Danilo: ¿Esto se sigue llamando revolución?
En una entrevista realizada por Emiliano Cotelo al ministro de Economía Danilo Astori, al preguntarle sobre la agenda del Frente en este periodo de gobierno el ministro manifestó que la inclusión financiera y las obras de infraestructura son dos ejemplos importantes. Astori manifestó que la gente se va a enamorar de la inclusión financiera y del plan de infraestructura cuando vea sus ventajas. ¿Es el objetivo central de un tercer gobierno de izquierda que cada uruguayo tenga una cuenta en el banco? ¿La gente siente como un avance la construcción de un puente o carretera? ¿Está alejado el ministro de la realidad cotidiana de los uruguayos? ¿No hay ningún punto más importante para mencionar en los proyectos del gobierno? ¿No hay ningún error ni carencia? ¿Quedaron por el camino inclusión educativa, seguridad y distribución de ingresos?
Danilo, el que pone la cara por Alvaro J. Amoretti
En 2004 y con la peor crisis financiera de la historia del país todavía fresca, el Frente Amplio era el favorito para ganar las elecciones y llegar, finalmente, al poder. Pero para que muchos se decidieran y aceptaran prestar su voto a la coalición, el entonces candidato Tabaré Vázquez jugó una carta clave. En el tramo final de la campaña anunció que si la izquierda era gobierno el contador Danilo Astori sería su ministro de Economía. Aquel movimiento de Vázquez convenció a varios votantes colorados y blancos de que en un gobierno frenteamplista no se cometerían locuras. Y esa jugada permitió no sólo ganar, sino hacerlo en primera vuelta y con mayoría parlamentaria propia.
Astori fue un hombre clave en aquel primer gobierno frenteamplista. Y cinco años después creyó que había llegado el momento de recoger lo sembrado. Pero José Mujica lo aplastó en unas internas que dejaron heridas entre ambos líderes. Sólo la buena votación del Partido Nacional en aquellas internas hizo que, contra el paladar de uno y otro, Mujica y Astori terminaran cerrando la fórmula. Si se ganaba, Astori y su equipo manejarían la economía de la misma forma en que lo habían hecho bajo la gestión de Vázquez, dijo Mujica. Y esa promesa de continuidad y seriedad volvió a ser determinante para que, incluso con reservas respecto del candidato, muchos no frenteamplistas volvieran a confiar el voto a la coalición y se retuviera el poder.
Llegaron las elecciones de 2014. Y Vázquez repitió la jugada. Si ganaba, dijo, Astori sería su ministro de Economía. El truco, aunque simple, volvió a funcionar. La economía ya mostraba algunas señales de alerta, pero Astori y su gente se encargaron de disiparlas. No habría problemas fiscales importantes y sí recursos suficientes para cumplir con los compromisos del programa frenteamplista. Hoy sabemos que no era así. Pero hace tres años, funcionó. Y el tercer gobierno se hizo realidad.
Desde que el Frente Amplio llegó al gobierno en 2005, Astori ha hecho lo que la izquierda necesitaba que hiciera. Mantuvo lo que colorados y blancos habían hecho bien, y cambió lo que debía ser cambiado pero sin perder nunca de vista que las demandas de los sectores más radicales del Frente Amplio serían pan para un día y hambre para el siguiente.
Fue el que puso la cara por todos en más de una ocasión. El que explicó ajustes de impuestos y tarifas que debían hacerse para pagar la fiesta que otros habían disfrutado. El que soportó cuestionamientos de propios y extraños, y estuvo siempre dispuesto a hacer lo que había que hacer, por impopular que fuese, y por mucho que cada medida lo alejara un poco más de su sueño presidencial.
Hoy lo sigue haciendo. Pero el tiempo ha pasado y la magia, poco a poco, ha ido desapareciendo. Trata de poner freno a una coalición donde la mayoría quiere seguir aumentando el gasto público pero nadie quiere reformar de verdad el Estado. Habla de abrir el país pero le imponen un aumento de la Tasa Consular. Pide responsabilidad fiscal a los que se gastaron todo lo que entraba en los tiempos de bonanza y aún mucho más. Y está solo. Su entorno político ha mermado. Varios le han fallado. Su sector ya no es una opción política que seduzca. Los que antes lo necesitaban adentro ya empiezan a verlo como una molestia. Y los que valoraban su papel desde fuera del Frente Amplio hace rato que lo miran de reojo.
Desde que el Frente Amplio llegó al gobierno, Astori nunca fue el que llevó la bandera de los cambios y la revolución. Fue el garante de que los que prometían la revolución no harían locuras. O al menos, que cuando las hicieran habría alguien para limpiar el desastre después de la fiesta. Y eso, mientras tuvo fuerzas, lo hizo. Y habría que reconocérselo. Porque no ha sido poco. En lugar de pedirle que renueve las utopías y salga a prometer lo que a la gente le gusta escuchar, pero no se puede hacer.
Ni revolución ni Estado Social del Derecho por Graciela Bianchi
Si por revolución entendemos cambiar el sistema capitalista de forma estructural, evidentemente que la inclusión financiera y el plan de infraestructura no puede ser llamado revolución. Por supuesto que cambios hacia el socialismo, tal como lo conocimos, no podemos ni siquiera plantearlos. Ni por las experiencias que cayeron ni por las experiencias que subsisten: el imperialismo soviético, el genocidio de 22 millones de opositores a Stalin, la falta de libertad, la falta de democracia, la dictadura de los Castro, la de Corea del Norte, los actuales llamados gobiernos progresistas de América Latina, no son ejemplos a seguir. La izquierda como funcionó teórica y prácticamente desde mediados del S.XIX hasta hoy demostró no estar concebida para ejercer el gobierno y mucho menos para generar el “hombre nuevo”. Deberemos estudiar y trabajar mucho, con autocrítica, con una profunda capacidad de análisis para aprender de todos los errores. Por algo el sistema capitalista cada vez más injusto, más concentrador de la riqueza, con menos capacidad de incorporar al mercado de trabajo a la mayor cantidad de personas, es el que se ha mantenido en pie. Y por supuesto que todo lo que sucedió no fue consecuencia ni de conspiraciones mediáticas, ni del imperialismo norteamericano, que como tal fracasó. Europa y Japón son un ejemplo. Y todo lo que cayó, se llame socialismo real, o progresismo o populismo, cayó por lo peor, por lo más frustrante después de tantos sacrificios de luchas y vidas perdidas: cayó por la corrupción. Revolución será el día que logremos poner en el centro de los valores del ser humano, que “no es más rico el que más tiene sino el que menos necesita”. Quienes llegaron a los gobiernos en los diferentes países en nombre de la Revolución, se convirtieron en ricos apropiadores del poder, que no se mide solamente por la cantidad de dinero de la que se apropiaron, sino por la enorme soberbia de considerarse dueños de la verdad y salvadores.
