La esposa (The Wife), Gran Bretaña/Suecia 2017. Dirección: Björn Runge. Libreto: Jane Anderson basada en novela de Meg Wolitzer. Con: Glenn Close, Jonathan Pryce, Christian Slater, Max Irons. Estreno: 30.08.2018. Calificación: Buena.
La esposa del título es Joan, casada con el famoso Joe Castleman, flamante ganador del Premio Nobel de Literatura. Al hombre el galardón le importa más que cualquier otra cosa, incluidos sus ocasionales devaneos amorosos extramaritales. Para la mujer en cambio ese Nobel significa el despertar de una fuerte crisis identitaria, provocada por un caos de conciencia combinado con una inesperada dosis de resentimiento. El viaje a Estocolmo que hará junto al marido y su hijo para recibir el galardón revelará el motivo de ese rencor, ya que el director Björn Runge ambienta la acción en los años 90 pero de a ratos nos lleva a 1958, en flashbacks que dan más profundidad al personaje femenino en su juventud. En ese pasado se descubrirán algunas cosas que no conviene revelar al lector, pero que demuestran que esa mujer era excepcional y muy inteligente.
El suspenso del asunto radica en saber qué sucedió para que una joven independiente termine convertida en esta mujer abnegada y devota, a la sombra de su mediático marido. Y aunque sea Joe quien parezca conducir el asunto, es realmente Joan quien toma las riendas del film, porque Glenn Close da aquí una de las mejores labores de su ya memorable carrera. Hay que ver con suma atención su poderosa y a la vez contenida actuación, para fijar en la retina el aleteo de una súbita mirada furtiva o el manejo del silencio (apoyado en una boca de labios herméticos y apretados), para ir descubriendo la verdad hasta llegar al explosivo final. El excelente Jonathan Pryce es su contracara, un extrovertido que vive del -y para- el elogio de la gente. Increíblemente, dos labores tan contrastantes logran hallar una conexión perfecta gracias a una química imbatible.
Otro punto a favor de La esposa es que no victimiza al personaje femenino. Está claro que la veterana de hoy es el típico producto de la joven sojuzgada de los años 50 y 60, pero el film muestra también el contexto necesario para entender la responsabilidad que ella misma tuvo sobre su vida y la de su marido. La película sorprende, porque su arco narrativo resulta profundo y complejo, al punto que un drama de pareja al final termina convertido en una historia con tintes de suspenso. Ese viraje está realizado con emoción e inteligencia, lo mismo que la labor de su inmensa actriz y su estupendo compañero.
12 VECES GLENN CLOSE, ACTRIZ MAYÚSCULA.
El mundo según Garp (1982): Primera sorprendente aparición en cine como madre del atribulado Robin Williams, quien era sólo cuatro años menor que ella. De entrada Glenn demostró su talento y obtuvo la primera de sus seis fracasadas nominaciones al Oscar.
The Real Thing (1984): En esta obra teatral es una actriz que lucha por librar de la prisión a un soldado, acusado de quemar un Memorial en un acto de protesta. Ganó su primer Tony, el máximo premio teatral estadounidense.
Atracción fatal (1987): Mediocre aunque muy vistoso film de suspenso. La catapultó al definitivo estrellato mundial. Como amante psicopática estaba formidable, pero perdió el Oscar frente a Cher, para enojo de los buenos cinéfilos.
Relaciones peligrosas (1988): Otro enorme tour de force sobre novela de Choderlos de Laclos. La escena final, desmaquillándose envejecida frente al espejo, es para la mejor antología. Volvió a perder el Oscar, en un nuevo disparate académico.
Hamlet (1990): Versión demasiado freudiana de la tragedia, donde fue una sensacional reina Gertrudis, al lado del imposible Mel Gibson y los adecuados Alan Bates (el rey), Paul Scofield (el fantasma) y Helena Bonham Carter (Ofelia).
Encuentro con Venus (1991): Aquí era una diva operística bastante insoportable, que se enamoraba del talentoso director de orquesta, en medio de descalabros escénicos y problemas sindicales. Por este rol obtuvo el premio en el Festival de Venecia.
La muerte y la doncella (1992): Versión teatral sobre una mujer que cree reconocer a su antiguo torturador de los años de dictadura. La obra fracasó en Broadway pero Glenn conquistó su segundo Tony. Luego Polanski la llevó al cine, con Sigourney Weaver.
Sunset Boulevard (1994): Tercer Tony para Glenn, convertida para la versión musical de “El ocaso de una vida” en la Norma Desmond que inmortalizara Gloria Swanson en el cine. El despliegue dramático y lírico de Glenn fue impactante para las plateas.
101 dálmatas (1996): Si la actriz quería probar que podía hacer cualquier cosa, aquí lo logró: dio vida a Cruella De Vil y nos hizo olvidar por un rato de la animación de Disney. Tuvo tanto éxito que en 2000 repitió el personaje y volvió a lucirse.
El león en invierno (2003): Adaptación para TV de la obra teatral que en cine habían inmortalizado Katharine Hepburn y Peter O’Toole. Como Leonor de Aquitania, Glenn volvió a lucir su contenida intensidad, y ganó el Globo de Oro.
Damages (2007-2009): Serie de TV muy exitosa, con Glenn como implacable abogada experta en litigar contra dirigentes de grandes multinacionales. Por este papel ganó dos Emmy y un Globo de Oro.
El secreto de Albert Nobbs (2011): Glenn es una irlandesa del siglo 19 disfrazada de hombre para poder trabajar y vivir, finalmente atrapada en la prisión en que se convierte su propio personaje. Nueva nominación al Oscar y nueva derrota.
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