En 2010 China se convirtió en la segunda mayor economía del mundo, superando a Japón.
- Proporciona alimento y vestimenta a una población de 1.300 millones de personas.
- Redujo la tasa de pobreza del 80% al 10% entre 1980 y 2010 (fuente: Banco Mundial)
- El seguro médico cubre a más del 95% de la población. La esperanza de vida subió de 68 años en 1981 a 77 años en 2016 y la tasa de mortalidad infantil disminuyó a 6,8 por cada mil nacidos vivos.
- Exporta chatarra barata, así como trenes de alta velocidad del mejor nivel tecnológico
- Es la potencia con mayor consumo de energía del mundo: representa un tercio del desarrollo de energía eólica y solar fotovoltaica y más del 40% de la inversión mundial en vehículos eléctricos (fuente: Agencia Internacional de Energía)
- Bajo la conducción del Partido Comunista construye un modelo de desarrollo diferente al occidental.
“La comunidad empresarial europea en China aprecia la retórica del liderazgo chino y pide mayor apertura y reforma, y reconoce las áreas de progreso que se han visto a lo largo del año pasado. Sin embargo, en relación con las expectativas establecidas por múltiples discursos de alto nivel, así como las políticas promulgadas por los niveles superiores del gobierno, el progreso ha sido corto”[i].
“Es difícil para el resto del mundo conciliar los mensajes de China” dicen los empresarios capitalistas europeos que invierten fuertemente en China. Quieren capitalismo chino ya, y pretenden incidir en sus decisiones. Pero las cosas son más complejas y el proceso parece orientarse en otra dirección. Una lectura apresurada de las resoluciones del gobierno y del Partido Comunista puede conducir a muchos errores de apreciación. Por derecha y por izquierda.
Qué dicen y hacen las autoridades chinas.
Deng Xiaoping -quien en 1962 decía: “No importa que el gato sea negro o blanco, sino que cace ratones”- en 1978 jugó un papel decisivo en el comienzo del viraje estratégico que hizo posible el surgimiento de una nueva China. Luego del proceso de la revolución cultural las autoridades chinas dieron por superada esa etapa y decidieron que “el énfasis del trabajo del Partido debería cambiar a la modernización socialista a partir de 1979”. [ii]
La decisión más trascendente en 1978 fue la relacionada con el cambio en la producción agrícola. Esta se inserta en la aplicación de las “cuatro modernizaciones”: de la agricultura, la industria, la defensa nacional y la ciencia y tecnología. El citado Informe del Partido Comunista señala que “Llevar a cabo las cuatro modernizaciones requiere un gran crecimiento en las fuerzas productivas… en aquellos aspectos de las relaciones de producción y la superestructura que no están en armonía con el crecimiento de las fuerzas productivas y requiere cambios en todos los métodos de gestión, acciones y en el pensamiento que obstaculiza ese crecimiento. La modernización socialista es, por tanto, una revolución profunda y extensa…”. Tal es el sentido de la política de «gaige kaifang» -conocida en español como “reforma y apertura”- que haría posible sentar las bases de la construcción del “socialismo con características chinas”.
Esta visión -catapultada como política interna e internacional por Xi Jimping- ha llevado al conocido crecimiento vertiginoso de la economía y de la sociedad china en su conjunto. Más allá de la profundidad de los cambios y reformas en ejecución, varias definiciones básicas se mantuvieron inalterables: la construcción del socialismo como objetivo a largo plazo, el papel conductor del Partido Comunista, el marxismo y el pensamiento de Mao como la ideología de base. En las definiciones de principio incluyen dos nuevos elementos: “el importante pensamiento de la triple representatividad y la concepción científica del desarrollo” incluidos expresamente en los estatutos del PCCH en 2017[iii].
La triple representatividad –formulada inicialmente en el año 2000– tiene por objeto incrementar la representatividad del Partido Comunista, incluyendo en sus filas a representantes de los nuevos estratos sociales que emergen como consecuencia de la evolución del socialismo con peculiaridades chinas.” Ello explica, entre otras cosas, la presencia en sus filas de connotados empresarios multimillonarios. Por otra parte, su nueva concepción del desarrollo se expresa básicamente en el reconocimiento del rol del mercado, de la propiedad privada de algunos medios de producción y servicios, la apertura a empresas extranjeras, aunque manteniendo en manos del Estado la propiedad de medios fundamentales de producción, el desarrollo de los servicios sociales y la determinación del plan general de desarrollo por parte del Partido Comunista.
De “Made in China” a “Created in China”.
“Hecho en China 2025” es uno de los documentos principales en los que se asienta la estrategia china de desarrollo. Su contenido fue presentado en 2015 con ese nombre: “Hecho en China 2025”. [iv] Define una estrategia de reindustrialización similar a la adoptada por Japón y Alemania (Industria 4.0). Incluye temas que son de primera importancia para el Partido y el Gobierno como la protección del medio ambiente (industrias verdes), seguridad (en particular seguridad cibernética), formación de talentos y el desarrollo de las pequeñas y medianas empresas.