La virtud de Astori estuvo en darse cuenta que el cambio radical del capitalismo, en esta correlación de fuerzas, no era posible; o simplemente no le interesó, porque el poder oscurece la utopía. Nadie se “enamora” de la inclusión financiera o del plan de infraestructura. Con respecto al uso compulsivo del sistema financiero, con una población activa que en su mayor parte gana menos de 15 mil pesos, más los desempleados, más los jóvenes que no estudian ni trabajan, es un espejismo para tratar de convencernos que el sistema financiero y sobre todo el privado, es todo lo contrario de lo que se afirmó en la década del 60.
Con respecto a la construcción de puentes o carreteras los sectores productivos y la clase media o alta que tienen autos, pueden sentirse más contentos. Si la inversión pública se hace favoreciendo a empresas extranjeras, mientras a los trabajadores se nos ahoga con los impuestos, seguro que tampoco nos enamoramos. Por supuesto que mucho más nos importa la inclusión educativa, la justa distribución del ingreso y la aplicación irrestricta del principio de igualdad de posibilidades. Hoy sí esto sería una revolución.
Sin Agenda por Martín Guerra
La intención acerca de la inclusión financiera es una política pública a mi juicio muy acertada.
Al principio dudé un poco, por ejemplo por el tema de la obligatoriedad para el pago de salarios, cuando previo a la ley, ya al menos el 85% de los salarios se pagaban con débito, no veía ahí mucha ganancia, pero al fin me di cuenta que otros atributos, si podían tener mucho impacto positivo.
Obligar al 15% por un fin mayor no me parece mal, o ¿no nos obligan a tener el SOA por ejemplo? y tantas otras cosas.
Con el pasar del tiempo, fui aprendiendo más, y viendo una actitud muy abierta de parte del gobierno, y buenos tiempos de ejecución de lo que se fueron proponiendo.
Es una iniciativa que para hacerla gradual, lleva muchísimo tiempo en lograr un impacto importante, ya hace varios años y dos gobiernos que se viene trabajando y queda mucho por hacer todavía. Hay muchos agentes en la cadena que se deben adaptar.
Espero que el próximo gobierno, siga los pasos de sus antecesores y continúe empujando por una inclusión masiva.
Sin perjuicio, que este tema y la segunda planta de UPM, sean los temas centrales de una agenda de gobierno, hablan de donde estamos en materia de pensamiento estratégico a nivel del Poder Ejecutivo.
A todas luces el gobierno está sin agenda estratégica, no se ven propuestas de iniciativas reformistas y que apunten a dejar un cambio sustantivo como lo fueron los cambios fiscales, en salud y en educación del primer gobierno. Ni iniciativas tan claras como el Plan Ceibal, la ANII o la Agesic.
Ahora lo que domina la agenda es la novela de desencuentros, escándalos durante el gobierno de Mujica, y los posibles ilustres ciudadanos que podrían ser precandidatos a la Presidencia.
En la oposición es más lógico que esto último pase, ya que el impulso a tratar de ser gobierno y no serlo, provoca un foco mayor, y no se tiene responsabilidad ejecutiva.
Tengo la sensación que muchos gobiernos hacen un gran esfuerzo en ganar elecciones, pero no invierten tanto en pensar y negociar planes para el 2 de marzo.
Necesitamos una agenda, aun con temas en los cuales haya gente en desacuerdo, todavía queda la mitad del periodo, espero que no sigamos viendo más capítulos de la novela política que tanto daño le hace además a tan importante disciplina.
Retórica progresista para el proyecto del capital por Oscar Mañán
Marx (El Capital, 1ª.Ed. 1867) sostiene que la sociedad capitalista se presenta como un cúmulo de mercancías, esta forma de organizar la producción todo lo convierte en mercancía. Y antes sostuvo «Hoy, el Poder público viene a ser, pura y simplemente, el Consejo de administración que rige los intereses colectivos de la clase burguesa.» (K. Marx & F. Engels, Manifiesto del Partido Comunista, 1848).
Según el Cr. Astori, el proyecto del gobierno enamorará a la gente y, efectivamente apunta como ejemplos: a) la ley de inclusión financiera que le permite acceder a ciertos beneficios tributarios que la política económica dispuso para quienes utilicen el dinero plástico; y b) las bondades de un Plan de infraestructura que no fue pensado para las necesidades de una posible tercera planta de celulosa, sino para posibilitar el crecimiento económico de todos los sectores productivos. Veamos un análisis económico básico.
La ley de inclusión financiera, tiene dos objetivos explicitados por el gobierno: 1) popularizar la utilización de los servicios que ofrece la banca comercial y financiera en la parte de la población que no accedía a los mismos; y 2) incluir en el control fiscal los gastos de la mayoría de los habitantes (que utilizando el dinero plástico obtienen algunos beneficios). Bien, en el caso particular, los beneficios tienen que ver con algunos puntos de IVA que descuenta quién utiliza las tarjetas (sean de débito o de crédito); los comerciantes no podrán apropiarse de tales beneficios, y tanto éstos como los consumidores se verán limitados a realizar declaraciones de impuestos que no sean congruentes con sus ventas y consumo respectivamente. Un objetivo implícito, lo constituyen las comisiones que cobran por tales servicios de “inclusión” las empresas de intermediación financiera que, con toda la población cautiva, son los grandes ganadores. Además, pueden ofrecer otros servicios, en especial créditos al consumo, que por su facilidad le pondrán al consumidor un mundo de mercancías a disposición.
Sin embargo, aunque el Cr. Astori reclame los créditos, este tipo de leyes no son una propuesta original de un “gobierno de izquierda”, es parte del proyecto del gran capital ya con años de experiencia en la región y más allá. Se conocen como “microfinanzas” y se instituyeron (sin distinción ideológica de gobiernos) con el objetivo de captar el ahorro de sectores populares. Se instrumentaron programas de educación financiera, se introdujo en la enseñanza media para fortalecer el ahorro, que luego se direcciona al financiamiento de la inversión o créditos al consumo.
Uruguay tiene un déficit importante de infraestructura logística indiscutible. Lo que agita controversias es si esa inversión resulta de las exigencias de una empresa extranjera que viene a realizar su negocio, o como dijo el Ministro es parte de un Plan ya estipulado. Claramente Mujica se propuso echar a andar los trenes, pero su entusiasmo no fue igual de potente que la posibilidad de una gran inversión que mueva la aguja del PBI.
