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“COLECTIV”: Terrorífico documental rumano que da para pensar.

“COLECTIV”: Terrorífico documental rumano que da para pensar.
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El cine rumano tiene un estilo directo, una estética fría en medio de ambientes cargados, y un marco político y social terrorífico. En general, los cineastas rumanos recurren a una realidad muy cercana, y eso da interés a Colectiv, premio al Mejor Documental Europeo, que puede hallarse en diversos sitios de internet. El film arranca con el trágico incendio ocurrido el 30 de octubre de 2015 en un club nocturno de Bucarest durante un concierto de rock, y termina provocando múltiples preguntas.

¿Se puede corregir un sistema podrido hasta la médula? ¿Qué se necesita para lograrlo? ¿Y qué pasa cuando la avaricia domina a la humanidad? El cineasta Alexander Nanau explora estas y otras cuestiones en Colectiv mediante la detallada observación de unos periodistas que destapan una verdadera olla podrida en Rumania. La investigación comienza tras el letal incendio del club Colectiv, cuyo saldo fue de 27 muertos y 180 heridos. En las semanas siguientes, empero, otros 37 pacientes con quemaduras leves comenzaron a morir misteriosamente. El único medio rumano que investigó a fondo el tema fue un periódico deportivo comandado por el periodista Catalin Tolontan: “Cuando la prensa se inclina ante la autoridad, la autoridad maltrata a los ciudadanos”, dice ante cámaras. Lo penoso es que ese gobierno no sólo maltrató al país, sino que lo hundió.

Tolontan dio a conocer cómo el sistema de salud rumano estaba rebasado de corrupción, con hospitales deshumanizados e ineficaces donde los pacientes morían por negligencia médica y por una incorrecta desinfección de las instalaciones. El inicio del film es brutal, un alarde de dureza, pero de a poco va destapando una realidad más espeluznante que el incendio. Así, de la tragedia del Colectiv desembocamos en un thriller político sobre corruptos que hace años ponen en peligro la salud de la sociedad, en connivencia con laboratorios que diluyen los componentes de sus desinfectantes. En este caso tuvo suma relevancia el escándalo del laboratorio Hexi Pharma, que diluía diez veces más de lo debido sus productos: uno de ellos tenía un 1,2% de proporción, en lugar de un 12%. Del escándalo no se salvó ni el dueño de Hexi Pharma, Dan Condrea, fallecido en un accidente o suicidio automovilístico, casualmente dos días antes de ir a declarar ante la fiscalía. Mientras tanto, su viuda declaró que “Dan era muy capaz de matar, pero no de matarse”. Y todo eso sucede por dinero, con lo cual el film añade una capa de horror social al asunto.

Las desgarradoras revelaciones provocan la llegada del joven ministro Vlad Voiculescu, y Colectiv lo sigue mientras intenta arreglar la situación y luchar por un sistema de salud eficaz, pero entre la basura empresarial y el partido socialdemócrata afincado en el poder la tarea luce imposible. En su oficina, el ministro tiene un retrato de Tedy Ursuleanu, una de las víctimas del incendio, ahora deformada. Es una forma de recordar por qué debe continuar luchando. Colectiv plasma la miseria humana en forma burocrática y política, y el resultado es una historia que rebasa fronteras, porque la podredumbre, la avaricia, la soberbia de quienes detentan el poder (olvidando que se deben a nosotros porque nuestro voto los ubicó donde están) y la impunidad con que los laboratorios ejercen sus acciones ilegales, no conocen límites. Es un documental apasionante, notablemente editado, que despierta impotencia, nos abre los ojos, quita el sueño y dice que la humanidad enfermó, y no sólo por Covid 19. La contracara resulta igualmente importante, porque celebra la integridad de ciertos periodistas que escarban hasta encontrar la verdad.

Se necesitan testículos y ovarios para ver Colectiv, no por sus fuertes escenas, sino por la realidad que desenmascara, sin melodramas ni idealizaciones, con un estilo impactante y directo, acercando la cámara lo más posible a los hechos, y exponiendo con total rudeza una situación abominable, que revela puntos en común con cualquier coyuntura política de otro país. Colectiv, un documental poderoso postulado por Rumania al Oscar, exhibe la fragilidad y miseria de un sistema de salud donde sólo importa el dinero y el beneficio personal de políticos, directores de nosocomios públicos y privados, laboratorios y médicos que, sin perder sus diplomas, parecen ser por sobre todas las cosas banqueros. En ese panorama la suerte del paciente es, obviamente, lo que menos les importa.

Y aquí me permito una reflexión como ciudadano. Si se sale de la situación rumana y se piensa en el posible paralelo que esto tiene con la actual realidad pandémica global, donde se vive un dirigismo sanitario tan absoluto que quien no piensa como el rebaño es tachado de agitador y estigmatizado en las redes sociales, este documental termina convertido en una angustiante película de terror. Esto resulta penosamente lógico, ya que sobre el Covid 19 sólo se permite escuchar una sola versión, y no se habilitan debates públicos entre los científicos porque “sobre esto no se discute”. Por eso los ciudadanos que aún utilizamos la razón (ese regalo prometeico que nos distingue de las ovejas, por ejemplo) terminamos llenos de dudas y miedos tras ver el film. Sin ser conspiranoicos (palabrita infame, porque une conspiración y paranoia), ¿no es razonable imaginar otras situaciones similares? ¿Cómo no desconfiar en la macro escala si en la micro -a nivel personal- el año pasado debí llegar a la gerencia de la mejor sociedad médica uruguaya, sólo para ser atendido correctamente por una dolencia mucho menos penosa que lo sucedido en Colectiv? Por eso el periodismo comprometido y sin mordaza parecería ser la última esperanza para la sociedad. Ojalá unos cuantos colegas, más allá de banderías políticas, recojan el guante.

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Amilcar Nochetti Tiene 58 años. Ha sido colaborador del suplemento Cultural de El País y que desde 1977 ha estado vinculado de muy diversas formas a Cinemateca Uruguaya. Tiene publicado el libro "Un viaje en celuloide: los andenes de mi memoria" (Ediciones de la Plaza) y en breve va a publicar su segundo libro, "Seis rostros para matar: una historia de James Bond".