una mala relación entre el tridente que encabezaba el mides. Es una explicación superficial o interesada. La decisión de eyectar a Bartol está vinculada, por un lado, a la incapacidad creciente para hacer frente a los estragos producidos por la gestión capitalista de la pandemia que ha visto crecer las ollas populares, pero no sólo, también la pobreza y no menos la indigencia, algo que todo el mundo puede ver perfectamente. Esto último golpea especialmente en la línea de flotación del Mides y en definitiva del propio gobierno. Del otro lado a que se han adelantado los tiempos electorales como nunca antes. Por eso es necesario una “conducción política” del Mides.

“¿Querías pista? ¡A volar!”, la expresión es del editor jefe del Observador, interpretando lo que el presidente le habría dicho implícitamente a Lema con su nombramiento. La idea es significativa porque delata que la maquinaria del ministerio destinada a ser la panacea para combatir la pobreza está sencillamente al servicio de los apetitos del arribismo electoral de una camarilla. El despido del modelo de Casavalle por Twitter y en un primero de mayo, no solo es grosero como se ha subrayado, sino que manifiesta que los tiempos de la cortesía política son incompatibles con los de la crisis sanitaria, económica y social.

Por último, el encumbramiento de Lema pone al desnudo el creciente copamiento del gobierno por parte del Partido Nacional, lo que generara más tensión con sus socios y un escenario de disputa preelectoral más intenso.

Este sisma en la cumbre del gobierno provocó no menos reacciones en la principal fuerza de oposición. Quien funge como fiscal en lo que al Mides se trata, la diputada por el Partido Comunista Micaela Melgar, jerarca de segunda línea de esa cartera durante gobierno del FA, y muy crítica de Bartol, felicito en Twitter a Lema y le deseo “mucha suerte”. El episodio es valioso porque Lema no es un desconocido y es correcto decir que en cuanto a aptitud está por detrás de su predecesor. El agasajo de Melgar, evidencia el pasaje a un estado más acabado de colaboracionismo político con los multi-derechistas y en particular una muestra obscena de cooperación para con un gobierno que ha hecho del hambremiento social un designio. El hecho solo confirma que el FA es una nave sin rumbo, que en la crisis actual solo puede aportar confusión y desorganización.

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