En los últimos días se han venido sucediendo en nuestro país una serie de manifestaciones que expresan el sentir de algunos grupos de nuestra Sociedad en lo concerniente a la guerra que se ha desatado entre el Estado de Israel y el grupo terrorista Hamás, iniciada como consecuencia del atentado terrorista del 7 de octubre pasado, que pasó a constituirse en el acto terrorista más cruento desde el perpetrado contra las Torres Gemelas en Nueva York. El del 7 de octubre fue revestido de características sólo asimilables a la barbarie vivida durante la Segunda Guerra Mundial.
Las manifestaciones mencionadas han ido proliferando en lo que parece una campaña orquestada con intención de quitar relevancia al salvajismo desatado el 7 de octubre y ubicar a Israel en el banquillo de los acusados.
Efectivamente, artículos en la prensa (cabe citar el escrito con atildado estilo periodístico plagado de falsedades, sesgadas interpretaciones y tergiversadas informaciones que lo convierten en un agraviante libelo por María Landi en Brecha), prolijas pintadas en plazas de nuestra capital e intervenciones en la tradicional Marcha conmemorativa del Día Internacional de la Mujer.
Especial atención requiere lo visto en la Marcha. Un grupo de jóvenes y niñas enarbolaron un muñeco caricaturizado demoniacamente que ostentaba una Estrella de David en su frente y que era atravesado por una lanza.
Este acto que claramente podría tipificar delito de acuerdo con el artículo 149 bis del Código Penal que establece: “El que públicamente o mediante cualquier medio apto para su difusión pública incitare al odio, al desprecio, o a cualquier forma de violencia moral o física contra una o más personas en razón del color de su piel, su raza, religión, origen nacional o étnico, orientación sexual o identidad sexual, será castigado con tres a dieciocho meses de prisión”.
Es bueno efectuar alguna precisión al respecto del uso de la Estrella. Este símbolo más que milenario, se ha constituido en el factor identificatorio y de afinidad de todos los judíos. De los judíos creyentes, de los ateos y de los agnósticos (entre los que me encuentro). De judíos de izquierda, de derecha, de centro y aquellos que no posean una identificación ideológica definida. De judíos sionistas y no sionistas. Fue el símbolo representativo de siglos de resiliencia, de resistencia a las persecuciones, de muertes y redenciones.
El agravio perpetrado el viernes en la Marcha no es una coreografía que busca dejar una evidencia contra el accionar de un Estado. Es nada más y nada menos que una de las más claras demostraciones de racismo que recordemos en nuestra Sociedad.
Hay una consecuencia aún más grave, si la puede haber, que el ataque a todos los judíos que habitan nuestro país.
Esta intervención fue un golpe directo a valores fundamentales de nuestra Sociedad.
Uruguay se ha caracterizado por haber construido una sociedad ejemplar en el concierto mundial por su grado de convivencia, sus avances sociales y la manera de ser de sus habitantes que es producto de destaque por todos nuestros visitantes.
Esa sociedad, forjada en un crisol de culturas que la fue moldeando para ser ejemplo de tolerancia, convivencia y respeto por la opinión ajena, fue construida al influjo de las olas de inmigrantes que con orgullo fueron llegando a estas costas.
Nunca importó si en el cuello de los niños que compartían el igualitario banco de la escuela pública pendía una Cruz, una Estrella de David o una Medialuna. Por el contrario, la convivencia redundó en amistades y mejor relacionamiento.
Es tal la gravedad del hecho que sólo nos surgen interrogantes.
¿Son conscientes los ideólogos de la intervención del daño que están efectuando a valores fundamentales de nuestro país?
¿Acaso pensaron en el daño que le están infligiendo a las niñas en llevarlas a protagonizar una demostración de odio y racismo? ¿Cómo puede sentirse haber cambiado los valores de convivencia vareliana de niños de casas de distintos estratos sociales, religiones, creencias e ideologías por coreografías que buscan la demonización del prójimo y la instauración del odio?
¿Cómo puede convertirse la Marcha que busca la justa igualdad de derechos entre los seres humanos en una demostración de racismo, intolerancia, odio y rencor? ¿Cómo pueden repetirse agravios continuos a sectores de nuestra Sociedad (hace un par de años fueron ataques vandálicos a una Iglesia)?
Los judíos que llegaron a Uruguay, al igual que tantos otros inmigrantes – gallegos, italianos, irlandeses y otros – arribaron a la búsqueda de libertad, desarrollo y progreso. Ninguno de ellos pudo haber pensado que tantos años después sus nietos fueran protagonistas u horrorizados espectadores de actos que busquen discriminar y odiar.
Mi familia arribó hace casi cien años y se arraigó con orgullo. También con orgullo mantuvo su identidad que no fue óbice para volcar sus mayores esfuerzos en procura de poner un granito de arena en la construcción de este país. Es el ejemplo de tantos inmigrantes que forjaron nuestra identidad.
No permitamos que un pequeño núcleo de inadaptados afecte la raíz de nuestra identidad nacional.
Me quedo con la expresión de una anónima manifestante requerida por la prensa durante la Marcha: “La educación y la empatía es lo único que nos va a salvar”.
POR MÁS PERIODISMO, APOYÁ VOCES
Nunca negamos nuestra línea editorial, pero tenemos un dogma: la absoluta amplitud para publicar a todos los que piensan diferente. Mantuvimos la independencia de partidos o gobiernos y nunca respondimos a intereses corporativos de ningún tipo de ideología. Hablemos claro, como siempre: necesitamos ayuda para sobrevivir.
Todas las semanas imprimimos 2500 ejemplares y vamos colgando en nuestra web todas las notas que son de libre acceso sin límite. Decenas de miles, nos leen en forma digital cada semana. No vamos a hacer suscripciones ni restringir nuestros contenidos.
Pensamos que el periodismo igual que la libertad, debe ser libre. Y es por eso que lanzamos una campaña de apoyo financiero y esperamos tu aporte solidario.
Si alguna vez te hicimos pensar con una nota, apoyá a VOCES.
Si muchas veces te enojaste con una opinión, apoyá a VOCES.
Si en alguna ocasión te encantó una entrevista, apoyá a VOCES.
Si encontraste algo novedoso en nuestras páginas, apoyá a VOCES
Si creés que la información confiable y el debate de ideas son fundamentales para tener una democracia plena, contá con VOCES.
Sin ti, no es posible el periodismo independiente; contamos contigo.
Conozca aquí las opciones de apoyo.
