Aunque el frío queme, aunque el miedo muerda,
aunque el sol se esconda y se calle el viento.
Seguimos acá. No nos rendimos. No nos rendimos.
Estamos acá y hoy más que nunca tengo muy claro lo que significa este espacio para la historia de todos los uruguayos, para la historia de Montevideo, particularmente, para la historia de nuestro Frente Amplio. La vida me dio la suerte de poder estar acá en aquel febrero del año 90, acá en Lafone cuando el compañero Tabaré Vázquez se instalaba en el gobierno de Montevideo con aquellas utopías y nos hablaba del boleto, y de cómo se podía hacer mejor y que se hizo realidad gracias a nuestro Frente Amplio.
Tengo muy claro lo que significa este lugar, por eso de nuevo, gracias Tabaré, gracias. Sé que desde algún lugar nos estarás viendo y te darás cuenta que tenías mucha razón y que el abrazo nuestro es mucho más grande. Gracias, gracias General Seregni por hacernos entender una vez y otra vez el valor de nuestro Frente Amplio, gracias Mariano, gracias Mariano Arana, por poner en valor la urbanización del territorio que tanto bien nos hizo. Gracias compañero Danilo porque pusiste bien en alto la responsabilidad de gestionar un gobierno. Gracias querido Marcos por habernos enseñado tanto. Gracias Marcos Carámbula por estar acá.
Gracias Lucía. Por esa llamada a tiempo, por ese consejo y recomendación justa en los momentos en los que más los precisaba. Por supuesto, por supuesto, al militante de todas las horas, a ese que nos pidió que tomáramos las banderas, que no se quedó, que siguiéramos militando y que nos superáramos incluso, que nos vamos a superar. Pepe querido gracias por militar todos los días. Gracias por dejar tan en alto el valor el valor del Uruguay. Gracias por dejar tan en alto lo que significa para el uruguayo la humildad, la austeridad y esa vocación republicana de quien tanto aprendimos. Gracias a mi Frente Amplio, gracias Fernando por estar acá. Y por supuesto gracias a mi familia, Laura, mis hijos, a mi hermana, en fin.
Y para el final de los agradecimientos, quiero agradecerle a Catalina, una cosa maravillosa que dibujó esta banderita que me va a acompañar hasta el triunfo final de nuestro Frente Amplio. Catalina es del barrio COFRESA de Las Piedras, no podía fallar por supuesto.
Ayer escuchamos todos, la descripción de la situación de un país que confieso que no conozco. Nos estaban hablando de otra realidad. El país real es otro. Recomiendo en cada comité y en cada movida que si queremos conocer el país real le preguntemos a las maestras, a los médicos que están en la policlínica, preguntémosle cuál es el país real. El país que recorremos, el país real es ese en el que infancia y pobreza parecen sinónimos.
El país real es ese que el que se levanta todos los días a trabajar para parar la olla, para educar a sus hijos cada vez más cuando llega a fin de mes ve que le alcanza menos. El país real es ese en el que la gente tiene miedo de salir a la calle porque andá a saber con lo que se va a encontrar, o que incluso en las noches el sonido que acompaña el descanso es el de la balacera que andá a saber qué es lo que está pasando en ese barrio.
El país real es ese del que nos habla todo el mundo, de que en el barrio anda el narco o en el que en la familia se acerca uno que nos dice que un hijo se le fue, que se entregó a la adicción y que no tienen a nadie que les de una mano porque la terapia es muy cara y no sé donde anda y perdemos mucha gente por el camino, gurisada joven.
El país real es ese que uno no precisa mucho esfuerzo para darnos cuenta que hay mucha más desigualdad, es ese en el que hoy ya son casi 3000 los que duermen en la calle y que subió un 57% desde el año 19 para acá, el país real es ese en el que los 500 mil ciudadanos compatriotas que andan apenas por arriba de los 20 mil pesos, por las calles se está viendo la desigualdad. Todos sabemos lo que implica para una madre jefa de hogar tener que salir a trabajar y resolver con quien deja a los gurises o quien cuida a su padre. Todos sabemos lo que significa y lo que cuesta conseguir un horario con especialista fundamentalmente en ASSE pero no solo en ASSE, todos sabemos lo que cuesta conseguir los medicamentos, ese es nuestro país real.
El país en el que uno recorre y ve es aquel en el que mientras la mayoría o mucha gente está quedando rezagada, una pequeña minoría se enriquece cada vez más. Compañeros y compañeras sepamos además que tenemos la obligación desde esa desigualdad, desde ese país más desigual, de construir una nueva esperanza y el Uruguay vaya si lo ha sabido construir. Permítanme navegar por nuestra historia.
Recordemos.