Las inversiones en infraestructura, donde aplican las formas PPP (Public-Private Partnership término originado en los 80 por el thatcherismo, pero probado por el gobierno de Pinochet una década antes), los agentes privados asumen la construcción de carreteras y demás obras que luego el sector público retribuirá. En 1996 sería refrescada por el Banco Mundial con el término “posprivatizaciones” de Perry para enfrentar la mala prensa de sus antecesoras. El BID-FOMIN comenzó una serie de Conferencias “PPPAméricas” desde Washington 2008, pasando por Madrid, Bahía Brasil, Guanajuato México…, hasta Punta del Este 2015 (Stolowicz; 2016, El Misterio del Posneoliberalismo; T.II, vol.2; p.1037). En Uruguay aparecieron en el gobierno de Mujica, y surgieron diferencias recientes entre el mismo Ministro de Transporte y Obras Públicas y el Presidente de la República respecto a la eficiencia de tales PPP.
Otra discrepancia deviene de la posible utilización del “fondo de estabilización energética” de UTE, los 173 mdd disponibles acelerarían los requerimientos de la nueva Planta de celulosa. La extensión a sectores “no tradicionales” (gas, electricidad, agua, saneamiento) del proyecto global de las PPP, fue la forma que permitió avanzar en el cambio en la matriz energética y los sobresaltos por los cambios climáticos no serían ya preocupación para el gobierno. A pesar de la retórica “progresista” del Ministro, esa cubierta de un “plan estratégico” del gobierno, no disimula un proyecto del capital para esta etapa económica donde todos los espacios de acumulación se privatizan y se ofrecen como condiciones para la inversión (extranjera, transnacional). El Estado y su administración, se subsumen al capital (a la institucionalidad de Bretton Woods y sus formas actuales que lo representa) y a un nuevo orden jurídico supranacional que se impone mientras que los gobiernos adecuan sus instituciones internas (normas, leyes, estatutos, políticas). La retórica, hasta ahora brinda solamente una legitimidad superficial; parafraseando a Marx, el Cr. Astori en este caso (con o sin conciencia) es uno de los más sobresalientes administradores y representante local de tales intereses.
La responsabilidad de soñar por Fernando Pereira
Nadie puede dudar a esta altura que la llegada del Frente Amplio al gobierno implicó un punto de inflexión en la historia del país. Esta afirmación podría realizarse con fundamentos diversos, que van desde el impacto positivo que han tenido muchas de las medidas adoptadas desde el gobierno en la vida de la gente, favoreciendo el crecimiento económico, mejorando los mecanismos redistributivos, ampliando derechos que promueven-expresan cambios culturales enormes. Podría también afirmarse desde los aspectos que tienen que ver con la reconstrucción institucional del país, mejorando el alcance de las políticas públicas, con ejemplos como el Sistema Nacional Integrado de Salud, la reforma tributaria, reformas laborales profundas o algunas líneas de descentralización y ampliación de la cobertura del sistema educativo que son apenas muestras de esta reconstrucción institucional. Podría también hablarse del papel que jugó la llegada del Frente Amplio en la consolidación democrática, siendo la primera fuerza política que llega al gobierno por fuera de las tradicionales divisas.
Sin embargo, todas estas importantes transformaciones que se han sucedido en este corto período, no generan en la sociedad uruguaya grandes niveles de entusiasmo. Los cambios que se han dado en la calidad de vida de las uruguayas y los uruguayos en los últimos años, no se corresponden con una sociedad cada vez más desencantada y desconfiada de la política. Es que en los últimos años ha cambiado todo en el país, menos el descontento de la gente con el gobierno.
Sería imposible resumir en una columna de opinión la larga lista de errores a los que sería atribuible ese descontento, pero tiendo a creer que existe alguna causa de fondo más importante. El Frente Amplio llegó al gobierno luego de un proceso de acumulación social y político de muchas décadas, y en él depositaron esperanzas e ilusiones miles de uruguayos y uruguayas. Esas esperanzas e ilusiones no dependen exclusivamente de políticas públicas que puedan ser implementadas desde el gobierno.
Seguro que es mucho más lo que puede exigirse a los compañeros y las compañeras que tienen esas responsabilidades, y que es esperable una sensibilidad distinta a la hora de asumir ciertas definiciones o posiciones públicas, pero nunca un proyecto transformador depositó o debió depositar su capacidad de pensar horizontes en las estructuras burocráticas del Estado. Es necesario otro tipo de protagonismo de las fuerzas políticas, las artes, la academia y la sociedad en su conjunto. Han sido estos los espacios desde los que nos animamos a soñar con transformaciones. Corremos el riesgo de depositar nuestras esperanzas en los diseños institucionales y de esperar de los gobiernos las ideas removedoras que nos permitan avanzar.
La contienda más importante que tenemos por delante, es la cultural en toda su dimensión, si predomina la cultura y la ética neoliberal estaremos ante un callejón sin salida, en el que cada uno va a buscar su camino propio sin mirar demasiado al que tiene al lado, al estilo de Rambo en el que solo lucha contra un ejército, cose sus heridas, se hace una operación y sobrevive a todo, un manual perfecto del hacé la tuya.
Sí por el contrario construimos nuestros sueños y esperanzas compartidas y no permitimos que se tome el atajo, estaremos construyendo juntos la esperanza. Los caminos colectivos son más lentos pero al mismo tiempo más firmes y duraderos.
Estamos desafiados a salir de la zona de confort en la que cada uno se encuentre y luchar por un modelo de sociedad inclusivo, que permita a cada uruguayo la búsqueda de la ética mínima, luchar por la felicidad.
No se trata de renunciar a los puentes, a la infraestructura, ni a la inclusión financiera, estos temas son vitales para los objetivos de desarrollo que Uruguay tiene por delante, y no hay que subestimar esos avances, porque nuestro desarrollo económico tiene que tener un sustento infraestructural y la logística que nos permita avanzar en la senda del crecimiento, y estas son sin dudas responsabilidades de gobierno.
El gobierno es un instrumento importantísimo para los proyectos políticos de izquierda, pero la responsabilidad de soñar no puede depositarse exclusivamente allí. Si esto fuera así, nos podemos dejar ganar con los discursos del desencanto, de que en Uruguay no se crea nada, que estamos chatos, que estamos ante una década perdida y que vivimos en un país en donde casi todo se hace mal.
En Uruguay se han formado grandes dramaturgos, actores y actrices, bailarines, académicos reconocidos, cientistas sociales de nivel, militantes sociales comprometidos. Se trata entonces es de entrelazar las fuerzas sociales del cambio para construir nuestra esperanza.
