El deterioro global de la democracia por Alejandro Guedes[1]

El reporte 2022 del prestigioso Instituto Varieties of Democracy  (V-Dem) de la Universidad de Gotemburgo- Suecia[2] es lapidario. “El nivel de democracia disfrutado por el promedio mundial ciudadano en 2021 se ha reducido a niveles registrados por última vez en 1989. Los últimos 30 años de avances democráticos tras finales de la Guerra Fría han sido erradicados”.

Estado global de la democracia 2021

Estos datos son consistentes con diversos índices globales de medición de la democracia, transparencia y corrupción, tales como Freedom House, Democracy Index de The Economist o el Ranking de Transparencia Internacional. No obstante, uno de los aspectos que llama más la atención en las mediciones de V-Dem es el notable declive que nos retrotrae a niveles de 1989. V-dem tiene la capacidad de estimar dicho retroceso dado que cuentan con series históricas en sus mediciones, llevadas a cabo a través de amplias encuestas a expertos en todo el mundo[3].

En el reporte de 60 páginas V-Dem deja algunos titulares que llaman a la reflexión. El primero de ellos que ya se destacó, es que los últimos 30 años de avances democráticos han quedado erradicados. Pese a que podemos tener la idea de que vivimos en un mundo relativamente libre, el número de “democracias liberales”, es decir, aquellas democracias que no solo destacan por el respeto a la decisión mayoritaria, sino que contemplan los derechos y libertades de todas las personas, en especial las minorías, así como la separación de poderes. Es el tipo de democracias que llamamos liberales o constitucionales, que tan solo se reduce a 34 en la medición 2021. En otros términos, equivale a decir que solo el 13% de la humanidad vive en democracias.

Las “autocracias cerradas” (el concepto asimilable a una dictadura, en la medida que la autocracia por definición es la concentración de poder en una sola autoridad) suben de 25 a 30 entre 2020-2021. En tanto, la “autocracia electoral” sigue siendo el tipo de régimen más común en el mundo (60 países). Juntas, las autocracias ahora albergan el 70% de la población mundial: 5.400 millones de personas. A lo anterior se agregar un aumento de los países que sufren un deterioro en la libertad de expresión a manos de sus gobiernos, y socavamiento de la autonomía de los órganos de gestión electoral. Es así que se están gestando importantes cambios en el equilibrio internacional entre democracia y autoritarismo, donde los autoritarios generalmente gozan de impunidad por sus abusos y aprovechan nuevas oportunidades para consolidar el poder o aplastar la disidencia. A su vez, países democráticos evidencian el auge y normalización, por ejemplo, de la derecha radical populista en Europa. Y para completar el panorama modelos autoritarios como los de Rusia y en especial China, muestran su cara más amigable ya no solo a través del soft power y la atracción cultural, sino del sharp power, más orientado a la guerra informativa con fines diplomáticos.

Otro aspecto interesante es la identificación de una ola de polarización distinta a la que estamos habituados. Es común que a nivel académico se debata sobre la conveniencia de la polarización en los sistemas políticos. Lo cierto es que cierta polarización es necesaria porque va con la esencia de la democracia en el sentido de que el electorado puede identificar diferencias programáticas entre partidos de derecha y de izquierda, por ejemplo. Pero no todo nivel de polarización es saludable. Cuando se traspasan ciertos límites de civismo, aparece lo que en el reporte se denomina “polarización tóxica”, y que llega a 40 países. Este nivel de polarización, se centra en la deliberación violenta. Y advierten, contribuye a la victoria de líderes populistas y el empoderamiento de sus agendas autocráticas.

¿Cómo le va a Uruguay en esta medición?

El índice de Democracia Liberal conjuga cinco dimensiones como el sistema electoral, instituciones liberales como la separación de poderes, componente igualitario, participación y deliberación. Uruguay se ubica en el puesto 23, destacándose una baja significativa en el componente deliberativo. Suecia, Dinamarca y Noruega lideran el ranking. Costa Rica y Chile son los países latinoamericanos que se ubican por encima de nuestro país. En tanto, Bielorrusia, Yemen, Afganistán, Corea del Norte y Eritrea cierran la lista.

En cuanto a la clasificación en tipos de régimen consta de cuatro categorías, desde los más democráticos hasta las dictaduras: democracias liberales, democracias electorales, autocracias electorales y autocracias cerradas. Nuestro país se ubica en el estrecho grupo de las 34 democracias liberales (LD, por sus siglas en inglés). Junto a Chile son los dos países de la región que se ubican en esa categoría. Sin perjuicio de ello, si lo tomáramos como las notas de las calificadoras de riesgo crediticio, diríamos que es una calificación “LD-” con perspectiva negativa, ya que por el valor de la estimación de confianza queda en una zona gris que lo acerca a una menor categoría.

Por ende, los números no son para regocijarse. Uruguay no puede dormirse en los laureles. En un contexto global donde la democracia está en retroceso, se hace más necesario reflexionar en torno a este tema y fortalecer la institucionalidad, y sobre todo el debate democrático.

[1] Magíster en Ciencia Política. Tw: @ale_guedes87 . Blogger Blog La Polis Uy

2 Varieties of Democracy (V-Dem) produce el conjunto de datos globales más grande sobre democracias relevando aspectos electorales y liberales para 202 países desde 1789 hasta 2021, para lo cual se vale de encuestas a expertos aplicadas a más de 3700 académicos. Link: https://v-dem.net

3 Como la mayoría de estudios del terreno de la política comparada el Instituto utiliza en la elaboración de sus índices las dimensiones de democracia contemporánea que ofreció el politólogo Robert Dahl en su célebre trabajo Polyarchy: participation and opposition (1971).

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