Home Política Argentina: ni sí ni no sino todo lo contrario  por Ruben Montedonico
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Argentina: ni sí ni no sino todo lo contrario  por Ruben Montedonico

Argentina: ni sí ni no sino todo lo contrario  por Ruben Montedonico
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Tras la elección de Argentina -un país agrietado- hay que reflexionar un poco acerca de la relación Ejecutivo-Legislativo, dar un pronóstico sobre su futuro con “el diario del lunes”, lo que da ventajas numéricas y distintas opiniones que pueden atrapar parte de las percepciones ciudadanas. Claro está que la opinión exterior (y, en parte, la interior) está influida por Buenos Aires, provincia y capital federal: es cierto que ese par votó 48 bancas de las 151 en los comicios de medio término que sirven para medir al gobierno. Creo que de lo que se trata es de cómo se comportarán los bloques partidarios que miran a “la grande” de 2023. 

Está claro que hay que pensar, adelantándose, a suposiciones clave -en estos momentos- como: ¿Cristina seguirá con el presidente; se dividirá el peronismo y enfrentará las presidenciales con más de una fórmula; la ex será candidata o su grupo concederá el lugar a un tercero; Alberto Fernández querrá reelegirse?  Estas cuestiones exceden no sólo mis suposiciones sino hasta las de una bola de cristal, si hubiese alguna.    

Sin embargo, la expectativa me hace extender la especulación a Juntos: ¿seguirá dirigiendo el ingeniero (que no acerca votos sino que los “espanta”) o lo defenestrará el jefe capitalino Horacio Rodríguez Larreta, suspirante por el sillón de Rivadavia (realmente adquirido en el primer gobierno del pro-inglés Julio A. Roca). ¿Qué hará Lilita?, acusada de tantas cosas. ¿Qué trato darán a la ultraconservadora La Libertad Avanza? Un enorme periodista (entre otras profesiones), José Pablo Feinmann, en Página 12, refiriéndose al crecimiento de estos libertarianos de Javier Milei, sin nombrarlos, escribe: “Aquí hay un aire de República de Weimar que estremece. Ya aparecieron los personajes siniestros. Los locos. Los violentos. (…) El Otro absoluto no es tanto el judío, sino el negro, el inmigrante, el que ‘viene a robarles el país’. (…) Detestan la democracia”.

Las cifras del primer escrutinio de estas elecciones señalan que la oposición de Juntos ha ganado en 13 provincias (incluyendo el de un partido aliado en San Luis), nueve fueron para el oficialismo y dos para fuerzas provinciales locales, habituales acompañantes del gobierno. Esto confirma las ventajas opositoras de hace dos meses en las internas, donde el agrupamiento peronista de gobierno fue derrotado por más de 10% de los votos por la misma fuerza triunfadora en esta ronda, donde sólo se estrecharon mínimamente las distancias entre ellos en uno y poco por ciento. Lo insólito sobrevino la misma noche del domingo comicial: con toda lógica los ganadores desde un escenario por donde desfilaron varios triunfadores que exaltaron -sobre todo- el valor de lo ganado, prometieron controlar desde el legislativo -según ellos- los desbordes peronistas y auguraron una futura administración de “cambio”; lo increíble fue que el oficialismo gobernante, con el presidente presente, también dieron la impresión de estar festejando.

Alberto Fernández, sabiendo que le hablaba a la nación -sus palabras serían trasmitidas en las cadenas de comunicación que lo seguían esa noche- hizo un discurso donde con toda mesura y sin ninguna mención a los guarismos de la elección, adelantó algunas medidas para los próximos días. Por ejemplo, se destaca su disposición de enviar al Congreso qué le ha propuesto su gobierno al FMI para pagar la cuantiosa deuda de 44 mil millones de dólares. sin decir de dónde los va a sacar; habló de la generación de más empleos, omitió referirse a alguna medida de ajuste, de imponer fiscalidades progresivas al capital, en un país con más de 40 % de la población sumida en la pobreza y con una inflación interanual (a septiembre de 2021) que supera el 50%.

Nadie mencionó, por ejemplo, que en una nación con voto obligatorio sólo concurrieron a las urnas 67% de los inscriptos en el padrón; que pese a las modificaciones operadas en su legislativo en torno a la representación de las fuerzas, en diputados -que renovó la mitad de los representantes- la primera minoría sigue siendo el peronismo y que otro tanto pasa en el senado -presidido por la vicepresidenta Cristina Fernández- aunque en este caso, donde se renovó la cuarta parte, el oficialismo perdió la mayoría absoluta, pero es posible que la recupere con dos votos de sus habituales aliados con formaciones locales (Río Negro y Misiones). La ex presidenta argumentó que los médicos le indicaron “reposo” en la oportunidad -que no estuviera presente como lo hizo en el cierre de campaña- a poco de una cirugía. En realidad, pienso, se tomó un tiempo para reflexionar qué decir.

Un viejo analista político argentino me comentaba que “el hecho maldito del país burgués”-como definiera una vez al peronismo el revolucionario Bebe Cooke- sigue tan vigente ahora como después de 1955. Luego me dijo: “el gobierno recuperó algo del electorado en provincia y ganó en Tierra del Fuego, pero que no le alcanzó para mucho. Fue derrotado contundentemente en capital federal (que pone a Rodríguez Larreta como presidenciable) y Córdoba, donde está cerrado el camino a la Unión Cívica Radical y al peronismo.

“La elección de medio término obliga a negociar a oficialismo y oposición en función de una agenda que durará un año y medio, hasta que Argentina vuelva al terreno electoral. La oposición deberá resolver si traba y se opone a todo lo del Ejecutivo (macrismo) u opta por la negociación (larretismo).

“El gobierno debe dejar atrás la pandemia y acordar con el FMI; el ala kirchnerista deberá buscar generar proyectos de nuevos derechos inclusivos y entender, primero, si tiene margen para la inversión social.

En Argentina todo parece estar en modo condicional; pocas seguridades de continuidad del “blue” (“las leyes del mercado me hicieron funcional”, cantó la murga). Algunos, ansían que vuelvan los de antes -sin distinguir entre Macri o la dictadura. Lo único seguro es -mayoritariamente- que quienes viven en pobreza mañana estarán igual: en villas miseria, desesperados y desesperanzados.

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