Home Política Crece la ultraderecha europea, la española también Por Luis Nieto
0

Crece la ultraderecha europea, la española también Por Luis Nieto

Crece la ultraderecha europea, la española también Por Luis Nieto
0

Creció el Partido Popular, la vieja Alianza Popular, creada por Manuel Fraga Iribarne; Vox ganó votos, pero le apareció un nuevo competidor a su derecha, al que nadie vio llegar: “Se acabó la fiesta”. Eso ya lo oímos antes, ¿verdad? Este nuevo conglomerado de ultraderecha salió casi de la nada y se colocó en el sexto lugar de los resultados, consiguiendo 3 eurodiputados, más que Podemos, con 2 eurodiputados; Junts per Catalunya, el partido fundado por Carlos Puigdemont, actualmente amnistiado tras desafiar a la Constitución española, y derrotado en las últimas elecciones catalanas por el PSOE, apenas consiguió 1 banca en el Parlamento europeo, y Ciudadanos, que había emergido como la gran revelación, en 2006, bajo la conducción de Albert Ribera, Inés Arrimadas y un grupo de jóvenes intelectuales catalanes, el pasado fin de semana acaba de perder su única banca, y quedan sin representación europea.
¿Quién es esa agrupación que a los uruguayos nos suena de inspiración cabildante?
Su conductor es Luis Puig Fernández, de 34 años, un sevillano que se hace conocer con el nombre de Alvise, que en milanés quiere decir “Luis”. No acabó sus estudios de Ciencias Políticas, y ha peregrinado por Unión Progreso y Democracia, el partido fundado por Rosa Díaz y Fernando Savater. De ahí, en 2017 pasó a Ciudadanos que lo puso como jefe de gabinete en las Cortes de Valencia, pero solo duró un año en el cargo; luego de constantes enfrentamientos con empleados y dirigentes partidarios, dejó el cargo, convirtiéndose en un energético outsider, utilizando las redes sociales para propalar un discurso disruptivo, al estilo de Trump y Milei. Desde la frontera exterior de la política, Alvise consiguió armar un eficiente equipo de seguidores que agitan bulos y acusaciones falsas, la materia prima de su propuesta.
«España se ha convertido en la fiesta de los criminales, de los corruptos, mercenarios, pedófilos y violadores». Así comenzaba Alvise Pérez el domingo por la noche en su intervención ante los seguidores que lo acompañaban en una discoteca de Madrid, apenas conocerse los resultados de las elecciones europeas. A ese grupo de seguidores fieles, a quienes Alvise ha bautizado “comunidad de ardillas”, las palabras de un líder que había salido de la nada, y que en menos de un año se ha posicionado con 3 eurodiputados les ha dado una identidad nueva en la historia de la democracia española, y da para pensar.
El mensaje de Alvise es como un ventilador que esparce a granel los detritus de la política, o de ciertas personalidades fáciles de identificar. Esto tiene mucho de Milei. Dice Alvise que su objetivo es “lograr el poder para hacer una deportación masiva de inmigrantes» o “para construir una gran cárcel y meter en ella —ha dicho— “a políticos como José Bono y Felipe González— que, según Pérez— viven del Estado”. La metodología consiste en meter casos distintos, sacudir la bolsa y esperar a que todo se mezcle en demérito de la política como actividad imprescindible en el Estado de Derecho. “Para no vivir de él —ha afirmado— los eurodiputados electos de Se Acabó la Fiesta renunciarán al 100 % de su salario. No somos parásitos», ha sentenciado. En la noche de los festejos todo eso sale fácil de la boca, pero, luego, los 3 eurodiputados tendrán que viajar a Bruselas y vivir allí para cumplir con las funciones para las que fueron electos, y un poco más para otras actividades conexas, como darse a conocer entre sus colegas de la ultraderecha europea, integrarse al grupo y cumplir con una serie de actividades, tanto en España como en Europa, donde no podrán viajar a dedo y dormir en los bancos de las estaciones de ferrocarril. También Milei rechazó, en principio, el uso del avión de la presidencia, pero eso le duró poco. Cuando tuvo que reunirse con sus amigos de Vox no dudó en tomar el avión presidencial argentino para cumplir con su agenda personal y viajar a España para sumarse a la agenda de Abascal (presidente de Vox). También Alvise ha manifestado su pensamiento públicamente con respecto a la inmigración: “La inmigración —a su juicio— provoca inseguridad en el país. Los tomates necesitan más papeles para salir del huerto que los inmigrantes para entrar. Hartos de la ocupación, hartos de la inseguridad, hartos —en definitiva— de una partidocracia que unos líderes llevan 35 años mamando de la teta del Estado».
Este pensamiento absolutista no es compartido por la inmensa mayoría de los ciudadanos. ¿quiere decir Alvise, que 35 años atrás, cuando el PSOE era reelecto para gobernar por segundo vez España se iniciaba una larga primavera para los vividores? Tal vez Alvise haya puesto esa fecha para ocultar las preferencias de su corazón, y volver algunos años más atrás, cuando Franco, desde su cama, todavía tenía fuerzas para dictar sentencia de muerte a los fusilados en Hoyo de Manzanares, Barcelona y Burgos, el 27 de setiembre de 1975.
Este trasiego de votos en la política española también tiene una correspondencia europea. En varios países hubo un corrimiento de votos de derecha y centro derecha hacia posiciones más radicales como las de Marine Le Pen, en Francia, Giorgia Meloni en Italia o Victor Orbán en Hungría, pero en el conjunto, las instituciones europeas no tendrán grandes inconvenientes para mantener los compromisos asumidos por la actual administración europea.
Corrimientos hacia la derecha, o a la ultraderecha ha habido y hay en Europa, en Estados Unidos, en Brasil y en cualquier país donde haya libertad. En parte porque el sistema democrático está basado en las oscilaciones de la opinión pública que varía de acuerdo a muchos factores, pero nunca esos factores se consolidan en una situación de injusticia endémica, a menos que se usen las instituciones democráticas para beneficiar a una minoría sectorial, como en el caso de Venezuela, entre otros países donde la constitución y las leyes sean forzadas para dar una apariencia democrática. España no es lo que Alvise profetiza, o con lo que Victor Orbán sueña. España sabe que su adhesión a Europa le ha permitido dar un gran salto a sus ciudadanos, y comienza a entenderlo un poco mejor. A “Se acabó la fiesta” le puede pasar lo mismo que a Vox, con sus 10 minutos de popularidad, como ya le pasó a Bolsonaro, o le puede pasar a Milei o a Manini.