Principios del siglo XX desde allá desde el Norte rural donde la modernización había hecho estragos, un caudillo decía la patria es dignidad arriba y regocijo abajo. Y ahí se alzaron los paisanos en armas diciendo “aire libre y carne gorda”, ¿Qué era eso? era la desigualdad y la pobreza en el medio rural. De esa desigualdad fue surgiendo un Uruguay distinto, pero además en el puerto acá en Montevideo llegaban los barcos con trabajadores anarcos que terminaban amontonados viviendo hacinados, trabajando 12 y 16 horas en los conventillos y que fueron presionando al gobierno de la época para que los acompañaran en la obtención de nuevos derechos y de ahí nace ese Uruguay Batllista. De un Uruguay tan desigual surge una esperanza que nos colocó en el mundo, en la vanguardia, un país no digo desarrollado pero que sí era diferente al resto de América. Donde la desigualdad también apareció con mucha más fuerza, con gente desocupada, una crisis tremenda. De ese Uruguay de los años 30 aparece después una movilización social y las fuerzas políticas de la época, aparece pujante para construir aquel Uruguay de las chimeneas, aquel Uruguay del Maracaná del que tanto hablamos pero más acá también tuvimos tiempo donde la desigualdad se agravó, en la década del 60 las dictaduras, y también pasó que mucha gente vio rebajar su salario y de la crisis oscura de la dictadura surgió el PITCNT, surgió el Frente Amplio con mucha más fuerza, surgieron las fuerzas políticas del Obelisco y fuimos capaces de construir una democracia que dura hasta hoy.
Y ahí surgió la construcción del Frente Amplio y después fuimos gobierno por tres períodos seguidos donde fuimos capaces de una computadora por niño, y fuimos capaces de una matriz energética, fuimos capaces de disminuir la pobreza y la indigencia, fuimos capaces de construir un Uruguay más justo y eso surgió de la lucha de las fuerzas sociales de nuestro Frente Amplio y de toda la población que nos dio su confianza, su esperanza. Esperanza que tenemos que recuperar y volver a construir.
Se pudo, se puede y permítanme hacer una alusión –no puedo dejar de hacerla- al departamento de Canelones que allá en el 2004 era un departamento que a nadie le merecía confianza- aquel Canelones donde era poco menos que vergonzante hablar de las instituciones, 60 batallas nos dijo Marcos que eran pagar 60 veces los sueldos porque no sabíamos si podíamos hacerlo.
El déficit no era solo económico, de servicios, todo el mundo sigue hablando de lo que eran aquellos pozos y se acuerdan cuando llovían tres gotas y la gente andaba en bote en ciudad de la costa. No éramos creíbles para nada, recuperamos de a poco la confianza de la ciudadanía y fuimos capaces de recuperar una esperanza en un departamento donde te dicen que es muy difícil, que es muy complejo gobernar. Pero con la confianza de nuestra gente, la esperanza es posible de fortalecer.
Y lo fuimos logrando. Aquel departamento donde en algún momento nos imaginamos que la gente podía llegar quizás a clasificar o a darle valor a los residuos en su propia casa y nos fuimos adelantando, aquel departamento donde no solo teníamos que pavimentar, sino que además en algunas ciudades no tenían arreglo cuando llovía y había que resolver el tema de los drenajes y bastante más importante que pavimento, aquel departamento donde no había una inversión, nadie se animaba y hoy ustedes ven lo que son los corredores industriales, los corredores logísticos, lo que se desarrolló la costa. Fuimos capaces de construir una esperanza a partir de la confianza de la gente. A partir de la presión de nuestra gente que nos pedía desde los municipios, desde cada rincón del departamento que Canelones tenía que ser un lugar lindo para vivir, trabajar y disfrutar. Y lo hicimos.
Once mil focos teníamos, hoy andamos por los noventa mil, las canchitas de fútbol infantil había que iluminarlas todas y lo logramos, logramos que todos los clubes de fútbol infantiles pudieran extender su actividad hasta las 9, las 10 de la noche con la luz que pusimos. Es un lugar de interacción social.
Toda la actividad cultural del departamento. Dejemos que florezcan las flores, es capaz de crear, defendamos a nuestros artistas, defendamos a nuestros creadores, gracias Luana, gracias Ana Prada, defendamos el teatro independiente, defendamos El Galpón, entendamos el valor de la cultura, de nuestros creadores, eso también lo estamos haciendo, lo hicimos en Canelones y lo vamos a seguir haciendo. Se pudo en Canelones y en el Uruguay se puede.
