Suelo decirle a mis amigos blancos que no tengo amigos blancos.
Lo mismo me pasa con los colorados o gente de otros partidos.
Pero pensándolo bien, es la pura verdad, todo mi círculo amistoso
más cercano, proviene de viejos y nuevos compañeros de izquierda
Ojo al gol, converso permanentemente con adversarios políticos y
me jacto de tener una excelente y respetuosa relación con ellos.
No olvido que solo medio país es frentista y uruguayos somos todos
Pero el objetivo de esta reflexión es hablar de nosotros los frentistas
No hay reunión, cumpleaños, encuentro ocasional o simple charla,
donde surja el tema político y no escuchemos quejas y desengaños.
¡Tanto remar y militar para llegar a esto!, exclaman unos enojados.
“Si los viejos revivieran le pegan una patada en culo” dicen otros.
Hay un sentimiento generalizado de que vamos mal y sin rumbo.
Nos encontramos con demasiadas cabezas inteligentes que están
al margen de la actividad partidaria, pero viven y respiran política.
Coincidimos con mucha gente con ganas de hacer cosas y que no
encuentra la motivación ni los lugares donde volcar su esfuerzo.
Hay algunos elementos básicos que nos unen a todos por igual:
honestidad, ética, transparencia, cabeza abierta y mente critica.
Hay algunas concepciones que compartimos: la militancia es una
forma de vida y no un medio de vida y no aspiramos cargo alguno.
Creemos que se ha avanzado pero que resta muchísimo más por
hacer y que la izquierda está perdiendo por goleada, en el cambio
cultural imprescindible, para lograr una patria democrática en serio.
Somos de los que creemos que el Frente no es un fin en sí mismo
pero sí un instrumento válido que no debemos dejar que se reseque
Somos de los que pensamos que no nos sirve la actual estructura
frentista y que no nos convocan partidos, sectores o grupúsculos.
¿Cómo canalizar tanta energía desaprovechada inútilmente?
¿Cómo usar tantas buenas ideas sobre lo que hay que hacer?
¿Cómo convertir la pasiva indignación en acción colectiva?
¿Cómo incidir en serio en nuestro proyecto de izquierda nacional?
¿No será imprescindible juntarnos y manifestar nuestra opinión?
Sin listas, ni candidatos, ni líderes, frentistas a secas como antes.
Es bueno recordar aquella frase que decía el General Seregni:
“Nada ni nadie trampeará nuestro destino”
Y menos que nadie, los compañeros, agregamos nosotros.
Alfredo García
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