Se apunta a minimizar la dependencia de la tecnología extranjera mediante la innovación tecnológica autóctona y la inserción de los productos chinos en puntos significativos de las cadenas globales de valor, propiciar la autosuficiencia en materiales y equipos críticos de alta gama y posicionar a sus empresas para competir tanto a nivel nacional como mundial con marcas chinas. Algunos de estos ítems podrían ser considerados violatorios de normas de la OMC, pero no se detienen por eso.
En uno de los párrafos fundamentales se expresa: “Para realizar la transformación de Made in China a Created in China, de China Speed a China Quality y de productos chinos a marcas chinas, debemos confiar principalmente en equipos y empresas nacionales. Al hacerlo, podemos ejecutar la tarea estratégica de transformar la manufactura china de grande a fuerte.” [v]
De fabricante de productos masivos de bajo costo, China pasaría a ser a un competidor directo casi autónomo en los productos más sofisticados provenientes de países como Corea del Sur, Japón, Alemania y Estados Unidos.
Los puntos de partida Para encarar esta situación, China debe atender simultáneamente tres fuertes presiones: del mercado internacional; de la creciente demanda interna por aumento del poder adquisitivo, los requerimientos de sus industrias y comercio interno luego del período de desarrollo explosivo de la sociedad china; y de nuevos países productores con bajo costo de mano de obra y gran capacidad de producción. En función de esta realidad definen: “el modelo de desarrollo intensivo en inversiones impulsado por la expansión no puede sostenerse. Debemos ajustar inmediatamente la estructura de desarrollo y elevar la calidad…” [vi] En diversos documentos[vii] sitúan los logros en un contexto autocrítico. A los avances ya señalados al inicio agregan otros que a la vez que evidencian el alto nivel productivo y tecnológico alcanzado son sumamente críticos en aspectos sustanciales: “.. Hemos logrado avances en el lanzamiento de naves espaciales tripuladas y sumergibles en aguas profundas, la producción de aeronaves, el lanzamiento del sistema de navegación por satélite Beidou, el desarrollo de supercomputadoras, la construcción de ferrocarriles de alta velocidad y la instalación de equipos de perforación petrolera de diez mil metros de profundidad. Hemos formado empresas competitivas a nivel internacional y hemos sentado las bases para convertir a China en una potencia industrial… No obstante, China todavía está en proceso de industrialización y sigue habiendo brechas entre China y las economías avanzadas. La manufactura china es grande pero aún no es fuerte. La capacidad de innovación independiente es débil y la dependencia externa para tecnologías clave y equipos avanzados es alta.” [viii] (el subrayado es mío).
La estrategia “Made In China 2025” se inserta en un proceso más general: hacia 2025, reducir las diferencias con los países tecnológicamente más avanzados; hacia 2035 consolidar lo anterior y sentar las bases para liderar a nivel mundial en 2045 y así prepararse para los festejos del centenario de la Revolución China en 2049.
Esto solo es posible mediante la integración de la producción y los servicios con tecnologías como Big Data, Internet de las Cosas, Inteligencia artificial, fabricación aditiva o impresión 3D, automatización, robótica, cloud computing, sistemas de localización y monitorización, sistemas embebidos. Y sientan las bases para contar con 40 centros de innovación en 2025, al integrar grandes empresas industriales privadas con institutos gubernamentales.
Para minimizar la dependencia, el plan apunta a incrementar el uso nacional de las materias primas y componentes de la industria que hoy importa. Se estima que aumentará hasta el 40% en 2020 para llegar al 70% en 2025. La dirección del proceso se asienta en un fortísimo apoyo financiero de miles de millones de dólares. Se destinan fondos del gobierno central y de los gobiernos regionales que bajo la forma de subsidios y préstamos a bajo interés hacen posible el desarrollo conjunto de las empresas a nivel de producción y de investigación. Las empresas chinas reciben un trato preferencial, en tanto producen con equipos chinos y utilizan propiedad intelectual autóctona.
Las definiciones señaladas se acompañan por ajustes de diversa índole. La política china por una parte, se adecua a los requerimientos de la OMC, que integra desde 2001. Por otra parte, desarrolla su propia estrategia operando en los límites de los acuerdos internacionales capitalistas.
Las grandes empresas capitalistas están preocupadas
Con el lenguaje cauteloso de las relaciones internacionales la iniciativa china recoge el rechazo occidental debido a lo que viven como uso abusivo de la propiedad intelectual externa y la discriminación contra compañías extranjeras. La Cámara Europea[ix] ha elaborado este año varios documentos[x] al respecto en los que manifiesta que es preciso para la sociedad china “avanzar hacia un entorno empresarial justo y abierto” lo que “requiere más que simplemente expandir el acceso al mercado, también requiere un trato nacional y un campo de juego verdaderamente nivelado para empresas internacionales.”