¿Cuál es el país que queremos, cuál es el país que soñamos? El país que soñamos, por ejemplo, es aquel que blinde de una vez por todas, la infancia y la adolescencia. Eso es imperioso, es urgente. Hay que fortalecer el plan CAIF pero también (…) hay que hacer un seguimiento en las familias, hay que promover las escuelas de tiempo completo, y por lo tanto hay que generar más gente que se enamore de la educación, precisamos más maestras, más profesores porque el país que soñamos, el país que queremos también necesita un nuevo pacto educativo, un acuerdo, que nos permita mirar hacia adelante y teniendo como protagonistas a los verdaderos actores de la educación que son los maestros y los docentes. Jamás los podemos dejar de lado, jamás. ¿a quién se le ocurriría hacer puentes sin llamar a los ingenieros? La educación precisa que los protagonistas centrales. El país que soñamos, el país que queremos es aquel que encare una segunda fase, una segunda parte de nuestro sistema nacional integrado de salud porque la salud necesita ya una nueva intervención del sistema que nos permita visualizar hacia adelante y que no se nos caigan las mutualistas y que ASSE se dignifique y que vuelva a ser lo que fue. Gracias Marcos.
El país que soñamos, el país que queremos es el que vincule fuertemente el desarrollo profesional a la ciencia, a la innovación y a la tecnología y ahí tenemos por ejemplo las Tics que no son solo un producto de exportación y software es una herramienta ineludible para modernizar el Estado, incluso es una linda forma de promover la educación de nuestros gurises en una nueva área que se tiene que democratizar. Por ejemplo, las ciencias de la vida o la bioeconomía como se llama, ya lo vimos en la pandemia, el valor que tenían nuestros científicos o por ejemplo lo que fue la trazabilidad del ganado, por poner algunos ejemplos.
La ciencia y la tecnología tienen que ser actores fundamentales y la innovación por supuesto en el nuevo desarrollo de nuestro país, no podemos quedarnos.
El país que queremos, el país que soñamos es el que tiene que producir más y mejor teniendo en cuenta lo que se nos viene con el cambio climático y por eso tenemos que por una vez por todas apuntar y resolver el recurso del agua y fomentar el riego fundamentalmente para que los pequeños y grandes productores no puedan quedar tirados o no queden tirados después de la sequía.
Tenemos que cambiar y pensar en grande, porque no solo podemos producir más sino que además podemos hacer que nuestra gente se quede en el campo, que es lo que queremos.
Ni hablar del poder que tiene en el tema de la producción el desarrollo de la logística, tenemos que soñar con que ese ferrocarril que llega hasta el centro del país, llegue hasta la frontera, y llegue hasta el Este y podamos ahí vincular la producción nacional toda a una nueva logística. Tenemos que mirar hacia adelante con optimismo.
El país que soñamos precisa seriedad en la economía, y te agradezco Mario Bergara por todo lo que hiciste por Canelones y por todos los departamentos. Gracias de verdad. Porque a Mario le golpeamos la puerta más de una vez para que le encontrara la vuelta. Para resolver esas cosas y hoy Canelones, por ejemplo, gracias a algunos consejos y a la puntería de Danilo, de Álvaro y de Mario, fuimos un departamento donde por ejemplo tiene un crédito internacional del Banco de Desarrollo de la CAF que otorga el primer crédito que otorga en toda América Latina a un gobierno subnacional. Eso lo fuimos haciendo de a poco y gracias a la colaboración de todos los compañeros.
El país que soñamos, tiene que ser aquel que se considere que la seguridad es un derecho humano, y por lo tanto no es un tema solo de seguridad sino además de acceso y democratización a la Justicia. No es solo un tema del Ministerio del Interior, y vaya que tenemos que apoyarlo, fortalecerlo y profesionalizarlo, la labor del policía o por ejemplo que tanto nos sirvió en Canelones la policía comunitaria.
También tenemos que darles recursos al Poder Judicial, también tenemos que defender la autonomía técnica de la Fiscalía y ojo no meternos desde la política a tratar de empujar las cosas para lo que nos conviene, porque en este país como no puede ser de otra manera “el que las hace las paga” venga de donde venga. Pero no es solo haciendo más cárceles, teniendo más plazas que resolvemos, tenemos que saber bien que lo que queremos hacer.
Hay que trabajar fuertemente para una articulación de toda la sociedad para que podamos resolver en el territorio los problemas que empujan.
No puede ser que hoy estemos hablando de los problemas de la infancia porque los gurises cuando escuchan un tiroteo se meten debajo de los bancos.
Eso implica junto con las otras políticas anteriores y por esas otras políticas anteriores de crecimiento, de desarrollo, de blindar la infancia, de mejor salud, implica enfoques territoriales potentes, nuestra gente no puede tener soluciones de políticas como un Estado descuartizado. Nuestra gente precisa políticas donde el territorio sea el centro de atención y para eso tuvimos el ejemplo del Pan 7 zonas.
