Home ARTES VISUALES El Arte: un bien social por Alejandra Waltes

El Arte: un bien social por Alejandra Waltes

El Arte: un bien social por Alejandra Waltes
0

En la Sala 1 del Museo Nacional de Artes Visuales puede visitarse hasta el 6 de agosto, la muestra «Antonio Frasconi – El camino verdadero». Esta muestra ineludible, curada por Enrique Aguerre, director del museo, está integrada por la serie de diez grabados «Los infrahumanos» realizada en 1945, y donada por Frasconi 1950, es exhibida por primera vez después de estar extraviada. Se suman obras pertenecientes a las series «Los desaparecidos» de 1981 y «La pesca de la sardina» de 1960 además de piezas centrales en su producción, como los son: «Sacco y Vanzetti» de 1950, «Muerte de Lorca», «Ofrenda», «Wall II – Alberti» y «Wall VI – Machado» de 1962, «Biografía» de 1971 e «In memoriam – Pier Paolo Pasolini» de 1994.

En primer lugar, deseo hacer un reconocimiento al equipo del MNAV por el excelente trabajo de investigación, catalogación y restauración del acervo del museo que están haciendo. Gracias a su trabajo podemos disfrutar y tener una visión global cada vez más rica del arte nacional tirando abajo mitos instaurados durante décadas.
Con seguridad esta es una de las notas que más me ha costado escribir y no es por falta de material. Si uno busca puede encontrar bastante material sobre Antonio Frasconi, pero muchas son las reflexiones que surgen en forma atropellada, teniendo como epicentro su vida, su obra y sus palabras. Hace un par de meses, titulaba la nota dedicada a José Gamarra “Cronista visual de la sensibilidad del Hombre Nuevo”. Esa sensibilidad, esa visión de la humanidad futura, esa preocupación por una obra que denunciaba los horrores de la guerra, el encarcelamiento, la desigualdad social, es una marca generacional, generación a la que pertenece Antonio Frasconi, quien comparte con José Gamarra el mantener su fuerte arraigo al país mientras se desarrollan personal y profesionalmente en el exterior.
Antonio Frasconi (Buenos Aires, 1919 -Norwalk, CT, EE. UU, 2013) hijo de inmigrantes toscanos llegados al Rio de la Plata durante la Primera Guerra Mundial, Antonio nace en Buenos Aires en abril, y al mes siguiente la familia se traslada a Montevideo. Con 12 años de edad, Antonio comienza a trabajar de aprendiz de tipógrafo en una imprenta. Familiarizado con las reproducciones de Goya, Daumier, David Low, José Guadalupe Posada, xilografías de Paul Gauguin, los expresionistas alemanes y Carlos González, grabador del que copió la técnica, hace envíos a los salones oficiales y ese mismo año expone en el Ateneo de Montevideo. En 1940 fue contratado como caricaturista político por el semanario Marcha (Hitler, Franco, Mussolini) y en La línea Maginot (1939-1940), revista sostenida por los Maginot Brothers (Juan Carlos Petrus, Juan E. Candau, César M. Rapallini, Luis Esteva Ríos y Juan José Díaz. Una hoja informativa sobre una exposición de la FEPU (Federación de Estudiantes Plásticos del Uruguay) en 1942, en la que aparece Antonio Frasconi como uno de los expositores, es una muestra del temprano compromiso social del artista. En 1945 recibe la beca del Fundación Guggenheim. Asiduo lector de escritores estadounidenses, aficionado al jazz, admirador de la ciudad de Nueva York, escribe una carta a la Art Students League y la respuesta fue una beca por dos años. Frasconi se mudó a los Estados Unidos en 1945 al final de la Segunda Guerra Mundial. Sus inquietudes por la plástica y por el cine, lo llevaron a explorar diversos lenguajes artísticos, siendo premiado en diferentes instancias. Recibe una beca de The New School for Social Research donde perfecciona su técnica de grabado en madera y en donde comienza a dictar clases poco tiempo después. En 1951 se casó con la artista norteamericana Leona Pierce, el año siguiente nació su hijo Pablo y en 1956 Miguel, quienes lo inspiraron a crear ilustraciones para libros infantiles. En esos años se sucedieron numerosas exposiciones en museos y galerías de los Estados Unidos. Se especializó en la xilografía (grabado en madera), representando a Uruguay en la Bienal de San Pablo (1957) y Venecia (1968). En 1952 recibió el Premio Inter American Fellowship John S. Guggenheim Memorial Foundation de artes gráficas por sus ilustraciones de poemas de Walt Whitman y Federico García Lorca. En 1954, el libro con sus grabados sobre doce Fábulas de Esopo publicado por el Museo de Arte Moderno de Nueva York, fue elegido entre los 50 mejores del año por el Instituto Norteamericano de Artes Gráficas. Ilustró más de 100 de libros (Grillos y ranas de Gabriela Mistral (1972), Geografías de Mario Benedetti (1984), Platero y yo de Juan Ramón Jiménez (1994), Bestiario de Pablo Neruda (1995), The Wings of Courage de George Sand y Barbara Wersba (1998), entre otros) y participó en ediciones especiales del Club de Grabado de Montevideo. En 1961 viajó a Montevideo, expuso en el Subte Municipal, dictó un curso de grabado de dos meses y dio una conferencia en el marco de la Feria del Libro y del Grabado. En 1967 obtuvo Premio Adquisición en el XXI Salón Nacional de Uruguay y el año siguiente representó a Uruguay en la XXXIV Bienal de Venecia al tiempo que obtenía el Gran Premio en la Exposición de La Habana, Cuba. En 1969 escribe una carta abierta al entonces presidente de la Comisión Nacional de Artes Plásticas, Dr. Sanguinetti, dando su apoyo a los artistas que boicotearon el XXXIII Salón Nacional y rechazando un par de invitaciones, dejando testimonio de su pensar sobre el papel del arte y los artistas en los hechos sociales. En 1973 comenzó a dictar clases de grabado en la Universidad Estatal de Nueva York en Purchase. En 1975 integró la exposición «Grabados Latinoamericanos del Museo de Arte Moderno de Nueva York» que se exhibió también en el Museo Nacional de Artes Visuales en Montevideo. En 1999 el Banco Central del Uruguay le otorgó el Premio Figari en reconocimiento a su trayectoria. En 2008 donó 28 obras al Museo Nacional de Artes Visuales, parte de la donación pertenece a la serie de xilografías “Los desaparecidos” realizada entre 1981 y 1986 que alude directamente a los detenidos desaparecidos durante la dictadura cívico-militar en Uruguay (1973-1985). Otras series destacadas de sus grabados son Los Infrahumanos (1945), Canción del soldado de las tropas de asalto (1961), La Desobediencia Civil de Thoreau (1965), Vietnam (1967), La lucha sostenida (1989- 91), Irak (2006-08) y Terror, una serie de impresiones digitales sobre Afganistán realizada en 2008. Fallece a los 93 años en su casa al norte de Nueva York.
Dice Eduardo Darino, coordinador de la donación del 2008: “El artista comienza por un esbozo de la imagen en papel que luego dibuja con carbón en la propia madera. Luego va cortando la madera, contra las vetas exhaustas, precisamente “contra el grano” dejando solamente la imagen realzada en la superficie del bloque de madera. Es en una imagen creada combinando la técnica del grabado, el dibujo original, y las características naturales de cada bloque de madera. Luego viene un rodillo, que deposita una fina película de tinta a base de aceite, que rueda sobre la superficie elevada de la madera. Una hoja de papel –el ideal es un tipo absorbente como papel de arroz – se coloca sobre el bloque, y el artista puede entonces imprimir la imagen frotándola a mano con el tazón de una cuchara o un trozo de madera pulida, destinada al efecto. El bloque de madera y el papel se pueden también fusionar a través de una prensa; aquí la imagen se transfiere al papel bajo la presión de la prensa. En ambos métodos, la impresión se obtiene levantando cuidadosamente una esquina del papel y pelándola del bloque entintado.” Indudablemente el espíritu de Frasconi está en cada una de sus obras.