Se acusa a China de uso abusivo de la propiedad intelectual externa. Más allá de que debiera profundizarse si el uso ha sido abusivo o no, importa destacar, por un lado, que en la actualidad China trabaja para crear sus propios centros de I+D, y por otro, que la historia muestra múltiples ejemplos de países capitalistas responsables de robos de cerebros a los países subdesarrollados, uso de centros de investigación extranjeros para el desarrollo de sus industrias, particularmente la militar. La preocupación fundamental de las potencias capitalistas radica en ver cómo se alejan las posibilidades de incidencia de las transnacionales sobre las políticas chinas y en advertir cómo se complican sus posibilidades de acceso firme a uno de los mejores mercados del mundo. Si China logra los objetivos que se ha planteado, el impacto comercial se sentirá no solo en el mercado interno sino en el mercado mundial. Ya se está anunciando el próximo arribo a Europa de un auto eléctrico chino a un precio de 12.000 euros con una autonomía de 350 km.
La innovación autóctona, la autosuficiencia, el trabajo conjunto de empresas privadas y organismos públicos en materia de investigación e innovación, la fuerte presencia de las empresas públicas con el sustento del financiamiento estatal muestra que China define un camino propio que no sigue los patrones clásicos de la economía de mercado. Los hechos indican el ascenso de un nuevo régimen que profesa una ideología marxista, la afirmación de que podría existir una vía diferente a la occidental y que, en principio, se podría estar gestando un sistema productivo verdaderamente soberano.
En el caso del futuro de China corresponde siempre utilizar los verbos en condicional, pues la correlación de fuerzas entre los diversos intereses que se desarrollan en su interior aún no garantizan un desenlace inequívoco. Occidente esperaba que la nueva política económica china se manifestara también en una nueva cultura política occidentalizada. Sin embargo, no se debe juzgar el sistema chino en función de nuestra cultura occidental. Nos encontramos ante la construcción de un modelo alternativo que quizás transite el largo camino hacia el socialismo. La marcha de este enorme país multiétnico acosado –solapadamente o no- por Europa, Japón y Estados Unidos, dependerá fundamentalmente del desarrollo de sus contradicciones internas. Lo cierto es que estamos ante una experiencia que en solo 40 años se ha afirmado de tal manera que las decisiones de China podrían remodelar las perspectivas mundiales.
DOS BOTONES DE MUESTRA CAPITALISTAS
- “… Muchas inversiones (chinas) son privadas, con fines de lucro e inofensivas, pero China también está comprando influencia política. El presidente checo, Milos Zeman, quiere que su país sea el «portaaviones insumergible» de China. El año pasado, Grecia impidió que la UE criticara el historial de derechos humanos de China en un foro de la ONU. Hungría y Grecia impidieron a la UE respaldar un fallo judicial contra las reclamaciones territoriales de China en el Mar de China Meridional. La experiencia de Europa es importante para el resto del mundo, que también lleva dinero chino, y aún más para América (EEUU), que es el principal aliado de Europa. ¿Qué puede hacer Europa para disfrutar de los beneficios de la inversión china, pero minimizar las amenazas?” “The Economist” 4 de octubre de 2018 “La fabricante de chips estadounidense Qualcomm anunció el lunes que un tribunal chino ha aceptado sus reclamos hacia Apple por infracción de patentes y ha ordenado a la compañía de la manzana que no venda en ese país algunos modelos de iPhone… En declaraciones a medios, Apple dijo que utilizará todas sus «opciones legales» en los tribunales y tildó los «esfuerzos de Qualcomm para prohibir» sus productos como un «movimiento desesperado de una compañía cuyas prácticas ilegales están bajo investigación por reguladores de todo el mundo».”
Extractado de Montevideo Portal, 10 de diciembre 2018. (Fuente: EFE)
[i] Position paper 2018/2019, European Union Chamber of Commerce in China
[ii] Ver informe de la tercera sesión del 11º Comité Central del PCCh celebrada en diciembre de 1978 en http://www.bjreview.com/Special_Reports/2018/40th_Anniversary_of_Reform_and_Opening_up/Timeline/201806/t20180626_800133641.html
[iii] Ver Informe de Xi Jimping al XIX congreso del PCCh, octubre de 2017 y la Resolución del XIX Congreso sobre la Revisión de su estatuto, del 24 de octubre de 2017 en http://spanish.xinhuanet.com/2017-10/24/c_136702902.htm)
[iv] Hecho en China 2025, publicación del Consejo de Estado de la República Popular China, 7 de julio de 2015
[v] Hecho en China 2025
[vi] Hecho en China 2025
[vii] Hecho en China 2025, Informe de Xi Jimping al XIX Congreso del PCCh, etc.
[viii] Hecho en China 2025
[ix] La Cámara Europea representa las opiniones de las Cámaras de Comercio de la Unión Europea que operan en China. Es reconocida como interlocutora válida tanto por la Unión Europea como por las autoridades chinas.
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