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Unidad de inacción por Marcelo Avellanal
Para gobernar mejor en el mundo del futuro próximo es indispensable fortalecer la capacidad prospectiva y la reflexión estratégica. Por ello los países latinoamericanos, y Uruguay como nación deben conocer y elaborar escenarios globales a largo plazo y avizorar el tipo y magnitud de los desafíos, riesgos y oportunidades que podrían enfrentar. No basta una perspectiva nacional y de corto plazo según ciclos electorales. Los gobiernos deben aprender y preparase desde el punto de vista humano e institucional para actuar en condiciones de incertidumbre y cambios acelerados
La globalización genera una enorme cantidad de efectos sistémicos no controlables a nivel de cada país aislado riesgos y oportunidades. ¿Cuáles son los objetivos centrales de un tercer gobierno en curso de una fuerza política que gestiona el destino nacional? De un análisis desapasionado el país y la región dieron pasos sustantivos en la afirmación del sistema democrático, el fortalecimiento de las instituciones, la gestión equilibrada de las finanzas públicas y la macro economía, con políticas sociales inclusivas encaminadas a resolver la pobreza la indigencia y la desigualdad.
Sustantivamente la región y el país se vieron favorecidas por un ecosistema global demandante de materias primas y alimentos gracias al crecimiento de China y asiático, Sin embargo es claro que no pueden enamorar, medidas de gestión financiera o de infraestructura – si no proyectos y perspectivas que generen comuniquen y emocionen – liberando fuerzas de crecimiento creatividad riesgo innovación y equidad .
Uruguay se encuentra rezagado en el análisis de prospectivas y visiones estratégicas .Desconoce y/ o conociéndolas se niega a internalizar tendencias mundiales de largo plazo, y no ha realizado un esfuerzo estructural para desafiar y desatar – a la región- cuestionando – las visiones fragmentadas por país, en una perspectiva nacional y de corto plazo- que nunca darán cuenta de proyecto de desarrollo de Latinoamérica. No aborda ejes conceptuales como el costo energético, el desafío de la productividad participación, la revolución educativa, la reforma de las estructuras estatales y la participación eficiente en el comercio internacional.
Esta perspectiva reduce la capacidad de reacción ante sorpresas o acontecimientos inesperados y disruptivos tornando vulnerables a toda la sociedad, y a las personas en situación de pobreza en particular. Depender de capitales internacionales, generando condiciones fiscales excepcionales puede ser parte de las soluciones .La pregunta a la elite gobernante resulta obligatoria, ¿nuestra inserción en las redes globales virtuosas, requieren estos enclaves de forma esencial? Y si es así ¿cuáles resultan las probabilidades de quienes asumen los costos formales de una economía de no transables y de inamovibles con costos comparados fuera de competencia? ¿Nuestro desarrollo nacional y regional dependerá de acciones políticas incoherentes de nuestros vecinos, lo que lleva a actores empresariales a optar por lo menos malo? Hay desconexión entre las políticas de corto y largo plazo lo que lleva a los tomadores de decisiones a no agendar – las visiones- de desarrollo y solo procesar lo inmediato una agenda marcada por corporaciones internas sindicales y empresariales junto a ciclos electorales de la política de cabotaje
Las instancias gubernamentales no suelen disponer y propiciar la asunción de modelos exitosos internacionales. Uruguay está en inmejorables condiciones de asumir experiencias sistemáticas de países de OCDE, lo que no realiza – por reflejos atávicos, auto represión de ideas, que pueden ser consideradas incorrección política. Predomina en la actual fuerza gubernamental una tendencia a avanzar por consenso, lo que siendo aceptable, no resulta suficiente para convocar y enamorar. Tal es así que se percibe en el gobierno implementación de políticas parciales, en el sector público estatal -como si se tratara de quien dirige y quien se opone de forma radical. Esto conceptualizado como gobierno en disputa permanente entre quienes supuestamente asociados detrás de un programa tiene diversas versiones o acentuaciones de una misma letra y ruta de futuro.
Esta dinámica, puede poner en riesgo toda la política de crecimiento, prospectiva, perspectivas, y posibilidad de construcción nacional, no permitiendo la reacción a tiempo frente a variables globales que impactan en el sistema. Ejemplos de auto represión ideológica en función de una supuesta unidad de acción son la pérdidas repetitivas de oportunidades de acercamiento a tratados de libre comercio y complementación con Chile con el espacio pacifico, y Norteamérica. Cuando se analiza la perspectiva, desde la gestión que aspira a desarrollar políticas inteligentes , adecuadas vemos que se niega a si misma reniega de estudios disciplinarios , la buena evidencia , sus creencias y valores – por oposiciones endogámicas- que supone inquebrantables. Vemos porque Uruguay no saldrá de su aspiración de medianía y pobreza en el corto plazo En realidad en una dinámica global fragmentada, inestable, con riesgos graves y oportunidades increíbles, un consenso vicioso se transforma en una lógica para la «unidad de inacción» y no resulta factible. El país sufrirá los embates globales, con o sin medidas estructurales de modernización que afectan obviamente a intereses de privilegiados públicos estatales y privados rentistas- Sin acuerdos prácticos y operativos sin respuestas, planificadas desde varios escenarios el Uruguay y la región seguirá desperdiciando oportunidades que permitirían a las nuevas generaciones integrarse, incluir y enamorarse del proyecto
Viejitos divinos por Esteban Pérez
A don Juan y doña Francisca los conocí hace algunos años en las recorridas por Canelones; dos viejitos preciosos, cálidos, muy compañeros entre sí, siempre con una sonrisa en los labios, sin pedir nada a cambio, tan sólo un poquito de afecto y que los visiten de cuando en cuando. Tenían oculta una leve llamita de esperanza con el triunfo del Frente Amplio. Soñaban que por fin un gobierno cumpliría lo que todos, sin excepción, prometieron: dignificar las jubilaciones. Sus ropas descoloridas y brillosas por el uso, se veían siempre limpias y arregladas con decoro. Sus manos, ya torpes y deformadas, supieron ser ágiles instrumentos en el gremio de la aguja.
Similar es la realidad de sus vecinos, todos ancianos y con ingresos miserables. ¿Sus casas? Lindas, sobrias, en un barrio de viviendas del BPS. La añosa pareja era una flor en ese lugar de penurias. Con sus pasos lentos, con conciencia de clase forjada al pie de las máquinas, consolaban a viudas y distraían a los enfermos con esa dulzura que los caracterizaba. Un día me atreví a preguntarles cómo se las arreglaban para sobrevivir y doña Francisca con ojos pícaros me respondió: “tomamos las directivas económicas de las gallinas” y don Juan estalló en una desdentada carcajada; por lo visto era algo así como un código entre ellos. “A ver, cuéntenme cómo es eso”.
