Tres condecoraciones a tiempo por Pablo Galante

Decía Washington Benavides, en un corredor de la facultad de Humanidades, minutos antes de empezar uno de sus seminarios: “La Cultura es una carrera de postas”. En ese momento, recordé la imagen legendaria de los juegos olímpicos griegos: los atletas corriendo y pasándose la antorcha. Es que se trata de la palabra legado, un legado en permanente realización. La Cultura es mucho más que Educación. La psiquiatra francesa Françoise Sironi en su libro Psicopatología De La Violencia Colectiva-ensayo de psicología geopolítica clínica, editado en 2008, dice: “ la cultura sirve precisamente para otorgar seguridad mediante la fabricación de previsibilidad compartida .La desaparición de esta realidad compleja que constituye la presencia del grupo en el individuo y el ataque mortal contra los vínculos sociales, culturales, familiares, territoriales, religiosos, políticos o sexuales, suele provocar la interiorización del terror, de la alucinación, de la obediencia… de la revuelta”. Muchas veces los portadores de este legado, son homenajeados luego de su desaparición física. De manera tal, que los redentores buitres carroñeros, avaros y ambiciosos, se aprovechan de lo que sus espíritus dejaron. No hay nada como los homenajes en vida. Esa bienvenida iniciativa será apreciada este viernes 16 de diciembre a las 12 horas en el Palacio Taranco, cuando el Ministerio de Educación y Cultura, entregue tres medallas Delmira Agustini, a tres corredores de fondo culturales, destacados y talentosos en tres áreas artísticas. Ellos son Roberto Jones (Montevideo 1942), Graciela Figueroa (1944 Montevideo) y Elvio E. Gandolfo (1947 Mendoza, Argentina).

El primero, es uno de los mejores exponentes del Teatro Nacional. Actor y director de innumerables obras en la escena local, teatral y televisiva y del que hace poco se publicó una biografía escrita por
Fernanda Muslera, editada por Planeta que fue reseñada por el colega de Voces, Mauricio Rodríguez en un número anterior de este semanario. Este Ciudadano Ilustre De La Ciudad De Montevideo, desde 2010, se retiró del escenario, al menos actoral, en 2008, interpretando a Jorge Luis Borges en la genial obra La Memoria de Borges, escrita por Hugo Burel, dirigida por Álvaro Ahunchain. Jones, había conocido al mismísimo Borges, trabajando como actor, en la producción de la televisión británica BBC, denominada Borges El Mismo. También trabajó para la Televisión Española en la serie Curro Jiménez y en Colombia, Paraguay y Venezuela. Durante un período de 8 años (1987-1994) integró el elenco teatral estable Comedia Nacional. Actuó en producciones de Canal 12 de Uruguay, interpretando adaptaciones de cuentos de Horacio Quiroga, siendo dirigido por el actor, director, dramaturgo y novelista Sergio Otermin.

La segunda medalla, es para la bailarina, coreógrafa, actriz, docente y terapeuta, Graciela Figueroa, de fecunda trayectoria en el mundo de la danza de este país. Creadora y coordinadora del Espacio de Desarrollo Armónico, un espacio para la realización espiritual y física de aquellos uruguayos interesados en la danza y en la expresión corporal. Cursó estudios en el el Conservatorio y Academia Juilliard de Nueva York, EEUU. Recibió una Beca Guggenheim en Artes, América Latina y Caribe y otra beca, la reconocida Fullbright. Es también creadora del Espacio Movimiento Río Abierto de España y de otro grupo en Colombia. Es presidenta de la Fundación Para La Paz Graciela Figueroa. Forma parte de la dirección de Río Abierto Internacional, con sede en diferentes países de este mundo. Fue fundadora del legendario grupo de teatro y performance Teatro Uno, junto a Alberto Restuccia y Luis Cerminara. Ha recibido las distinciones Patrimonio Cultural Vivo, entregada por el Teatro Solís y el título de Ciudadana Ilustre de la Ciudad de Montevideo.

La última medalla es para el narrador, poeta, crítico literario y cinematográfico, Elvio E. Gandolfo, que, aunque de nacimiento en la vecina orilla, es uruguayo por adopción propia. Nació en San Rafael, Mendoza en 1947: Aún niño, sus padres se radicaron en Rosario, ciudad a la que representa y homenajea en más de una decena de libros y en especial en Real en El Rosedal, uno de sus títulos. Crítico de cine en el semanario Jaque, crítico literario en Punto Y Aparte, coordinador junto a Homero Alsina Thevenet del suplemento El País Cultural , cuenta que viajó por primera vez a Montevideo con la excusa de poder encontrar y leer los libros de Juan José Morosoli , cosa que hizo, luego de unos comentarios, que, sobre este narrador, le hizo el también escritor argentino Haroldo Conti, uno de los tantos desaparecidos de la última dictadura argentina. Luego, se trasladó a Piriápolis donde vivió un gran período de su vida. Fue guionista de historietas y coordinó un número especial de la revista El Dedo, dedicada a las mismas.

Todos estos condecorados han hecho Historia, como proactivos y autogestionadores de la cultura: la docencia de Roberto Jones y Graciela Figueroa, el estímulo crítico a los creadores literarios por parte de Elvio E. Gandolfo. En este tiempo que el país vive, con tristes enfrentamientos y pocos consensos en materia educativa, distinguir a estos luchadores por la cultura, enteramente jugados por amor al mismísimo arte, que es intransferible y personal, en sus infatigables ocupaciones diarias, es, al menos, un oasis de conciencia intelectual en medio de tanto desierto, es al menos, un signo, un asterisco de atención en el libro de la vida de todos. Acercarse a la obra de estos creadores, es un acto de reconocimiento y conocimiento de su legado. Un homenaje a tiempo.

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