“Los Desaparecidos IV” (Antonio Frasconi-1981)

POR MÁS PERIODISMO, APOYÁ VOCES

Nunca negamos nuestra línea editorial, pero tenemos un dogma: la absoluta amplitud para publicar a todos los que piensan diferente. Mantuvimos la independencia de partidos o gobiernos y nunca respondimos a intereses corporativos de ningún tipo de ideología. Hablemos claro, como siempre: necesitamos ayuda para sobrevivir.

Todas las semanas imprimimos 2500 ejemplares y vamos colgando en nuestra web todas las notas que son de libre acceso sin límite. Decenas de miles, nos leen en forma digital cada semana. No vamos a hacer suscripciones ni restringir nuestros contenidos.

Pensamos que el periodismo igual que la libertad, debe ser libre. Y es por eso que lanzamos una campaña de apoyo financiero y esperamos tu aporte solidario.
Si alguna vez te hicimos pensar con una nota, apoyá a VOCES.
Si muchas veces te enojaste con una opinión, apoyá a VOCES.
Si en alguna ocasión te encantó una entrevista, apoyá a VOCES.
Si encontraste algo novedoso en nuestras páginas, apoyá a VOCES
Si creés que la información confiable y el debate de ideas son fundamentales para tener una democracia plena, contá con VOCES.

Sin ti, no es posible el periodismo independiente; contamos contigo. Conozca aquí las opciones de apoyo.

//pagead2.googlesyndication.com/pagead/js/adsbygoogle.js
Semanario Voces Simplemente Voces. Nos interesa el debate de ideas. Ser capaces de generar nuevas líneas de pensamiento para perfeccionar la democracia uruguaya. Somos intransigentes defensores de la libertad de expresión y opinión. No tememos la lucha ideológica, por el contrario nos motiva a aprender más, a estudiar más y a no considerarnos dueños de la verdad.