A partir de este jueves 21 se estrena en varias salas de Montevideo y el interior el documental “La intención del colibrí”, que marca el debut como director de Sergio De León. Ésta es una historia de amor entre un hombre vivo y un hombre muerto, dos personas libres, que se acompaña además con la música de Sylvia Meyer.
“¿Cuánto tiempo se puede esconder algo? Juan intenta rescatar a Ulises del olvido mostrando sus últimas pinturas: ‘Imágenes de lo (mi) escondido’, una obra que ha permanecido dividida y oculta bajo llave y bajo tabú durante 20 años. Ésta es una historia de amor entre un hombre vivo y un hombre muerto, dos personas libres que en los años 90 me enseñaron sobre la mirada que descubre y la mirada que condena” dice el cineasta De León. “La intención del Colibrí” es su debut como director. En los últimos 20 años ha trabajado como asistente de dirección en películas como “El empleado y el patrón”, “Las vacaciones de Hilda”, “El motoarrebatador”, “Las toninas van al este”, “Los enemigos del dolor”, “Mr. Kaplan”, “Mal día para pescar” o “En la puta vida”. De León también se desempeñó como jefe de producción y productor ejecutivo en filmes como “El baño de papa” o “Artigas la Redota”; y como docente en la Escuela de Cine del Uruguay, en la Escuela de Cine y TV de San Antonio de los Baños (Cuba) o en la Licenciatura en Lenguajes y Medios Audiovisuales de la Universidad de la República, donde trabaja en la actualidad. En 2019 fue reconocido por la Asociación de Críticos de Cine del Uruguay con el Premio a la Trayectoria, destacando el punto de inflexión que supuso en su carrera dar el paso a la dirección con “La intención del Colibrí”.
¿Cómo surge la idea de “La intención del colibrí”?
La película surgió apartir de un sueño. 20 años después de la muerte de Ulises una noche sueño con él, en el sueño me pide que muestre su obra y que vaya a visitar a Juan, su viudo. Me pareció que la mejor forma en la que podía mostrar la obra de Ulises, era haciendo un documental. Fui a ver a Juan y le propuse comenzar a filmar.
¿En qué momento de tu carrera sentís que te encuentra este trabajo?
He hecho un recorrido que tiene que ver con la asistencia de dirección y la producción en películas de ficción durante 20 años. Siento que esta película es una película por encargo. Es como si Ulises me hubiera puesto a dirigir a partir de aquel sueño. Estoy en un momento de gran aprecio por el cine documental.
¿Cómo fue el proceso de realización?
El principal desafío que tuve era el hecho de que solo podía filmar el presente y aquello que se ve, lo que tenía delante de mí, pero la película requería también de filmar lo intangible: Ulises en ausencia, un sueño y un pensamiento interior. Otra instancia del proceso fue decidir formar parte del espacio fílmico con mi presencia y mi voz en off. Llevar este relato en primera persona. Fue muy importante ir editando al mismo tiempo que iba filmando. En ese proceso entendí que lo más importante era captar una sensibilidad, la sensibilidad de un artista. Fue hermoso descubrir lo bien que dialogaban las canciones de Sylvia Meyer con la obra de Ulises y contar con la generosidad de Sylvia para poder incluirlas.
¿Cómo se fue dando el entramado entre testimonios, las obras y las grabaciones antiguas?
Esta película es una película que fuimos encontrando en el montaje junto a Lucía Casal y Magdalena Schinca en un proceso que llevó mucho tiempo. La estructura está dada por un trabajo de edición que plantea la multiplicidad y no respeta necesariamente el devenir cronológico de las líneas argumentales. El montaje busca generar un tiempo espacio donde cabe el pasado y el presente, lo real, lo onírico y lo imaginario alternadamente.
¿El mantener el equilibrio entre las obras y las personas te supuso un desafío adicional?
El desafío siempre está en combinar la información con la emoción. Me interesaba más dejar a los espectadores con ganas de conocer la obra de Ulises que de mostrarla a modo de catálogo. Evité al máximo el formato de entrevista a la hora de contar con el testimonio de los personajes.
¿Sentís que el documental logra hacer su aporte, en alguna dirección, respecto a “cuánto tiempo se puede esconder algo”?
Creo que el documental no responde a la pregunta con exactitud, pero si deja la sensación de que las cosas son bien difíciles de esconder para siempre.
En términos generales, ¿cómo ves el panorama de los trabajos documentales?
Veo una gran diversidad y experimentación creativa. Los últimos premios a mejores películas en el Festival Detour han sido a películas documentales. La emoción en el cine nacional hoy está en el cine documental.
Salas en Montevideo
Cinemateca- a partir del 21/10
Sala B Auditorio Nelly Goitiño- a partir del 21/10
Centro Cultural Florencio Sánchez – 21/10, 20hs. Única función. Entrada libre
Centro Cultural Julia Arévalo- 29/10. Única función. Entrada libre
Centro Cultural Alba Roballo- 30/10. Única función. Entrada libre
Salas en otros departamentos
1 de noviembre – CineVision Fray Bentos (Río Negro). Única función
5 de noviembre- Aula Magna Universidad de la República (Salto). Única función
10 de noviembre – Sala Politeama (Canelones). Única función
13 de noviembre – Cine Miramar (Piriápolis) (doble función).
Fecha a definir: Cineclub Carmelo (Colonia). Única función
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