POR MÁS PERIODISMO, APOYÁ VOCES

Nunca negamos nuestra línea editorial, pero tenemos un dogma: la absoluta amplitud para publicar a todos los que piensan diferente. Mantuvimos la independencia de partidos o gobiernos y nunca respondimos a intereses corporativos de ningún tipo de ideología. Hablemos claro, como siempre: necesitamos ayuda para sobrevivir.

Todas las semanas imprimimos 2500 ejemplares y vamos colgando en nuestra web todas las notas que son de libre acceso sin límite. Decenas de miles, nos leen en forma digital cada semana. No vamos a hacer suscripciones ni restringir nuestros contenidos.

Pensamos que el periodismo igual que la libertad, debe ser libre. Y es por eso que lanzamos una campaña de apoyo financiero y esperamos tu aporte solidario.
Si alguna vez te hicimos pensar con una nota, apoyá a VOCES.
Si muchas veces te enojaste con una opinión, apoyá a VOCES.
Si en alguna ocasión te encantó una entrevista, apoyá a VOCES.
Si encontraste algo novedoso en nuestras páginas, apoyá a VOCES
Si creés que la información confiable y el debate de ideas son fundamentales para tener una democracia plena, contá con VOCES.

Sin ti, no es posible el periodismo independiente; contamos contigo. Conozca aquí las opciones de apoyo.

//pagead2.googlesyndication.com/pagead/js/adsbygoogle.js