“Es sencillo. Nos dieron esta casita con termofón y todo, de lo que estamos agradecidos, pero la jubilación sigue siendo poquita.” Los miré intrigado, inquisidor; volvieron a reír y me explicaron: se levantaban al amanecer y se acostaban al oscurecer para no gastar luz. El termofón lo prendían y se bañaban por turno, es decir un día uno y al otro el otro, lo más rápido que podían para apagarlo enseguida. Las bombitas eran todas de 25 w. para prender de a una, eventualmente. En la noche trataban de manejarse con la luz vecinal que entraba por la ventana. ” ¡Somos privilegiados!” dijo doña Francisca, “tenemos el foco enfrente y nos entra luz en toda la casa”. Para comer comían un poquito varias veces por día y a la noche una taza de leche. Reciclaban la ropa, ¡hace años que no compramos! exclamó doña Francisca, “el viejo junta ramitas del chircal del baldío de enfrente y se calienta el agua para el mate (superchiquito), pero la vamos llevando” Los abracé, tartumudié no sé qué excusa y me fui. Me dolían los ojos de aguantar las lágrimas. Estimados compañeros del gobierno, si es que aún los siento como tales, este artículo no es obviamente un tratado de Economía, para eso están los economistas. Es tomado de la realidad con nombres cambiados, es una lectura de la misma desde el corazón hacia la razón. Duele, duele mucho; los protagonistas de esa historia hoy por hoy están en la misma situación pero más viejitos.
Ustedes, desde la altura del gobierno, saben que son decenas de miles, indefensos, nadie se la juega por ellos ni siguiera el PIT-CNT porque no son proletarios en actividad. Los popes de la Economía nos nutren con densos y sesudos análisis, gráficas y estadísticas, pero es más sencillo: bajen de las macrocifras a la realidad concreta, abracen a los don Juan y doña Francisca no con el abrazo del político sino con el abrazo humano del corazón. Hurguen en sus viejas raíces y quizás encuentren algo de ternura y compromiso que les recuerden los principios fundacionales de la izquierda. Saben bien que el asunto es de prioridades, dejen de mirar las multinacionales y los altos negocios con el ojo derecho y miren con el ojo izquierdo el sufrimiento de su pueblo. Seguramente en el bolsillo zurdo encontrarán los recursos necesarios, lo demás es puro viru-viru como el de cualquier gobierno de derecha.
Me tomo el atrevimiento de cerrar este artículo con una frase del hombre que no perdió la ternura jamás: “NO CREO QUE SEAMOS PARIENTES CERCANOS, PERO SI USTED ES CAPAZ DE TEMBLAR DE INDIGNACIÓN CADA VEZ QUE SE COMETE UNA INJUSTICIA EN EL MUNDO, SOMOS COMPAÑEROS QUE ES MÁS IMPORTANTE” Che Guevara.
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Agenda, buques insignia y otras yerbas por Pablo Anzalone
La pregunta de Voces pone sobre la mesa el tema de la agenda política. Importa construir una agenda movilizadora en lo político y social. De otra forma la crean otros. Hoy el gobierno nacional no aparece con un buque insignia claro y tal vez no debería tener uno sino varios. En el inicio del gobierno pareció ser el Sistema de Cuidados. En ese momento Tabaré explicitó varios lineamientos y propuestas (http://www.elobservador.com.uy/los-principales-anuncios-del-nuevo-presidente-uruguay-n299286). Una agenda fuerte de priorización de proyectos transformadores es parte esencial del mensaje a la sociedad. No necesariamente la agenda del gobierno debe ser la misma que la de la fuerza política, aunque es evidente la necesidad de coordinación. Pero crear agenda no es solo un conjunto de propuestas de gobierno, sino también líneas de acción con múltiples protagonistas. Uno de los mayores problemas que enfrentan las transformaciones de signo popular en nuestro país y en toda América es la reducción de la política a la gestión del Estado. Se debilitan de esta forma las prácticas políticas de los movimientos sociales, que aportan sustentabilidad y profundización a las transformaciones. Ese reduccionismo también raquitiza los partidos, los reduce a un rol de defensa de los gobiernos, achica su papel en el debate ideológico y sobre todo en la acción política de masas.
Para la izquierda se trata de pensar políticas públicas transformadoras como una construcción donde la sociedad y sus organizaciones participan activamente. Un documento importante aprobado recientemente por el FA sobre Estrategia hacia el 2020, (ver link https://www.frenteamplio.uy/actualidad/novedades/item/346-estrategia-politica-hacia-2020) reflexiona en forma autocrítica con este mismo rumbo y aporta propuestas interesantes. En una línea similar a los debates en 2011. Ojalá que esta vez haya la capacidad de transformar estos lineamientos estratégicos en acción política concreta, en campañas sobre temas sentidos, en agenda proactiva de profundización de los cambios. Cuando Milton Romani plantea la necesidad de convertir el malestar en acción, está apuntando a uno de los meollos de la situación actual (ver https://cuadernosdeltaller.com/2017/07/20/del-malestar-a-la-accion-por-milton-romani-gerner/ ).
La convivencia y la inseguridad no son solo un problema policial, la educación no es solo un tema de docentes, la salud no es una cuestión de los médicos, las desigualdades por razones de género, etnia o discapacidad no son solo padecimientos de los sectores involucrados. Son construcciones sociales que requieren de una estrategia de mayor participación ciudadana, de apuesta creativa y debate ideológico.
La tentación del piloto automático, como dice Miguel Fernández, es el peor enemigo (http://ladiaria.com.uy/articulo/2017/7/el-peor-enemigo-la-tentacion-del-piloto-automatico/).
En la salud, se lograron recientemente dos pasos muy significativos: la unificación de las fuerzas sociales en una Plataforma Programática común y una instancia de diálogo serio con el gobierno. El involucramiento de la sociedad en la construcción de su propia salud pasa hoy por convertir los Objetivos Sanitarios Nacionales en Planes de Acción intersectorial, comprometiendo metas claras.
En muchas áreas falta una actitud proactiva que construya más formas de participación y democratización.
