Con la declaración del fin de la emergencia sanitaria, se han comenzado a estudiar el impacto que ésta tuvo en los habitantes en las distintas regiones del mundo. En Uruguay, una de las secuelas que se han observado en algunos sectores de la población es el aumento de la desconfianza hacia las fuentes tradicionales de información y hacia algunas figuras de referencia. Según Maslow (1943), el ser humano tiene una serie de necesidades básicas escalonadas que deben cumplirse para que las personas puedan desarrollarse exitosamente. En esta escala las primeras necesidades básicas son las fisiológicas y la segunda es la seguridad, que implica, tanto seguridad física como psicológica. En este sentido, las personas cuentan con una serie de creencias centrales que actúan como un lente a través del cual se interpreta y se da sentido a los acontecimientos cotidianos. Una de las creencias más estudiadas es la creencia del mundo justo en la que se plantea que las personas “necesitan creer que el mundo es un lugar justo para enfrentar su ambiente físico y social como algo ordenado y controlado” (Zubieta & Barreiro, 2006, 175). La realidad de la pandemia, con la pérdida de millones de inocentes ha erosionado los fundamentos de esta creencia, y cuando las creencias son puestas en duda, se genera un desequilibrio del aparato psicológico que busca retornar a un equilibrio mediante la reformulación de esas creencias centrales.
La incertidumbre generada en la pandemia se potenció como consecuencia de la ambigüedad y contradicciones que presentaron los referentes de salud a nivel mundial y del aumento del uso de las redes sociales con su constante flujo de información, correcta e incorrecta. Un ejemplo claro de este desconcierto ha sido la mayor adhesión a las teorías conspirativas que adjudican, por ejemplo, la familia Rothschild y Soros, intenciones política-económicas a la propagación del virus y a la posterior vacunación. En cuanto a su contenido, estas teorías son de mayor apelación a la emoción, apuntan a una pertenencia a la comunidad y son de fácil comprensión dado que están claramente delimitados quienes son los buenos y los malos y brinda seguridad en momentos de incertidumbre económico-social porque no deja lugar para las ambigüedades y constituyen un caldo de cultivo para la aparición de figuras carismáticas que, mediante la manipulación emocional buscan sacar provecho personal del desconcierto general (Germani & Biller-Adorno, 2021).
Todavía no se está en condiciones para hacer una evaluación global del impacto de la pandemia, pero lo que queda claro es que las consecuencias psicológico-sociales recién están en sus etapas iniciales y, al igual que en la psicología clínica, la incertidumbre y ansiedad se superan mediante el reconocimiento del estado, el pensamiento crítico y el enfocarse en las certezas de la vida cotidiana y no de la mano de figuras mesiánicas que poco contenido aportan.
Bibliografía:
- Germani F, Biller-Andorno N (2021) The anti-vaccination infodemic on social media: A behavioral analysis. PLoS ONE, 16(3): http://doi.org/10.1371/journal.pone.0247642
- Maslow, A. H. (1943). A theory of human motivation. Psychological Review, 50 (1), 370-396.
- Zubieta, E. & Barreiro, A. (2006). Percepción social y creencia en el mundo justo Un estudio con estudiantes argentinos. Revista de Psicología, 24 (2),175-196.
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