Alma de alquimista por Alejandra Waltes

Hasta el 28 de Julio, puede visitarse la muestra “Magia y Poesía” del polifacético artista Alejandro Casares Mora en la Fundación del Banco República. Autodidacta e incansable en su investigación y experimentación, fue considerado uno de los principales exponentes del Dibujazo. Aun así, no obtuvo, en vida, el reconocimiento del que era merecedor.

En una entrevista realizada en 1999, el propio Casares dice: “… el arte es comunicación, sino no es arte; es una actitud vital y revierte en la vida y por eso creo que la meta principal del artista es revertir en su propio medio… La obra y la vida pueden llegar a tender a ser una misma cosa, a tal punto en que la obra de arte es la vida”. Trabajador incansable, plasmó su arte con gran conocimiento técnico en pinturas, dibujos, acuarelas, grabados, tazas sublimadas, remeras estampadas, cajas, tablas dibujadas, ilustraciones para revistas y programas musicales, pinturas murales, esculturas y poesía. Utilizó todos los medios a su alcance para registrar sus inquietudes, sus aciertos y sus dudas, todo con gran profesionalismo.
Alejandro Casares (Montevideo, 1942- Marindia 2020) reconocía como a sus Maestros a José Trinchín, Augusto Torres y Carlos González. Aunque nunca formó parte de los talleres de ninguno si lo unió un estrecho vínculo personal a cada uno de ellos. Poseedor de una gran curiosidad cursó 1er año de Fac. de Arquitectura en 1963. Entre los años 1964 y 1965 estudió técnicas de pintura con el Restaurador Sergio Biancullo, cursó cerámica en la U.T.U. con el Prof. Castellanos y concurre a talleres de dibujo con Federico Moller de Berg. En 1971 viaja a Europa, en usufructo de la Beca de Jóvenes de la Comisión Nacional de Artes Plásticas, visitando durante varios meses museos de España, Francia, Inglaterra, Bélgica, Holanda y Portugal. Estudió técnicas del Grabado con el Prof. Michael Ponce de León en el Smithsonian Institute de Madrid y concurre a Taller de dibujo Jaume Escala. Entre los años 1963 y 2004 participó de decenas de exposiciones individuales y colectivas en el Uruguay y en el exterior. Fue multipremiado en nuestro país y sus obras forman parte del acervo artístico nacional y extranjero.
Se dedicó a la actividad docente en Montevideo entre 1982 y 2000 y en Bella Unión y Tacuarembó en 1998. Trabajó en el Museo Nac. De Artes Visuales (1963-1975) en dónde conoció a José Pedro Argul.
Desde 1993 a 1995 trabajó en el Museo de Historia Natural y desde l995 al 2002 en el Museo Histórico Nacional. En el año 2001 dirigió el inventario y catalogación de las obras de Artes Plásticas en las 10 casas del Museo Histórico Nacional. Como un alquimista, Casares forjó su marco teórico asimilando nociones durante sus vivencias en Europa y sus cursos en México. Sus cargos en los museos nacionales le dieron un conocimiento profundo del arte nacional convirtiéndolo en un gran admirador de Cabrerita, de Humberto Causa, De Simone y Figari.
Al jubilarse se instaló en Marindia y desde allí dejó su sello a lo largo de esa parte de la costa (escultura “La música de las esferas” en la ruta 11 de Estación Atlántida y varios murales). Si bien no obtuvo en los últimos años el reconocimiento social que su trayectoria, dejó una marca indeleble en quienes lo conocieron.

Puerto Sueño (Alejandro Casares-1997)

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