Hablar de agenda es pensar en los principales problemas sociales que nos siguen golpeando a pesar de los avances. Destaca la pobreza infantil y adolescente. Un informe reciente de Unicef y Cepal (http://www.cepal.org/es/publicaciones/40066-pobreza-privaciones-multiples-la-infancia-uruguay) señala que en 2006 casi el 52% de niños y adolescentes de 0 a 17 años estaba en situación de pobreza, y para 2014 esa cifra descendió a 18,4 %. Al mismo tiempo la intensidad de las privaciones se redujo en menor medida: 36 a 30%. El indicador de privaciones múltiples (IPM) cayó de 17,1 a 10,8 % entre 2006 y 2014. Pero esa caída se produjo sobre todo entre 2008 y 2012 (5,3 puntos de los 6,3 de descenso) mientras que entre 2012 y 2014 el indicador está casi estancado y eso es grave. Hubo un proceso sustantivo de reducción general de la pobreza y de la pobreza infantil pero aumentaron las desigualdades de esta última en relación con el promedio general.
Hablamos de desnutrición y obesidad infantil, embarazo adolescente, problemas de desarrollo, de aprendizajes y también de desigualdades en el acceso a los cuidados. Recomiendo sobre este tema (https://cuadernosdeltaller.com/2017/05/05/y-al-braian-quien-me-lo-cuida-por-adriana-cabrera-esteve/).
Erradicar la pobreza infantil en primer lugar y toda la pobreza en segundo lugar, no solo es posible sino imprescindible para construir un país más democrático, con menos desigualdades. Ese sería un horcón del medio para una agenda de cambios más amplia que involucre al conjunto de la sociedad.
Esto se llama profundización gradual del capitalismo por Antonio Elías
Para comprender la pregunta “Danilo: ¿Esto se sigue llamando revolución?” es necesario recordar que el Cr.Danilo Astori fue: un referente económico de la izquierda uruguaya en la lucha contra la dictadura y los gobiernos de Julio María Sanguinetti y Luis Alberto Lacalle; un solvente y prestigioso decano de la Facultad de Ciencias Económicas; uno de los principales soportes en la creación del Instituto Fernando Otorgues fundado y presidido por el Gral. (r) Líber Seregni en la década del 90.
Innumerables escritos muestran su compromiso con el pensamiento histórico de la izquierda uruguaya en relación a la deuda externa, la reforma agraria y la unidad latinoamericana, entre otros. Sus méritos en ese período son indiscutibles. No en vano encabezó todas las listas al senado por el Frente Amplio en 1990 y encabezo la lista más votada en 1995.
Como ministro y vicepresidente, sin embargo, hizo exactamente lo opuesto a lo que por décadas propuso no sólo él, sino sobre todo el programa del Frente Amplio. En efecto continuó las políticas de profundización capitalista, tales como: el predominio del mercado sobre el Estado a través del sistema regulatorio y de la reducción de la inversión pública; la apertura externa – impulsó el TLC con los Estados Unidos y el ingreso al acuerdo de libre comercio de servicios (TISA) – en desmedro de los acuerdos regionales; priorizó el pago de la deuda externa sobre la deuda social; implantó un Impuesto a la Renta de las Personas Físicas que es fundamentalmente un impuesto a los salarios; fomentó la Inversión Extranjera con mayores exoneraciones y concesiones de zonas francas con la consecuente extranjerización y primarización de la economía. En síntesis, privilegió los negocios de unos pocos ante las necesidades de la mayoría y el desarrollo autónomo del Uruguay.
El coyuntura nacional e internacional fue ampliamente favorable para la implantación del modelo económico que impulso Astori. En lo político, el gobierno del Frente Amplio tuvo mayoría absoluta en el parlamento hasta hace unos pocos meses, lo que permitió que se aprobaran todas aquellas leyes que no requieren mayorías especiales.
El Dr. Vázquez le brindó un apoyo total, en particular en su primera presidencia, cuando designó al equipo económico – incluido los directorios de los bancos públicos – bajo el criterio de la uniformidad: un equipo “consistente y coherente” internamente, demostrando su incapacidad para reconocer e incorporar la parte de verdad que tienen otras posiciones que no sean las propias, incluso las que se expresaron en el programa aprobado en el Congreso “Héctor Rodríguez” del Frente Amplio en 2003.
En lo económico, el mercado internacional fue hasta 2012 el más favorable de las últimas décadas, hubo un incremento sustancial de los precios de las materias primas que exporta nuestro país y toda América Latina. En ese marco el Producto Bruto Interno creció en forma importante desde 2004 a 2012, en porcentajes muy altos porque se estaba saliendo de una de las crisis más profunda del país.
El movimiento sindical, que forma parte del proyecto común de unidad de la izquierda, critico fuertemente su política económica y la enfrentó con paros y movilizaciones, pero tratando de evitar una confrontación de tal nivel que desestabilizara al gobierno y facilitara el regreso de la derecha al control del poder ejecutivo.
En resumen, tuvo todas las condiciones para desarrollar otro tipo de políticas, en particular, aquellas que propuso y defendió durante tantos años. Sin embargo, implementó una estrategia de profundización del capitalismo basada en una política de conciliación de clases asimétrica que brinda grandes beneficios a los capitalistas y migajas a los trabajadores, a la vez que está acompañado de asistencialismo a los sectores más pobres.
El problema fundamental es que los beneficios legales recibidos por los trabajadores, en base a su lucha, pueden ser reversibles por cualquier gobierno, en tanto se pueden modificar o derogar leyes, decretos y resoluciones. Los beneficios del capital transnacional están fuertemente protegidos por tratados de protección de inversiones y de libre comercio que garantizan que en caso de incumplimiento del Estado este deban enfrentar demandas internacionales y pagar enormes indemnizaciones. Tampoco puede desconocerse que los subsidios ya otorgados a las empresas nacionales no pueden ser revocados porque enfrentarían juicios con costos muy altos.
Esta desigualdad jurídica entre el trabajo y el capital se expresa con meridiana claridad cuando, como sucedió en 2015 y 2016, hay mínimos niveles de crecimiento, devaluación e inestabilidad cambiaria, inflación cercana al 10%, déficits fiscal de casi 4% y crecimiento del endeudamiento que hacen que el Estado aplique políticas de ajuste.
En ese marco se inscribe el proceso de ajuste de las cuentas públicas impulsado por Astori, llamado “moderación y prudencia” y “consolidación fiscal”, que impactó negativamente en el nivel de vida de los trabajadores y pasivos, tanto, a través del aumento del IRPF y IASS, como por la falta de presupuesto para atender adecuadamente los servicios básicos, tales como la educación y la salud-. Los capitalistas, en cambio, no serán gravados para no afectar el modelo de acumulación impuesto por el gobierno. Además, como hemos señalado anteriormente, están en gran medida “blindados” por los tratados internacionales y por el sistema regulatorio nacional.
