Qué necesidad tiene alguna gente de argentinizarse mal.
Antes veíamos que los porteños se hacían juicio a cada rato.
Y acá como todo llega más tarde, se empezó a implantar esa moda.
No estamos hablando de denuncias serias sobre hechos delictivos.
Nos referimos a las reacciones por dimes y diretes que muchas
personas reciben en algún medio de comunicación o redes sociales.
Cualquier comentario es catalogado como crimen de odio, como
racismo o como discriminación basada en la ley de violencia de
género y ahí nomás sale un abogado contra el charlatán de turno.
Recuerdo algunos dichos sobre la compra de un museo en redes y
la denuncia lo único que logró es que hubiera retractación pública.
Un día sí y otro también algunos senadores amenazan a
comunicadores, periodistas o adversarios con llevarlos a la justicia.
Una organización afro denunció a Romina Celeste por racismo.
Y este personaje que había denunciado antes a Ignacio Álvarez,
denuncio penalmente a Ortuño que la criticó, por difamación.
Puglia afirmó que iba a llevar a los tribunales a un conocido twitero.
Todo esto huele un poco a circo mediático y nos trae a la memoria
la increíble polémica de un líder partidario con Darwin Desbocatti.
Si continuamos utilizando a la justicia para este tipo de casos,
estamos malgastando recursos humanos y económicos de un
Poder del Estado que debe lidiar con cuestiones importantísimas.
Los fiscales y jueces no dan abasto con los miles de crímenes que
suceden para que los hagan perder el tiempo con nimiedades.
Pero parece que la sensibilidad está a flor de piel y nadie tolera que
se le critique en nada y no toleran ser objetos del humor o la ironía.
Las personas publicas parecen ser estatuas de frágil cristal que
cualquier comentario las quiebra, por favor aflojen con la pavada.
Alfredo García
POR MÁS PERIODISMO, APOYÁ VOCES
Nunca negamos nuestra línea editorial, pero tenemos un dogma: la absoluta amplitud para publicar a todos los que piensan diferente. Mantuvimos la independencia de partidos o gobiernos y nunca respondimos a intereses corporativos de ningún tipo de ideología. Hablemos claro, como siempre: necesitamos ayuda para sobrevivir.
Todas las semanas imprimimos 2500 ejemplares y vamos colgando en nuestra web todas las notas que son de libre acceso sin límite. Decenas de miles, nos leen en forma digital cada semana. No vamos a hacer suscripciones ni restringir nuestros contenidos.
Pensamos que el periodismo igual que la libertad, debe ser libre. Y es por eso que lanzamos una campaña de apoyo financiero y esperamos tu aporte solidario.
Si alguna vez te hicimos pensar con una nota, apoyá a VOCES.
Si muchas veces te enojaste con una opinión, apoyá a VOCES.
Si en alguna ocasión te encantó una entrevista, apoyá a VOCES.
Si encontraste algo novedoso en nuestras páginas, apoyá a VOCES
Si creés que la información confiable y el debate de ideas son fundamentales para tener una democracia plena, contá con VOCES.
Sin ti, no es posible el periodismo independiente; contamos contigo.
Conozca aquí las opciones de apoyo.