Capaz que hay que reestructurarlos y pensarlos de nuevo, llegar a los barrios con la ANEP, con el INAU, con la Policía, con las intendencias, con las policlínicas, eso también es trabajar por la seguridad, por la convivencia. Eso implica políticas integradas porque estamos sin duda ante una situación muy compleja que de forma separadas el Estado no las va a poder resolver. Y tenemos potencialidades, tenemos ventajas, tenemos una acumulación en este país que nos permite soñar con ese Uruguay que queremos.
En algún momento nos imaginamos e incluso se instaló aquello de Uruguay Natural, y está bien hay que redimensionarlo, hay que pensar en un país que articule mejor o que se lleve bastante mejor con el medio ambiente pero también tenemos que pensar en el Uruguay Productivo, en un Uruguay más Solidario. Hay que pensar en un Uruguay inteligente donde el conocimiento es fundamental para el desarrollo de nuestro país.
Hay que pensar en un Uruguay Seguro. Hay que pensar en un lugar integrado a la región y al mundo no sacando pecho y haciéndonos como que somos unos cracks, sino pensando bien cómo podemos articular mejor con nuestros vecinos y fundamentalmente con Lula que ha puesto a Latinoamérica de nuevo en ese lugar que nunca debió abandonar.
Pero hay algo más, esa construcción, esos Uruguay que incluso podemos pensar hasta en un Uruguay Digital, aprovechando la fuerza que tenemos.
Ese Uruguay que tenemos que construir no será posible construirlo o levantarlo si no tenemos claro el rol de la ética en el ejercicio de gobierno. ¿De qué estamos hablando? La ética en la gestión, en el ejercicio de gobierno implica no gobernar para unos pocos sino gobernar para la mayoría, gobernar para todos. La ética en el ejercicio de gobierno significa no aflojar ante la corrupción jamás y no mostrar dudas ante la corrupción, la ética es cuidar la plata de la gente y tener mucho cuidado cómo la utilizamos, la ética es abandonar la indiferencia y la frivolidad que muchas veces vemos porque la política y el gobierno no es una cuestión de marketing, no puede serlo, y menos aún ser un tema donde la farándula se mete y opina. Cuidado con la frivolidad. La política es algo muy sagrado y el ejercicio de gobierno también, la ética implica ser transparente, es cuando estemos en el gobierno que no tengamos nada que ocultar, ni dejar la sospecha de que hay una parte de la verdad que no la estamos diciendo y esperemos a ver qué se resuelve, porque no hay un Uruguay que soñamos si no nos gobierna la decencia compañeros y compañeras.
Hay algo que no podemos dejar escapar y es que tenemos que votar bien, tenemos que ganar en octubre, nada puede distraernos de ese objetivo fundamental que es hacer de esta fila india una fila cada vez más larga, que es enamorar a nuestros compañeros y compañeras para que salgan a trillar y a convencer más pueblos porque sabemos bien que solo con nuestra fuerza quizás lo logremos. Ustedes saben cómo hacer estas cosas, saben cómo hablarles a los vecinos y vecinas, tenemos que ser capaces, sin ofender, sin atacar de tender la mano a nuestros vecinos que están decepcionados, que de repente tienen problemas de soledad, que ya no creen en la política, de que es una buena oportunidad que nos vuelvan a tender una mano y eso empieza ahora y tenemos que votar muy bien en junio porque si no somos la primera fuerza en junio la señal que damos no es la mejor. A no aflojar compañeros y compañeras en esa tarea de enamorar de nuevo a nuestro pueblo con una nueva esperanza. Ustedes saben hacerlo. Esto es de a poco, con amplitud, con generosidad, esto es ya, esto es ahora, porque nada puede distraernos de ese objetivo fundamental.
Porque tenemos que ganar en octubre, y tenemos que ganar en octubre porque queremos gobernar y queremos gobernar porque queremos cambiar los destinos de este país. No es ganar por ganar, sino es porque tenemos claro que hay cosas que no pueden seguir, que no podemos seguir dependiendo del discurso ese que nos habla de un país que no existe, donde nada anda mal, donde todo marcha fenómeno y sin embargo, mirás para el costado y hay cosas que se caen a pedazos.
Tenemos que ganar no para vengarnos, ni cobrarnos nada, tenemos que ganar para volver a hacer lo que siempre supimos, estar del lado del pueblo y con el pueblo tener las orejas bien abiertas y la cabeza muy bien abierta.
Porque no queremos tampoco gobernar para solo una mitad del país, tenemos que gobernar para todos y todas de este país. Queremos gobernar para la gente. Queremos gobernar con los que sueñan un país mejor, queremos gobernar con ustedes. Queremos gobernar con nuestra gente y por nuestra gente.
Porque la vida, la vida es esa espiga que florece sin más entre los cardos y te pide solta la primavera y nos espera al final de cada día compañeros y compañeras con un cálido abrazo. Cuento con ustedes, cuenten conmigo. Gracias, gracias
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