En resumen, la conducción económica de Astori no pasará a la historia como revolucionaria, ni como izquierdista, ni como nacionalista. No se mejoró la distribución del ingreso y la riqueza entre el trabajo y el capital; no se redujo sustancialmente la pobreza medida por necesidades básicas insatisfechas; se extranjerizo la economía con la venta de tierras y empresas y creció el número de actividades y empresas en zonas francas; se primarizó la economía y somos cada vez más dependientes. .
El otrora referente de la izquierda uruguaya es ahora elogiado y alabado por los representantes de Estados Unidos, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Las razones están a la vista.
De izquierda queda poco por Gastón Villamayor
Si algo le faltaba al gobierno del Frente Amplio para demostrar que de izquierda le queda poco, es esta barbaridad que hoy nos convoca a reflexionar.
Admito que me resulta muy difícil entender esta situación, pese a mi esfuerzo no dejo de estar atónito.
Un gobierno de “izquierda” promoviendo un sistema de bancarización obligatoria en beneficio del lucro de los bancos y una oposición de derecha oponiéndose a ella en defensa de la libertad de la gente. Si me lo contaran no lo creería.
Estoy anonadado de ver a la militancia del Frente Amplio militando por la bancarización sin un mínimo de vergüenza y sin la mínima información, repitiendo un discurso simplista sin posibilidad de sostener debate, carentes de capacidad crítica y analítica, sumisos y obsecuentes a lo que dicen los de arriba. El argumento más repetido en cual basan su defensa es que la ley de “inclusión financiera” coarta la libertad del empleador de pagar el salario en negro y sin aportes a BPS y el de cobrar el precio con IVA y no pagarlo a DGI. Bueno, eso no es verdad, la ley no evita de ninguna manera que el empleador contrate trabajadores por fuera del sistema formal, lo que podría evitar la ley eventualmente, es que si un trabajador afiliado a BPS está siendo remunerado por debajo del laudo mínimo del Consejo de Salario para su categoría, se corrija esa situación, ni más ni menos. El impacto de la Inclusión Financiera en ese sentido es ínfimo, incluso sabemos que tantísimas veces los empleadores asignan categorías a los trabajadores distintas a las que corresponderían a efectos de aportar menos, la ley no logra evitar eso. Respecto a que le coarta la posibilidad de las empresas de cobrar IVA y no pagarlo a DGI es verdad, pero también vale decir que el aumento de precios a los productos a efectos es tremendo y el consumidor muchas veces no lo recibe el beneficio.
El propósito real del Sistema de Inclusión Financiera que a instancias de la cleptocorporatocracia intenta implementarse en todo el mundo, no es otro que el control y la sustitución del dinero físico por el electrónico. De ahora en más lo bancos sabrán en que gastamos nuestro dinero, cuándo, de qué modo, cuáles son nuestros ingresos y egresos, cuáles son nuestros ahorros, etc. El poder que tendrán las instituciones financieras sobre las personas será incalculable. Por ejemplo, si un día se les ocurriera cobrarnos un precio por cada movimiento que se haga a través de la tarjeta, no tendríamos forma de evitarlo.
Asimismo la cámara empresarial está recolectando firmas para lograr un plebiscito que evite la bancarización obligatoria y el Partido Nacional y el Colorado lo apoyan e intentarán capitalizar votos a través de él. Desde el gobierno se ha comenzado con un discurso que intenta polarizar la cuestión, ya se dice que “la Inclusión Financiera” molesta a los poderosos. Me parece alarmante lo lejos que está el Frente Amplio de la realidad de la gente, lo ajeno que están a las sensaciones de la gente. Si la Inclusión Financiera es tan buena para todos, resulta raro que sea obligatoria. Lo que en mi opinión no está en duda es que cada vez el FA está más lejos de la izquierda. Sobre este tema sin dudas vamos a seguir hablando por mucho tiempo, ya se ha colocado el tema en la agenda de opinión pública y política y sinceramente no sé qué pasará, el tiempo dirá.
Un conjunto de cambios estructurales por Alfredo Asti
La inclusión educativa, la seguridad y la distribución de ingresos, no sólo no quedaron por el camino, sino que, en concordancia con los compromisos asumidos por este Gobierno, han sido consideradas siempre prioridades sobre las que se ha avanzado y obtenido logros en mejora de las condiciones sociales.
Desde la pasada década la asignación de recursos públicos para la educación viene creciendo notoriamente. En 2005 los recursos destinados a la educación representaban tan solo un 3.2% del PIB, en el año 2016 se destinó un 4.8 %, y se proyecta para el 2018 un 5% del mismo.
Sabemos que la asignación de mayor presupuesto dota de más recursos humanos, mejores salarios y mejor infraestructura, condiciones absolutamente necesarias, aunque no suficientes, para obtener mejores resultados. Hemos fomentando una propuesta de enseñanza que promueve la inclusión y mayor equidad social y geográfica.
Si de inclusión educativa hablamos, son muchos los logros vinculados a nuevos centros, y a la mayor equidad de acceso entre los distintos sectores sociales en los distintos tramos del ciclo educativo. Se ha hecho un gran esfuerzo para extenderlos a lo largo y ancho del país.
Sin lugar a dudas uno de los fenómenos más importantes o interesantes que tienen que ver con la educación, es el grado de inclusión que se ha observado en los quintiles de ingreso más desfavorables. Los quintiles más bajos están participando más de la educación. Es absolutamente objetivo, en todas las edades, de los tres años a los diecisiete años.
Tengamos en cuenta solo algunos ejemplos relevantes. En cuanto a ANEP, hay un gran aumento en la cobertura educativa en los sectores más vulnerables, y se comprueba observando la asistencia a centros educativos de niños a la educación inicial (3,4 y 5 años) según quintiles de ingreso de los hogares. La brecha entre el quintil más rico y el más pobre se ha reducido significativamente (1991 a 2016). Por ejemplo, en niños de 3 años en 1991 sólo el 13,3% de los niños de 3 años del quintil más pobre asistía a la educación inicial, mientras que en el quintil más rico era de 71,4 % quienes asistían. En 2016 son el 64,5% de los niños del quintil más bajo quienes asisten a nivel 3 de educación inicial y 95,5% los del quintil más alto. En 4 años, en 1991 sólo el 27,5% de los niños del quintil más bajo asistía a educación inicial, mientras que en el quintil más rico lo hacía un 89,5% de los niños. En lo que respecta a los niños de 5 años, se parte del 64% de los niños del quintil inferior y de 96,8% de los niños del quintil superior, en el año1991. Hoy un 97,6% de los niños del quintil 1 asisten a nivel 5 de educación inicial y un 100% de los niños del quintil 5, por lo cual la brecha educativa es casi inexistente.
