Búsqueda entrevistó a Rafael Porzecanski, director de Opción Consultores.
Para él: “Uruguay, en general, no escapa a las grandes olas regionales en el ámbito político en los últimos 50 años” -aunque introduce sus propios ritmos y niveles de profundidad en el cambio-, por lo que “sería una gran excepción” histórica que el Frente Amplio ganara en 2019. Si bien no hay nada definitivo, “la estructura de la intención de voto” es similar a los resultados de la elección de 1999, donde la coalición de izquierda obtuvo una “clara diferencia en primera vuelta”, pero perdió en la segunda.
Todo puede ser. La gente dirá. Lo que resulte será decisión del país. No hay drama.
Repienso lo leído. Miro en perspectiva. Intento no camisetear. Me surgen dudas. Los ahora tienen fronteras. Las realidades pesan. Vivimos una sólida institucionalidad –casi parroquial-, que nuestros vecinos envidian. La secuencia quizá se repita pero la línea argumental difiere. Está lo obvio y la incertidumbre.
Vivimos al margen de la debacle en que han caído Argentina y Brasil, gigantes continentales con números y datos que asustan. Somos ajenos a la brutal corrupción que los entrampó. Aquí hay algo que la región nunca tuvo. Aquí hace medio siglo que el FA existe y lucha buenamente por el pueblo y con la indiada, milagro de concertación programática único en el mundo.
Se formó con todos los afluentes posibles. Fuerza policlasista, antioligárquica, antiimperialista, unitaria, tan profundamente democrática como igualadora: marxistas y católicos, blancos, colorados, ex MLN y verdes, batllistas del Viejo Batlle y anarcos, Pocitos, Casavalle e Interior, medio pelo y la mejor intelectualidad compatriota, en pos de un progresismo equitativo que nos realice fraternalmente hoy, mañana y cuando sea. Requeches exitosos y al galope. De minoría jubilosa a gobierno. Superando desaparecidos, presos, muertos y exiliados.
15 años de avances constantes. ¿Mencionarlos? ¡No, los conocemos! ¡Tantos como para morir de mejoría!
¿Hubo errores y actos fallidos? ¡Claro! Nada es perfecto en el bicho humano. El puerto de aguas profundas, ¿clientelismo?, Aratirí, la regasificadora.
¿Faltan cosas por hacer? Muchas; con el futuro que se nos viene llegás tarde antes de que empiece la función; siempre vas a inaugurar vejeces.
¿La mersa sintió el sabor de la mandarina? ¡La disfrutó de lo lindo! ¡Quiere más! Pero el consumismo caga la fruta y produce olvido olvidoso. (No toco la campaña de la derecha porque cada cual atiende su juego). Casi nadie tiene presente que las necesidades son infinitamente mayores que los recursos para solventarlas. Quien no se queja no es uruguayo.
¿Y Sendic? ¡Pobre loco! Usó tarjeta corporativa para comprar en tiendas de ropa, electrónica, supermercado y librerías. Un gil de goma. Más idiota que ratero. Como Wilmar Valdez, de la AUF. En la cúspide se jugó la reputación por cuatro putos mangos. Investigación de Ancap concluyó que no hubo pérdida de comprobantes de devoluciones de esos gastos: “ni caja de zapatos, ni recibos encajonados”. Mentiroso compulsivo. El Tribunal de Conducta Política del FA lo lapidó. Comprometió “su responsabilidad ética y política con incumplimiento reiterado de normas de control”. ¡Afuera! La estupidez jode. ¿De León? ¡Afuera! Guardá la viveza para jugar al truco. El FA nunca bancó conductas fraudulentas. La moral revolucionaria está en su raíz. La historia de su gesta así lo demuestra. A su tiempo, trancará fuerte.