A medida que esos niños avancen en el sistema educativo, es previsible que dicha disminución de la brecha educativa se extienda a lo largo del ciclo educativo. La disminución de esta brecha social educativa es de capital importancia en la medida que repercutirá en los próximos años en mayor equidad social.
Con respecto a la asistencia a educación en la franja etaria que va de los 12 a los 17 años, también ha crecido significativamente la asistencia de los jóvenes de los quintiles más bajos, cortando la brecha educativa existente. Por ejemplo, en los jóvenes de 15 años pasa de 69,2% en 1991 a 86,7% en 2016; en los adolescentes de 16 años pasa del 53,9% en 1991 a 76,2% en 2016 y en los de 17 años pasa de 49,4% en 1991 a 66,4% en 2016.
En cuanto a inclusión territorial, podemos hablar de la expansión de la UDELAR en el interior, que comenzó hace mucho tiempo, no obstante, la expansión vigorosa se hizo evidente en los últimos 10 años.
En la actualidad, más del 10% de los alumnos de la Universidad de la República estudian en el interior del país y si analizamos la matrícula de cada año, se puede decir que el 13% de la matrícula es del interior, por lo que en los próximos años el porcentaje de estudiantes en el interior será superior al actual.
Se busca la expansión educativa no solo en territorio, sino a todos los sectores de la sociedad, hoy en día los sectores con menos recursos pueden ingresar al sistema universitario. Está comprobado que la mayoría de los actuales egresados (54%) no tienen padres con formación universitaria y esto aumenta con el pasar del tiempo.
Al hablar de inclusión educativa tenemos que hacer referencia a la Universidad Tecnológica (UTEC), una institución que posee diversos centros y campus de estudio en el interior del país y está cumpliendo con uno de sus principales cometidos, interesar y tener como demandantes a los estudiantes de pocos ingresos. Hoy en día más de la mitad de los estudiantes provienen de hogares de nivel educativo bajo (sus padres no completaron la educación secundaria), mientras que solo el 20% provienen de hogares con niveles educativos altos (sus padres completaron la educación terciaria). Podemos hablar de otros avances claros, en 2014 la matrícula de estudiantes alcanzaba a 44, para fines de 2017 se espera alcanzar a 1150 estudiantes y la expectativa es más que duplicar este valor para 2020. En cuanto a la procedencia de los estudiantes que concurren a los centros nos encontramos a un grupo heterogéneo, que abarca a todos los departamentos del país, y una amplia franja etaria que va de los 18 a más de 50 años de edad.
Si hablamos de seguridad, en líneas generales, antes de que comenzara a funcionar el PADO, el 11 de abril de 2016, las rapiñas habían aumentado un 3%, pero terminamos el año con una baja de casi un 4%; por lo tanto, bajamos el 3% que había aumentado y logramos una baja adicional. Asimismo, los homicidios bajaron el 9,8%. En lo que va de 2017, teniendo en cuenta que hubo una modificación de los circuitos, los segmentos y los puntos calientes que son atendidos por el PADO, y que cuando ese servicio se retira se controla la zona con la Policía Comunitaria o con la URPM, se produjo otra baja sobre las anteriores. En tal sentido, al día de hoy llevamos una baja del 10,5% de las rapiñas, la que sumada a la baja anterior supera el 13% con respecto a 2015. Además, los homicidios bajaron un 9,3%, lo que debe sumarse al 9,8% del año pasado, y empezaron a bajar los hurtos en el entorno del 4% y 5%. La inmensa mayoría de los delitos han bajado por primera vez en varias décadas. Esto es posible combinando reorganización de la estructura, aumento de funcionarios, capacitación y profesionalización, mayores salarios y dedicación y mayor y mejor equipamiento y Tecnología.
Nuestro país transita un período de 15 años consecutivos de crecimiento económico que fue acompañado por una marcada reversión de los procesos de concentración del ingreso, como consecuencia de las políticas de inclusión social y de redistribución del ingreso.
El Gasto Público Social, la negociación salarial colectiva y el sistema tributario han sido instrumentos claves para incidir sobre esta distribución, que es el resultado de la orientación de la política económica y el impulso de un conjunto de políticas públicas que apuntan a la inclusión social.
Otros períodos de crecimiento económico fueron acompañados de una tendencia creciente de la desigualdad, como sucedió a fines de los 90’, en que el índice de Gini pasó de 0,40 a 0,44, para luego profundizar la desigualdad en la crisis de 2002 en la que el índice llegó al 0,46. Es decir que tanto con viento a favor como en crisis, la desigualdad aumentó antes de 2005.
Esta tendencia se revirtió a partir de 2007 como consecuencia de las políticas activas aplicadas del lado del gasto y de los ingresos, llegando al 0,38 tanto cuando se vivió un alto crecimiento económico como luego en la desaceleración. La desigualdad bajó constantemente en estos períodos de Gobierno del FA.
La incidencia de la pobreza medida a través del ingreso disminuyó significativamente en los últimos años, alcanzando, en el 2016, una estimación puntual de 9,4% de personas a nivel total país, mientras la indigencia se ubicó en 0,2%.
Diez años atrás la pobreza representaba el 32.5% de las personas, mientras que el 2.5% vivía en la indigencia. Pero antes de ejecutarse el Plan de Emergencia de 2005, la pobreza alcanzó al 40% de las personas y la indigencia alcanzó a casi el 5%.
La evolución del ingreso de los hogares y de la Canasta Básica Total (CBT) ha venido creciendo durante 2017. La CBT creció 7.4% en Montevideo y 7.3% en el interior, mientras los ingresos de los hogares crecieron 14% y 9% respectivamente en relación a igual trimestre de 2016.
La baja de la pobreza, medida por ingresos, es acompañada también por las disminuciones de otros indicadores como brecha y severidad. La brecha mide la diferencia entre aquellos que están por debajo de la línea de pobreza y bajó de 7.8% en 2006 a 1.4% en 2016. La severidad que mide la distancia entre los ingresos con la línea de pobreza, bajó de 3.5% en 2006 a 0.5% en 2016. Quienes están por debajo de la línea de la pobreza, con estos valores, están cada vez más cerca de salir de esa condición. Por otra parte, la diferencia de ingresos entre el decil más pobre y el más rico disminuyó de 19 a 12 veces.
Falta mucho, pero sin lugar a dudas se ha avanzado mucho.
El proceso económico y político transitado desde el año 2005 ha permitido encauzar un conjunto de cambios estructurales y transformaciones institucionales, así como desplegar un conjunto de políticas públicas con el objetivo de alcanzar importantes logros sociales y continuar asignado recursos a las prioridades comprometidas, especialmente para beneficios de los sectores más humildes y las clases medias.
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